Los Comandos Civiles Revolucionarios (CCR) fueron grupos de civiles organizados clandestinamente en forma de células, armados y liderados por un jefe vinculado a algún partido ofacción militar, que actuaron en la Argentina contra el gobierno a cargo de Juan Domingo Perón. Desde los años cincuenta, miembros de diferentes partidos políticos como el radicalismo, socialismo, comunismo, el conservador y el demócrata cristiano, junto a facciones militares antiperonistas y nacionalistas católicas, juzgaron al gobierno de Perón como un “Régimen” compulsivo y opresor, por encima de cualquiera otra consideración.
Estos grupos opositores se organizaron según sus definiciones, “en nombre de la libertad y de los valores nacionales” y en contra de “la tiranía” haciendo uso de un buen grado de violencia. Asimismo, las persecuciones o prácticas represivas del gobierno a través de organismos como Coordinación de Informaciones del Estado (CIDE), la División de Informaciones Políticas, el Servicio de Informaciones de la Secretaría de Asuntos Políticos y el de la Subsecretaría de Informaciones y Prensa, en contra de quienes consideraban, de manera genérica, como “agitadores comunistas”, promovieron una mayor radicalización de los opositores.
Aunque los comandos se fueron formando lentamente y en todos los pueblos del país, la actual historiografía los registra en el momento de su mayor activismo, desde noviembre de 1954 hasta septiembre de 1955 y los ubica de manera más evidente en las zonas de Buenos Aires y Córdoba en los momentos del golpe militar que derrocó a Perón.
Los civiles como organización conspiradora en comandos contra los oficialismos, hunde sus raíces en la vieja cultura política argentina. Desde la caída de Hipólito Yrigoyen en los años treinta, grupos de civiles leales al yrigoyenismo se unieron con militares obligados a pasar a retiro por los gobiernos de Uriburu y Justo, para combatir en conjunto. Un documento de época da cuenta que “cuando se produjo en 1943 el levantamiento armado que desembocó tres años después en el gobierno de Perón, ya existían grupos de civiles con el entrenamiento semimilitar otorgado por oficiales retirados.
Fue desde 1949 en adelante cuando se registraron las primeras y confusas intentonas de golpes contra el gobierno peronista. Desde ese año, los más exaltados consideraron a la reforma constitucional propuesta por el gobierno, como el texto madre del autoritarismo político. De todos modos, podría decirse que los comandos recibieron su bautismo de fuego con la sedición del general Benjamín Menéndez en 1952.
La organización de los CCR antiperonistas era celular. Estaban formados en grupos entre diez y veinte personas quienes, en la mayoría de los casos, empleaban identidades falsas o información tabicada. Las diferentes células se ligaban entre sí y respondían a un “enlace” el que a su vez podía depender también de una autoridad superior, en general un militar con conocimientos y recursos materiales y logísticos, capaces de promover un boicot o conspiración.
Quienes participaron en estos comandos tuvieron su propio cursushonorum. Hubieron quienes solo participaron en acciones de propaganda y agitaciónantiperonista, entre los cuales se registran algunas mujeres. Estos llevaban adelante tareas como la de imprimir “panfletos”, unostípicos volantes realizados con mimeógrafos caseros,donde se publicaba toda información extraoficial. Otra tarea consistía en funcionar como correos humanos de reparto de ese material, llegando sigilosamente a domicilios particulares para extender el discurso revolucionario. Los más audaces y comprometidosse entrenaron durante meses en tácticas y en uso de armas y explosivos para realizar ataques personales. Una tercera opción fue la del entrenamientotécnicopara “tomas de radio” o interrupción de emisiones de ondas radiales oficiales. El plan madre de los CCR en pleno auge revolucionario de 1955, y quizás su participación más visible, fue tomar los medios de comunicación con el fin de paralizar el aparato estatal de propaganda oficial, tanto en Córdoba como en Buenos Aires. La toma de las radios locales, la destrucción de los sistemas de transmisión o la disminución de la potencia de onda, fue un arma clave. Para lograrlo en la ciudad de Buenos Aires un equipo de técnicos a cargo del ingeniero Carlos Burundarena planificaron, el “silencio de radio” en plantas como Pacheco, Florida, Ciudadela y Hurlingham entre otras.
Las acciones clandestinas son difíciles de cuantificar y la capacidad de sus organizaciones son de dudosa memoria, más bien mitificada. En ese sentido, los más optimistas declararon que se alcanzó a tener 30.000 hombres en armas contra Perón. Otros más escépticosconsideraron que “los de hierro”, nunca fueron más de 3.000 o 4.000. Porque como en toda organización armada solo los más convencidos daban el pasoa la clandestinidad.
Los nombres que siguen, no exhaustivos, son solo ejemplos y surgen de testimonios siempre opacos tanto de los protagonistas con cierta responsabilidad como de allegados, dando cuenta del matiz y la heterogeneidad respecto de su origen social o ideológico de los CCR: Aguirre Cámara, José (demócrata), Alvarez Agustín (Partido Demócrata Progresista y GOFA “gran Maestre del Gran Oriente Federal Argentino”), Alvear Morales, MiguelAngel, Amadeo Mario, (nacionalista católico), Arnaudo, José (Nacionalista católico), Beccar Varela Cosme (nacionalista, católico), Bonardo Augusto(periodista), Burundarena Carlos (nacionalista católico), Canitrot Adolfo (radical y miembro de la FUBA), Carranza, Roque (radical y miembro de la FUBA), Castellanos, Tristán (radical), Corominas, Rodolfo (demócrata), De Estrada, Santiago (nacionalista católico), De Martini, Ciro (h)(militar), Diaz Colodrero, Mario(nacionalista católico), Díaz Vieyra, Santiago (nacionalista), Douek, Rafael (radical, miembro de la FUBA), Euclides, VenturaCardozo (nacionalista), Fernandez Alvariño, Próspero Germán (militar), Gallardo, Juan Luis(soldado conscripto), Gallo, Vicente (nacionalista), Ghioldi, Américo (socialista), Goyeneche, Juan Carlos (nacionalista), Guevara, Juan Francisco (militar), Illia Arturo (radical), Lamuraglia Raúl (miembro de la UIA), Lastra, Bonifacio (nacionalista), Ledesma Clodomiro (nacionalista), Manrique, Francisco (militar), Martinez Zemborain, Oscar (radical), Martinez Zemborain, Abel (radical).
Referencias:
AAVV. Así cayó Perón: crónica del movimiento revolucionario triunfante. BuenosAires, Lamas, 1955.
Almaraz, R.; Corchón, M. y Zemborain, R. ¡Aquí FUBA! Las luchas estudiantiles en tiempos de Perón (1943-1955). Buenos Aires, Planeta, 2001.
Bartolucci, Mónica “La resistencia antiperonista. Clandestinidad y Violencia. Los Comandos Civiles Revolucionarios en Argentina. 1954-1955”. Páginas. Revista Digital de Escuela de Historia. Vol. 10, N°24, 2018. Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario.
Bartolucci, Mónica “Servicios de Información, represión política, y violencia paraestatal durante el primer peronismo”, Estudios Sociales del Estado | Vol. 6 N° 12 –. 2do Semestre 2020.
Rodríguez Isleño, Daniel. Las Tres Revoluciones del 16 de septiembre de 1955. Córdoba, Universitas, 2005.
Flores, José. Operación “Rosa Negra”. Buenos Aires, Errele, 1956.
Mónica Bartolucci