
(Buenos Aires, 25 de diciembre de 1908 – Berisso, Provincia de Buenos Aires, 6 de julio de 1989).
Hija de Agustín Bernaviti, italiano, de simpatías anarquistas, y Natalia Souto, española, la familia se completó con una hermana mayor, Josefa. María se crió en San Martín, provincia de Buenos Aires, para luego radicarse en el territorio nacional de La Pampa, donde sus padres se dedicaron a tareas rurales.
Contrajo matrimonio con Vicente Roldán, unión de la cual nacieron tres hijos, Vicente Mario, Florentino –fallecido a corta edad- y Dora.
A comienzos de la década de 1930 la familia se instaló en Berisso, donde estaban radicados dos grandes frigoríficos de capital norteamericano, el Armour y el Swift: Vicente ingresó a trabajar en el primero y María, a comienzos de los años ’40, en el segundo. Allí padeció personalmente las pésimas condiciones de trabajo que debían soportar los obreros y obreras de esos establecimientos tanto como los bajos salarios, convirtiéndose en una luchadora en defensa de los derechos de aquellos, que no pocas veces recurrieron a la huelga frente a una patronal autoritaria e intransigente.
En ese marco, acompañó el liderazgo de Cipriano Reyes en ambos frigoríficos, quien había creado el Sindicato Autónomo de Trabajadores de Industria de la Carne, que se acercó a la Secretaría de Trabajo y Previsión y a la vez se enfrentó a la Federación de Obreros de la Industria de la Carne, liderado por el comunista José Peter. Un enfrentamiento violento entre ambos grupos antagónicos ocurrido en Berisso a comienzos de septiembre de 1945 les costó la vida a dos hermanos de Reyes, Doralio y Carlos José. El velatorio del primero de ellos se convirtió en un verdadero acto de respaldo político y popular a Cipriano, en cuyo sepelio, ocurrido en el Cementerio de La Plata, hablaron diecinueve oradores -el último de los cuales fue Perón-, entre ellos una sola mujer: María Roldán. Presentada como delegada “de la sección picada de la fábrica Swift”, expresó que los restos de Doralio habían tenido un acompañamiento nunca visto “porque ahora se tenía un gobierno que apoya a los trabajadores”. Aludió seguidamente a las huelgas y privaciones de su hogar, manifestando que confiaba que el coronel Perón “ayudaba a la masa obrera”.
Luego de que aquel fuese obligado a renunciar a su cargo de secretario de Trabajo y Previsión y encarcelado en la isla Martín García el 12 de octubre de 1945, en los frigoríficos de Berisso circulaban rumores sobre la realización de una huelga nacional para apoyar al detenido, y los días 15 y 16 los trabajadores y trabajadoras se concentraron en las puertas de los mismos dando vivas a Perón. El 17 por la mañana, una nutrida columna de aquellos, entre los cuales estaba María, partió de Berisso a pie hasta La Plata (6 km.) y luego de recorrer varios puntos de la misma se dirigió a la plaza San Martín, frente a la Casa de Gobierno provincial. Allí, desde las escalinatas de la sede del ejecutivo, Roldán arengó a la multitud exigiendo la libertad del coronel Perón. Este recuerdo de María, que no se consignó en los periódicos de la época, fue corroborado por testigos presenciales como los dirigentes locales Manuel Bianchi de Ensenada, Ángel Gherman de Berisso, René Orsi y Rolando Hnatiuk de La Plata, entre otros. Luego de este acto, María emprendió junto a una parte de los que estaban en la plaza su camino a la Capital Federal, recalando en la Plaza de Mayo junto con su esposo. Allí, a la espera de Perón, según rememoró, ingresó a la Casa Rosada integrando una comitiva gremial, oportunidad en la que tuvo un breve intercambio de palabras con el presidente de la Nación, Gral. Edelmiro J. Farrell.
Cipriano Reyes hizo años después un contundente y elogioso reconocimiento al compromiso militante de María Roldán, a la que definió como una mujer “plena de idealismo”, “madre sacrificada en la vida y heroica en los sindicatos”, “sembradora del ideal cristiano y humanista que reclama la emancipación proletaria como ideal común de los desheredados”, “voz de lucha en las tribunas” y “símbolo viviente y revolucionario de las luchas reivindicatorias de Berisso”. Inclusive la comparó con mujeres valerosas como Rosa Luxenburgo y Dolores Ibárruri.
Cuando se constituyó el Partido Laborista, María Roldán colaboró con el mismo, participando de inauguraciones de centros cívicos partidarios en La Plata. Luego del triunfo electoral del 24 de febrero de 1946, Perón ordenó la unificación de todas las fuerzas políticas que lo apoyaron en el Partido Único de la Revolución Nacional, germen del futuro Partido Peronista. Reyes, al frente de un sector minoritario del laborismo, resistió la medida, rompiendo en consecuencia con Perón. En 1948, una vez finalizado su mandato como diputado nacional, fue anunciado un complot para asesinar al presidente de la Nación y su esposa, acusándose del mismo a Reyes y varias personas más, por lo que fue detenido y condenado a prisión, pasando entre rejas el resto del gobierno justicialista. María por su parte siguió trabajando en el frigorífico Swift hasta 1956/57 sin que se le conozca militancia gremial o política alguna; por caso, no hay registro de que se haya afiliado al Partido Peronista Femenino. En 1953 sufrió el fallecimiento de su esposo.
Luego del derrocamiento del gobierno peronista y del excarcelamiento de Reyes, volvió a militar con este en el Partido Laborista, al cual se afilió, ocupando el cargo de secretaria de la Junta Femenina provincial.

Para las elecciones de convencionales constituyentes de julio de 1957 integró la lista de ese partido en el tercer lugar, aunque solo Reyes, que la encabezaba, ingresaría a la Asamblea. Tuvo participación activa en dicha campaña proselitista formando parte de una comitiva de dirigentes que acompañaron a Reyes en actos llevados a cabo en Mendoza, San Juan, Santa Fe, Rosario y en las localidades bonaerenses de San Nicolás, Baradero, Bragado, 9 de Julio y Avellaneda. En el acto central de proclamación de los candidatos en la ciudad de La Plata, María pronunció un discurso en el que precisó conceptos relacionados con la trayectoria laborista, ubicando su iniciación el 17 de octubre de 1945, enfatizando que era una jornada “que nos pertenece sin discusión alguna”. Asimismo, exaltó la personalidad de Reyes recordando su pasada militancia gremial “al servicio de los trabajadores”. En el acto de clausura de la campaña, realizado en la Capital Federal, también pronunció un discurso dirigido “a todas las mujeres argentinas”.
No se tienen noticias suyas durante la campaña electoral de febrero de 1958, en la que Cipriano Reyes se postuló como candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires sin mayor suceso. En 1959 se produjo una crisis en el laborismo a partir de la incorporación al mismo de dirigentes ligados al ex gobernador Domingo Mercante, motivo por el cual Reyes renunció a la presidencia del partido. Como deriva de este conflicto nació como una escisión de aquel el Partido Laborista Intransigente, que intentó competir en las elecciones parlamentarias de 1960 –sus dirigentes y candidatos participaron de la campaña proselitista-, lo que finalmente no ocurrió. Ocupaba la vicepresidencia de esta nueva agrupación política María Roldán, quien en una alocución radial se refirió a la lucha de las mujeres peronistas de Berisso en oportunidad del 17 de octubre de 1945 –y a su propia actuación en esa ocasión-, lo cual le confería autoridad para pedirle a aquellas “que sepan usar el voto” para poder llevar al gobierno a los que defienden los verdaderos intereses de los trabajadores. Luego de señalar que en los comicios que se avecinaban se jugaba nuevamente en las urnas “el destino de los hogares humildes” explicó que el aditamento “Intransigente” se refería a los laboristas “de la primera hora”, los “auténticos”, diferenciándolos de los que se habían encaramado en el Partido Laborista creyéndose dueños “de una doctrina que nunca sintieron ni practicaron”.
Alejada de la política, y siendo una adulta mayor, María Roldán brindó testimonio de su trayectoria de vida familiar, gremial y política al historiador inglés Daniel James.
Por la misma época apoyó a Carlos Menem cuando este era precandidato a la presidencia de la Nación por el justicialismo, quien la reconoció, junto con otros peronistas “históricos” de Berisso, por su participación en las jornadas de octubre de 1945.
Falleció días antes de la asunción de Menem al gobierno.
Fuentes:
El Argentino, 7 de septiembre de 1945; 3 y 19 de julio de 1957; 6 de marzo de 1960.
El Día, 3, 12, 13, 18, 20, 24 y 27 de julio de 1957.
El Laborista, 4 de diciembre de 1955 y 27 de julio de 1957.
Referencias bibliográficas:
Goldman, Tali. “Doña María, la mujer del 17 de octubre”, en Latfem (https://latfem.org/la-mujer-del-17-de-octubre/)
James, Daniel. Doña María. Historia de vida, memoria e identidad política. Buenos Aires, Manantial, 2004.
Klappenbach, Fernando. 17 de octubre de 1945. 50 aniversario. Aporte para la rememoración del Día de la Lealtad Popular. Buenos Aires, Visual Consultora, 1995.
Klappenbach, Fernando. Ejército, G.O.U. y peronismo. Buenos Aires, Dunken, 2022.
Reyes, Cipriano. Yo hice el 17 de octubre. Memorias. Buenos Aires, G-S Editorial, 1973.
Claudio Panella