(Concordia, Entre Ríos, 28 de julio de 1911 – La Plata, Buenos Aires, 14 de febrero de 1977)

Desde temprana edad, Sampay se manifestó a favor del yrigoyenismo. Esta condición lo llevó a realizar sus primeras colaboraciones en el diario El Heraldo, de marcada filiación radical.

Tras graduarse de bachiller se mudó a La Plata para comenzar sus estudios en la Universidad Nacional de aquella ciudad. Se graduó en 1932 y se doctoró en 1936 con apenas 25 años. En 1936 aparece su primer escrito jurídico, “La Constitución de Entre Ríos ante la moderna ciencia constitucional”, publicado como artículo en la revista Hechos e Ideas y luego como libro. Allí analizó aspectos referidos a los derechos del trabajador, la inclusión del voto femenino, la organización económica y la importancia del sentido de la función social de la propiedad. Esta mirada se vería profundizada en sus próximas obras, como “La doctrina tomista de la función social de la propiedad en la Constitución Irlandesa de 1937” (1940), “La crisis del Estado de Derecho Liberal-Burgués” (1942), y “La filosofía del Iluminismo y la Constitución Argentina de 1853” (1944), donde abrió una polémica referida a los parámetros en los que se basó la concepción del Estado planteada en la Carta Magna originaria. 

El año 1944, que marcó su ingreso a la cátedra de Derecho Político de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata (en la que ejerció la docencia hasta 1952), también sería el que destine su primer encuentro con Perón. En 1945 fue nombrado por Bramuglia, por entonces Interventor Federal de la Provincia de Buenos Aires, como subasesor del gobierno provincial y luego Fiscal de Estado. Ratificado en este cargo por el gobernador Mercante, sería una pieza clave en la provincialización del Banco Provincia, presidido en aquel momento por Arturo Jauretche.

En 1949, fue el encargado de reelaborar el anteproyecto de la reforma constitucional, realizado originalmente por Figuerola, y quién presentó ante la Convención Constituyente el texto que fuera finalmente sancionado.

Los años subsiguientes a la reforma lo encontraron con una prolífera producción intelectual, destacándose la publicación de, según algunos especialistas, su obra más lograda: Introducción a la Teoría del Estado (1951).

Tras la asunción del Mayor Carlos Aloé a la gobernación en 1952, Sampay sufrió la persecución del nuevo gobierno provincial. Fue acusado por manejo incorrecto en el tema de las expropiaciones, cargo por el cual se dio inició a un juicio político en su contra, siendo finalmente destituido e inhabilitado para ejercer cargos públicos.

A su destitución le siguió el exilio. Con la ayuda de los padres de Don Orione, el cardenal Copello y otros amigos y colegas, como José Luis Torres, emprendió su camino hacia Paraguay. El presidente Federico Chavés, atendió su pedido de asilo y le pidió al jurista argentino que dictara cursos superiores a oficiales de las fuerzas armadas paraguayas.

Poco tiempo después, Sampay contactó al presidente de Bolivia, Víctor Paz Estensoro, para trasladarse a aquel país. Allí, fue designado miembro del Instituto de Derecho Político de la Universidad de La Paz y  publicó “La crisis actual de la Ciencia Jurídica” (que luego sería reeditado en Buenos Aires bajo el título “Carl Schmitt y la crisis de la Ciencia Jurídica”) y “La teoría del Estado y el derecho constitucional” (1954).  

Meses después se radicó en Montevideo para que su familia pueda visitarlo con mayor frecuencia. Desde allí, en 1957 escribió una acérrima crítica a la derogación de la Constitución de 1949 y al proceso de reforma impulsado por el gobierno militar.

Retornó al país durante la presidencia de Frondizi, pero fue detenido apenas pisó suelo argentino. Más allá de su posterior sobreseimiento, su pasada vinculación con el peronismo lo obligó a alejarse de la academia y las casas de altos estudios estuvieron vedadas para el constitucionalista.

No obstante, escribió una serie de materiales por la época: La Constitución de 1949, Ideas para la revolución de nuestro tiempo, La Argentina en la revolución de nuestro tiempo y Proyecciones sociales de la Encíclica Populorum Progressio.

Durante los años ’60, existieron diversos intentos para realizar un encuentro entre Perón y Sampay, pero ninguno llegó a concretarse.  

En mayo de 1973, con el peronismo nuevamente en el poder, Sampay regresó a su cátedra de Derecho Constitucional en la Universidad de Buenos Aires. Fue designado conjuez de la Corte Suprema de Justicia y asesoró al primer mandatario en el Tratado del Río de la Plata consignado en 1973 entre las cancillerías de Argentina y Uruguay. Como una suerte de consultor jurídico de Perón, preparó un proyecto de ley creando la figura de primer ministro. Esta propuesta fue impulsada desde el Ministerio del Interior, pero la elaboración del anteproyecto quedó trunca debido a la muerte de Perón y alejamiento de Benito Llambí como ministro.  Por ese tiempo escribe “La reforma de la Constitución de Chile y el artículo 40 de la Constitución Argentina de 1949”.

Tras el deceso de Perón, Sampay continuó colaborando como asesor del gobierno de María Estela Martínez, llegando incluso a proferir los argumentos de su defensa cuando trascendió la posibilidad de destituirla mediante una Asamblea Legislativa.  Algunos meses después, su nombre fue propuesto para integrar la Comisión de las Naciones Unidas contra la Discriminación Racial. Ese año 1975 vería la luz su última obra,  Las constituciones de la Argentina (1810-1972), publicada por Eudeba.

El 19 de febrero de 1976, el ya debilitado gobierno peronista publicó el decreto Nº620/76 en el que declaraba prioritaria la reunión de una Convención Constituyente con vista a una nueva reforma constitucional. Los fundamentos de este decreto fueron el último aporte de Sampay como asesor de la presidencia. El golpe de Estado del 24 de marzo lo condenó nuevamente al ostracismo. Removido de sus cargos y sus cátedras, perseguido bajo el estigma de ser el “ideólogo de la Constitución de Perón”, su salud comenzaba a decaer rápidamente. Falleció  de cáncer el 14 de febrero de 1977.

OBRAS:

Sampay, Arturo E. La crisis del estado de derecho liberal burgués. Buenos Aires, Losada, 1942.

Sampay, Arturo E. La reforma de la Constitución. La reforma de la constitución, 1949. La Plata, Laboremus, 1949.

Sampay, Arturo E. Introducción a la teoría del estado. Buenos Aires, Politeia, 1951.

Sampay, Arturo E. Carl Schmit y la crisis de la ciencia jurídica. Buenos Aires, 1954.

Sampay, Arturo E. La constitución de 1949. Buenos Aires, Relevo, 1963.

Sampay, Arturo E. La Argentina en la revolución de nuestro tiempo. Buenos Aires, Pampa y Cielo, 1964.

Sampay, Arturo E. Proyecciones sociales de la Encíclica Populorum Progressio. Buenos Aires, Instituto, 1968.

Sampay, Arturo E. Ideas para la revolución de nuestro tiempo en la Argentina. Buenos Aires, Juárez Editor, 1968.

Sampay, Arturo E. Constituciones argentinas. Buenos Aires, Eudeba, 1973.

Sampay, Arturo E. Constitución y Pueblo, Buenos Aires, Cuenca Ediciones, 1974.

REFERENCIAS:

Frenkel, Leopoldo y Fernández Pardo, Carlos. Perón. La unidad nacional entre el conflicto y la reconstrucción (1971-1974). Córdoba, El Copista, 2004.

González Arzac, Alberto. Pensamiento constitucional de Arturo Sampay. Buenos Aires, Quinqué Editores, 2007.

Llambí, Benito. Medio siglo de política y diplomacia (memorias). Buenos Aires, Corregidor, 1997.

Regolo, Santiago.  Hacia una democracia de masas. Aproximaciones histórico-sociológicas a la reforma constitucional de 1949. Buenos Aires, Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón, 2012.

Regolo, Santiago. “Arturo Enrique Sampay. El arquitecto de la Constitución de Perón”. En Rein, Raanan y Panella, Claudio (comp.), Los indispensables: dirigentes de la segunda línea peronista, San Martín, Universidad Nacional de General San Martín, UNSAM Edita, 2017.

Santiago Regolo