Enero de 1957

Un discurso de Frondizi provocó la separación de la UCR Intransigente por un lado y la UCR del Pueblo por otro. Esta última reúne a balbinistas, sabattinistas, unionistas y otras fracciones menores.

4. Detención de Rosenda Deimundo de Jauretche en su domicilio, por haber distribuido alimentos y ropa a hijos de metalúrgicos en huelga. Al ser familiar del exiliado político y crítico del gobierno, Arturo Jauretche, su prisión fue interpretada como una venganza.

15. Rodolfo Walsh comenzó a publicar notas de denuncia sobre los fusilamientos del mes de junio de 1956 en Revolución Nacional, medio orientado por Luis B. Cerrutti Costa. Las mismas se extendieron hasta mayo de ese año.

18. La Secretaría de Aeronáutica decretó la movilización de los huelguistas de Aerolíneas Argentinas.

Carta de Arturo Jauretche desde Montevideo dirigida a Raúl Scalabrini Ortiz: “Sigues cumpliendo la única función docente que tiene la Argentina de los últimos treinta años y en la que los demás sólo somos discípulos aprovechados”.

25. Cambio de gabinete. Asumió Carlos Alconada Aramburú, abogado y político  cercano a Balbín, como Ministro del Interior.  Alfonso Laferrere fue designado Canciller. Roberto Verrier se hizo cargo de la cartera económica. Acdeel Salas fue nombrado ministro de Educación y Justicia. Eduardo Bergalli asumió la intendencia de la ciudad de Buenos Aires.

Estos cambios confirmaban la inclinación hacia la UCRP del gobierno militar.

29. Renunció el Ministro de Trabajo y Previsión Mercier. Asumió como responsable del Ministerio Tristán Guevara.

Altísimas temperaturas en Buenos Aires, llegando a 43,3° C.

30. Asumió el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto Alfonso Laferrére, abogado, periodista y escritor porteño.

La Editorial Sophos publicó en dos tomos el libro de Abraham Guillén titulado La agonía del imperialismo. El capítulo XXVIII llevaba por título “La lucha armada contra el imperialismo” y desarrollaba los siguientes tópicos: Esquema para la estrategia y la táctica políticomilitar de los movimientos populares de liberación nacional; Las guerras de liberación nacional; El arte de hacer la guerra; La dialéctica de la guerra; La política y la economía de la guerra; La organización de las campañas; La retirada estratégica; Las guerras futuras.

31. El gobierno movilizó al personal en huelga del Ferrocarril Roca.

Perón difundió un nuevo capítulo de La Fuerza es el derecho de las bestias, bajo el título Un año de tiranía o La realidad de un año de tiranía.

Febrero de 1957

El Capitán Francisco Manrique informó al SIE la decisión presidencial de enviar el cadáver a Europa, donde esperaban enterrarlo con la aquiescencia del Vaticano.

1.Carta de Perón (Pecinco) al Compañero G.2 (Garone).

Hay dos clases de peronistas entre los dirigentes: unos que luchan por lo que siempre lucharon: sus intereses y otros que están dispuestos a luchar por el pueblo. Es natural que la conducta de unos y de otros sea distinta. Los que luchan por sus intereses personales están dispuestos a todo con tal de que ellos puedan salvar sus cosas, los que luchan por el pueblo sólo se sentirán contentos cuando el pueblo argentino haya reconquistado lo que la canalla dictatorial le ha quitado. Por eso unos son transigentes y otros intransigentes.

Yo he estado en el terreno de una intransigencia total con la canalla dictatorial porque considero que ninguna transacción puede ser beneficiosa para el pueblo argentino. Mi fuerza estriba precisamente en que yo no quiero nada para mí y nada puedo ya ambicionar. Si se tratara de resolver mi problema personal todo sería irme a vivir tranquilo a una de las innumerables partes que mis amigos me han ofrecido pero, yo creo que todavía soy necesario al pueblo, especialmente para protegerlo contra los que quieren hacer a sus costillas su agosto político o personal. Yo no tengo nada que esperar en el orden personal como no ser ingratitudes y penas, a la par que sacrificios y luchas, pero creo que el pueblo bien vale cualquier sacrificio. Les he dado una doctrina y una mística, como asimismo sus objetivos y una inmensa obra para el pueblo, bien podría ahora tomanne el descanso indispensable pero, quién puede pensar en descansar cuando hay que luchar por el pueblo escarnecido, tiranizado y explotado.

En lo de peronismo sin Perón yo estoy de acuerdo también, siempre que aparezca otro a quien el pueblo le crea y él merezca que yo lo apoye ante el pueblo mismo, pero todavía no veo a ninguno que reúna esas condiciones. Hay un Movimiento Peronista que sólo obedece a Perón, ¿cómo podríamos sacar a Perón antes que aparezca el que ha de hacerse cargo de ese Movimiento y de su destino, con responsabilidad y capacidad necesarias? Ese es el problema. Yo no tengo intereses, ni deseos pero tengo responsabilidades y deberes, por eso debo enfrentar por 10 menos por un tiempo aún, todo este asunto de conducir el Movimiento en los difíciles momentos en que se encuentra, no porque yo tenga interés ni necesidad de hacerlo sino porque el pueblo tiene la necesidad de que lo haga, por lo menos hasta que aparezca otro que pueda hacerla igual o mejor que yo.

Usted ve que los que ahora están trabajando en el neoperonismo son unos simuladores y unos pícaros, porque saben tan bien como yo que no podrán ellos hacer nada, pero se tiran el lance de aparecer como influyentes a fin de luego entrar en transacciones con la canalla dictatorial en busca de ventajas personales, sin importárseles un rábano que para ello deban sacrificar los objetivos, los derechos y las conquistas del pueblo, alcanzadas a través de medio siglo de luchas y dolores.

Esa es toda nuestra posición y el porqué la masa está con nosotros y también el porqué la masa los repudiará a su hora en forma absoluta, pero hay que seguir las instrucciones al pie de la letra porque allí está el germen de nuestro triunfo y de nuestra victoria final. Saludos a los compañeros. Hay que seguir adelante con ATLAS y luchar porque allí y en todas partes las organizaciones obreras nos apoyan a los trabajadores argentinos en este momento de su lucha decisiva que ha de ser también parte de la lucha que los trabajadores de toda América Latina libran por su destino y su felicidad.

2. Carta de Perón a José León Suárez

Es indudable que nuestra lucha representa lo permanente y lo que realmente tiene proyecciones históricas, en tanto que la canalla dictatorial es la reacción transitoria y política. Ellos pasarán y nosotros podremos seguir nuestro camino. Su recuerdo es conveniente que sea como se está formando: una calamidad nacional que no sólo justifica nuestra revolución sino que la consolida. Si nosotros no hemos sido suficientemente buenos como para consagrarnos, ellos han sido suficientemente malos como para justificarnos ampliamente. Ya decían los antiguos castellanos: «detrás mío vendrá el que bueno me hará».

Entre el fárrago de errores e infamias cometidos por esta alimaña, ninguno le es más perjudicial que el haber pretendido hacer una realidad con falsedades sin darse cuenta que la realidad es únicamente la verdad. Ellos han vivido en un mundo de mentiras y ahora comienzan a despertar. Es natural que ese despertar no pueda serles satisfactorio. Han entrado en un callejón sin salida y ya están remolineando en su interior. El caos económico por ellos provocado, la «quilombificación» política existente de cuya existencia ellos no son ajenos y su consecuencia, la alteración social, les está haciendo ver su catástrofe cercana. La descomposición de la fuerza que es su único sostén, como los disensos internos, producto de sus ambiciones de lucro y latrocinio, acelera el proceso lógico de su putrefacción irremisible. Todo parece mandado a hacer para que el pueblo con su resistencia y su insurrección popular mantenga en alto nuestras banderas que han de imponerse a la larga o a la corta.

Entre nuestra gente hay apresurados que, no confiando en el tiempo y en la razón, tratan por todos los medios de abreviar los días duros que estamos viviendo. Para ello, unos creen que es necesario entrar en combinaciones polémicas con nuestros enemigos de ayer, como si se pudiera ser amigo y enemigo a la vez de una tercera persona. Otros pretenden lanzarse a la calle sin la organización ni la preparación más elemental. Un grupo tercero, sólo persigue solucionar sus problemas personales, para lo cual estaría dispuesto hasta entregar su alma al diablo. Esto no es de extrañar porque siempre, en estas luchas, hay hombres de distinta naturaleza y procederes. Lo importante es saber que la masa que, en la lucha, ha demostrado que superó a sus dirigentes, está firme en la más absoluta intransigencia y en plena insurrección popular. Cuando el caos llegue, la última palabra la dirá quien tenga una masa organizada y disciplinada, capaz de actuar con unidad de concepción y de acción.

Es indudable que actúan también los «pescadores en río revuelto» que han aparecido con los rótulos del neoperonismo o peronismo sin Perón. Nada desearía más yo, en estos momentos, que apareciera un hombre capaz de hacerse cargo del Movimiento y de la lucha. Si ello ocurriera sería el primero en apoyarlo y ayudarlo, pero, desgraciadamente, no aparece. No porque no existan muchos capaces de hacerlo sino porque la masa no los aceptará y, sin ese requisito, el de la confianza, no creo que nadie pueda hacer camino. Mi deseo es que triunfe el Peronismo, no sólo porque es mi hijo espiritual, sino principalmente porque ello representa «la liberación del pueblo y el triunfo de sus objetivos y sus aspiraciones.

Usted comprenderá que, mirado desde un punto de vista estrictamente personal, el hacerme cargo de la lucha es el peor negocio que puedo realizar. Primero, porque los años pasan y yo llevo más de quince años de lucha terrible y enconada con las fuerzas de la reacción. Segundo, porque yo podría hoy estar tranquilo en cualquier parte, donde numerosos amigos ricos me lo ofrecen todos los días, sin estar lleno de necesidades e inquietudes como me encuentro en estos momentos. Pero, yo me he impuesto una misión y he de cumplirla, para entregar luego a ustedes los jóvenes, el Movimiento en marcha y consolidado, porque esta es la etapa de la consolidación definitiva de nuestro Movimiento. Es precisamente de esta lucha de donde ha de surgir el peronismo purificado, engrandecido y fortalecido: con una masa inquebrantablemente unida y un cuerpo de dirigentes capacitados por el sacrificio y templados por la lucha. Entonces habrá llegado el momento en que yo pueda irme a descansar y ustedes, los muchachos, a trabajar.

Pocos se dan cuenta que en los momentos actuales, toda la chance de un dirigente estriba precisamente en que no tenga intereses personales ni ambiciones de dominio, porque no se trata de una lucha política sino de una insurrección popular. No se trata de escalar posiciones, ni de entronizar ambiciones, sino de luchar por todos los medios para liberar al pueblo de la tiranía y del oprobio, devolverle sus derechos esenciales y afirmar las banderas que los vendepatrias han arriado. La lucha por la soberanía popular impone un desprendimiento que los políticos no son capaces de realizar y de ahí su verdadera debilidad en estos momentos. Por eso la mayor parte de los dirigentes, cualquiera sea el bando en que militen o han sido repudiados o son impotentes para encuadrar una masa en estado doctrinario bastante avanzado. La doctrina cierra siempre muchos caminos de desviación, por los que acostumbran a transitar los políticos desaprensivos, a menudo de mala fe.

Allí en España, como en otros países, funcionan nuestros «comandos» con las dificultades que Usted señala y que me han sido imposibles de subsanar, pero que se deben más a los hombres que a otra cosa. Yo me desentiendo un poco de esas rivalidades y dejo que la comprensión y buena voluntad de los peronistas las superen solos. Lo importante para mí es, precisamente, que todos luchen, algunos mejor, otros peor, pero todos firmes en hacer algo. Con eso me conformo porque es imposible que yo pueda solucionar los problemas humanos que surgen todos los días en más de quince países en que se actúa.

Yo no tengo la menor duda que el tiempo trabaja para nosotros y que el epílogo de este triste episodio de la vida nacional ha de terminar con el triunfo del Pueblo que sigue la táctica del agua y al que se lo puede detener circunstancialmente, pero que siempre pasa. Por eso hay que dejar que el tiempo trabaje. Los pueblos reaccionan por ideal y cuando no lo hacen mediante esta fuerza a su tiempo, sólo lo hacen después por desesperación. El ideal de continuidad es el esfuerzo. Sólo la desesperación y el odio pueden darle intensidad. A nosotros nos faltó el odio y la desesperación que ahora tenemos por toneladas. Luego recién nos llega nuestro momento, pero no hay que economizar ni odio ni desesperación si queremos llegar a buen puerto. Es triste tener que aceptar esta conclusión pero es el único camino que nos queda.

Yo he sido siempre pacifista y lo fui hasta el 9 de Junio, pero, luego de lo que en esa época se cometió, no tengo la menor esperanza que nada se puede hacer para detener el escarmiento que el Pueblo está decidido a imponer. El error nuestro ha consistido en creer que se puede hacer una revolución incruenta. Hoy parece que coinciden las necesidades de la Nación, los objetivos del pueblo y el estado anímico de las masas, para imponer tal solución y, cuando estas tres circunstancias coinciden, no hay fuerza humana capaz de detener a los acontecimientos. Debemos prepararnos para eso y vivir la realidad. Los que, a pesar de los hechos y las circunstancias, piensan aún que es posible unir a la familia argentina por métodos tranquilos y pacíficos, es porque desconocen las lecciones de la Historia, escalonadas a lo largo de todos los tiempos. No sé si esta lucha será corta o será larga, lo que si se es que tendrá las características que enuncio. Por eso la posición nuestra ha de ser de absoluta intransigencia, porque eso es lo que el pueblo quiere y io que el pueblo impondrá a pesar de todo lo que se haga en contrario.

Le adjunto la autorización para la publicación del libro «La Fuerza es el Derecho de las Bestias», que extiendo con la mayor amplitud para ustedes. Les envío esta carta y por impreso certificado aparte les remito un ejemplar del libro en su última y mejor edición impresa en Caracas, porque las anteriores de Chile, Perú, Colombia, Brasil, Méjico, Cuba, etc. no son buenas. Allí se han limitado a imprimir mal y cobrar caro, con lo que no se ha llenado el propósito popular de la edición. También esta última edición venezolana, lleva un nuevo Capítulo («La realidad de un Año de Tiranía») que lo completa en cierto aspecto. Es, sin duda, la mejor edición que se haya hecho hasta el presente.

Le ruego que salude de mi parte al compañero Buzeta y demás compañeros y haga llegar la carta que le adjunto para el Dr. Don José María Rosa cuya dirección desconozco allí. Otra, que también le ruego entregue al amigo Pavón Pereyra, a quien encargo supervisar lo que allí aparezca con mi firma.

Le ruego asimismo, para abreviarme trabajo, que esta carta se la haga leer al Dr. José María Rosa, así me es posible escribirle a él más corto, sin necesidad de repetir lo que aquí le anoto a Usted.

Lo mismo le digo para Cavagna Martínez y Ernesto Díaz a quienes les he contestado una carta hace pocos días y tengo otra que contestarle ahora. Como el único escribiente que tengo es Juan Perón y las cartas son muchas hago milagros cualitativos y cuantitativos para poder satisfacer a todos. A veces me paso diez o doce horas en la máquina porque me gusta contestar personalmente.

3. Carta de Perón a José León Suárez:

Apenas despachada mi anterior me llega la suya del 28 de enero, cuando ya había remitido la autorización para la publicación del libro de acuerdo con lo que me decía en su anterior. Creo que la autorización ha salido como Usted me dice en la suya, probablemente por coincidencia de pensamiento.

Sobre el asunto de “la jefatura de Bruni” no hay tal jefatura. De acuerdo con las bases para la organización de los comandos de exiliados que tener allí Cavagna Martínez, el jefe de esos comando en el caso de auqeasí lo dispongan los exilados, debe elegirse enre ellos por decisión de la mayoría. En todas partes se ha procedido de la misma manera: se ha hecho una reunión y en ella se ha elegido al que debe presidir la organización o ejercer la jefatura. Eso se ha hecho así porque yo no estoy en condiciones a la distancia de decidir tal cosa. Allí deben ustedes hacerlo en la misma forma  si lo juzgan conveniente e investir al que ustedes crean que va a ser más eficaza en la acción.

Bruni sólo me ha pedido autorización para organizar por su cuenta un organismo encargado de hacer una labor de información y yo lo he autorizado pero, en ningún caso lo he nombrado jefe de nada. En una oportunidad se reunieron con Cavagna Martínez para organizar el Comando pero, según no se pusieron de acuerdo. Eso es todo lo que sé. Yo no he querido seguir ese asunto porque mi idea es que todos deben trabajar en nuestra causa y poco me interesa la forma en que se lo hace. Si ustedes lo creen conveniente se reúnen y allí designan al que ustedes quieren para que los presida y yo le mando luego las credenciales para que actúen en mi nombre y representación, y si lo juzgan necesario y conveniente,

Creo que con esto quedaría todo resuelto porque siempre es conveniente tener una dirección aunque esta se ejerza con las limitaciones naturales en todo lo que concierne a la tarea que se realiza en el difícil campo de la propaganda y la difusión. También porque quizá en algún momento tendrán necesidad de actuar en mi nombre y representación y esto es conveniente que lo haga uno solo y no dos. Bruni no dispone de ninguna autorización mía para obrar en mi nombre.

Le remito, además del libro que salió ayer por avisión, unos ejemplares del Capítulo Sexto (La realidad de un año de Tiranía) para completar a los que ya tengan el libro sin completar.

Estos dos impresos van por certificada aérea y creo que llegarán con las cartas.

Con mi carta me llegar una de Cavagna Martínez que le contesté enseguida y le ruego que le diga que estoy de acuerdo con sus gestiones, como se lo decía en mi anterio, que supongo ya en su poder. Adelántele que me parece muy bueno su memorándum.

5. Carta de Raúl Scalabrini Ortiz a Luis Soler Cañas:

Le agradezco mucho su generosa carta en que exagera usted por amistad la tarea en que estoy empeñado. Hago lo que he hecho siempre. Los que son admirables son loshombres de Qué que me sostienen. ¿No le parece? En general, ellos provienen del izquierdismo y por ese camino han llegado al problema nacional. Hoy abominan de esa técnica porque se han dado cuenta de que era una maniobra para apartarlos del conocimiento del problema argentino. Ese fenómeno me reafirma en mi vieja idea de que lo principal es enseñar: enseñar los elementos de la fraternidad. Los verdaderamente pillo son muy  pocos.

7. El Ministerio del Interior anunció que todavía quedaban 600 detenidos políticos sin proceso.

8. La Federación Gráfica Bonaerense y Luz Fuerza reclamaron la finalización del congelamiento de salarios.

9. Frondizi dirigió un mensaje dirigido “a veinte millones de argentinos”, reafirmando la vocación de integrar a sectores releados de la vida política, ofreciendo un programa “nacional y popular”.

En franca oposición, Frondizi fue nucleando a grupos dispuestos a captar el voto peronista. Un papel fundamental en esta dirección fue cumplido por Rogelio Frigerio y su revista Qué. Además de intelectuales provenientes del comunismo y del socialismo va a sumar las plumas de Raúl Scalabrini Ortiz y Arturo Jauretche, de origen peronista, que buscaban una salida legalista para la mayoría.

16. Balbín declaró que “es necesario salvar esta revolución para asegurarnos que sea la última”.

Frondizi exigió por sí o a través de sus voceros elecciones inmediatas.

Aramburu señaló que las mismas tendrán lugar “ni un minuto antes ni un minuto después”.

26. Allanamiento en el templo del Barrio Cornelio Saavedra de Buenos Aires, regenteado por el Padre Hernán Benítez. Cuarenta hombres armados arribaron en siete automóviles y tres camiones celulares. Rodearon la manzana de la iglesia, emplazaron ametralladoras  y quince hombres irrumpieron en las habitaciones privadas del P. Benítez.

Marzo de 1957

10. Carta de Perón a Alejandro Leloir, avalando a Cooke, desde Caracas:

Al Compañero «Pécari»(Sr. Alejandro Leloir) 

Mí querido amigo:

Contesto su carta del 18 de febrero pasado y sus palabras me satisfacen como peronista, así como comprendo toda la intensidad con que la canalla dictatorial ha ejercido el más infame de los despropósitos, que ha llevado a nuestra gente a la desesperación y a la rebelión total. Miles de ciudadanos encarcelados, torturados física y moralmente, fusilados, masacrados, perseguidos y escarnecidos por las bandas de asesinos y ladrones que representan a este «gobierno» de alimañas, han escrito para nosotros las «tablas del sacrificio peronista» que no en vano gravitan ya sobre nuestros espíritus y sobre nuestras decisiones. Por eso recibo sus palabras de virilidad y de intransigencia con todo mi regocijo de amigo y de peronista.

El Movimiento Peronista, en todas sus formas y agrupaciones ha nacido al influjo de una misión, que es su razón de ser: «Dar al Pueblo lo que le corresponde». Eso es lo que ningún peronista puede olvidar. El día que no cumpliésemos esa misión, el Peronismo habría dejado de tener una razón de existir. Durante diez años hemos cumplido fielmente esta misión y el Pueblo lo entiende así.

La mala dada aventura de los marinos y militares al servicio de las fuerzas de la reacción y mercenarios de los intereses foráneos, han quitado al Pueblo lo que nosotros le habíamos dado y lo han sumido nuevamente en la miseria, la tiranía y la explotación. La economía ha vuelto de nuevo al coloniaje y la soberanía de la Nación al vasallaje que nosotros combatimos y desterramos.

El deber de la hora, para el Movimiento Peronista, no puede ser otro, precisamente, que devolver lo que la canalla dictatorial ha quitado al Pueblo. Toda otra consideración ha pasado a segundo término. Los que piensen que el deber de este momento puede ser el de pacificar la Nación y complicarse en soluciones a espaldas del Pueblo y en su perjuicio, están traicionando la misión que nos corresponde cumplir. Si se nos cierran los caminos pacíficos debemos prepararnos para obtener el objetivo por los violentos aunque éstos sean todo lo cruento que se pueda imaginar.

En mi concepto este es el punto de partida para poder encuadrar el momento que vivimos en la verdadera situación que vive la Patria. Al declarar fuera de la Ley al Peronismo, la dictadura que azota al país, ha pretendido anular la voluntad soberana del Pueblo para someterla a los dictados de una minoría usurpadora que, en nombre de intereses impopulares pretende dictar la ley a una mayoría absoluta y consciente de la verdad y la justicia que la asiste. Luego, para perpetuarse en el Gobierno o prolongarse a través de un Gobierno que le cubra las espaldas y les asegure el «cogote» en peligro, pretenden dejar sus sucesores asentados sobre el fraude y la estaba a la opinión pública, sin darse cuenta que se trata de un problema de opinión que no ha de resolverse sino mediante la opinión. La fuerza podrá posponer la solución de ese problema, pero no lo podrá resolver.

Una mayoría que se dejara burlar de esta manera sería responsable de veinte años de anarquía que envolvería a la Nación con las consecuencias previsibles. Por esa razón no debemos consentir que se de escape político a esta dictadura, afirmando ya en 1945 que «la era del fraude había terminado». Ese, que es uno de los derechos del Pueblo, debe merecernos el respeto que nos haga accionar con todo lo que tenemos para evitar el regreso de las peores épocas de la República, aunque para conseguirlo tengamos que empeñarnos en una larga y sangrienta lucha.

El Pueblo Argentino es justicialista y nuestra doctrina es la suya. Los usurpadores han cerrado el camino para que ese pueblo pueda imponerla mediante la solución de los comicios como corresponde a la verdadera democracia que dicen defender; en consecuencia, no nos queda otro camino que el de la violencia para hacerlo. La derogación por decreto de la Constitución Nacional Justicialista, está indicando que la dictadura acciona contra el Pueblo y contra su verdadera doctrina, no contra un partido o un Movimiento político y menos aún contra un hombre. Pudo haber vetado a un hombre pero no puede vetar a un pueblo, prohibiendo su doctrina y anulando arbitrariamente la Constitución que este Pueblo se dio en ejercicio de sus derechos más soberanos. Por eso debimos luchar, porque se trata de destruir al Pueblo y sus conquistas.

Me han ofrecido soluciones para mí de toda clase desde que salí de Buenos Aires en 1955, pero, hubiera sido una indignidad y una traición, si yo obedeciendo a mis intereses más que a mis ideales, hubiera aceptado alguna de ellas. Yo no tengo problema, el que lo tiene es el Pueblo Argentino y, en consecuencia, la única solución para mí es aquella que devuelva al Pueblo su soberanía sojuzgada, sus conquistas suprimidas y sus derechos conculcados. Creo que todos los peronistas han de pensar de la misma manera porque de lo contrario demostrarían que no son peronistas.

En los primeros días del año 1956, perdidos todos los contactos con los dirigentes de la Patria,  mientras estaba exiliado en Panamá, establecí conexiones y enlace con el doctor John W. Cooke, quien , desde la cárcel, me comunicaba que en vista de la disolución del Partido Peronista, él había constituido el Comando Peronista en la Capital para enfrentar la lucha a que nos lelva la canalla dictatorial. Desde ese día, no hemos perdido el mencionado contacto. Fue por su intermedio que pude vivir la situación  y hacer llegar mi palabra a los compañeros de todo el país.Por sus enviados supe el estallido de la Revolución del 9 de junio de 1956 y por él he conocido las ulteriores informaciones sobre la situación actual. A él le he hecho llegar mis directivas y en él delegué en aquella ocasión mi representación total en el país, ya que era necesario que alguien pudiera resolver lo que se presentara con perentoria premura, sin esperar una consulta conmigo. Como los intentos de asesinarme de la dictadura, llegaban a mí a través de sus enviados, algunos de los cuales fueron detenidos y otros corridos, ponían en peligro que cualquier día pudieran lograr su intento, mandé al doctor Cooke un documento en el que lo declaraba mi reemplazante en caso de muerte.

El doctor Cooke fue el único dirigente que se conectó a mí y el único que tomó abiertamente una posición de absoluta in transigencia, como creo yo que corresponde al momento qué vive nuestro Movimiento. Fue también el único dirigente que sin pérdida de tiempo constituyó un Comando de lucha en la Capital que confió a Lagomarsino y Marcos, mientras él estuviera en la cárcel. Fue también el único dirigente que mantuvo- permanente enlace conmigo y que, a pesar de sus desplazamientos de una cárcel a otra, pudo llegar siempre a mí con sus informaciones y yo a él con mis directivas. Es así que, habiéndose visto en la necesidad de romper los documentos que yo le había enviado para que no cayeran en manos del enemigo, le ratifiqué los mismos en el mes de febrero.

Durante este año y medio me ha sido dado organizar aj todos los exilados políticos que en el mundo deambulan detrás de su comida, en Comandos de Exilados y hoy tenemos una extraordinaria organización exterior, que cubre casi la totalidad-de los países que nos interesan y desde allí combaten por todos los medios a la canalla dictatorial, neutralizando la acción de lo paniaguados de su «servicio diplomático» ocupados en ganar buenos sueldos, pasar buena vida y hacer contrabando.

También, suprimido por decreto el Movimiento Peronista una inmensa organización clandestina se ha extendido por todo el país, en la que se ha encuadrado a los peronistas que no defeccionaron y que siguieron firmes en el servicio del pueblo Esta organización distribuida en toda la República se extiende intensifica día a día. Ella es la que realiza la resistencia (moderna forma de combatir a la ignominia) esperando la hora que h de llegar.

El Comando Superior Peronista ha impartido «Directivas Generales para todos los peronistas» y «Directivas General para todos los dirigentes» que habiendo llegado a las organizaciones están en plena ejecución. Nadie puede considerarse peronista si no conoce, no cumple y no hace cumplir esas directivas que, por otra parte, no hacen sino repetir lo que el Pueblo quiere y los peronistas anhelan realizar en este negro momento de nuestro destino nacional.

Los que creen que antes que los objetivos del Pueblo, están las acciones de pacificación, han pretendido desconocerlas y su castigo ha sido el que era de esperar: el repudio de las masas populares.

La dictadura, hija de sus propias pasiones, errores y horrores se ha ido descomponiendo todos los días, hasta llegar al momento en que sólo piensa en «largar» de cualquier manera el Gobierno. Al hacerlo quiere intentar por lo menos dejar a otro que le cuide las espaldas; pero, como no tiene opinión ni siquiera para intentar una elección en la que pueda realizar el fraude, intenta formar un partido oficialista con los recortes y desperdicios de los otros, producidos por la deserción de los que quieren medrar con la dictadura.

Las elecciones de Constituyentes constituirán la prueba y entrenamiento para el fraude de las elecciones generales, si es que se llega a ellas.

¿Cómo es posible que haya alguien entre los peronistas que pueda creer que alguna solución pueda surgir para la justicia y la verdad, en medio de tanta porquería? Y, ¿cómo es posible que, espontáneamente, todo el peronismo como un sólo hombre no repudie semejantes formas de la infamia? Hay que hacer todo lo necesario para impedir que tales elecciones puedan realizarse; impedir así el escape político a la canalla dictatorial que debe sucumbir en el puesto y quedar aniquilada para siempre Por el propio Pueblo que se hará la justicia a que tiene derecho en esta emergencia.

Cualquier otra solución llevará siempre a males peores para la República. Si un Gobierno fraudulento surgiera de esas pseudo elecciones estaría respaldado por el diez por ciento del pueblo ¿Cuánto tiempo duraría, cuando el Pueblo pudiera accionar libremente? En este momento no hay otra solución que la lucha por los medios indicados en las Directivas del Comando Superior Peronista, caiga quien caiga y cueste lo que cueste. Yo veo a través de esa solución, coincidir los intereses del Pueblo con las necesidades de la Nación y el estado anímico de las masas y cuando estas tres circunstancias coinciden, no hay poder humano que pueda torcer el curso de los acontecimientos. Será dentro de poco, será dentro de mucho, pero será. Y, cuando el odio y el deseo de venganza que estos insensatos han despertado en las masas, salga a la calle en forma de fuerza motriz, no habrá tampoco poder que pueda evitar la masacre que se está preparando mediante la siembra del odio.

Todo eso es favorable a nosotros que, en tanto la canalla dictatorial se descompone, nos «componemos». El ideal, que animó a nuestras masas obreras y peronistas, da continuidad en el esfuerzo, pero no le da intensidad a la lucha. Esa intensidad sólo le da el odio. Si bien nuestro defecto fue no haber tenido odio, hoy todo ha sido subsanado, desde que la dictadura con sus procedimientos y enormidades nos lo ha dado por toneladas. Estamos listos para iniciar la grande y definitiva etapa justicialista en su lucha final. Las revoluciones sociales, como la nuestra, han partido siempre del caos en su consolidación y el caos está cercano, sólo que nosotros debemos acelerarlo y provocarlo y no temerlo. De allí saldrá el pueblo con lo suyo en sus manos y, entonces, ya nadie se lo podrá quitar más.

La descomposición de la dictadura es evidente, el caos económico que sus despropósitos gubernativos han producido se complementa con la anarquía social que sus abusos han provocado. Las persecuciones sin nombre a la ciudadanía y la acción política interesada en el fraude han llevado este campo a la disolución absoluta. Las Fuerzas Armadas, único sostén de la tiranía han entrado en una etapa de putrefacción indetenible. Mina su disciplina, alterados todos los valores de la jerarquía, contrapuestos al Pueblo, no han de tardar en sucumbir a su propia descomposición ¿Qué le quedará en ese momento a la dictadura? Si la resistencia popular acelera el proceso y la organización clandestina sigue adelante con decisión y con fe, el momento no estará lejano y, cuando llegue el momento, la última palabra estará en los labios de quien disponga de una masa organizada y disciplinada en condiciones de obrar con unidad de acción.

Cualquiera que en este momento arrojara a los actuales vándalos que usurpan el poder y los reemplazara, estaría a poco en una situación semejante a la de ellos. Estos «gobiernos espurios» por la propia naturaleza de su procedencia están irremisiblemente perdidos desde el momento mismo en que usurpan el poder. El poder es algo así como un hierro al rojo que, para manejarlo, es menester tener las herramientas y estas herramientas las da sólo el Pueblo. Por eso no debemos temer a los numerosos «salvadores de la Patria» que en estos momentos pululan por todas partes. Esos son sólo buitres que han olfateado el cadáver y se preparan para comer, siempre que los leones se lo permitan. Nada quedará resuelto definitivamente hasta que el Pueblo diga su palabra y nosotros sabemos cuál será la palabra del Pueblo. Entre tanto hay que tener buenos nervios y saber esperar. Que la dictadura esté frenética por «largar el gobierno» es el índice de nuestro cercano triunfo si sabemos mantener una voluntad firme y decidida hasta el fin, como corresponde a una lucha de voluntades, que no es otra cosa la lid política.

La tragedia de todos los que en estos momentos ofician de dirigentes políticos de los partidos permitidos por la dictadura, es la consecuencia de su propia infidelidad al Pueblo: ver a la masa popular, cruzada de brazos, que los observa y espera. Una masa adoctrinada y «politizada» como la nuestra no es de las que ceden al engaño ni a la concupiscencia. Ella sabe bien que los cantos de sirena son siempre anuncio de tragedia y el Pueblo quiere vivir y resolver su propia tragedia sin la intervención de esas sirenas ya muy conocidas. Podrá haber algunos engañados, podrán existir algunos felones y tránsfugas, pero la masa popular estará firme hasta el fin. El Pueblo conoce bien sus objetivos y sabe bien lo que quiere, como asimismo quiénes son los que se lo pueden dar. Precisamente el error de los políticos ha consistido en engañarse a sí mismos diciendo que la acción justicialista ha sido sólo demagogia de Perón, sin darse cuenta que la dictadura al cercenar las conquistas, imponer la tiranía y despreciar al Pueblo, ha probado precisamente lo contrario. El Pueblo no duda que los dirigentes políticos que acompañaron y dieron respaldo a la canalla dictatorial se confabular con ésta para expoliarlo y escarnecerlo. Por eso ya jamás podrán engañar al Pueblo por más que lo intenten. El mismo Frondizi que ahora intenta «trabajar de peronista», se manifiesta extrañado del repudio de la masa, olvidando que él respaldó masacres de obreros, los fusilamientos, las prisiones y la persecución despiadada y cruel de los ciudadanos, por el delito de n pensar como ellos.

El problema argentino no puede ser juzgado con los conceptos clásicos porque se trata de un hecho nuevo en la historia política argentina. Las soluciones que están a la vista son me mente soluciones políticas, carentes de trascendencia historie Lo permanente es este proceso histórico que los política parecen haber olvidado. Los hechos políticos son meras formas transitorias en tanto el quehacer histórico es el permanente. Por eso nuestro Movimiento es el permanente, en tanto esta revolución reaccionaria es un episodio circunstancial y transito Así, nosotros debemos luchar por la solución permanente y n para salir del paso mediante un subterfugio político.

De acuerdo con las directivas del Comando Superior Peronista hay que organizarse en la clandestinidad y mantener organizaciones de todo tipo que aseguren la cohesión y la meza de nuestras fuerzas. Entre tanto hay que mantener resistencia intensificándola y extendiéndola a todo el país.

Mientras nuestro Movimiento se encuentre excluido de las decisiones electorales debemos seguir insurreccionando el Pueblo en busca de una solución revolucionaria o insurrecionando el Pueblo en busca de una solución revolucionaria o insurreccional. Es menester que todos los peronistas, todos los días y en todo lugar se dediquen a combatir sin cuartel y sin descanso a la tiranía, hasta que ésta caiga aniquilada.

El mantenimiento de una absoluta y cerrada intransigencia con firme voluntad de vencer e inquebrantable decisión de llevar la lucha adelante, será el único secreto de nuestro éxito final. El Pueblo no puede ser vencido por las Fuerzas Armadas si él se decide a poner en acción sus extraordinarios poderes naturales. Nosotros los dirigentes, compenetrados de ello, estamos en la obligación de mantener en alto las banderas de su reivindicación definitiva. Creo que los momentos que vivimos son de pelea y no de discusión. Por eso no le doy tanta importancia a las relaciones entre los comandos como a la acción que ha de desarrollarse. La organización clandestina ha llevado a la necesidad de descentralizar el mando y la dirección. Si se tratara de un problema político, cuya solución implicara la necesidad de accionar en ese campo, podría tener importancia la designación de un organismo partidario pero, tratándose de un hecho insurreccional, sólo cuentan los organismos de acción en todos los campos, desde que los bandos, en permanente lucha, sólo necesitan directivas para la acción de conjunto, o que ya el Comando Superior Peronista ha impartido.

A los compañeros que están en la cárcel deseo hacerles llegar mi abrazo más afectuoso, con la seguridad de que no dejamos un solo instante de pensar en ellos. Sabemos bien los hechos y conocemos la admirable conducta de muchos de ellos que no han cedido ante las presiones inauditas de la canalla dictatorial: ese será el galardón más digno para su futura actuación al frente de nuestras fuerzas que, conociéndolo valora en toda su grandeza el sacrificio de esos valerosos compañeros.

Por su intermedio deseo hacerles llegar mi saludo y mi abrazo de hermano, con la seguridad de que en la justicia y la verdad de nuestra causa está el germen de nuestra victoria final Ese día será el de las compensaciones a las penas y los dolores actuales.

Un gran abrazo

Pecinco (Perón)

11. Renunciaron el contraalmirante Arturo H. Rial (subsecretario de Marina) y Rodolfo Martínez (ministro de Comercio). En el Ministerio de Comercio e Industria asumió Julio César Cueto Rúa, abogado y político platense.

La maestra Audelina de Albóniga fue recluida en la cárcel de Bahia Blanca, constituyendo el primer caso de confinamiento femenino, por cantar la Marcha Peronista.

El semanario Qué denunció el “suicidio” del preso político Héctor Hugo Ricardo Crosa, en la comisaría de Chajarí, departamento Federación, Entre Rios. Crosa era médico y se desempeñó como senador provincial entre 1952 y 1955. Había sido detenido en diciembre de 1956. No se le había tomado declaración ni se había informado sobre la causa de su captura y posterior reclusión.

12. Ratificación por parte de la Cámara Nacional de apelaciones en lo Penal Especial confirmando la prisión preventina de los diputados y senadores John W. Cooke, Héctor D. Lagraña, Ricardo Octavio Lorenzón, Francisco Novellino, Manuel Anselmo García, Ramón W. Tejada, Leandro R. Reynés, Saturnino S. Erro, Francisco Daniel Mendiondo, Ludovico Lavia, Lorenzo Soler, Silverio Pontieri, Ricardo Larco, Pablo Antonio Ramella, Héctor José Cámpora, Oscar E. Albrieu, Antonio J. Benítez, Oscar Bidegain, José María Argaña, Ramón Amacio Albariño, Pedro Villarreal, Jose Angel Maestro, José Gobello, Juana Larrauri, María Rosa Calviño de Gómez, Antonio J. C. Deimundo, Enriqeu Osella Muñoz, Alberto L. Rocamora, Ezio Armando Carena, Eloy P. Camus, Héctor Lorenzo Lannes, Eduardo Pio Ruiza Villasusso, José Alonso, Pedro Ramón Otero, Francisco Isidoro Carrizo, Adolfo Lafonssi, Roberto Domínguez, Isaac Donaldo Moya, Carlos Arturo Juárez, Jesús Pablo Arias, Patrocinio Merlo, Hugo del Valle Chalp, Manuel Vicente Gómez, Pedro A. Ordoñez Pardal, Non López, Bernardo Gago, Pedro Andrés José Gómez, Susana Gorreche de Novich, Josefa Miguel de Tubio, José Manuel Ulloa, Antonio Hermida, Teodomiro de laLuz Agüero, Teordoro P. Amado, Carlos Joaquín Dominguez Elias, Luis Ayala, Manuel Alvarez Pereyra, Blas Brísoli, Aimar a Balbi, Luis Cruz, Alberto Durán, Carlos A. Diaz, Arturo del Río, Luis D’jorge, Angel C. Estrada, Juan Antonio Ferrari, Eduardo Julio Portela, Expedito Fernández, Alejando B. Giavarini, Carlos Gro, Alejandro H. Leloir, Alfredo C. Machargo, Abel Montes, Ana Carmen Macri, Miguel Musacchio, Eduardo Mattis, Adolfo Pallanza, Jorge S. Pellerano, Tito V. Pérez Otero, Luis Pericás, Manuel Félix Rodríguez, Valerio S. Rouggier, Mauricio A Scatamacchia, Luis Saporiti, Alberto Teisaire, Otilia Villamaciel de Cano, José Emilio Visca, Juan Nardo Deto Brgnerotto y Guillermo Manuel Campana.  Según el Tribunal, los detenidos se hallaban incursos por infracción al artículo 227 del Código Penal que reprime con reclusión o prisión perpetua a lso miembros del Congreso que concideron al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias, la suma del poder público o sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o la fortuna de los habitantes queden a merced del Gobierno o alguna persona.

Al mismo tiempo el Tribunal revocó los fallos contra José Gregorio Espejo, Secretario General de la CGT en el primer peronismo y de Ricardo Antonio San Milán, dirigente político peronista, que había sido acusado de asociación ilícita.

16. SerafinoRomualdi declaraba a La Nación:

                Esta política de constante y determinada oposición al régimen peronista totalitario de la Argentina y a sus sostenedores sindicales, nos valió el reconocido aprecio de las agrupaciones obreras democráticas, a quienes seguimos considerando como legítimos portavoces de las masas obreras argentinas…un verdadero movimiento obrero no puede sacrificar jamás la libertad y la democracia con objetivo de obtener algunas ventajas materiales.

18. Fugaron de la cárcel de Río Gallegos y se refugiaron en Punta Arenas (Chile) los dirigentes peronistas John William Cooke, Héctor J. Cámpora, José G. Espejo, Jorge Antonio, Guillermo Patricio Kelly y Pedro José Gómez; montando una radio clandestina con el nombre de Lux 45 Radio Justicialista y comenzaron sus emisiones así: «Aqui. Radio Justicialista desde algún lugar de la Patria». Se refugiaron en Punta Arenas, Chile.

21. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas:

Mí querido amigo:

Usted podrá imaginar la satisfacción con la «piantada» espectacular de ustedes. Realmente «nos saltaron los tapones» cuando recibimos insólitamente la información de que ustedes estaban en Magallanes (Chile). Yo tengo una doble alegría porque el trabajo ya se estaba poniendo demasiado pesado para mí solo en el Comando Superior Peronista.

Esto viene de perillas porque la gente de Buenos Aires ha comenzado a moverse en distintas direcciones ante las prometidas elecciones de la canalla dictatorial. El propio Leloir, que durante un año y medio no había dado señales de vida sino por intermedio de San Millán o Capelli, me escribió una carta sobre lo que él considera su actitud hasta ahora privado de toda libertad y posibilidades, pero preocupado por las declaraciones que publicó el diario «A Noite» y la autorización que yo había extendido a usted por intermedio de su padre que había trascendido. Le contesté la carta que en copia le adjunto y que refleja en realidad lo que yo aprecio desde acá del momento argentino.

No sé si acaso las informaciones que posea sean suficientes para formar un verdadero panorama de lo que pasa pero creo firmemente que aunque me falte ajuste, en lo general, nuestra actitud no puede ser otra por el momento. Por eso ardo en deseos de conversar con usted y apreciar acá juntos las cosas. Creo también que no nos conviene que ustedes se queden allí en Chile, sino que se trasladen para Caracas en cuanto les sea posible. Creo que las papas queman y que cuanto antes debemos obrar. Todo está en marcha: la organización progresa extraordinariamente. Tenemos Comandos de Exilados en casi todos los países y el trabajo, a pesar de las diferencias entre los propios peronistas marchan favorablemente en todas partes. Si allí está (Julio) Ghizzardi, no deje de hablar con él y si es posible convendría que se venga hasta aquí. Él ha recorrido toda la Argentina tomando contacto con las organizaciones y debe estar en condiciones de informar- bien al respecto. Por las noticias que me llegan de Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia estamos ya en tren de tener los enlaces y comunicaciones para accionar mejor. Según se me informa podemos intentar dentro de poco paralizar el país y tenemos la organización necesaria para enfrentar las consecuencias.

Por lo que se ve, la canalla dictatorial se descompone con un ritmo violento y todo parece venirse abajo. Debemos esperar al máximo de su descomposición que en lo posible coincida con el máximo de nuestra composición y entonces no habrá problema. Hay que salvar el peligro de los nuevos » salvadores de la. Patria» que puedan aparecer y esto es precisamente lo único que actualmente me preocupa y que debemos arreglar cuanto antes nosotros. Según las informaciones que llegan parece que todo se precipita mistos días, en que el «Gran Bestia» declara en bancarrota al país y promete que el Pueblo debe pagar los platos rotos de las consecuencias. No maque dure mucho pues ayer hizo un discurso en la Casa Rosada para alabar a su Ministro de Hacienda que hoy renuncia. Cuando esas incongruencias comienzan en un Gobierno quiere decir que pronto se acaba.

Todo hace que desee tenerlos a ustedes en Caracas. Ya es indispensable hacer muchas cosas que solo se me hacen bastante pesadas naturalmente. Sale el Capitán (Guillermo) Barrena Guzmán que lleva estas cartas para ustedes y algún material para las transmisiones allí destinadas a la Argentina. Por barco sale también para Chile Morales Salazar que lleva otras cosas del mismo carácter. Espero que hablen con ellos que podrán explicarles muchas cosas que no hago yo aquí.

Me entusiasma la permanencia aquí por lo menos de algunos de ustedes por las posibilidad de trabajar en conjunto en esta hora decisiva y porque sé que aquí estarán bien y sin las acechanzas de la proximidad fronteriza y con la posibilidad de viajar a dónde y cuándo quieran. Ayer me ha comunicado el Gobierno que no habrá inconvenientes para que ustedes se trasladen a Caracas para lo cual me han dicho que sólo debo comunicarlo a fin de ordenar la visa para este país a las autoridades consulares en Chile. De manera que pueden venirse enseguida y dejar a la canalla dictatorial con la boca abierta más de lo que la tendrán con motivo de la fuga de Río Gallegos.

Le escribo también en ese sentido a (Jorge) Antonio y a los demás muchachos y le ruego que se reúnan y les informe usted todo a fin de que arreglen si desean viajar todos o algunos desean permanecer en Chile. Por lo menos creo que tanto usted como Antonio deben trasladarse cuanto antes a Caracas. Espero su comunicación para dar los pasos necesarios para la visa de sus documentos u ordenar el ingreso de cualquier manera.

Allí están los muchachos que trabajan y le pido que tome contacto con (José) Astorgano, (Orlando) Bertolini, (Florencio) Monzón, (César) Albistur Villegas, etc. En el caso de que no lo haya hecho ellos están en contacto directo conmigo. El más importante es Ghizzardi, en caso de que haya regresado de Buenos Aires a esa, porque podrá adelantarle las informaciones que yo estoy necesitando urgentemente aquí.

Espero poderlo abrazar pronto personalmente.

Un gran abrazo

JUAN PERÓN

25. Renunció el Ministro Roberto Verrier, quien había propuesto un plan con drásticas medidas que no fueron aceptadas.

27. Adalbert Krieger Vasena asumió el Ministerio de Hacienda, señalando que su antecesor Verrier habló “al país con cruda franqueza”. Lo acompañaron en la función Francisco Aguilar, AngelA.Solá y Julio César Cueto Rúa. En la gestión de Krieger el país ingresó al Fondo Monetario Internacional.

Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas:

Mí querido amigo:

Me imagino que estará en sus manos mi anterior remitida allí con el Capitán Barrara, a la que le adjuntara una carta que pocos días antes había dirigido al compañero Leloir en contestación a una suya que me había dirigido desde la cárcel de Buenos Aires por intermedio de otras personas.

Desde hace tiempo tengo en mi poder un informe que me fuera remitido por el compañero Lagomarsino que desde la prisión ha seguido al parecer dirigiendo el Comando Peronista de la Capital. Tengo también el informe completo sore el estado de la organización del Gran Buenos Aires y del interior pasado por G.I. que hiciera recientemente un viaje de inspección y organización. De la misma manera poseo informaciones de distinto origen referidas a nuestra situación y a la situación política general que se está viviendo en nuestra Patria.

Todo ello me ha inducido a hacer el adjunto mensaje para todos los peronistas, que trata de sintetizar la situación y aconsejar una conducta que debe seguirse en todo este período de alcahuetismo político que se está viviendo, en el que cada uno de los vivos que se sienten “vivos”, luchan por sacar ventajas a base de falsedades y porquerías.

Sé bien que, tanto Frondizi, como Bengoa, Amadeo y compañía hasta dicen que están de acuerdo conmiog con tal de reunir un poco de gente; otros dicen que en su hora no tendrían incovenientes en entrevistarse conmnigo para obtener mi consentimiento en su favor. Esa es una táctica común en todos ellos y por lo tanto general hoy en los políticos que trabajan a la masa para las elecciones. Sin embargo, debemos considerar más peligrosos a los peronistas traidores que a los enemigos actuales. Es peor para nosotros Saadi, Bramuglia, Austcher, Mercante, Castro, etc. que los que capitanean neoformaciones políticas radicales o clericales nacionalistas. Y más peligrosos son los que aún se sienten dirigentes sin serlo y tratan por todos los medios de salvar la ropa aunque ya han perdido la vida. y tratan por todos los medios de salvar la ropa aunque ya han perdido la vida. Me refiero a los dirigentes peronistas que en la cárcel se han reducido a observar buena conducta con la oculta intención de copar un día lo que han perdido definitivamente, sin embargo a algunos pueden engrupirlos.

En los diarios de la fecha, Frondizi -el enano más grande del mundo- se queja porque yo, copiándolo a usted, le he llamado así en un reportaje de la Revista Elite de Caracas. Dice que yo sólo por infamia, puedo afirmar que él haya buscado contactos conmigo, pero yo no le vaya contestar, para no perder pólvora en chimangos, pues se ha entrevistado con muchos peronistas desde la revolución de los gorilas hasta nuestros días, además los mandó a Perina y a Insausti a Panamá y mandó también un mensaje con el mayor Vicente que lo recibió de manos de los mismos. Por otra parte usted sabe que Frondizi buscó siempre un acercamiento y hasta lo tuvo con usted si mal no recuerdo. Yo no lo quise ofender, al contrario traté de decir la verdad, en cambio él se ha descubierto solo.

Espero que tan pronto lleguen a Santiago me escriban para saber a qué atenerme. No olviden de hacerme saber quiénes vendrán para tomar las medidas necesarias para la visa. De esto no deben hablar con nadie, limitándose a comunicarme por cable (con la dirección y nombre que allí le darán los muchachos) los nombres de los que debo gestionar la visa.

Les ruego que me hagan el favor de saludar a los muchachos compañeros, a quienes también les escribí a la mano con el compañero Barrena, quien llevó copia del mensaje a los compañeros peronistas que le adjunto y del que deben hacer allí la mayor impresión posible y pasado para nuestro país.

Un gran abrazo.

PECINCO.

30. En un mensaje al país el Presidente Aramburu anunció que el 28 de julio de 1957 se realizarían las elecciones para la Asamblea Constituyente y el 23 de Febrero de 1958 las elecciones presidenciales.

Comenzó a distribuirse el libro de Rodolfo Puiggrós titulado Libre empresa o nacionalización en la industria de la carne, editado por Argumentos.

Raúl Scalabrini Ortiz publicó una separata del semanario Qué, bajo el título “Aquí se aprende a defender la patria”. Señalaba que:

Los trabajos que integran esta recopilación fueron escritos en circunstancias especialmente angustiosas y precarias. Las publicaciones que las insertaban iban siendo sucesivamente clausuradas. Los periodistas desaparecían detenidos a ‘disposición del ejecutivo’ o huían al extranjero a tiempo. La arbitrariedad más absoluta era la única norma gubernamental. El poder público no tenía otra restricción que su deseo de parecer ante el extranjero como un gobierno ‘democrático’. Por otra parte, bandas de delincuentes recorrían de novhe la ciudad para violar domicilios y detener a las personas por cuenta propia. Por eso el lenguaje no es aveces tan concreto como debiera. Con frecuencia es más lo que se insinúa que lo que se dice. La inteligencia del lector debe llenar las lagunas.

Abril de 1957

Una nueva camada de dirigentes gremiales inició su actividad: Benito Romano en Fotia, Gustavo Rearte en Jaboneros y Perfumistas, Sebastián Borro en el Frigorífico Lisandro de la Torre, Avelino Fernández, Ignacio Rucci y Felipe ValIese en la UOM, Julio Guillan en Telefónicos, Rogelio Papagno en la Construcción, Jorge Di Pascuale en Empleados de Farmacia y Andrés Framini en Textiles.

Convocatoria a elecciones de constituyentes para reformar la Constitución de 1853.

5. Carta de Juan D. Perón a José León Suárez, desde Caracas

Señor D. José León Suárez

Madrid
Mi querido amigo:

Contesto sus cartas del 6, 11, 23 y 24 de marzo pasado. Le agradezco sus comunicaciones y noticias y le pido discul­pas por el retardo. Los acontecimientos de nuestra Patria me han tenido concentrado en las tareas de los Comandos de Exilados Limítrofes que por su proximidad necesitan estar al día en la correspondencia, informaciones directivas y ór­denes. Por eso, Ustedes que están más lejos sufren el retardo de mis respuestas. Le agradezco mucho que, a pesar de no recibir contestaciones mías, Usted sea tan amable de mandar­me sus valiosas e interesantes informaciones con regularidad.Conjuntamente con esta carta envío al Doctor Cavagna Martínez la autorización personal para actuar en mi nombre y representación en todos los asuntos políticos y personales que sea necesario llevar adelante allí para los fines del Movimien­to. Con eso creo interpretar el deseo de todos Ustedes. De acuerdo con las directivas para la constitución de los Coman­dos de Exilados ese procedimiento es el que corresponde y estoy muy contento que haya sido así.

Me alegra también mucho que haya sido posible la publi­cación del libro («La fuerza es el derecho de las bestias») allí, especialmente con su sexto capítulo que pone las cosas al día. Espero que pueda ser distribuido favorablemente como lo ha sido ya en casi todo el Continente latinoamericano.

Muchas gracias por los recortes que recibo regularmente.] tienen gran importancia para nosotros estas publicaciones es pañolas, especialmente las de Félix Centeno, que veo encaran! la realidad sin deformaciones y con bastante objetividad, hoy tan difícil de encontrar en el periodismo mercantil de nuestros tiempos.

El Señor Bruni por propia decisión ha dejado de trabajar para nosotros, de lo que me alegro, y con ello contesto lo que Usted me dice en su carta del 11 de marzo pasado. Creo que más que nada es un chiquilín sin control. Le adjunto también lo que me pide respecto a la anulación de la publicación del libro de Bruni.

Muchas gracias por el telegrama que me remite y los bue­nos recuerdos de todos ustedes.

Las cosas de la Patria van cada día mejor para nosotros. Se están pudriendo paulatinamente y espero que dentro de poco tiempo ha de producirse el colapso que todos espera­mos. El caos económico y la anarquía social los envuelve! como la resistencia civil los amenaza día y noche. Sus pro­pias fuerzas se descomponen y el Pueblo cada día da mayores muestras de su repudio y de su odio a esta tiranía de asesinos, ladrones y vendepatrias. No creo que puedan dura mucho. Por lo menos todos nosotros, en todas formas, hacemos las diligencias para que ello sea así.

Le ruego que salude especialmente al amigo Emilio Rome­ro, lo mismo que a García Venero, Ignacio Sanuy, Agustín del Río Cisneros, etc. Mucho le agradeceré dar mis más afec­tuosos saludos a los muchachos de la Falange haciéndoles presente mi cariño y mi recuerdo, como mis deseos que ellos salgan adelante en la actual situación española y que ella les asegure un porvenir de gran predicamento y prosperidad.

A fin de ahorrarme un poco de tiempo le ruego también que acuse en mi nombre recibo de su carta a Pavón Pereyra y le diga que he de contestarle dentro de poco y que me per­done, pero él no ha de tener ni siquiera idea de lo que noso­tros estamos haciendo desde aquí contra la canalla dictatorial y todo tiempo nos es poco para poder interesar a todos en la lucha. De la misma manera le diga que recibí el documento que me remitió y que en carta adjunta a ésta le remito a Cavagna Martínez la autorización pertinente. Que muchas gracias  y que le mando un gran abrazo. También le ruego que transmita mis saludos a todos los compañeros que allí trabajan por la causa que nos es común.

Le ruego asimismo quiera hacer llegar mis afectuosos saludos a su Señora Madre y agradecerle en mi nombre su recuerdo, transmitiéndole mis mejores deseos. Un gran abrazo.

Firmado: Juan Perón.

Al Dr. Oliva que le contestaré también dentro de poco.

7. El gobierno decretó la movilización de los empleados municipales de la Capital Federal, en huelga desde hace cinco días atrás.

Carta de Juan D. Perón a John I.Cooke, esctira desde Caracas:

Mí querido amigo:

Contesto sus dos cartas que en espacio de tres días me han llegado, la última con

Fecha del 28 de marzo.

Imaginará la alegria que nos ha producido aquí y en todas las organizaciones, la noticia de la fuga de nuestros compañeros entre los que se encuentra su hijo, del que Iunta necesidad tengo en los actuales momentos. Tampoco tengo menor necesidad de otros, como muy bien se explicará usted a poco que piense en la gente del grupo de “evadidos”.

Ya he adelantado un emisario a Santiago con cartas personales para los muchachos, aconsejándoles venirse cuanto antes para aquí, donde se me han dado ya seguridades de que se encontrarán en su casa. Creo que ningún país podría ofrecer ni la seguridad, ni la tranquilidad, ni la acogida que tenemos en Venezuela. Por eso trato de convencerlos de que viajen en cuanto puedan.

Ya Cooke en Santiago se encontrará con todos los antecedentes que necesita pura ponerse al día, para el caso que la cárcel hubiera sido un obstáculo para que él viviera la situación. Los hombres que trabajan en Chile tornarán contacto con él enseguida de su llegada. Hay entre ellos quienes terminan de hacer una gira por todo nuestro país para ver personalmente la situación actual, de manera que desde el comienzo será informado bien.

Sobre las declaraciones, desgraciadamente, los reporteros más por falta de capacidad o por efectistas superficiales, dicen cosas que desvirtúan las apreciaciones personales y por eso, el asunto de comer los papeles de mil pesos lo sacaron al revés de lo que había dicho (tal vez mala intención). Sobre los militares comparto totalmente su consejo y nunca digo nada sobre esto. En cuanto al asunto de la reforma constitucional, elecciones de constituyentes y elecciones generales, he seguido un plan que le detallo a continuación.

He comenzado por escribir artículos sobre los siguientes temas: «¿Qué pasa en la Economía Argentína?», «¿Qué pasa en la Política Argentina?», «La tragedia del Peso Argentino», etc., con lo que voy haciendo un «repaso de la situación». Luego he hecho llegar un mensaje a los peronistas, distribuido como las Instrucciones generales, por Intermedio de los comandos de exilados, en el que presento la situación y doy la línea a seguir. Este mensaje contiene casi lo mismo que lo que digo en el artículo ¿Qué pasa en la política argentina? Solo que, por razones de mi asilo, no pongo nada que pueda ser tomado como que propugno la violencia sistemática. Este mensaje será transmitido por radio desde varios países, en onda corta. Una vez que esto haya hecho su efecto, irá lo referente a la reforma constitucional, elecciones de constituyentes y elecciones generales en la misma forma. Ya tengo el texto preparado para largarlo oportunamente.

Ya varias veces he dicho lo del desconocimiento de toda deuda contraída por este Gobierno y más, lo he hecho llegar al Departamento de Estado, que es donde más interesa que se conozca esto.

Muchas gracias por sus amables recuerdos. Mis respetos a la Señora y, si esta carta lo alcanza aún en Montevideo llévele mi abrazo afectuoso a su hijo. De su hermano tengo noticias por nuestra gente de España que están en contacto con él según me dicen.

Un gran abrazo.

“Esta carta la remito por intermedio de Colom para mayor seguridad, desde que empleamos domicilios ya probados”.

JUAN PERON.

Carta de Juan D. Perón a Juan Garone, referente de la Asociación de Trabajadores Latinoamericanos Sindicalistas (ATLAS).

11. Huelga de barrenderos y basureros en Capital Federal. Rompehuelgas levantaron la basura acumulada en las calles custodiados por una guardia militar armada. El comité de huelga desde la clandestinidad exigió cinco puntos para levantar la medida: 1. Retroactividad al primero de febrero de 1956. 2. Escalafón vigente. 3. Libertad de los detenidos. 4. Reposición de los cesantes. 5. Que no haya pases en represalia. El Intendente se negó a dialogar. Los trabajadores movilizados, hallados en sus domicilios, son rapados en los cuarteles, llegando a un millar de obreros presos. En ese contexto el marino Rial expresó frente a un grupo de trabajadores que esperaban una audiencia en el área de trabajo: “Vayan sabiendo que esta Revolución se hizo para que el hijo de un barrendero siga siendo barrendero toda su vida”.

Carta de John W. Cooke a Juan D. Perón, escrita desde Santiago de Chile.

12. El gobierno militar declaró la necesidad de la reforma parcial de la Constitución de 1953, convocando para ello a una Convención que debía reunirse

13. En un discurso desde Santa Rosa (La Pampa) Aramburu declaró que Juan Perón no volverá.

14. Carta de Hernán Benítez a Perón, planteando su caracterización de la situación y abogando por una autocrítica del peronismo.

Querido amigo:

En carta a mi sobrina de 27 III, escrita más para Ud. que para ella, anoté algunos pensamientos que Ud. me permitirá puntualizar un poco más. Yo veo el mundo desde mi ventana como cada cual lo ve desde la suya. Y no soy tan presuntuoso como para creer que mi punto de vista es el único auténtico y falsos los de otros. La realidad precisa ser vista desde todos los flancos posibles para que no erremos. Sobre todo cuando es compleja y caótica como el actual momento argentinio. Aquí van pues mis puntos de vista y los tañidos de mis campanas. Cotéjelos Ud. con otros puntos y otros tañidos. Esto sí: es de hombres leales no desfigurar la realidad antes exponerla a quien se estima tal cual se la ve. Como es de hombre inteligentes buscar la mejor ventana para asomarse desde ella al mundo.

El momento actual

Ud. sabe muy bien que estos pobres tiranuelos las están pasando perras. Se han gastado y desacreditado en forma galopante. Están devorando sus últimos hombres. Sacrificaron primero a Lonardi y su gente, después a dos docenas de generales, luego a Rial y los suyos, ahora a Krausse. Un día de estos podrán decirse Aramburu y Rojas el consabido «¡por fin solos!». Ninguno de los dos tiene méritos revolucionarios. Aramburu fracasó en Curuzú Cuatiá; Rojas, dándolo por perdido, se socorrió en aguas jurisdiccionales uruguayas. Sin embargo este par de fracasados en la guerra han tenido la viveza en la paz de fagocitar a los triunfadores, mandándolós o a la tumba o a la cárcel. ¡Hay que ver cómo la prensa opositora les refriega esto todos los días («QUE», 2 de Abril, p. 4). La permanencia de estos individuos en el gobierno, con lo catastrófico que les va, es un caso inaudito de caradurismo. Solamente están hoy en los tiranos: 1 )los comprometidos en los crímenes de Junio cuyo dilema no puede ser sino matar o morir; 2) los políticos profesionales por quienes la masa siente verdadera náusea; 3) los personeros de empresas inglesas, obedientes siempre a sus amos; 4) los acomodados en el presupuesto, los que tras la caída de los tiranuelos perderán sus prebendas; 5) las 500 familias ateo-liberales-vacunas que les sienten alergia «a los negros». El 95 por 100 del país abomina de los tiranos, y quienes les hicieron el juego y los alzaron no saben ahora a dónde meterse de vergüenza.

No descarto la posibilidad, y en cualquier momento, de una cuartelada que substituya el grupo insignificante y universalmente asqueado de Aramburu, Rojas, Quaranta, Bencarrere, Labayrú, Leguizamón Martínez, Manrique, Lanusse, Fitzmons, Duperre, Molinari, Messina, etc. por otro menos comprometido, presidido, podría ser, por Iñíguez o Señorans, Krausse, Estévez y el entourage de éstos. Si los primeros tuvieran un dedo menos de ambición y un dedo más de cabeza entregaban al punto el gobierno a los segundos. Así salvaban el pellejo y la plata. Porque entre bueyes no hay cornada. La substitución de un equipo por otro muchos creen que será sangrienta. Yo no lo creo. No llegará la sangre al río. Porque los gorilas pueden cambiar de camiseta pero patean siempre contra el arco del pueblo. El cambio sin duda los debilitaría, pues iría quemando mucha gente; pero pueda que el nuevo equipo escarmentado en la cabeza del primero corrija los errores más gordos con que el actual equipo ha llevado el país al caos. La norma de los nuevos será ir concediendo al peronismo lo estrictamente indispensable para evitar, por un lado, los sabotajes; pero, por otro, la vuelta de Perón. ¿Qué harán con

el Partido Peronista? ¿Le permitirán presentar candidatos? Si se vieran forzados a lo último, tratarían por todos los medios de que, en lo posible, surgieran peronistas sin Perón. Sólo así evitarían la vuelta del hombre en gloria y poder.

Es cuestión de ir pensando qué deba hacerse en este caso. Como ya noté en mi anterior, el resultado final de todos los enjuagues con que esta gente querrá salir del atolladero estará en las manos de las fuerzas obreras. Si éstas se dejan desorientar, su reacción a la tiranía irá siendo cada vez menor y llegará tarde o temprano a punto muerto. Ud. sabe como nadie que la revolución de Septiembre fue lisa y llanamente un episodio desastroso para el pueblo de la lucha de clases. Fue la reacción de la oligarquía frente a la revolución social argentina. Se cobraron los oligarcas nuestros doce años de hegemonía popular. Ahora la oligarquía tratará por todos los medios de desvirtuar la reacción del pueblo. ¿Lo logrará? Me lo temo. Cierto que entre la gente del pueblo no faltan héroes e idealistas empeñados en luchar intransigentemente hasta el fin por la vuelta de Perón, sobre todo en las provincias del norte, pero estos héroes se mueven los pobres entre pesados cardúmenes de cagones. Porque este pueblo es pansista y logrero como no se da Ud. una idea ni puede dársela. Remedio para semejante mal posible sería la formación de una eficaz central partidaria, bien conectada con ustedes, en la Capital y en las provincias. Ella deberá estudiar sobre el terreno lo que debehacerse en cada caso. Un cambio de gobierno que suprima el decreto de extinción del Partido Peronista le permitiría a la central de la capital y a las de las provincias trabajar a la luz por medio de un gran diario. Esta es la mejor arma política en los momentos de convulsión. El cambio de gobierno traería también un cambio de comandos en las Fuerzas Armadas. Acaso ello aparejara un repunte de oficiales peronistas con mando de tropa. Ahora son antiperonistas en inmensa mayoría. Ese repunte nos permitirla acariciar esperanza de que el pueblo recupere el poder, apoyados los obreros por las armas.

De no producirse la cuartelada, ¿se llegará a la Constituyente? En contra está el 85 por ciento, si no más, del país: los peronistas, frondlzistas, nacionalistas, católicos, comunistas, solanistas. Nadie deja de ver que que es una artimaña para perpetuar el gran fraude continuista. De llegarse a ella podría ser para el gobierno el patíbulo de Aman. En este caso -a mi ver- los peronistas tendrían que votar asi: VOTO A PERON para que ni los  nacionalistas ni los frondizistas se atribuyan los votos en blanco. A su tiempo habrá que imprimir boletas y repartirlas casa por casa. La papeleta del voto debería además llevar impresas leyendas de repudio a los tiranos, a la ley de supresión del Partido Peronista, a los asesinatos de Junio, a la supresión de la Constitución del 49 y una instrucción nítida sobre el modo de votar,

Causas del fracaso de los gorilas

El fracaso de los goriludos (como los llamamos, no gorilachos) deriva de haber sido instrumentos ciegos de lo más antipopular del país.

En lo político siguieron los dictados de los despechados Ghioldi, Zabala Ortiz, Thedi, Aguirre Cámara, Bullrich, Ordóñez, Marcó, etc. Estos les han hecho cometer disparates políticos que jamás hubieran cometido ellos mismos de ser responsables del gobierno. Son obras de estos inicuos la supresión presión de nuestra Constitución del 49, los asesinatos de Junio, con los que se echaron encima la indignación de toda América.

En lo económico se entregaron a mentalidades fosilizadas en individualismo dieciochesco. Tales Prebisch, Pinedo, Verrier, etc. que les embaucaron con el cuento del tío del saneamiento de la moneda. Están rascando el fondo de nuestras reservas de oro. La inflación es pavorosa. El desastre económico, confesado. Tampoco habrían hecho los prebischeanos de ser ellos los gobernantes las barbaridades que les han hecho hacer a los gorilas.

En lo social han tenido de mentores a tipos de mollera esclerosada, como el famoso Migone, verdadero troglodita del liberalismo. Con intervenir los gremios, deshacer la C.G.T. y otras bellezas han creado el problema obrero. Se han tragado la plata de los sindicatos. Han desacreditado a los dirigentes socialistas y radicales alzándolos dolosamente a la dirección de los sindicatos y colocándolos frente a situaciones imposibles. Han acentuado la diferencia entre salario y costo de vida. Han peronizado los gremios.

En lo moral fueron víctimas conscientes de los calumniadores e intrigadores que durante doce años sabotearon el peronismo con rumores mentirosos. Nuestros hombres más sucios están resultando ahora unos angelitos al lado de estos galápagos. La sobriedad republicana que vinieron a imponer la

cantan al vivo los sueldos de los oficiales, los viajes al extranjero de los pituquitos que triplican el personal de las Embajadas, las maniobras con el paralelo 42, las alzas y bajas artificiales del dólar y de los coches, el negociado de las carnes, etc., etc.

En las relaciones con la Iglesia los gorilas han pretendido jugar a dos caras tratando de quedar bien, por un lado, con ateos y masones; y, por otro, con los figurones del alto clero. Para echar a Perón los laicistas pasearon al lado de los curas la vela del Corpus y llenaban la Iglesia del Salvador porque el P. Sojo se las despachaba contra Perón desde el púlpito, domingo tras domingo. No le digo cómo cizafiaron en los colegios de los religiosos y las monjas llenándoles los sesos de prejuicios y de mentiras. Pero todo fue dejar de necesitarlos para sus intentos políticos y revolucionarios, y sacudirse de encima a los curas con todo descaro. Bien hecho. Hoy crece el convencimiento, sobre todo en la clase media (en la obrera era cosa sabida), de que los incendios de los templos y toda la querella con los curas fue intriga, pura intriga tejida en las sombras por estos canallas. Nos hicieron a los peronistas pisar el palito. Nos llevaron a su juego. Para esto habían envenenado a los educadores de los niños oligarcas, primero, y, después, a los párrocos con doce años de cuchichear mentiras. .Soy de esto testigo de excepción. Yo no alcanzo a explicarrne -lo he dicho mil veces- cómo lograrán tranquilizar sus conciencias y lograr el perdón de Dios los sacerdotes autores de panfletos vergonzosos y canallescos sobre la U.E.S., sobre los robos por parte de Ministros y Gobernadores, y sobre tantas cosas. Si en el confesionario no puede absolverse al ladrón de plata, hasta que no ha restituído, menos al ladrón de la fama del prójimo. Sobre todo ahora que los jueces -oligarcas pa­ra mejor- van declarando cada día la inocencia de las víctimas, descargandolas de toda culpabilidad.

En suma: a la altura de los acontecimientos sólo quien no quiere ver no ve que esta revolución no es revolución sino antirrevolución. Es reacción de la oligarquía contra el pueblo. Es lucha de clases. En nuestra historia no ha habido sino dos revoluciones: la nacional de 1810, que trajo la libertad al país, y la social de 1945, que trajo la de los trabajadores. Todas las demás no se pasan de cuarteladas para substituír unos quesistas por otros. La acción de Rosas, aun con todos los excesos del hombre, tenía mucho de revolucionaria en lo social. Favoreció al pueblo. Caseros fue reaccionario y antipopular. No digo antipatriótico, porque mentalidades como Mitre y Sarmiento no veían entonces otro modo mejor de hacer patria y cultura que entregando el país al coloniaje sajón.

El odio de la oligarquía contra Perón, ese odio patológico y energumenal, del que el infeliz de Aramburu se vuelve expresión perfecta al llamarlo «monstruo» en todos sus discursos a Perón, después de sacar una ley prohibiendo bajo terribles castigos toda defensa del insultado, ese odio en realidad no se dispara contra Perón sino contra el pueblo que le sigue porque le sigue. Como no pueden los oligarcas abofetearlo al pueblo en la cara le abofetean el ídolo. Se llaman democráticos como esos negros que se llaman Blanco de apellido. En la realidad son antidemocráticos furiosos …

La oligarquía siempre ha echado mano del peor totalitarismo, totalitarismo que arrasa hasta con el derecho de sus víctimas de clasificarlo de totalitarismo. El totalitarismo aristocrático se llama democracia. Y la democracia popular se llama totalitarismo. Por suerte estos nombres son ya «flatusvocis». No guardan el menor prestigio. Y ha pasado ya el tiempo en que al pueblo se lo asustaba con palabras.

Para una epopeya del momento actual

El país, en las vísperas de la reacción proletaria que se alumbra, reviste -a mi entender- las siguientes características espirituales. Las materiales son archisabidas. Mientras mejor cobremos conciencia de estas características espirituales mejor orientaremos nuestra acción.

1.- Pérdida de todo prestigio de los partidos políticos. Sus dirigentes no sólo están horros de pueblo sino enconados contra el pueblo, precisamente por el desprecio en que el pueblo los envuelve. En las elecciones internas los demócratas de la Capital sumaron sólo tres mil votos. Los radicales, diez mil. Cualquier club de barrio decupla el número. No hablemos de las elecciones gremiales. Las concentraciones políticas en Constitución y Once recuerdan las reuniones dominicales de los evangelistas. Sólo falta la rubia del armonium. Si yo fuera presidente -¡absit!- bregaba por que en las Cámaras ocuparan bancas los delegados de los clubes y de los gremios. Estos representan sectores reales de pueblo. No los políticos. Aun el peronismo como fuerza política nunca, ni en sus mejores tiempos, valió gran cosa. Se impuso como fuerza social. Las unidades básicas y sus dirigentes le hacían más mal que bien. Ahuyentaban la gente más que atraerla. Creaban problemas en vez de solventarlos. Por eso los dirigentes han brillado por su ausencia en la borrasca. A no pocos se los ve ahora buscando acomodo en los partidos opositores. Frondizi y los azuliblancos trabajan afanosos por dar a sus campañas contenido social. Agitan las mismas banderas del peronismo. Hablan el mismo idioma. Claro que el amor del pueblo no se conquista sólo con palabras. Obras son amores. Y los maricones sociales son más repelentes que los maricones sexuales. El oligarca que se presenta vestido de overol no engaña a nadie. Menos, al pueblo. Este huele a mil leguas su inversión social. ¡Qué no darían Frondizi y los nacionalistas por raer de la memoria del pueblo sus pasados insultos al peronismo y sus alianzas con la oligarquía!

2.- Fracaso de las elites. En el libro que le envié ya cargué las tintas sobre varios aspectos de este fracaso. Pero estos meses de heroica resistencia popular a los invasores han descubierto otras caras. En los doce años del justicialismo, intelectual y peronista parecían términos irreconciliables. Mis colegas de la Universidad, muchos de ellos por lo menos, decían que no podían ser peronistas que más no fuera «por estética». Los habituales de la «intelligentzia» todos eran opositores. Hasta las costureras cuando querían darse pistos de cultas se hacían las opositoras por fuera, aunque por dentro les saltara a chorros un rabioso peronismo. Hoy, no. Hoy todo argentino con un poquito de amor a su patria y un poquito de vergüenza entre la «tiranía» de ayer o la «libertad» de hoy se queda con la primera. Ha dejado de ser una vergüenza para el intelectual ser peronista. Y está siendo cada vez más una vergüenza para el intelectual no serIo. La juventud sana de los partidos políticos opositores envidia la suerte de los peronistas. Cada día se inclina más a nosotros. Busca una entrada decorosa. Y para esto trata de estrechar amistad con alguna de las principales figuras del peronismo. No faltan viejos y tenaces políticos opositores, los que, aunque tarde, reconocen ahora su error. Envidian nuestra posición. Es todo una gloria para nosotros ser perseguidos y proscriptos por los entregadores de la patria. [Qué no darían por pertenecer a nuestro bando! Damonte Taborda, Martínez Estrada y otros libelistas, ¡oh si pudieran hacer desaparecer sus alocados brulotes! Se lo dicen a quienes les quieran oír. Con esta «libertadora» el papelón de los políticos y de los «intelectuales» ha sido soberano. No les queda otra salida -¡lo ven clarito!­que desaparecer amortajados con un sudario de ignominia.

«La Nación» publicó el 6 de Enero un número extraordinario dedicado a exaltar el alto nivel cultural alcanzado por la «libertadora» en el campo de la cultura. No contenta con falsificar, como acostumbra, la historia del pasado trata de fraguar piezas documentales para falsificar la historia del futuro. Quiero decir: la que se haga en lo futuro sobre el momento presente. Perobasta con no ser ciegos para ver que el país se ha ido culturalmente barranca abajo. El espectáculo dado por los carcamales en las universidades es deplorable. Más de tres mil artistas no tiene trabajo. Mi Facultad ha sido literalmente asaltada por tres o cuatro familias. Las de los Romero, Ghioldi, Mantovani. Cobran hasta 18 y 20 mil pesos. Ningún profesor antes llegaba a los cuatro mil. Ahora 20 mil por gangosear vulgacherías de escuela primaria. Por cincuenta publicaciones que sacábamos nosotros, nuestros adversarios no han sacado ni cinco. Las academias son un muestrario de memez. Ud., desde lejos, no puede darse ni idea de esto. Los discursos de Freire eran ingenuos pero sabían a lo nuestro. Las payasadas de Palacios, Bergalli, el Capitán Gangi no saben nada más que a estupidez sin atenuantes. En estos instantes apesta en las calles la basura amontonada por la huelga de los municipales, pero apesta más la literatura farragosa del Intendente que aprovecha la bolada para declamar ditirambos a la democracia y a la libertad. Es un tipo de chaleco. Yo me pregunto ¿qué se dirán a solas los Borges, Mallea, Victoria Ocampo y toda esa crema de craneoúmenos que asqueaba del peronismo «siquiera sea por estética» ante esta suelta de locos y este desenfreno de botarates? ¡Triste el espectáculo de nuestras elites en esta hora de liquidación de un pasado al que el triunfo episódico de la reacción le ha permitido asomarse al escenario para dar su canto de cisne, pero a precio de dejar ver toda su podredumbre y vaciedad!

3.- Necesidad de severa auto crítica dentro del justicialismo. La falta de libertad de prensa, durante el peronismo, no permitió la menor autocrítica pero permitió a los jerarcas del régimen aburguesarse y adormilarse en sus cargos dando un tristísimo espécimen de incompetencia y mediocridad. Los ministros corrían todos tras la pelota como chicos de arrabal. Carecían de perso­nalidad. No daban un paso sin consultar al «papi», como incapaces. Y el día entero se los veía atrás de Perón o de Evita como huérfanos de orfanatorio. Ello no implica el reconocimiento de autocrítica en tiempos de la oligarquía. Ya hemos dicho que ésta puso en práctica el más cruel totalitarismo. Ningún diario poseía libertad para atacar los grandes consorcios y desenmascarar los negociados porque los trusts financieros compraban los diarios que más no fuera con los grandes avisos y los suprimían quitándoselos. Quede esto claro.

La autocrítica fue imposible en los años peronistas, sobre todo en los últimos, por el exceso de «sectarismo» que ahogó el idealismo revolucionario fosilizando al justicialismo. Todo movimiento cuenta con: sectarios, idealistas y oportunistas. Los primeros se niegan a reconocer error alguno. Son enemigos de la autocrítica. Dicen que ésta confunde a la masa. Culpan a los idealistas de heterodoxo s si no ya de opositores. No les interesa para nada los principios ni la doctrina. Les interesa enquistarse en las posiciones alcanzadas, conservar el puesto y cobrar el sueldo o los sueldos. Desconfían de los idealistas, que son siempre revolucionarios, porque éstos pueden patearles el nido y desplazarlos de sus puestos por inoperantes. Los sectarios arbolan la bandera de su fanatismo peronista creyendo hacer patria cuando en realidad no hacen sino egoísmo.

En estos años de resistencia al invasor se ha patentizado la diferencia fundamental entre los sectarios y los idealistas. Ambos propugnan intransigentemente la vuelta de Perón. Pero los primeros para seguir ocupando sus bancas en el Parlamento y su antiguo rango en el escenario político. Apunta más al propio bienestar que al del pueblo. No comprenderán jamás que, aunque hayan sido honestos y eficientes, se han gastado y deben dejar paso a los héroes de la resistencia. Los segundos buscan más el triunfo del pueblo que su propio triunfo. Anhelan que el justicialismo no se quede a medio camino.

Debe llevar las reformas sociales hasta sus últimas consecuencias. Debe corregir sus muchos errores accidentales en aras de sus aciertos substanciales. A diferencia de los sectarios que buscan la conservación de lo ya alcanzado, los idealistas buscan la superación. Aquellos adulan a Perón y merced a esto se ubican bien formando camarillas para sostenerse los unos a los otros. Los idealistas critican lo criticable de Perón y esto les ha valido ser radiados de en medio, perdiendo con esto el movimiento sus mejores hombres.

Los sectarios son amigos de los nombramientos digitados en las cámaras, en las unidades básicas, en los sindicatos, en todo. Porque sólo digitados llegan a esos puestos. Los idealistas desean que surjan los más capaces de las entrañas mismas del pueblo. El pueblo debe darse sus comandos sin mandato de arriba, ni siquiera la media palabra del Jefe. Este a lo más podrá vetar a un candidato por sus razones, que dará o no dará, pero jamás debe señalarlo. Si en el pasado esto se toleró por razones dialécticas (en el sentido comunista de la palabra) de ninguna manera debe tolerarse en el futuro. Se ha constatado que los sectarios, que tanto cacarearon su peronismo en las vacas gordas, que tanto gritaron «la vida por Perón», han sido ineficaces, en las vacas flacas; han dividido a la masas, han dado un pésimo espectáculo de fatuidad y falta de camaradería. Se creen la «élite» del peronismo. Si ellos no rodean a Perón, «pobre Perón». Cuando no han hecho sino aprovecharse descaradamente del peronismo. Muy poco edificante ha sido el espectáculo de los sectarios en las cárceles, en el destierro, en la resistencia. Han dividido al peronismo y son grave obstáculo para el ingreso en nuestras filas de lo mejor de la ciudadanía que ve nostálgica arriadas las banderas justicialistas.

Lo más grave es que los sectarios no quisieran evolución ninguna en Perón. No quieren que aprenda la lección del destierro. No quieren que reflexione. Desearían fosilizar lo. Las masas, en estos años trágicos, lo han idealizado creando, ya en vida de él, el mito Perón. El más eficaz enemigo del Perón mito sería el Perón de carne y hueso si éste se estancara, permitiendo así que las masas lo superen. Porque es realmente maravilloso cómo el pueblo obrero ha madurado su conciencia social, cómo ha evolucionado, cómo ha captado la realidad nacional. La persecución es una lección magistral de experiencia política. Y el pueblo la ha aprendido. Se ha politizado.

Lo dejaría muy atrás a Perón por poco que éste pusiera de «rélachement» en el desarrollo de las virtualidades político-sociales que depotencia. Lo único que puede librar a Perón, tras su vuelta, del fracaso de los «cien días» es la implantación de un justicialismo de nuevo cuño que supere en cien codos al pasado. No hemos derramado nuestra sangre, no hemos sufrido y hambreado para volver a las andadas. La masa peronista necesita una palabra de Perón, en estos momentos, que le exhiba un Perón nuevo, un Perón superado, un Perón más allá de todo el pasado. No puede demorarse más Perón en mirar a los tiranos entreguistas. Frente a los programas, repeticiones descaradas del justicialismo, arbolados por Frondizi, Solano Lima, Amadeo, etc. quienes pretenden aprovechar la extinción del peronismo, debe soltar un canto nuevo, revolucionario, inédito que estremezca a toda América. ¿Va a perder el escenario magnífico que le brinda el destierro para hablar por sobre los tejados de América? ¿Va a malograr la popularidad inmensa que ha logrado en todo el continente? ¿No sabe que éste tiene atento el radar de su sensibilidad ansiando de él palabras de futuro?

4.- Más allá del justicialismo. La superación del viejo justicialismo es un reclamo imperioso del pueblo argentino. Y superación en cuanto tenía de bueno y de mejor. No digamos de sus vicios. El pueblo, tras esta sangrienta experiencia, exige la liquidación radical del oligarquismo, de la politiquería profesional, del entreguismo. Basta de medias tintas justicialistas. O todo o nada. No vamos a iniciar un nuevo ciclo de tira y afloja. Ni mucho menos de traiciones a los ideales del pueblo. Perón ejerce hoy un hechizo mítico en la masa. Pone frío pensar en lo que va a pasar el día de su retorno. El país entero se pondrá de pie. Será el retorno del pueblo mismo a la Patria, a la Patria de los sueños. El es el único que puede exigirle al pueblo sacrificios heroicos para salvar al país del desastre económico en que le ha sumido la tiranía. ¡Ay de Perón si defrauda al pueblo! ¡Si no vuelve renunciador, visionario, magnánimo y humilde! Sobre todo humilde. Porque la humildad es la limpieza espiritual del hombre en cuya cara el sufrimiento o la santidad han encendido un reflejo de la majestad de Dios. Ser el hombre más amado y más odiado de América, cargar con la inquina de la oligarquía internacional y capitalizar la esperanza de las masas trabajadores no de un país sino de veinte configura una vocación de heroísmo, al cual renunciar sería traicionar al propio destino. El «todo o nada» del Braden de Ibsen es la única ejecutoria condigna de un auténtico reformador social. La mediocridad atenta contra la esencia misma de aquel a quien Dios eligió para que cabalgara sobre la mediocridad. Como reformador social, tanto en su vida pública como en su vida privada, Perón debe ser espejo en que se mire y a quien calque la inmensa masa que le sigue. Porque un reformador social -como he dicho en otra parte- se acerca más a un fundador de religiones que a un político y que a un conductor de pueblos.

En su primera presidencia Perón dejó una impresión, aun en sus másenconados enemigos, de sorprendente capacidad creadora, agilidad mental, sensibilidad de masas, laboriosidad y austeridad de vida. En este marco de virtudes su genio, su indiscutible genio, brillaba aun ante la faz de sus enemigos sin que nada lo opacara. ¡Qué grande la andaba a sus enemigos! ¡Y qué chicos le andaban sus enemigos! Hizo una reforma social. Dióle al obrero hegemonía. Fue fiel a su vocación de pueblos. Pudo, buscando su comodidad, acostarse a la oligarquía internacional y nacional. Esta le habría cubierto de halagos. Le habría convertido en su héroe, pero, por fidelidad a su vocación y destino, prefirió vivir en perpetua zozobra y en perpetua lucha.

En su segunda presidencia su personalidad fue perdiendo vuelo cada vez más. Por su culpa y por culpa sobre todo del coro de mediocridades que le rodeaba. Se anemió su garra revolucionaria ante la desesperación de su pueblo. Se desconectó de la realidad. Se aburguesó y aburguesó a sus equi­

pos. Coqueteó con su alcanzado prestigio gastando su prestigio. Desestimó a sus enemigos como si su buena estrella, sólo porque sí, hubiera de volverle invulnerable. Para peor, no quiso crearse problemas ni menos que nadie de los suyos se los creara. Estos, en las antesalas de la Casa Rosada prevenían a los visitantes de todo lo que no debían hablarle a Perón. «No le venga con problemas.» En esas antesalas se le cortaron las alas a la revolución.

Un verdadero diluvio de fotografías y documentales volcó sobre el pueblo su vida íntima vaciándola de la reserva y del elemento mítico que, Platón decía, coloca al mandatario ante el pueblo en la perspectiva de lo divino. Cuando se aproxima el santo a las narices de sus devotos éstos le pierden la fe; cuando lo ven por dentro exclaman: «Te conocí manzano». Una buena dosis de misteriosidad conserva la autoridad. Perón se obstinó en conservar un cuadro de hombres gastados. No sé si fueron ladrones. ¡Creo que no! Ni siquiera si fueron torpes. ¡Creo que tampoco! Pero ciertamente no

colaboraron a la grandeza de Perón. No fueron digno marco de él. Con su vulgaridad lo avulgacharon. Confundieron lo popular con lo populachero. Y le brindaron un plato diario de vulgacherías y populacherías babosas, que eran la desesperación de los hombres conscientes de la verdadera grandeza de Perón. Los actos partidarios fueron perdiendo el fuerte acento popular y criollo de la primera época, substituído por tonalidades de arrabal. El subproletariado suplantó al proletariado y sopló en la ciudad un fuerte vaho de oclocracia. El «más allá del justicialismo» no fue superación sino degeneración. El pequeño pero terrible libro de Spengler «Años decisivos» cobró trágica realidad entre nosotros. Habíamos desestimado demasiado al hombre – calidad y dado exagerado valor al hombre-cantidad. Así, si no perdimos, anestesiamos el pueblo confiando nuestra suerte al populacho. En la hora de la lucha el pueblo contempló desesperado nuestro derrumbe moral.

Lo más grave de la crítica implacable, insultante y canallesca de la oligarquía contra Perón y Eva Perón fue el haber provocado, por lógica reacción, en el peronismo una explosión de elogios cuya desmesura se enderezaa más a.herir a los enemigos que a exaltar a los amigos. Y lo peor de todo,

habernos inhibido de la autocrítica. Esta, la que ni podían ni sabrán hacerla jamás los enemigos, habría evitado que vicios y errores extrínsecos ahogaran la vitalidad interna del sistema. La oligarquía cae, y cae por decrepitud interna, por desentonar con los tiempos, como la farmacopea de los galenos o la piedra filosofal de los alquimistas medievales. Tras la experiencia inmensa de estos años, empecatamos en una terca terca defensa de nuestros errores, de métodos ineficaces y de hombres gastados probaría que no creemos en el dinamismo interno del justicialismo, cuya defensa no necesita de nuestras mentiras. Probaría nuestra ceguera política; porque dicha autocrítica veraz y aun cruel, en estos momentos de liquidación del oligarquismo, resulta a todas luces el método más eficaz para conquistar todo lo sano y progresista del país. Probaría en fin, que nuestra doctrina es superior a nosotros y que hemos dejado de merecer ser sus pregoneros y defensores.

No, no caímos vencidos por las armas. La rebelión estaba militarmente sofocada en todos sus focos. Caímos bajo el cúmulo inmenso de nuestros errores políticos, y de nuestra traición a una doctrina cuya vitalidad juvenil era aval de éxito frente al caduco liberalismo individualista. Sólo Perón pudo acabar con el peronismo en plazo tan perentorio. Pero, he aquí que cuando la personalidad de Perón pudo parecer definitivamente perimida, cuando pudo creerse sepultado para siempre a Perón, el genial y magnífico de otros tiempos, en el último Perón, sólo cenizas del primero, hace explosión el odio oligárquico acumulado en doce años, triunfo efímero de ideas muertas, y el ocaso del último Perón se convierte en aurora radiante de un Perón nuevo que nace en la conciencia popular como al conjuro de portentosos avatares. La vitalidad interna de la doctrina salva al hombre. El justicialismo redime al peronismo. Y queda probado, por millonésima vez en el mundo, que hombres viejos con ideas nuevas vencen a hombres nuevos con ideas viejas.

No, no podía desaparecer ahogado en odios, en calumnias, en vejámenes el creador de una nación socialmente justa, económicamente libre, políticamente soberana. Este estribillo, que no sólo había perdido todo sentido por repetirlo implacable la propaganda oficial sino se había convertido en tormento, recuperó de repente su vida y su prestigio, y se vuelve sagrada consigna de todo hombre digno. Lo repito una vez más: Las toneladas de calumnias, acusaciones e insultos y una ley, sin precedentes históricos, que prohíbe toda defensa del acusado bajo penas severísimas, redimen a Perón en la conciencia popular, le agrandan, le transfiguran en mito, en bandera, en ideal. Aparece ahora con toda nitidez su magnitud de primer orden dentro del proceso histórico. La masa no tiene ya que aceptar la imagen oficial del Perón que le impone la propaganda. Ella la hace. Y la hace inmensamente superior a la propaganda… De la discusión surge un Perón verdadero, más allá de las calumnias y de las adulaciones. El hombre de overol reconoce ahora los excesos egolátricos de Perón, que llenó al país de toponomásticas monocordes; reconoce su proclividad a rodearse de los peores, como si padeciera alergia a los hombres de valor; reconoce su infantil inclinación a la espectacularidad; reconoce uno a uno todos sus errores … pero, pero es el hacedor de la Argentina justicialista, de la hegemonía popular, de una nación libre y soberana. Cualesquiera sean sus errores no traicionó al pueblo ni traicionó su vocación fundamental y su destino. Nada más injusto que exigirle a un gran hombre las virtudes del mediocre. Y Ortega y Gasset en su ensayo «Mirabeau o el Político» (Obras Completas, III, p. 607) ha escrito y no sin causa: «Es un hecho universal que no hay grande hombre con virtud, se entiende con las pequeñas virtudes de los mediocres». Tiene Perón derecho a un buen cúmulo de defectos, acaso intolerables en los hombres medianos, los que compensa y sobrepasa su innegable genialidad.

Ahora el pueblo pregunta apremiante: ¿Cómo está Perón? ¿No es cierto que le ha agigantado la persecución y el destierro? ¿No es cierto que no ha renunciado a su vocación y a su destino? Si para gruesos sectores ciudadanos particularmente de las clases superior y media la actual personalidad de Perón es un enigma, la masa obrera no duda de que Perón ha evolucionado como ha evolucionado ella misma al calor de la persecución. Todo permite presagiar que el gran dolor de esta hora engendrará una Argentina y un Perón de los que aquellos de 1945 no fueron sino un pregusto o un esbozo.

El inmediato quehacer

A lo largo de esta carta quedan esbozadas algunas medidas prácticas en consonancia con el estado del país, pero para terminar permítame insista en dos más.

1.- Mucha gente opositora, sobre todo del frondizismo y nacionalismo católico recién ahora, en la derrota del justicialismo, ha conseguido ver lo nuevo y magnífico que éste incorporó en nuestra historia. No lograron verlo, acaso por envidia acaso por ceguera, en los años del triunfo. [Cómo lucen nuestras tres banderas en medio del entreguismo actual! ¡Cómo contrasta la política económica interior y exterior (¡verdadera obra maestra!) de Perón con la de los cranocúmenos del entreguismo! [Qué grande la Argentina de ayer frente a la de hoy hambrienta, pordiosera, quemada de odios!

Ahora bien. ¿Cómo incorporar a nuestras filas los gruesos sectores juveniles de la oposición quienes ven ahora meridianamente que arrear las banderas justicialistas es hacerle el juego a la oligarquía y a la antipatria? ¿Cómo incorporarlos a nuestros enemigos sin forzar a pasar vergonzosamente por las horcas caudinas? 1) Esclareciendo que poco importan las diferencias políticas (reducidas a meras simpatías por unos y otros hombres) cuando se coincide en un mismo ideal social. Poco importan precisamente porque la lucha se libra en el terreno de lo social. Duelan la oligarquía y el pueblo. 2) El peronismo si no necesita formar con los otros partidos obreristas un frente único popular contra el contubernio de los partidos oligárquicos, necesita ciertamente de la colaboración de aquellos partidos, compañeros en la lucha social. Colaboración que debería implicar: el acceso de sus hombres capaces a altas funciones públicas, incluso a ministerios: la unión en las cámaras, en los sindicatos, en la integración de milicias obreras imprescindibles tras lo ocurrido. En una palabra: sin que el radical frondizista deje de ser radical, por su decoro, debe considerársele verdadero compañero de lucha y debe entrar con todos los honores en la conducción del país.

II.- La conciliación del peronismo con la Iglesia es no sólo posible sino fácil. Y la reclaman inmensos sectores católicos y pe ronistas. Los siguientes hechos aconsejarán el temperamento a seguir. 1) Nadie en los amplios sectores adonde alcanza la influencia del clero está por la tiranía imperante, antes se la detesta. 2) El alto clero, el curialesco, los religiosos y religiosos educadores de aristócratas católicos, a fuerza de leer «Azul y Blanco», se han forjado una mentalidad azuliblanquesca, mezcla de utopismos políticos, paternalismo social y religiosidad ventajera. Hay en estos sectores altos valores intelectuales. Tejen muy bien la intriga política. Son los enemigos más eficaces del liberalismo. Les han llevado una lucha sin cuartel a los gorilas. El descrédito galopante de éstos es obra: de sus disparates y de las acometidas de «Azul y Blanco» y de «Qué». Con la misma viveza con que han golpeado al gobierno tratan de dividir al peronismo y sacar tajada. Su principal argumento contra nosotros sigue siendo el diferendo de Perón con el clero, la amenaza de represalias a la Iglesia a la vuelta del peronismo, el marxismo que -¡según ellos!- entraña el peronismo, aunque saben que mienten. 3) El clero humilde y la inmensa masa católica influída por él, aunque lee «Azul y Blanco» y acepta su ataque al gobierno, no acepta su oligarquismo indisimulado. Entre Perón y éstos se quedarían mil veces con Perón de saber que ha oreado su alma de resentimientos con la Iglesia, no se tomará disimuladas venganzas ni desatará innecesarios conflictos. 4) Frondizi hace carantonias al clero, al Ejército, a los obreros, a todos. No es santo de la devoción de los católicos por su marcado corte izquierdista. Está atrayendo a no pocos obreros. Pese a su aparente oposición a los gorilas sería la solución de éstos. Por algo le han dado medio millón para su campaña, según mis informes. Se lo darán a Bramuglia y a quien quiera dividir al peronismo

pues ésta es su gran preocupación.

En suma: la masa peronista más o menos católica, si no quiere ver a Perón en Canosa -¡no!-, tampoco quiere que sus sentimientos cristianos entren en conflicto, antes armonicen con sus ideales políticos. Desearía un acto de reparación hacia inmensos sectores del clero, más del ochenta por ciento, y hacia peronistas que son militantes católicos a los que alcanzó injustamente la acometida a la Iglesia de 1955, hecha sin distingos. El Sr. Nuncio no puede haberse mostrado mejor dispuesto ni más afecto a Perón, aun después de su caída. Los gorilas le tienen catalogado como peronista y le mantienen en cuarentena, como Perón a Mons. Fietta, por no escuchar éstenada más que a los antiperonistas y por informar adversamente al Vaticano.

El Cardenal Copello está padeciendo implacable persecución, «por colaboracionista con la dictadura». Todo obispo y sacerdote obrerista de su contacto con los trabajadores no puede no sacar que la salida del caos económico y de la contienda civil requiere de un modo o de otro a Perón. La acometida de éste a la Iglesia -también lo saben todos- no le salió a Perón del alma. Fue cosa postiza. Se la fabricaron. Lo embalaron. El fondo cristiano de Perón no ha sufrido mellas y, por debajo de su enojo contra el clero oligarca mantiene vivas las brasas de su fe en Dios y de su devoción a la Virgen.

Y no crea que le escribo esto haciendo un hábil trabajito, muy jesuítico (es decir, súbdolo). Nada de esto. Le digo la verdad tal cual yo la veo. La dureza con que escribo me nace del amor hacia Ud. Mis conceptos los subscribirían el 90 por 100 de los peronistas, quienes malo bien son cristianos y se sienten lastimados por el conflicto del 55. Aun los que no tienen fe y están hartos de los curas, como mi amigo Puiggrós, comunista, quien lo quiere a Ud. como pocos, piensa igual. Ud. aliviaría al país como no se lo imagina con mostrar, en cualquier declaración de prensa, su preocupación por el golpe que pudiera haber sufrido el cristianismo en el alma del pueblo. Porque éste es el problema de fondo.

El país entero se estremecería de gozo si le oyera decir a Ud. «El diferendo entre la Iglesia y el Estado, los incendios de los templos, la acometida al clero, con ser hechos tan lamentables, me han preocupado menos que el quebrantamiento que pudieran haber sufrido en su fe cristiana nuestros trabajadores. Para evitar esto, en cuanto ha estado de mi parte, he repetido constantemente que soy católico y no tengo respeto humano de mostrar a todo el mundo la imagen de la Virgen de Luján que me acompaña en el destierro. Algún día se sabrá que fue la oligarquía ateo-liberal la principal responsable de los incendios de los templos. Un templo derruído se puede reparar. Yo ofrecí a la Iglesia doscientos millones para esto. Fuimos los peronistas quienes verdaderamente sentimos ese execrable sacrilegio. Nuestros opositores se llenaron de satisfacción hallando en ello un arma contra nosotros.

«Sé que el clero argentino ha comprendido muy bien que nuestro diferento con la Iglesia no le rozó ni la piel. Los clérigos posaron de héroes y de mártires ante el mundo porque la prensa oligárquica, de ordinario anticlerical, se hizo entonces la escandalizada y magnificó los hechos, pintándolos como perseguidores de la Iglesia. Pero el ataque que ahora le llevan a la Iglesia los liberales y los masones encaramados al gobierno va contra el alma de la Iglesia. Siembra materialismo, ateíza y corrompe las conciencias juveniles. Son estos señores muy hábiles para hacer clericalismo, homenajeando al Sumo Pontífice y a las autoridades eclesiásticas, y anticristianismo, arrasando con los principios de las Encíclicas Sociales y con la tradición cristiana de nuestro pueblo.

“Mi preocupación fundamental al implantar en mi país la justicia social que rodeó al pueblo humilde del indispensable confort no fue crear animales gordos, bien comidos y bien bebidos. Fue elevar el estándar moral y espiritual del trabajador. Fue facilitarles que pudieran cultivarse religiosame si libremente querían hacerlo, respetando siempre el fuero íntimo de las personas. Y esto es lo que más me duele ahora, que al reducirlos la oligarquía a la miseria y el hambre no gocen los obreros de las facilitades que nosotros les dimos para practicar la religión cristiana y para cultivarse espiritualmente y moralmente”.

Perdóneme esta carta descomunal. Créame que me sale desde el fondo del alma. No me tena ni por un utopista ni por un angelito caído de las estrellas. No sé si con algún concepto le puedo haber molestado. Si viera Ud. mi intención y leyera en mi corazón me tendría –no lo dudo- por el amigo más grande que Dios le puso en su camino. Es mucho decir. Pero lo digo. Prefiero perder su amistad por decirle la verdad que no conservarla halagándole con mentiras. Creo firmemente que su estrella no tardará en amanecer, tras esta breve eclipse tan llena de enseñanzas, y que acrecentará sus merecimientos con la Patria y con el pueblo humilde. Creo que el sufrimiento le ha unido íntimamente a Dios. Y no puedo menos de estremecerme de júbilo al ver que la lucha con la Igleisa no ha dejado la menor  mella en sus sentimientos cristianos. ¡Cuántas cosas me gustaría decirle de corazón a corazón, que sé habrían de llenar su alma de satisfacción” Espero que muy pronto nos hemos de ver. Reciba un fuerte abrazo.

15. Carta de Juan D. Perón a Armando Méndez (Río de Janeiro).

Mí querido amigo:

Como le decía en mi anterior, he recibido su carta del 1 de abril pasado, pero, como la correspondencia no anda bien, le reitero en esta la contestación para ver si la recibe y le ruego que me conteste enseguida avisándome. Ante las dificultades que ofrecen los medios postales, usamos un comedido que era de la línea aérea, pero por lo visto a Ustedes no les han llegado las cosas que mandamos por su intermedio. Esos envíos eran artícu­los que yo redacté sobre economía, sobre el deterioro del peso, sobre la política, etc., para ser publicados allí, y que por cuerda separada remití a Don Geraldo (Rocha), para asegurarme por varios medios de su recepción. Sin embargo, ahora recibo una carta de Don Geraldo en la que me manifiesta que no ha recibi­do ninguna carta mía, siendo que le he enviado no menos de tres, extremo que me llama extraordinariamente la atención.

Esta carta se la envío a Modesto (el ex diputado nacional por Córdoba, doctor Spachesi) para que se la haga llegar, porque allí deben interferir las cartas en el Correo, lo que se podría averiguar por algún medio. Es posible que se pague al em­pleado que distribuye nuestra correspondencia.

Referente a nuestros asuntos comerciales espero que haya hablado con Rubén (Antonio), como le decía en mi anterior. Aquí todo está un poco parado porque, con la fuga de Jorge (Antonio) y su estadía en Chile, que ya se va prolongando mu­cho, tiene todo derivado hacia ese lado.

Con respecto a su situación personal crítica quedo impuesto que nada se ha resuelto todavía. No se apure y, si necesita en Río, alguna cosa hágamelo saber para mandarle enseguida lo que precise.

Las cosas de la Patria siguen su curso normal. La canalla dictatorial anda cada día peor y el caos ya no es un anuncio sino una cruda realidad. Abrigan la intención, según me anun­cian de allí, de poner la Ley marcial contra la amenaza de huelga general revolucionaria. Con eso no harán sino extremar los problemas y precipitar su caída, porque la resistencia pasiva seguirá y su culminación está decidida a corto o largo plazo. Yo sé, por las organizaciones que existen, que podrán em­plear a fondo la fuerza, pero no podrán solucionar ninguno de los problemas existentes. Mis últimas informaciones es que se vive una situación dramática en Buenos Aires, con doce mil toneladas de basura cubriendo las calles, en tanto los lugares públicos muestran armas y carros armados de todo calibre en un intento de intimidar a la población. Mientras tanto la gente putea sin cesar contra el desgobierno, sin importarle el mues­trario de amenazas, y el hambre y la miseria se apodera de los hogares como realidades cotidianas.

En tanto estos cacasenos de la Casa Rosada piensan en mí, los peronistas de la Patria les ponen la tapa. O sea, mientras ellos se afanan por echarme del Continente americano el Pueblo los echa a ellos de la Argentina. A lo mejor se encontrarán todavía conmigo en Caracas, o en cualquier otra parte. Ellos saben que están atizando a un volcán y que todo depende de cuando comienza la erupción. Ese día van a volar sin que si­quiera se den cuenta de lo ocurrido hasta que estén en el aire. O me equivoco mucho, o en poco tiempo más sabremos bien a que atenernos a este respecto.

Le ruego que me contesten diciéndome si reciben bien esta correspondencia y si les ha llegado lo anterior, mandado a la mano, para saber a que atenernos en el futuro. Saludos a todos los compañeros.
Un gran abrazo.

Firmado: Pecinco.

21. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas.

Mí querido amigo:

Contesto su carta del 11 de abril pasado y le agradezco sus ama­bles recuerdos y su saludo que retribuyo con mi mayor afecto. En ella usted ha tenido la amabilidad de hacerme un examen de la si­tuación argentina que me comprueba su conocimiento y me confirma mis impresiones sobre la misma. Espero que ya estén en su conoci­miento las instrucciones que he enviado al Comando de Chile (para mi el Grupo G. 1 y el de A. 2) entre los cuales están los artículos que veo que le han agradado, pero le ruego que le diga al amigo Ghizzar- di que le provea del «Mensaje para los Compañeros Peronistas» y «Declaración del Movimiento Peronista» donde trato de poner algu­nas cosas más en claro, el primero del Comando Superior Peronista y el segundo firmado por mi. Creo que es lo que más interesa en estos momentos. En eillos coincido en absoluto con las ideas por usted ex­presadas en su carta, que contesto.

Hoy sale un amigo para allá y lleva también (vía Ghizzardi) algunos elementos que deseo que le hagan llegar a usted. Este amigo conversará con ustedes y lleva instrucciones precisas al respecto. Por él podrán conocer todo lo de aquí, como asimismo enterarse de la vida que hacemos y los trabajos que estamos realizando. Todo el material que conocerá allí, ha salido también para todos los comandos de exilados de los diferentes países, de manera que la difusión sea com­pleta y lo más profusa posible. Como verá estamos en tren de acla­raciones para los compañeros y poniendo a la canalla dictatorial e» su lugar. No vaya a creer que doy a este hecho mayor importancia que la que tiene, sino que es un modo más de hacer la resistencia en que estamos empeñados.
Me imagino que usted estará apurado por salir de allí y me ex­plico cuanto me dice en su carta pero, nada de eso difiere de mis de­seos de tenerlo pronto por acá. Usted imaginará lo que me ha costado organizar en casi todo el mundo los Comandos de Exilados, si tiene en cuenta el panorama que ha encontrado en Chile. No creo que mu­cho se pueda hacer por evitar las rencillas, si uno no tiene la ocasión de llegar personalmente hasta los propios lugares y allí, sobre el te­rreno, accionar personalmente en la solución. Por eso y porque la tarea ya es demasiado pesada para mi solo es que he pensado de organizar ya un modo más tranquilo y llevadero de trabajar. Contando con usted aquí todo se me facilitaría porque le entregaría toda la conduc­ción política del Movimiento en tanto yo podría permanecer con la coordinación general de todo. Pudiendo usted moverse, con más fa­cilidad y menos estruendo que yo, estoy seguro que las cosas podrían hacerse en forma más efectiva y provechosa, contando también con la posibilidad actual que nos permite disponer de lo indispensable para mover emisarios hacia los distintos países, porque las comunicaciones postales no sólo son lerdas, sino que también cuentan con la inseguri­dad propia y la que le han agregado los gorilas que accionan en to­das partes con mucha plata. En resumen que anhelo que su estadía en Chile sea lo más breve posible y que cuanto antes pueda venir pa­ra ésta.

Sobre mi posible viaje a Chile, ya he consultado y los informes que tengo son afirmativos que no tendría ninguna dificultad y contaría con buena voluntad de parte de nuestros amigos pero, usted compren­de que la canalla dictatorial, empeñada de hacerme salir del Conti­nente, para lo cual acciona sin éxito en casi todos los países, pondría el grito en el cielo si yo «soggiornara» en Santiago por el tiempo que fuera. Como usted aprecia muy bien yo sería allí un huésped «so­portado» quizá pero muy molesto y quien sabe si, debiendo estar un largo tiempo, pudieran aguantar 1e ofensiva por todos los medios que la dictadura argentina realizaría. \demás, estando en Chile, pese a la Convención de Caracas, no po ría hacer nada personal y efec­tivo. Por otra parte, yo creo que no lebo acercarme hasta el momento oportuno, porque sería de efectos desastrosos tener que retroceder luego de haber avanzado, lo que anularla, por completo los efectos que tratañ de buscar algunos con mi proximidad a la frontera. Por •so creo que yo debo permanecer aquí hasta el momento que sea perón/cooke necesaria mi presencia fronteriza pero, indudablemente, necesito un hombre que me pueda reemplazar hasta entonces en el trabajo de des­plazamiento personal y ése sólo puede ser usted.

El Justicialismo, después de nuestra caída, ha aumentado de intensidad y se ha extendido en todo el Continente hasta el punto de que el pleito argentino se interpreta ya como una cosa continental y no local. Ayer, el diario «O Globo» de Río dice que, mi retorno a la Argentina como triunfador, representaría no ya un problema argen­tino, sino que podría representar un movimiento convulsional en todo el Continente que arrastraría a la guerra (ya esto es demasiado brasileño) por efectos del Justicialismo que se ha extendido. Lo que ne confiesa, sino entre líneas, es que los pueblos están hambrientos de justicia y de razón que ellos no pueden brinarle y temen que noso­tros seamos el germen de la liberación de los demás. Pero, para los explotadores y colonialistas que sirven desde distintos países a las metrópolis, nosotros representamos un peligro en potencia y es lógico que ello se traduce en restricciones de todo orden para nosotros. Cuan­do se ha viajado lo que he viajado yo, se tiene, conversando con la gen­te, un cuadro exacto de lo que está ocurriendo en estos momentos en todas partes.

Todo lo anterior aconseja una enorme prudencia para mis despla­zamientos porque aunque yo no represente más que otro, soy el crea­dor del Justicialismo y, ello representa siempre un peligro para los que luchan por mantener el actual estado de cosas. Mi presencia en cualquier parte —y esto lo he notado personalmente— entraña siem­pre una prudente observación de mi proceder por parte de las autori­dades. Una excepción de esto ha sido Venezuela que, no sólo me han acogido bien, sino que el Gobierno y el Pueblo me han dado toda clase de satisfacciones y demostraciones de comprensión y aprecio que no olvidaré mientras viva. Este Gobierno es serio y demuestra en to­das sus cosas que no tiene perjuicios ni sirve a otros intereses que a los de Venezuela.

Usted ve, mi querido amigo, que todo se ha ido agrandando in­sospechadamente para nosotros, con la cooperación valiosa de la ca­nalla dictatorial. Ella paga a sus mercenarios para que escriban contra nosotros, sin darse cuenta que esa prensa mercenaria no sólo es ene­miga nuestra sino también de los demás pueblos y, en consecuencia, salvo la aprobación de algunos papanatas, no recibe sino el repudio en todas partes. Por otra parte es vano su empeño de construir una reali­dad con falsedades, porque la verdad es sólo la que hace la realidad. Se puede decir una mentira pero no se puede hacer una mentira. Yo be podido comprobar en todos estos países que los pueblos saben la verdad. No sé cómo la saben, pero la conocen tan bien como nosotros, a pesar de la preensa en cadena y las agencias noticiosas que tratan en correspondencia engañarlos todos los días. Es que el Pueblo tiene una nariz extraordi­naria que todo lo huele.

La canalla dictatorial podrá destruir todo en la Argentina, menos los «huevitcs» que le hemos dejado con el Justicialismo. Incapaces de construir nada, no podrán armar por sí una nueva doctrina sin nuestras banderas y, sin una nueva doctrina para combatir a la nues­tra, pelearán con los molinos de viento. Entre tanto nosotros progre­samos no sólo en la Argentina sino en todas partes. Dios ahora ha sido criollo, como antes, y nos ha mandado esta manga de brutos de la dictadura que, en un día de macanas, hace más por nuestro triunfo que lo que nosotros podríamos hacer en un año de trabajos y fatigas.

Lo importante de esto, como conclusión, es que para las aprecia­ciones futuras no debemos olvidar estas circunstancias de conjunto. Nosotros no representamos ya sólo un Movimiento Argentino sino que estamos entrando poco a poco en el terreno internacional: hay justi- cialistas en todo el mundo. Y, aunque ello no debe sacarnos de lo propio, tampoco debemos obrar unilateralmente, porque se nos com­bate y se nos apoya desde todos los ángulos en lo internacional. Creo que, precisamente, este combate y este apoyo, es lo que más nos con­viene porque serán los agentes de nuestra universalización, siempre conveniente. Lo que yo deseo que muchos «O Globo» salgan a la pa­lestra y que la discusión se extienda. Las únicas doctrinas que han triunfado en la historia y evolución de la humanidad son aquellas que han sido intensamente combatidas y nosotros comenzamos a en­trar en ese terreno.

Es claro que debemos triunfar antes en la Argentina pero, no es tiempo perdido ir pensando más lejos, cuando las circunstancias nos muestran que hay campo fértil para seguir sembrando. El estado ac­tual del mundo nos está demostrando que «algo» se aproxima en la dilucidación del signo que ha de presidir al Siglo XXI, lo que indu­dablemente, desde que la historia marcha hacia adelante y no hacia atrás, no ha de ser el triunfo de la «Democracia Imperial» del Siglo XIX. Quizá, en esa dilucidación nosotros debamos estar presentes, con nuestro «gallito bajo el brazo». Todo puede ser… Desde que no vi­vimos en la «estratosfera», yo siempre trato, antes de encarar nues­tro problema, de colocarme en situación de lugar y de tiempo, dando a las consecuencias relativas el valor que indudablemente tienen en un mundo, como el actual, de intensa influencia interdependiente. Tam­poco son ajenos al problema argentino los hombres del Pueblo en nin­guna latitud, por lo menos, de nuestro Continente.

Yendo al problema de nuestra situación, comparto en absoluto cuanto me dice en su carta. Nuestra completa unidad de doctrina nos levado insensiblemente a lina misma manera de ver y, en consecuencia, a un mismo modo da apreciar y a un idéntico estilo de re­solver.

Con la autorización que usted tiene, no tendrá allí dificultades para ordenar lo que sea necesario para organizar y arreglar las cosas de la mejor manera, tal cual como me insinúa en su carta. Yo creo que prestará un gran servicio a los mismos muchachos que actúan allí que no tienen otro defecto que los comunes en los que actúan en el exilio. Cada uno se cree una potencia cuando en realidad es una pe­queña ruedita de ese inmenso mecanismo que formamos todos, que juntos somos mucho y aislados no somos nada.

Lo que se impone es hacer lo que vengo diciendo hace un año y siete meses: resistir intransigentemente y organizarse. El aniquila­miento de la dictadura lo realiza la dictadura misma, mejor de cuan­to pudiéramos hacer nosotros, porque ella comienza por aniquilarse moralmente que es el peor aniquilamiento. Todo el empeño organiza­tivo debe ponerse en marcha para, primero, formarse y luego, con suma prudencia, unificarse uniendo las partes en las cabezas. Tanto lo uno, como lo otro, ha de hacerse teniendo en cuenta que al frente está un enemigo enconado e insidioso que hay que neutralizar.

En lo referente a los que actúan en el interior del país, hace ya mucho tiempo que no envío cartas a nadie, para no servir muchas veces intereses pequeños que se mueven a la sombra. Sé que la insu­rrección existe pero hay mucho aún que hacer para poner a punto la organización insurreccional. Esa precisamente debe ser la tarea actual de todos nosotros.

Con referencia al nombramiento suyo de que me habla, han lle­gado hasta mí consultas de todas partes, incluso del Dr. Leolir que, sin decirlo, me escribió una carta hace tres meses (la primera y única) en la que pretendía sin duda tomar, en cierta medida, la manija. Yo le confirmé que usted había recibido mi palabra designándolo, no sólo para dirigir en mi nombre, sino también para reemplazarme en caso que fuera «puesto fuera de combate». Esa carta se la remití por el mismo conducto que me llegó la de él y hasta ahora no he recibido contestación pero veo que el Consejo Superior del Partido Peronista ha dejado de existir. Yo sentí mucho miedo cuando usted hizo circu­lar la autorización por lo que podrían hacer con usted los de la canalla dictatorial, aunque me explicaba muy bien las causas que lo impul­saron a hacerlo. De cualquier manera no era una cosa secreta para los peronistas sino para los enemigos de modo que, ahora libre usted, ha llegado el momento de hacer público, en la mayor medida, la desig­nación suya para la dirección política integral del Movimiento. Si a usted le parece necesario y conveniente, daremos un comunicado por medio de todos los Comandos de Exilados en forma que se difunda inmediatamente. De la misma manera podemos hacer que en la Argentina se publique o que yo en alguna oportunidad propicia lo diga públicamente.

Las declaraciones de «O Globo» fueron de una eficacia muy grande. Yo las aprecié por las consecuencias que en forma de carta comenzaron a llegar todos los días. Contesté a todos que era cierto que usted tenía el mandato mío para reemplazarme en todos los casos y que no existía Consejo Superior alguno. De esto están en claro todos los Comandos de Exilados y ellos se han encargado de difundirlo entre los demás exilados. De modo que no creo que haya ya dudas al res­pecto. Sobre la campaña difamatoria sólo comprueba fehacientemente la derrota de «los derrotistas» y de una manera determinante demues­tra que han dejado de existir. El recurso de llamarnos «comunistas» no es nuevo, como no es nuevo tampoco el mote de «fascistas». Ahora está de moda el comunismo, como antes estaba de moda el fascismo: es todo. Por otra parte yo ya he aprendido a no tener miedo ni a lo uno ni a lo otro. Usted no debe llevarle el apunte a nada de eso porque se lo dirán muchas veces aún.

Magnífica su carta al Dr. Leloir por la claridad de los conceptos peronistas que no se pueden expresar si no se los siente. Todos los «acuerdistas», «derrotistas», «pacificadores», etc. son como la «bosta de paloma» que no tienen ni bueno ni mal olor y, consecuentemente, sus actitudes son siempre términos medios e inconclusos esperando que alguien los saque del pantano y los conduzca donde ellos debían ¡ir por sus propios medios, si fueran capaces de tomar una decisión y tener una conducta, a favor o en contra, aunque fuera «tirando la monedita», si es que sus convicciones no le dictan algo más racional y justo. Lo del «trozkismo» es una treta destinada a no hacernos quedar bien con el comunismo que, como habrá visto por la libertad de ios presos de la última redada y la devolución de los locales comunis­tas, ordenadas por la dictadura, tienen mucha más influencia en las esferas oficiales de cuanto nosotros mismos imaginamos. De manera que debe despreciar todo esto que no lo creen ni los mismos tontos que lo prefieren.

Sobre la situación argentina tanto en lo político, como en lo eco­nómico y social, estamos en claro y completamente de acuerdo con lo que usted me expresa. Muchas gracias por los interesantes datos que me hace llegar y por la promesa de seguir remitiéndomelos.

Sobre la actuación política de los presuntos candidatos: a la Pre­sidencia, Frondizi y al golpe de estado, Bengoa, estoy completamente de acuerdo con usted. Creo que Bengoa no sólo no dará el golpe ya, sino que si lo da, le irá mal, a pesar de que pueda tener algún apoyo en ef Ejército, desde que ese apoyo es siempre pasivo. Todos pueda ser que se dediquen a no hacer pero dudo que nadie se dedique a hacer a’go. Cuando esto se produce frente a la Marina que «puede haier» la cosa no es muy clara como para largarse y, Bengoa no se largará nunca si no está seguro y no tiene a alguien que haga las cosas por él. Lo conozco, como si lo hubiera parido.

En cuanto a Frondizi, es sin duda el más vivo, porque trata de ganar por sí y cosecha lo que no ha sembrado, mediante la oposición de la dictadura. Sin embargo, nuestro mayor triunfo ha sido, sin duda, el hecho de que deba hablar «en peronista» para que lo escu­chen. Este hecho está demostrando que si bien trabaja para él debe pagar una «servidumbre» a los «propietarios de la marca». Aceptan­do esto podemos decir que Frondizi trabaja para nosotros hasta cuan­do no quiere hacerlo. Es indudable que él podrá tener sus designios pero, no hay que olvidar, que nosotros tenemos los nuestros. Si él gana algo nosotros también ganamos. Todo dependerá de quienes estarán firmes con él y quienes estarán firmes con nosotros. ¿Cómo será la cosa, cuando nosotros podamos decir todo lo que podemos decir? Y, ¿cómo será la cosa, cuando nosotros digamos al electorado argentino lo que debe hacer? Con todo, debemos reconocer que es el más peli­groso de todos. Creo que debemos trabajar intensamente para no de­jar nada librado a las circunstancias que, aunque nos son propicias en mi sentir, lo serán más ayudadas por nuestra actividad y preocu­pación dinámica.

Los peronistas sin Perón que, como dice usted, practican la de­fraudación como sistema, no son peligrosos a poco que nosotros los descubramos, como pasa siempre con los defraudadores. Los partidos que apoyan al Desgobierno, como ocurre siempre con esta clase de alimañas, productos de desperdicios y recortes de los demás partidos y de algunos independientes interesados, no representan, en mi sentir, sino un producto putativo que no debemos tener en cuenta sino cuando llegue la hora de colgar.

Aramburu, con esa genialidad que le caracteriza, se ha arries­gado al llamado a Constituyentes, porque está presionado por las fuerzas conservadoras que lo manejan y han manejado, algunas veces visible y otras invisiblemente. Sin embargo, ante la actitud de las tuerzas, su único apoyo efectivo, le ha resultado peor el remedio que la enfermedad. No es que yo crea nada sobre la influencia de las fuerzas, que bien sé que es lo menos fuerte que existe, sino por lo que ello significa en el orden de la quilombificación general que cun­de por todas partes. Yo pienso como usted que es necesario decretar la abstención y el voto en blanco y no cerrarse de ninguna manera, es imposible que se computaran los votos en blanco sin que eso tras­cendiera y trajera un gran lío. Estoy de acuerdo con la resolución que propone y ya hemos adelantado algo en la «Declaración del Mo­vimiento Peronista» que podrá leer allí. Dentro de poco mandaremos la orden. En ella aclararemos lo de la abstención y el voto en blanco.

Sobre lo de los Comandos de Exiliados, completamente de acuerdo y, como antes le dije, puede usted hacerme el favor de arreglar lo de Chile, veremos luego cómo intentar lo mismo con los demás.

Los asuntos de militares, como siempre he sostenido no repre­sentan sino un sector del Pueblo y los que deseen actuar en tales condiciones son los que nos convienen a nosotros porque es precisa­mente de esa colaboración de donde han de salir verdaderas solucio­nes para el país. Desechado el golpismo, no queda, por otra parte que esa actitud para nuestros amigos que aún se encuentran decidi­dos a luchar con nosotros, por nuestros ideales comunes. Por eso de­bemos mantener con ellos una actitud cordial y amistosa, sin herirlos en su espíritu de cuerpo, tan arraigado en ellos, pero persuadiéndo­les en que deben estar en las tareas de conjunto, como todos los de­más. Ellos pueden trabajar sobre los _ militares pero no deben olvidar que son peronistas.

Con el Coronel de quien me habla debe tener mucho cuidado por­que ha sido sindicado como confidente del S.I.E. Lo mejor es darle el olivo cuanto antes.

Me interesa que cuanto antes vengan para acá usted y las per­sonas que usted, con tanto acierto, indica como convenientes. Saludos a todos los muchachos. Hace poco recibí carta de su padre que me dice que viajará a Chile. Ha estado medio mal del hígado. Debe cuidarse.

Un gran abrazo.

Juan Perón

22. Disturbios en una huelga ferroviaria en Tafí Viejo, Tucumán. Murió, producto de la represión de ese día, un joven de 14 años Miguel Modesto Figueredo.

23. A bordo del buque de bandera italiana Conte Biancamano, los restos de Eva Perón fueron trasladados bajo el nombre de María Maggi de Magistris.

Carta de John W. Cooke a Juan D. Perón, escrita desde Santiago de Chile.

Por V. tuve noticias suyas. Sus instrucciones se están cumpliendo al pie de la letra y con toda diligencia. Paso a informarlo de algunas cosas que me parecen interesantes. No insisto en aquellos asuntos respecto de los cuales le habla en mi N°1 y solicitaba directivas.

Situación argentina. Todo confirma la desintegración del Tiranía. La última noticia que se conoce aquí es que mañana, 24, se realizará una reunión secreta de dirigentes sindicales en Tucumán, en la que se resolvería conminar al gobierno a que satisfaga de inmediato las demandas de los ferroviarios y, en caso contrario, se declararía un paro general en todo el Norte. Los diarios de aquí han destacado mucho el gran malestar creado en Tucumán por la muerte del muchacho de 16 años que cayó víctima de la policía cuando ésta intervino para disolver una manifestación.

Por el lado militar, se conocen detalles de los recientes episodios en que fueron protagonistas las principales figuras del gobierno. Si bien Krause terminó demostrando que es tan badulaque como los demás, es interesante el hecho de que la Aeronáutica se plantó con gran firmeza y obtuvo el nombramiento de McLaughlin, que Aramburu, con el tacto que lo caracteriza, se empeñó en frustrar. Le acompaño el texto del Acta de la reunión en que los 36 jefes de Aeronáutica apoyaron a Krausse, y que fue el origen de su renuncia.

Con relación al homenaje a Lonardi, realizado por invitación de Krause que se hizo circular profusamente, hay dos datos interesantes: Osorio Arana envió una circular secreta prohibiendo a la oficialidad concurrir a dicho acto, no obstante lo cual se hicieron presentes algunos jefes, entre ellos Rattenbach y Arandia (el primero, no obstante haber pasado a retiro en la última defenestración de generales, tiene mucho ambiente entre los grupos «moderados» de la Libertadora); concurrieron alrededor de 500 oficiales de Aeronáutica, uniformados.

Los optimistas creyeron en la inminencia del famoso «golpe». Aparte de que dicho optimismo es producto de la falta de ubicación (el golpe «gorila» nos beneficiaría, pero el ,de los nacionalistas y clericales nos enfrentaría a un enemigo «de refresco») hay una teoría que hace tiempo vengo sosteniendo: en este país sólo le hacen revoluciones a los que se confían en la palabra de honor de los generales. No llego a la burda simplificación de considerar que esa sola circunstancia es la que produce las revoluciones, pero en las tres revoluciones hubo generales que traicionaron la confianza depositada en ellos; los insurrectos contaron con el general o los generales que el gobierno tenía motivos ‘para contar como adictos cien por ciento. No le estoy injertando, una disquicisión en medio de un informe que -dado el cúmulo de trabajo que Vd. tiene- deseo sea lo más escueto posible. Hablo de este asunto porque todavía .hay quienes no acaban de comprender que los golpes entre grupos antagónicos son parte de lo viejo y perimido, y que se rige por las leyes de la polltíca antigua. Pero que el peronismo es lo nuevo integralmente: nuevas ideas, nueva doctrina y nuevos objetivos y tácticas de lucha. Tiene su propia dinámica, a la cual debe ceñirse; sus propias fuerzas, que no son las clásicas; sus propios objetivos que no deben confundirse con victorias de menor cuantía. El peronismo no puede ni siquiera aceptar limitaciones que provengan del mismo sistema que quiere destruir: la oligarquía ha creado un código moral (que, por supuesto, no cumple); el peronismo no debe limitarse a no cumplir ese código, debe ir más allá y no reconocerlo. Durante la Edad Media existia la moral caballeresca, las normas a que los caballeros ajustaban la solución de las controversias. Mientras los siervos aceptaron esas reglas, permanecieron en la opresión, El explotado, el chusma, el «cabecita negra» debe desconocer todo lo que trabe su acción combativa. No estamos en un juego de caballeros, sino jugándonos la suerte del único movimiento nacional-libertador que puede sentar las bases de la emancipación latinoamericana. Que los figurones juegen a la caballerosidad y la declamada lealtad a la ética de la clase opresora. Nosotros no podemos seguir las reglas del Marqués de Queensberry porque estamos en algo demasiado importante para dejarnos embaucar. Guerra a muerte, con todos los recursos. Cuando Vd. esté nuevamente en la casa de gobierno, reconstruyendo lo que han destruido estas alimañas, que entonces vengan a hablarnos de pacificación y demás lindezas. Hasta entonces, para nosotros todo vale.

El pueblo lo ha comprendido así, pero todavía sufrimos la acción confusionista de pequeños seudo-dirtgentes que despliegan gastadas hechicerías para presentar, el engaña-bobos de la solución «fácil». Los opositores no-peronistas, como el frondícismo y los nacionalistas de Amadeo, cuentan con la ventaja de sus semanarios, comijés, etc, Nosotros estamos librados a la consigna que corre de boca en boca, al panfleto y otras formas de propaganda, que recién ahora están alcanzando cierto grado de organicidad y continuidad. No es de extrañar, entonces, que los tibios y enredistas encuentren cierta facilidad para su prédica, que contrasta con la brutal represión desencadenada contra los peronistas auténticos. Hay quienes saben positivamente que ciertas consignas entreguístas que se difunden invocando su nombre no son verdaderas, pero les es más fácil simular que creen en ellas; de tal manera, si las maniobras salen bien, cosecharán sus mezquinos treinta dineros, caso contrario se harán los engañados.

Para poner fin a la desorientación de la gente de buena fe, he hecho circular entre los comandos leales la fotocopia del nombramiento que Vd. me hizo. Con eso en sus manos, demostrarán que la prédica de «Intransigencia total» y «Perón o muerte» estaba inspirada en la verdadera línea. Como descuento que tarde o temprano algún alma caritativa me atribuirá ansias de autopropaganda o ambiciones colosales, repito lo que ya le dije en cartas anteriores, respecto a la necesidad de que nuestros compañeros puedan rechazar’ las «directivas» inspiradas en otros intereses que no son peronístas. No exagero el poder de los dedicados a desviar nuestro Movimiento de su verdadero cauce, pero aunque nuestro pueblo no sea nada dormido, siempre hay inducidos en error. Cuando estuve algunos días en la Prisión de Caseros, en mi pabellón realizamos una reunión secreta de dirigentes obreros con Prieto, Damiano y yo. El señor Monsalvo aludió a una gran organización donde figuraban todos los gremios principales.

Esa organización, según él, estaba conectada con un movimiento militar, y tendría que colaborar en la obtención de ciertos objetivos, hacerse cargo de la C.G.T., etc. Como le exigí definiciones más categóricas, habló de los deberes gremiales, que no pueden identificarse con ningún hombre sino que deben aprovechar las circunstancias de cada momento, etc. Le contesté que esa era la concepción netamente sindicalista, que los movimientos modernos consideran etapa superada porque margina a, la clase trabajadora de la conducción política; que el peronismo estaba veinte pasos adelante del comunismo, mientras que sus concepciones «sindicalistas» estaban veinte pasos atrás, etc., ete. Entonces invocó directivas suyas, con tal serie de datos y pormenores que por un momento llegué a pensar si no sería yo el que estaba en babia. Prieto, Damiano y yo le contestamos enérgicamente y la reunión terminó en un ambiente de hosfilidad. Algunos de los obreros, aunque evidentemente eran peronistas sinceros, nos miraban como si hubiésemos cometido una falta de respeto poniendo en duda la palabra de Monsalvo. Poco tiempo después salía en libertad y aparecía como Secretario Gremial de la Unión Federal Demócrata Cristiana.

Dentro del mismo orden de ideas. Cerruti Costa fue a verle nace unos días a un primo mío para que Vd. supiese, por mi intermedio, las siguientes cosas:

1°) Que él y su órgano de difusión, «Revolución Nacional», están identificados con Vd.

2°) Que está en la línea de intransigencia absoluta (!!!).

3°) Que si Vd. considera que el movimiento gremial que él dirige estorba la acción de nuestras organizaciones. Está díspuesto a disolverlo todo, IncorPorarlo a donde Vd. Indique o adoptar la conducta que le parezca más conveniente. En cuanto al periódico, lo cerraría si Vd. lo estima conveniente.

Como ve, los mismos que hablaban del retorno imposible ahora le dan cuenta de que erraron los cálculos.

Reunión de Jefes de Comamdos. Con Ghizzardi estamos organizando todo lo relativo a este asunto. Como yo no podré concurrir (hasta fifles de mayo no se terminará elrileito de extradición), le haré llegar mis opiniones sobra los tópicos fijados. Para que Vd. tenga la información bien al día, dentro de unas horas parte un enviado para Buenos Aires, que traerá las últimas novedades de las organizaciones clandestinas. Por su parte, Barrena viaja a Mendoza por asuntos militares y también hará llegar su informe con tiempo para que lo lleve Ghizzardi.

Comando Chile. Sin entrar en detalles sobre las mil pequeñas cuestiones de carácter personal que he debido tener en cuenta, puedo inrormarle que dentro de pocos días quedará constituido un Comando, dentro de las características que le señalé en mi anterior.

Para el problema fondos -los gastos inmediatos los afrontamos con lo que Vd. envió- he convocado a una reunión. En ella haré un llamado a la contribución, pero sin hablar de cifras. Luego Jorge Antonio hará la segunda parte del trabajo, exprimiéndolos para que den el máximo. Hay algunos que, en vista de que se encara con seriedad la organización del Comando, han abandonado su anterior reticencia y no solamente aportarán fondos, sino que se ofrecen para colaborar.  Constituiré una comisión integrada por Martinez Luque, Revestido, Catella y Bertolini, que tendrán a su cargo la recaudación y manejo de estos fondos, de acuerdo a las necesidades de cada grupo operativo.

Las trasmisiones de radio estuvieron suspendidas por pedido de la gente del gobierno, que afrontaba una seria situación interna y una gran campaña contra la penetración y propaganda peronista. La Embajada argentina gasta montañas de dinero y mueve todas sus influencias. Los diarios denunciaron la radio y dieron su ubicación con bastante exactitud, aunque los periodistas se equivocaron y fueron a la casa de Rícci, que desde hace 8 meses no trasmite con su aparato. Sin embargo, el dato era bastante bueno porque el aparato trasmisor estaba a pocos metros. Ahora hemos reanudado las trasmisiones, pero con una sola radio. La otra saldrá al aire recién la semana próxima. Dentro de diez días habrá un tercer aparato, que viene de Mendoza. Se hará una cadena, que trasmitirá en diferentes longitudes de onda para contrarrestar la acción de las radios destinadas a interferir desde Bs. As. y Mendoza.

Mucha gente chilena partidaria suya, que estaba retraída, ha ofrecido su colaboración. Hay quienes son partidarios pero no quieren aparecer en esa posición públicamente; otros, no nos conviene a nosotros que aparezcan embanderados, porque son más efectivos manteniendo el secreto de. su adhesión; hay también gente que, si bien adicta, aspira a ser «dueña del peronismo» en Chile, con lo que no nos favorece porque arroja sobre nosotros a sus propios enemigos, Procuro utilizar a todos, cosa no muy fácil porque los celos entre los hombres y grupos chilenos peronistas son muy grandes.

En esta oportunidad, no haré nombre, salvo uno o dos: María de la Cruz. Aunque en este momento su prestigio está muy bajo aquí, me parece de una sinceridad absoluta. Como ha pasado discretamente a un segundo plano de la actividad peronista, nos puede ser utilísima. Blanca Luz también presta buenos servicios, mientras no aspire a manejar los títeres. Izquierdo Araya sólo ayudará mientras no se perjudique por ello; tiene excesiva dosis de exitismo.

Estudiantes. De acuerdo con las directivas de una de sus círculares, me puse en campaña. La ONU no existe, prácticamente. Se está tratando de organizarla. He puesto en esa tarea a Canosa, muy experto en la materia.

Evangelistas. El jefe de los Evangelistas vino a verme y a ofrecerme la adhesión para la causa peronista. He averiguado que hay 500.000 evangelistas, y que entre ellos existe gran unidad. Cómo eso pueda traducirse en beneficio para nosotros, es cuestión que quedamos en conversar con dicho señor, que se reunirá conmigo y traerá un plan.

Atlas. Garone está desolado. El rayo de Júpiter verdaderamente lo fulminó. Las explicaciones que da son, a todas luces, exactas. Está trabajando como un loco para reparar, en 10 posible, el error. El le escribírá detalladamente.

Comandos militares, etc. Barrena viajará, como le digo, a Mendoza. Con Villa Mercedes no se ha podido tomar contacto, según me informan. Hemos hecho una tentativa con Jorge Antonio, porque

carecemos de todo elemento de juicio sobre esa base, y él tiene amigos allí.

He visto que en los cálculos de tipo militar se computa a mucha gente que, si bien opositora del gobierno, no creo que vea con agrado ni siquiera con indiferencia una tentativa nuestra. Por ejemplo se me ha mencionado al Coronel Pedro León Lucero, ex agregado en Chile. Puedo asegurar que es bengoísta.

Sobre asuntos militares no me extenderé más, pues espero sus indicaciones y directivas.

Viaje a Chile. La opinión que le di en mi anterior se confirma a medida que voy sabiendo cosas internas del gobierno. A Ibáñez lo tuvieron jaqueado varios días. El Partido Agrario Laborista le exigió la renuncia de los llamados «orejeros», el grupo de sus amigos íntimos : Ferrer, Muñoz Monge, Ciudá. A ese ataque del P AL se sumó el de los partidos opositores, que hicieron, de paso, una mezcolanza donde danzó también el peronismo, El senador Isauro Torres pronunció un canallesco discurso, acusándonos a los seis fugados de delincuentes comunes y volviendo a repetir toda la cantinela de la penetración peronista. Los radicales y socialistas populares emplearon artillería de todo calibre.

Ibáñez resolvió la crisis de gabinete cambiando cinco ministros. En su elección de hombres prevaleció el criterio de apoyar a sus amigos probados. El PAL ha expulsado a los que aceptaron carteras y amenaza con sumarse a los radicales para quitarle al Presidente las Facultades Extraordinarias recientemente concedidas. Con este vuelco, se salvaron nuestros amigos. Ferrer renunció como Subsecretario del Interior, pero va a la INACO, puesto clave. Muñoz Monge, centro de la campaña, fue ratificado, verdadera providencia para nosotros.

Osvaldo Saint Marie seguirá en «La Nación». El general Videla, Ministro del Interior renunciante y que desde las sombras dirigió la guerra contra los «orejeros», fue sustituido por Aravena (hombre de Tarud).

Todo esto no contribuirá, por cierto, a calmar los ánimos. Si Ibáñez accedía al ultimátum del PAL, quedaba convertido en un juguete de los políticos. Con el camino que eligió, tendrá que emplear mano dura. ¿ Tiene la fuerza para ello?

Mientras se mantenga este inestable equilibrio, Ibáñez hará lo que pueda para que Vd. no venga. Si se afianza por medio de medidas violentas, entonces Vd. sí será una visita bienvenida; porque él recibirá, indirectamente, el calor de su popularidad.

Guerrero está haciendo la gestión correspondiente, de carácter explorativo. Se me ha sugerido la inconveniencia de que Barrena se entreviste con Ibáñez, pero sin darme las razones. Guerrero me informará de inmediato la impresión que saque y lo que le diga el Presidente. Muñoz Monge estuvo conmigo esta tarde y me dijo claramente que en estos momentos el gobierno estaría en peligro de muerte si Vd. viniese. Confía en que las cosas tomen un giro más favorable para la estabilidad del gobierno, y entonces éste pueda ofrecerle todas las garantias y apoyos necesarios.

Mensaje Perón. La declaración del Movimiento Peronista ya se está imprimiendo para hacerla llegar a todos los puntos de nuestro país.

Oliva. Me he enterado de que llegaron a Vd. informes sobre Oliva, actualmente exilado en España, en el sentido de que es un espía infiltrado. Estoy en condiciones de asegurar que eso no es exacto.

Ha integrado los Comandos Coronel Perón y conoce cosas graves y comprometedoras sobre muchísima gente. Estuvo muchos meses preso y, de haber sido espía, muchos hombres y mujeres hubiesen sido detenidos.

Capitán Mandrini. Varios que trabajaron en Informaciones con este capitán aparecen vinculados con gente de nuestros comandos. Si Vd. tiene los medios, seria muy importante saber cuál es su actual posición, si trabaja para el Gobierno, etc.

Brusnik. En la Penitenciaría Nacional en la calle Las Heras hay un detenido de Apellido Brusnik, que me manda decir lo siguiente: es tripulante del «Río Tunuyán» y Martínez le entregó en Caracas

una carta para presentarla al Coronel Montiel Forzano, en la Casa Rosada. Cuando entregó la misiva, Montiel Forzano le dijo que jamás habla sido peronista y que no se explicaba a titulo de qué se le escribía. Eso fue el 3 de enero, y desde entonces Brusnik sigue preso. Le transmito el informe tal cual me llega; a Brusnik no lo conozco.

V.viaja en estos días, y por su intermedio le enviaré las novedades que se produzcan.

Lo abraza.

Federico Zavaleta.

29. Carta de John W. Cooke a Juan D. Perón, escrita desde Santiago de Chile.

Mí querido Jefe:

Hasta el momento de escribir esta carta, no hemos recibido respuesta al cable que le enviamos el día 27 sugiriéndole la conveniencia de postergar la reunión del día 10. Ghizzardi le envió ayer mismo una carta por correo, dándole algunas de las razones en que se fundaba nuestro pedido. Le resumo, a continuación, los motivos que me inducen a tener esa opinión:

1°) V. no pudo viajar -ignoro los motivos- a Bolivia. Se ha arreglado para que de allá viaje alguien o, en todo caso, Ghizzardi irá hasta la frontera para encontrarse con un emisario de allí. Esto les dejará menos tiempo para hacer los preparativos y obtener los informes que necesiten.

2°) Si se piensa en la conveniencia de que alguien viaje desde Buenos Aires, hay que arreglar algunos asuntos: mandar a alguien a comunicarles, hacerlos salir por Mendoza, conseguirles pasaportes falsos en Chile, etc. Sobre todo hay que extremar las precauciones porque nada ganaríamos con que esas personas no pudiesen luego volver a uestro país.

3°) Sin perjuicio de reconocer que se trabaja mucho en los Comandos de Exilados, creo evidente que recién ahora se entra en un etapa orgánica. Los informes que le mandan a Vd. muchos exilados están plagados de exageraciones tendientes a destacar la actuación personal de quien los envía. No me refiero concretamente a nadie, y mucho menos a los jefes de los comandos, sino en general a la gran cantidad de exilados que le escriben. Hay muchos que han girado el descubierto con supuestas acciones que estarían llevando a cabo ante la inminencia de una reunión, hay que darles tiempo a que se pongan al día.

Vd. tendrá un gran trabajo en desentrañar la verdad de los informes que le lleven, y me atrevo a asegurar que tendrá que desechar mucha fantasía. Dejando pasar unos días más, cada uno se preocupará por activar las cosas. Haciendo la reunión de inmediato, muchos estarán atados a la sobrevaloración que ya han hecho de sus trabajos.

4°) Con la franqueza que siempre empleo con Vd., le diré que excepción de Ghizzardi, nadie conoce como yo el estado general de las organizaciones que funcionan dentro del país. Ese conocimiento me lleva a pensar que en estos momentos, cada día que pasa se avanza muchísimo, y que dentro de unos días más se podrá trabajar sobre bases mucho rnás sólidas. He estado en el país hasta hace pocos días, y  a pesar de estar en Río Gallegos he mantenido contacto directo o indirecto- con todas las organizaciones importantes. Al principio, cada redada polícíal las desbarataba; ahora, a fuerza de cárceles y golpe, han aprendido (o, darwinescamente, han sobrevivido las más aptas). En algunos casos, los dirigentes principales de esos núcleos están presos, pero los comandos suplementarios han continuado la tarea. Además de los grupos que están en contacto con Montevideo, hay otros que aún no han establecido contacto con el exterior, y sobre los cuales sería conveniente tener información.

De todo esto Vd. tiene, seguramente, información detallada. Pero si fuese alguien a Bs. As. con algunas directivas, dentro de pocos días podríamos tener ya noticias del avance de esos trabajos.

Pasado mañana saldrá Algarbe para la Argentina, donde permanecerá tres días difundiendo sus últimas directivas y tomando contacto con las organizaciones que ya conectó Ghizzardi y con otras cuyos enlaces le he suministrado (algunas muy importantes). Aún si la reunión no se postergase, Vd. podrá contar con un informe al día. Pero si se postergase, dejaríamos a la gente que se movilice allá y antes de la convocatoria recogeríamos datos de la acción desarrollada en este lapso.

Hay que tener en cuenta que recién ahora los comandos de Exiliados están haciendo llegar material y directivas en forma más o menos importante. He visto aquí en Chile muchos elementos que se suponen profusamente repartidos en la Argentina y que, salvo por unos pocos, son totalmente desconocidos.

Por fin, recién desde hace muy poco tiempo se está poniendo claridad en el confusíonlsmo originado por las condiciones de persecución en que se trabaja y por las maniobras de los grupos traidores. Toda la masa es intransigente y no quiere saber nada con soluciones sin Perón, pero los maniobreros proclaman la intransigencia y presentan sus planes como parte de la estrategia tendiente a obtener su regreso. Y es en la parte activista donde más se infiltran y propagan desconcierto. En la anterior le relaté mi experiencia con Monsalvo su gente. Ahora le menciono un dato que entonces olvidé: he tenido en mis manos un mensaje, muy bien impreso y con lenguaje «peroniano» donde se aconsejaba como etapa previa la concurrencia a la elección de Constituyentes, a través de los, partidos que sostienen la vigencia de la Constitución de 1949 (bengoistas y tal vez f’rondicistas); ese mensaje llevaba su firma. Esta astucia de clisé sumada a otras que conocemos y a algunas que el ingenio de esos transfugas inventará- perturba a algunos hombres de buena fe y permite que otros se hagan los engañados,

La visita de Ghizzardi permitió aclarar muchos puntos. Desde entonces se están aprovechando los contactos que él tomó, y que Alga rbe utilizará. Veinte o treinta días más y las cosas serán más claras

y la organización más amplia y ajustada.

5°) El argumento que hace Ghizzardi sobre la conveniencia de que yo concurra, es de menor importancia. Lógicamente me gustaría estar presente, pero Ghizzardi puede llevar toda la informaión que yo posea, e incluso mi impresión por si Vd. considera conveniente tenerla en cuenta.

En síntesis: de aquí estaremos listos para ello de mayo o para la fecha que Vd. fije, pero un mes más permitirán que la «carta de situación» sea mucho más completa y las directivas que Vd. imparta puedan ser luego repartidas con mayor rapidez y amplitud.

Situación gremial. Aquí es donde más falta hace completar informaciones. Con decir que nuestro predominio numérico es abrumador no progresamos nada. Hay gremios donde existen. organizadociones peronistas; muchos, en cambio, tienen masa peronista pero no organizada. En el campo político, los dirigentes, en su gran mayoría, huyeron como ratas o, como en la capital, se pasaron tranquilamente a alguna de las fracciones radicales. La masa, entonces, se limitó a despreciarlos. Pero en el campo sindical pasó otra cosa: los tránsfugas fueron utilizados por el bengoismo, el frondicismo o el propio gobierno. Frente a una represión implacable para los peronistas auténticos, los acomodaticios fueron dejados en una relativa libertad acción. Hay sindicatos sin reorganizar (me refiero a que no realizaron elecciones); hay otros en que hubo elecciones y trinfaron listas pro-peronistas; en ciertos gremios ganaron «frentes populares» con fuerte infiltración comunista; en los demás, mediante el fraude ganaban los «sindicalistas libres». Las tentativas que se hicieron para hacer una organización peronista netamente gremial fracasaron, y los dirigentes principales están presos.

Actualmente existe un Comité Intersindical, donde sentados muchísimos gremios. En la dirección hay gran comunistas, pero en general predominan los peronisas. Postula  la devolución de la C.G.T., la anulación de las elecciones fraudulentas en los gremios, el levantamiento de las inhabilitaciones sindicales y la libertad de los presos gremiales. Hay también f’rondicistas y bengoistas. Hace pocos días se realizó una Asamblea General, donde 108 grupos no-peronistas, encabezados por los comunistas, propusieron un paro general de 48 si para determinada fecha no se deja en libertad a los presos sindicales. Los peronistas votaron afirmativamente las diversas ponencias, pero negativamente la referente al paro, sosteniendo que ellos solamente irían a un paro general por tiempo indeterminado y para la vuelta de Perón. Los comunistas trasladaron el Congreso a Córdoba, donde nuevamente fueron derrotados y, lógicamente, acusaron a los nuestros de no querer solidarizarse totalmente con los presos gremiales. Es decir, que ahora son los peronistas los que están utilizando a los comunistas. Comprenderá que este juego es muy dificil y peligroso, porque los comunistas no tienen pelo de zonzos y, además, los dirigentes peronistas son muchachos que se están improvisando y carecen de la capacidad de maniobrar de lo otros.

Cerruti Costa, por su parte, organiza gente donde puede y planeó, para estos días, un Congreso Nacional. Le acompaño ejemplar de su periódico donde habla del referido Congreso, sobre cuyos resultados aún no tengo noticias. También figura el comunicado que dio el Ministerio de Aeronáutira durane el reciente entredicho, comunicado que fue enviado a los diarios y luego se ordenó, desde la Rosada, que “no corría”.

Los comunistas se hacen fuertes en el gremio de la Construcción, donde sobre 154.000 afiliados votaron 1800 y en el de los Gastronómicos, que también lo ganaron aprovechando el ausentismo general de la masa peronista.

Existen, al marge de estas organizaciones, las nuestras clandestinas, muy fuertes y orgánicas en algunos gremios (petroleros, carnes, metalúrgicos, etc.) y en otros con organización celular por fábricas pero sin una coordinación central.

A la vuelta del viaje de Algarbe tendremos informes concretos sobre algunos grupos que trabajan organizadamente. En general, pienso que para las huelgas “de hostigamiento” andamos muy bien, pero que para el paro general y definitivo todavía nos falta andar bastante (bastante se refiere a intensidad organizativa y no a tiempo). Hay muchísima gente ansiosa por “largar” con la huelga general revolucionaria, pero aún nos expondríamos a un fracaso si no se ajusta más y se extiende la coordinación.

Hay que contener a los impacientes porque un fracaso nos atrasaría muchísimo. Ya  se sabe que en cualquier momento el malestar general podría desembocar en una situación caótica, pero eso, aunque previsible, no está dentro de lo planificable. Aún en esa hipótesis, en la medida en que estemos organizados podremos orientar la insurrección y aprovecharla. Todo se reduce, entonces, a trabajar infatigablemente, con celeridad y orden, para obtener el poder de ser árbitros. Cuando lo logremos -y aún no lo hemos logrado- podremos paralizar el país en el momento en que Vd. dé la. orden o, en caso de acontecimientos inesperados, encauzar los acontecimientos hacia nuestros objetivos. Lo contrarro es jugar al manotón de ahogado, y es el gobierno y no nosotros a quien el agua está tapando.

Situación general. Gente seria afirma que en el transcurso de una entrevista Vicchi-Foster Dulles, éste último se habría quejado de que el gobierno «de facto» no hace sino dar dolores de cabeza, sin atinar a resolver ningún problema. Se lo cuento porque la fuente del dato es insospechada, pero por supuesto Vd. estará mejor informado.

En la Marina, Robbio reemplaza a Perrens, según se dice. A Rial, al darle la base de Río Santiago lo vuelven a convertir en hombre fuerte, pues allí hay una extraordinaria acumulación de potencial. Pese a los desmentidos, siguen organizando los «comandos paralelos», lo que indica que no tienen plena confianza en todos sus hombres. Frondizi tiene mucha gente entre la oficialidad.

Los bengoistas siguen anunciando actos «Por la Constitución del 49» y han formado e lpartido «Azul y Blanco», donde se hará el gran rejuntado de los clericales y nacionaloides de diverso pelo.

Entre nuestra gente, se está produciendo el fenómeno de que los dirigentes del «peronismo sin Perón», tanto del campo gremial como del político, se están precipitando hacia la línea intransigente, llevados por la ola popular. Aún los que están jugados en otra posición procuran cuidarse las espaldas.

La convocatoria a Constituyentes lleva a muchos a propiciar que .apuremos nuestra acción decisiva. Los argumentos son variados pero no creo que tengan mayor peso. Entiendo que no debemos fijarnos trabas a nosotros mismos. El momento de la insurrección podrá ser antes, durante o después de la Constituyente. Quiero decir que ésta en nada tendrá influencia sobre el devenir de las cosas de nuestro país relacionadas con el Movimiento Peronista. El gobierno no saldrá fortalecido de esa Constituyente. Si el porcentaje de abstenidos y votos en blanco es suficientemente grande, será una asamblea sin autoridad moral desde el vamos. En caso de tener mayoría los opositores al gobierno «de facto» éste se debilitará aún más. Si juntando las minorías a través del voto proporcional consigue el dominio, desatará la fobia de todo el mundo.

El argumento de que estamos en el mejor momento no es convincente. Esta situación se prolongará, porque la Tiranía ya ha perdido la oportunidad de resolver los problemas que engendran el descontento. La gente no se cansará, como piensan algunos: el fervor peronista no ha hecho más que acrecentarse y la carestía de la vida, atroellos y desmanes del gobierno «de facto» continuarán porque ya no pueden salirse del camino que tomaron. La reciente huelga de municipales enseñó algo nuevo: la movilización fue desafiada, con lo que el gorilaje ha perdido otro de sus elementos de intimidación.

No dar el golpe sobre seguro encierra el peligro de que la acelerada desintegración de nuestros enemigos se detenga ante la suprema necesidad de unirse contra nosotros.

Le tengo tanto miedo a los eufóricos como a las Casandras de la catástrofe, que sólo ven el aspecto negativo de las cosas. La tentativa de paro general en diciembre -cuando también el clima era de total descontento- debe servir de lección a los apresurados. El tiempo debe estar supeditado a, nuestro grado de organización. El paro general se hará cuando Vd. dé la orden, y Vd. podrá dar la orden cuando tenga la seguridad de que llegará a toda la República. La gente del gobierno peleará desesperadamente porque estará defendiendo su vida ‘y su fortuna. No hay que darles ventaja.

Comando Chile. Seguimos trabajando con Ghizzardi para organizarlo. En primer lugar, hay algo que me espanta: la indiscreción. Acostumbrado, a trabajar en Bs. As. y en la cárcel, donde una palabra de más podía significar la prisión y la tortura para muchas personas, no puedo admitir la irresponsabilidad conque, salvo contadas excepciones, se actúa. El deseo de disputar preeminencias los lleva a demostrar que están enterados de las cosas, y a proclamar lo que hacen (con mucha frecuencia lo que no hacen). Al mismo tiempo, hay un grupo de chilenos que son adictos a nuestra causa y que tienen trato constan te con nuestros hombres; ellos también dirímen sus rivalidades y proclaman lo que saben para jactarse de que están informados. Hoy  he tenido cuestiones con varios amigos -argentinos y chilenos- que me han planteado una cuestión de amistad: ¿cómo era que yo no les tenía confianza y no les había contado que había una reunión de jefes de comandos en Caracas, cuando Fulano y Zutano y XX, etc. lo sabían y los habían informado? Fulano y Zutano y XX eran personas que no tenían por qué estar enterados, así que nos reunimos con Ghizzardi para ver cómo se había difundido la noticia que yo no haba confiado ni a mis más íntimos ‘amigos. ‘

Vd. comprenderá que así no se puede seguir. A los revolucionarios de café hay que darles trabajos que no requieran reserva ni responsabilidad, Como pnmera medida, hemos montado un servicio de seguridad del que sólo estamos enterados tres personas.

En pocos días más tendremos una organización eficiente basada en cuatro o cinco hombres claves, con los demás desempeñando tareas auxiliares (aunque con grandes títulos).

Hay cierto grupo de «hombres de dos banderas», aunque no puedo saber a ciencia cierta cuál es la otra bandera, con los cuales deben extremarse las precauciones porque no creo que sean confidentes del gobierno argentino pero tampoco son peronistas químicamente puros.

El gobierno argentino acaba de dar un decreto autorizando a los viajeros de los países limítrofes a ingresar hasta $ 150 en artículos. Aunque la suma es insignificante, el contrabando hormiga intensificará el tráfico y facilitará nuestros movimientos.

Empréstito. Le adjunto un proyecto sobre ‘el cual podría organizarse la recaudación de fondos. La gente de dinero está un poco cansada de los pedidos de dinero para fines revolucionarios, formulados por diversos compañeros en forma individual. Hay que darle seriedad a esta cuestión. Aquí, como le decía, hicimos una Comisión con Revestido, Martínez Luque, Bertolini y Catella. Recaudarán y administrarán los fondos; Ghizzardi o yo (mientras esté aquí) autorizaremos el gasto.

Documentació. Hablé con Muñoz Monge sobre la gente que debe viajar a Caracas. Me prometió darle documentación chilena bajo nombres supuestos. A Algarbe le están confeccionando una cédula de identidad chilena para que viaje a Bs. As. Desgraciadamente, a pesar de que se salvó de caer en la última crisis, afronta una situación muy difícil: el fiscal militar está investigando a la División .Política y todo su estado mayor está preso e incomunicado. El asunto podría terminar muy mal para él porque además de los enemigos visibles, los radicales, hay gente del Ejército que se mueve contra él. 

Si hubiese inconvenientes recurriremos a la falsificación.

Comunicaci6n entre los Comandos. Estoy organizando, con gente de la Línea Recta, un sistema de transporte de correspondencia con varios países, ya que en todos los Correos el gobierno argentino

tiene acceso a la correspondencia.

Rosales. En mi anterior le pedía datos sobre Rosales. Según nuestros informes, viajó aquí como adscripto a la Embajada y está en cordiales relaciones con el Embajador argentino. El portador de

esta carta podrá ampliarle información.

Damiano. Ha llegado Damiano, elemento de inapreciable valor. En mi presencia lo torturaron salvajemente ellO de junio para que declarase, y no pudieron arrancarle una palabra. Además, es un peronista sin una desviación. Lo conocí en la cárcel y tengo por él una admiración que compensa el asco que me inspiraron otras, personas. Aquí hace mucha falta. Incluso pienso que puede sede, útil porque además de capaz y leal es discreto y no tiene ansia de figuración.

Nada más por ahora. Como observación general quiero agregarle que considero que los intelectuales nuestros que están exiliados deben escribir sobre Perón y el peronismo. No el ditirambo ni la propaganda masiva: en Chile (y, por lo que sé, en los demás países) su popularidad es inmensa. Me refiero a análisis, sencillos y medulares, sobre lo que significa nuestro movimiento como posibilidad de emancipación de las masas y países latinoamericanos. Hay mucho hombre nuevo que no quiere entrar en el engranaje de opresión colonial, y repudia por tanto a los partidos políticos actuantes; gran parte va al comunismo se pierde en estériles nacionalismos de extrema derecha ,por falta de un movimiento que en su país juegue el papel que el nuestro tiene en la Argentina. Todos esos elementos tendrían que ser simpatizantes suyos, pero contra la campaña antiperonista habría que oponerles la divulgación de lo nuestro, escrito en el idioma que les gusta. Vd. no puede hacerlo por falta de tiempo, pero deben ocuparse los que dispongan de él. Creo que es mejor el silencio que los «bodrios»; pero hay algunos muchachos que pueden hacer artículos, folletos, etc. Que los músicos escriban canciones y los poetas versos, Movimientos insignificantes con respecto al nuestro tienen su literatura y casi me atreveria a decir su folklore. ¿Es que todos esperan que Vd. haga todo? En setiembre de 1955, María Granata y Alicia Eguren escribieron un poema cada una que yo hice imprimir y fueron más efectivos que muchos volantes corno armas de lucha contra el gobierno de Lonardi. Los repartimos en las fábricas y la gente tenía desesperacián por hacerse de un ejemplar de esos volantes.

Lo abraza.

Cooke.

“Operación Cardenal”, con detenciones de numerosos militantes de izquierda, entre quienes se cuenta Pablo Neruda, de visita en el país.

Nuevo ataque intencional a la fábrica Siam. Daños estimados en 2 millones de pesos. 2000 obreros fueron cesanteados.

Atentado de comandos de la resisencia peronista en la Carretera Panamericana a la altura de Quilmes. Falleció por graves heridas un militante peronista de nombre Andrés Cibrian.

Comenzó la distribución de la publicación Mayoría, orientada por Tulio Jacovella. Al mismo tiempo dio a luz Rebeldía, dirigida por el P. Hernán Benítez.  También comenzó su circulación la hoja de El Guerrillero, de César Marcos y Raúl Lagomarsino. Junto con estas publicaciones proliferaron otros medios: Pero…qué dice el pueblo, Consigna y Nueva Consigna, El Soberano, El Hombre, Tres Banderas y Compañero que sufrieron confiscaciones, clausuras y restricciones.

Mayo de 1957

1.Una Comisión Intersindical logró permiso para conmemorar la fecha en Plaza Once. Se reunieron alrededor de 10.000 personas con un tono decididamente opositor al gobierno militar.

Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke.

Mi querido amigo:

Contesto su carta del 24 de abril pasado y le agradezco sus informaciones, como asimismo debo decirle que una vez más comparto sus ideas referentes a la situación y a los procedimientos que debemos seguir en adelante.

Veo que las cosas referentes a la terminación del juicio promovido por la extradición van para largo y, aunque espero que las gestiones se puedan adelantar después del 7 de mayo, no tengo mucha fe a las decisiones de esos tribunales de animales sagrados que trabajan mas «pro domo sua» que en defensa de una justicia en la que, los primeros en no creer, son ellos mismos. Es inadmisible que ustedes se encuentren allí detenidos y si entre todos esos pelucones hubiera uno solo que defendiera realmente la justicia comenzaría por decir que el asilo no puede ser al estilo de Al Capone: en la cárcel. Es una cosa contra la que siempre he reaccionado, el hecho de que una per­sona pueda pasar en la cárcel un montón de tiempo para que después un tipo que, a lo mejor no tiene el menor asomo de honor, le diga muy suelto de cuerpo que la formación de juicio «no afecta su buen nom­bre ni honor», pero se ha pasado a lo mejor privado arbitrariamente de su libertad durante años. Creo que lo más justo sería que el in­culpado fuera el que dijera al juez que, a pesar de haberlo injus­tamente castigado, ese castigo injusto no afecta el buen nombre y honor del juez, desde que la ecuanimidad más elemental afirmaría que es injusto y no es diligente (y eso no es honor para na lie).

Que le vamos a hacer, esta justicia a que nos tienen acontumbra- dos, es una de las tantas formas inadmisibles de la injusticia disfra­zada por el coro de hipócritas que todos los días habla de la democra­cia, de la justicia, del honor, de la moral, de Dios, etc. sin que nada de todo eso le importe un rábano.

Yo protesto un poco también por mis conveniencias… porque ya me están haciendo ustedes mucha falta. Hace un año y medio que me paso el día y a veces parte de la noche prendido a la máquina pero, estos últimos tiempos todo se ha puesto imposible de aguantar. Esta tarea es demasiado fuerte para uno solo. Si a eso se agrega que todo lo hemos hecho a pulmón hasta ahora, los hechos hablan por sí solos sobre el esfuerzo de los muchachos que en todas partes han pues­to el lomo al esfuerzo. No todo lo que reluce es oro pero tampoco no todo lo que se niega es justo. Por eso estoy deseando poder descansar un poco y que otros muchachos jóvenes, como ustedes, pongan el troley y sigan con el tranvía.

La postergación de nuestra «adunata» me parece muy atinada porque, en realidad de verdad se hacía por los muchachos que están impacientes en algunas partes. Yo creo que hay tiempo para todo y que no debemos de manera alguna jugar una nueva aventura, sino preparar una cosa seria y definitiva sin inútiles peligros para nuestra gente. La organización, por las informaciones que poseo, marcha muy bien en casi todas partes. La clandestinidad tiene sus exigencias pero es necesario comprender que la lentitud es una de ellas, también es conveniente dar tiempo para que se extienda y se intensifique en todo el país y que no sea sólo desde el punto de vista meramente in­surreccional sino también en el aspecto político, para mantener la cohesión, la mística y preparar consecuentemente las acciones que deben seguir a la insurrección misma. Hay numerosos políticos que trabajan, tanto en el campo enemigo como en el propio. Unos aprove­chando nuestra prédica para engañar ingenuos que pudieran pensaren el menor de los males y otros para aglutinar sinvergüenzas quo ebpeculan con el desorden para formar su partidito como es el caso de Saadi, Asis, Obeid, etc. sin que en esta clasificación escapen los anti­guos dirigentes que desplazados por la masa quieren hacer valer su antigua posición para sembrar el desconcierto en el que esperan sacar ventajas utilizando mi nombre. Todo esto se puede neutralizar y aun destruir si las organizaciones clandestinas, además de ocuparse del aspecto insurreccional y la resistencia, toman a su cargo esclarecer el panorama y desenmascarar a los traidores y a los sinvergüenzas que pretenden engañar.
Si bien hace un tiempo, cuando usted estaba en la cárcel, me pa­reció que la publicación del nombramiento que le envié hace ya tiem­po era una imprudencia, por las medidas que la canalla dictatorial pudo tomar con usted, desde que lo tenía en sus criminales manos, creo que ahora será de inmejorables consecuencias porque comenzará a aclarar un panorama oscurecido por la acción de los dirigentes ti­bios que han estado girando mi nombre inconvenientemente. Por otra parte, nosotros debemos comenzar a remozar los cuadros también «arriba», porque las circunstancias comenzarán a promover la ne­cesidad de saber cómo se ha de articular la nueva conducción. Esto tiene dos aspectos: en nuestro Movimiento y en el del enemigo.

Cuando se ha hablado de «Peronismo sin Perón» yo he sido el pri­mer partidario. Ya en 1946, cuando me hice cargo del Gobierno, en una conferencia sobre la doctrina que di en el Salón de Y.P.F. a to­dos los altos dirigentes, dije que era necesario ir adoctrinando a la masa y formando los dirigentes y cuando ese trabajo estuviera reali­zado, «tiraríamos a Perón por la ventana» y transformados en un Movimiento Institucional seguiríamos todos las banderas de la jus­ticia, la libertad y la soberanía. Todo ello porque, era necesario pen­sar que, lo único que vence al tiempo es la organización, en tanto los hombres, por lo menos aún, no lo hemos conseguido. Hoy sigo pensando lo mismo aunque con mayor intensidad porque soy más viejo que entonces. Es claro que me doy cuenta que éste no es el momento más oportuno pero, no por eso debemos dejar de pensar en la nece­sidad de hacerlo cuanto antes.

Esta emergencia de la «Revolución Libertadora» que tanto bien nos ha hecho a través del sacrificio y el esclarecimiento de «quien es quien» en nuestro Movimiento, puede ser una oportunidad admirable para iniciar ya una definitiva acción en el sentido indicado, a través de acción de ustedes, los jóvenes, que deben’ ser los que tendrán la dicha de llevar nuestras banderas a la victoria definitiva. Esto deben irlo pensando ya los amigos que conocemos, para ir estructurando los equipos durante la marcha. Hay muchos muchachos buenos y capa­ces que están en la cárcel y en la calle: a ellos es necesario irles llegando con ideas de evolución en ese sentido a fin de que se vayan pre­parando. Es necesario que, en esta acción, se tenga cuidado de hacer­lo uniendo gente y no dispersando, lo que presupone más bien una acción de acuerdo y no desacuerdo. Yo sé que no es fácil pero, sé tam­bién que es perfectamente posible si se ponen a un lado toda clase de ambiciones, como usted dice, y se procede a acuerdos perfectamente patrióticos y definidos por el bien del conjunto y no de las partes.

Este proceder tiene la ventaja, si trasciende, de facilitar la línea táctica que debemos seguir en estos momentos en lo político general. Hay innumerables fuerzas que temen, como a la muerte, la «vuelta de Perón» porque creen que mi deseo de venganza es superior a mi juicio y proceder, sin darse cuenta que ese odio y ese deseo de ven­ganza está más en la masa que en mí, pero aciertan al pensar que yo dejaré a la masa tomarse la venganza porque es la única forma de asegurar el futuro. Mi deseo de dar un escarmiento no es por pasión sino por reflexión. Hay que terminar y para ello no queda otro reme­dio: eso es todo. Pero, debemos aprovechar lo que creen ellos y no ha­cer hincapié de la vuelta mía al poder por ninguna causa que no sea la necesidad de satisfacer a nuestra gente. Esto hay que manejarlo muy bien y sabiamente. Sé que no es fácil, porque entraña una difícil maniobra dubitativa, pero como primer tiempo se resuelve mediante una nebulosa, en la que cada uno puede pensar como le complazca.

Este mes, que tenemos nuevamente por delante, deben aprove­charlo los comandos de Exilados para establecer claramente el estado de la organización clandestina y el grado de preparación alcanzado, como asimismo impulsar la resistencia en forma de intensificarla y extenderla a todo el país. La acción de propaganda y contrapropa­ganda de y hacia el país, debe también alcanzar una intensidad inu­sitada. Debemos hacer que todos, en todas partes y en toda circuns­tancia realicen una guerra sin cuartel y sin descanso contra la cana­lla dictatorial en forma que ésta sucumba abrumada por millones de pequeñas acciones ya sean colectivas o individuales. Su terrible si­tuación está indicando que está a punto de caer aniquilada precisa­mente por la acción que desde hace un año desarrollamos en todas partes, nada se impone más perentoriamente que la intensificación de esa acción con firme decisión de vencer y férreo espíritu de lucha, llay que paralizar el país ya antes de declarar la huelga general. La dictadura tiene preparado un decreto estableciendo la «Ley Mar­cial» para el caso de una huelga general que se declare, en consecuen­cia, no declaremos la huelga sino hagámosla, sin previa declaración. Es lo que ocurre en la guerra actual: nadie declara la guerra, la hace. El hecho de declaración de guerra ha pasado a ser uno de esos prejui­cios que quedaban de la época en que había una especie de código guerrero.

El compañero G. 1 es un excelente hombre de acción que no pier­de el tiempo en cosas secundarias y debe tener un conocimiento sufi­ciente de la situación de conjunto y de la zona de su incumbencia. Con él puede usted trabajar muy bien porque es capaz y decidido. Las informaciones que me llegan de distintas partes me hacen ser optimista en lo que vamos adelantando en la preparación y organiza­ción pero, creo que aún queda mucho por hacer, especialmente en la organización de los enlaces que permitan una conducción de conjunto con unidad de acción, base para el éxito, ahora que dispondremos de algo podremos intensificar los medios que nos permitan establecer en­laces y preparar medios técnicos de comunicación que nos ayudarán a realizar muchas cosas hoy difíciles de hacer. Por eso, creo que no hay que apurarse y que el tiempo que perdamos en preparar mejor nuestras cosas será después ganado en seguridad y aun en acción. No trabajamos para los dirigentes y menos aún para nosotros sino para el Pueblo Argentino y, en ese concepto, siempre hay tiempo para ello.

El estado económico y la anarquía social debemos aprovecharlos de la mejor manera para acrecentar el descontento ya reinante en todo el país y el desprestigio de la canalla dictatorial en todo el mun­do. No hay que olvidar que todos están esperando la «muerte de Aram- huru» y cuando se cree que se muere, se muere y, al que se muere, pocos son los que están decididos a jugar la suerte por su vida. Yo he notado ya, en diversas formas y por distintos hechos, que ese di­funto tiene mal olor y, como es lógico nadie quiere atar su carro al cadáver. Lo mismo está pasando con los propios sicarios de la tiranía y muchas ratas comienzan a abandonar el navio. Cada una de estas circunstancias puede y debe ser aprovechada por nosotros. Si a la natural falencia que trae la desgracia y el derrotismo que cunde en las filas enemigas, nosotros somos capaces de accionar para hacer sentir todo el peso de nuestra acción, esto no durará mucho. Sólo falta la decisión pero, el éxito no consiste sólo en vencer, sino que es más importante aún sacar las ventajas explotando tal éxito. Por eso debemos desde ya ir preparándonos para lo que va a seguir al de­rrumbe de la dii’adura y la caída de la «Gran Bestia». Si no prepa­ráramos esa fase de esta lucha, es posible que a pesar de nuestros esfuerzos, nada habríamos logrado.

Napoleón afirmaba que el éxito nunca es producto de la casuali­dad ni hijo de la fortuna, como algunos creen, sino que es la conse­cuencia de la previsión en todas sus etapas: el éxito se concibe, se prepara, se realiza y se explota. Si cualquiera de esas fases falta es siempre limitado por la acción negativa: de la imprevisión. Estamos nosotros en esta técnica napoleónica hemos concebido ese éxito, lo hemos estado preparando durante un año y medio, estamos por produ­cirlo, lo lógico es que ya echemos las bases para explotarlo cuando se produzca. Ese debe ser el trabajo que nos queda por realizar; produ­cir el éxito y explotarlo. Para ello vale más la previsión que toda otra circunstancia. Muchos están encandilados por el éxito que se aproxi­ma pero pocos ven más allá de la luz que los encandila. Es necesario que nosotros los dirigentes que estamos en ésto les hagamos ver la necesidad de prepararlo todo en forma que el éxito no sea sino el puente que nos da acceso, mientras que la etapa posterior es la ver­daderamente trascendente para nosotros.
Bueno amigo: espero que ustedes trabajen allí mucho. Lo mismo estoy haciendo yo con los demás comandos que comienzan a recoger la cosecha de lo que han estado sembrando. Espero tenerlo muy pronto por aquí porque será necesario una enorme actividad en este período que sigue, lo mismo que a los demás muchachos que les acompañan.

Los informes que me dan del Capitán Mandrini son excelentes como peronista. El caso ya lo arreglaré yo escribiéndole a este mu­chacho a quien han acusado de entregador, lo que no ha estado nunca claro para mi. He sabido que el Coronel R. ha andado por allí, se­gún mis informes trabaja para los gorilas, hay que tener cuidado y si se comprueba eso hay que tomar meditias inmediatas contra él. Sería, en tal caso, un canalla y a éstos hay que darles cuanto antes su merecido.

La ruego que me salude a los amigos chilenos que sé que los tengo en gran cantidad. Yo he querido siempre a Chile mucho y los chile­nos me resultan gente muy a mi gusto y que considero macanuda.

Saludos a todos los compañeros. Un gran abrazo.

Pecinco

3. El Embajador en Uruguay Alfredo Palacios renunció a su cargo.

14. El diario El Independiente de Bogotá, transcribió estas declaraciones de Juan D.Perón: “¡En  Argentina yo he sido el primer peronista sin Perón! Todo mi empeño no ha sido otro que el lograr convertir este movimiento gregario en un movimiento institucional. Tengo 61 años. Me quedan pocos años de vida ¡Si el peronismo muriera conmigo, escaso favor habría hecho al pueblo! Yo dije, no ahora, sino en 1946: Voy a darles una organización, una doctrina, un objetivo. Todo eso para vencer al tiempo. Y cuando Perón sea un estorbo, boten a Perón por la ventana”.

15. Salió de los talleres de impresión el libro de Arturo Jauretche titulado Los profetas del odio. En dos meses se realizó una segunda edición de 25.000 ejemplares. Señalaba: “quiero poner en evidencia los factores culturale que se oponen a nuestro pleno desarrollo como Nación, a la prosperidad general y al bienestar de nuestro pueblo, y los instrumentos que preparan las condiciones intelectuales de indefensión del país. Me ha parecido el mejor método utilizar a los escritores que sirven a ese propósito, para ponerlo en evidencia en el comentario de sus propios libros”. Desfilan así Ezequiel Martínez Estrada, Jorge Luis Borges, Julio Irazusta y Silvano Santander autores de textos en ese momento descalificatorios del peronismo.

16. Fue reemplazado (por renuncia) el Ministro de Guerra General Arturo Ossorio Arana por el General retirado Víctor Jaime Masó. Poco después, Ossorio Arana asumió como Comandante en Jefe.

17. Doscientos dirigentes gremialesde origen peronistafueron dejados en libertad.

19. Carta de Perón a Hernán Benítez caracterizando, una vez más, extensamente la situación del país y de las fuerzas del peronismo en el territorio. Aludió a la reclamada necesidad de autocrítica, a su actuación en el pasado y a su estado anímico y talante personal en política.

Querido amigo:

Al recibo de su carta del 14 de abril comienzo por pre­guntarme si ha recibido usted mi contestación a su anterior, que le remitiera por el conducto indicado en ella, de la cual menciona nada en la que ahora contesto. Le agradezco la información que me remite que en general coinci­de, en muchas partes, con la que poseo y con la situación que he vivido du­rante este año y ocho meses que llevo en el exilio.

Parece inferirse de su carta, que usted no tiene conexión con las orga­nizaciones clandestinas que actualmente trabajan en toda la República, de las cuales recibo a menudo informaciones directas o indirectas, pues su apreciación objetiva y sincera, parece prescindir de este factor para ceñirse mas al clásico concepto político. Desde que se produjo la «Revolución de los Gorilas» en 1955, he ido persuadiéndome cada día más que «nuestro cur­so» no obedece tanto a las formas locales y circunstanciales de la política clásica, sino que representa un «hecho nuevo» en la historia política nativa. Existen dos horizontes que es menester analizar: el primero, constituido por numerosos dirigentes que se esfuerzan en sobrevivir, superados por los acontecimientos. Ellos recurren naturalmente a enroscarse en las maniobras políticas, como la única forma de lograr su objeto. El segundo, formado por las organizaciones clandestinas insurreccionales, que resisten bien y con éxi­to, encuadradas por nuevos dirigentes que han surgido de la masa adoctrina­da y politizada por la acción del Justicialismo que, en este campo, ha hecho más de lo que muchos creen. La primera tanda de dirigentes, muchos exi­lados, otros presos, algunos sueltos, han tratado de mantener lo que ellos creen que es su predicamento político, actuando aleatoriamente en los movi­mientos y sucesos ocurridos. La segunda, ha tratado de mantener la cohe­sión de las fuerzas peronistas, mediante la organización clandestina y la re­sistencia. Numerosas organizaciones inconexas entre sí constituyen hoy esa fuerza de la insurrección. Sin embargo ya en muchas partes comienza a ac­tuarse con más unidad.

Aparte de estas fuerzas, que podríamos considerar políticas, actúan las organizaciones gremiales, que también han cambiado de dirigentes y que se agrupan disimuladamente en los gremios tendiendo a formar la CGT Unica o Intransigente.

Fuera de la acción, se mueven los que, constituyendo una inmensa ma­sa, peronista en el fondo, no están embanderados en la lucha activa de la re­sistencia, ni pertenecen efectivamente a organizaciones insurreccionales. En cambio, esta masa, interviene en hacer presente todos los días en todas las circunstancias, en cada lugar de la República, su protesta por las calamida­des que comienza a sufrir. Así colabora, muchas veces sin saberlo, en la re­sistencia. A esta masa pertenecen además de los peronistas no activos, los arrepentidos, que antes también protestaron por natural y por costumbre, pe­ro que hoy ante las realidades que les brinda la tiranía se comienzan a poner frenéticos.

Hay todavía, dentro del bando enemigo de la dictadura, los que inicial- mente estuvieron con ella, abierta o encubiertamente, que porque no consi­guieron lo que anhelaban o fueron vencidos en las contiendas palaciegas, se alistan ahora en la legión de los resentidos y echando mano a nuevas forma­ciones Azules, Blancas, Populistas, Neoperonistas, etc., tratan de mantener­se para no morir olvidados y despreciados. Colocados de frente a la dictadu­ra que los aguanta, se han apoderado de la oposición legal, al margen de la ilegal desarrollada por los peronistas.

En el bando gorila quedan sólo los marinos, militares, aeronautas, po­líticos y oligarcas empeñados en defender su vida, más que en insistir en lasorientaciones y barbaridades que vienen cometiendo. Estos individuos que forman los elencos gubernativos y encabezan las fuerzas «leales a la Revolución Libertadora» saben que han fracasado pero forcejean por agotar los medios aun fueran reemplazados en el Gobierno por un Frondizi que cuenta también con el apoyo de algunos de ellos. La oligarquía cree que aun es po­sible «salvar la ropa» mediante un subterfugio político, haciendo una alianza con sus eternos socios: los radicales.

Fuera de este panorama, que podríamos considerar exclusivamente po­lítico, están los argentinos y extranjeros que por ideales o intereses se man­tienen ligados a los acontecimientos pero que, por razones de idiosincrasia se mantienen en el limbo o en la estratósfera, llámense comerciantes, pro­ductores, industriales, intelectuales, independientes, etc., que cada día que pasa están más en oposición a la dictadura porque no pueden negar sus ho­rrores, sin que ello signifique que se han pasado al peronismo, del que fue­ron enemigos. Entre éstos están también la mayoría de los curas que siguen pensando más en los problemas intrínsecos que en las necesidades conve­nientes de la Patria. Todo este sector que, afortunadamente, no es muy nu­meroso en la actualidad, porque la violenta crisis los ha impulsado a tomar partido, representa ese sector despreciable que Licurgo sancionó como el delito más infamante para el ciudadano: «que en una contienda en la que se juega la suerte de la Nación, no estuviera en ninguno de los bandos o estu­viera en los dos».

Este panorama conforma sintéticamente la situación que yo veo desde acá, sin entrar en el fárrago de los acontecimientos secundarios que se esca­lonan en la lucha interna subsidiaria entre los gorilas ambiciosos por dominar o entre los peronistas que comienzan ya a vender la liebre, antes de cazarla.

Es indudable que, aun dentro de esta situación se mueven, tejen y des­tejen, los intereses, las pasiones y aun los ideales, pero es necesario prescin­dir de lo subjetivo, que cualquier imaginación puede inferir, para someter­nos a lo objetivo, que es lo único seguro y fehaciente. En estos casos la ima­ginación suele ser mala consejera.

Todo este proceso, está demostrando que, como dije hace un año, la dictadura por naturaleza misma de su procedencia, está irremisiblemente perdida y «después que uno está perdido, no lo salvan ni los santos», según dice Martín Fierro. Pero el proceso está indicando que mientras nuestros enemigos se descomponen, nosotros nos componemos. Lo que me afirma en las convicciones que sostuve cuando, también hace un año, afirmaba: «La fuerza del Peronismo radica en que, su línea intransigente, frente a unos y a otros, está en la propia naturaleza del desarrollo histórico, en tonto que las otras tendencias sólo viven y pueden actuar en el plano estrictamente políti­co. Sus éxitos sólo pueden ser éxitos políticos, sin la gravitación ni la tras­cendencia del quehacer histórico. Y, por ser éxitos meramente políticos, su signo en el tiempo y en el espacio, es la fugacidad. El quehacer político sólo puede adquirir vivencia cuando tiene como sustento la línea histórica. En épocas de normalidad, es fácil confundir la importancia del hecho político que adquiere así falsamente categoría permanente, pero existen períodos de la vida nacional, en los que está en juego su propio destino, en los que el quehacer histórico es el dominante. Estos períodos están siempre señalados por la presencia de los ‘hechos nuevos'».

El Pueblo Argentino no difiere de los demás pueblos: está formado por hombres y mujeres con las mismas virtudes y los mismos defectos y, en con­secuencia, no se le puede pedir que esté formado de santos y héroes. Frente al ataque de la reacción y a la traición y defección de las fuerzas armadas, hi­zo lo único que podía hacer: no hacer nada. Los dirigentes, es indudable, no estuvimos a la altura de nuestra misión y un Pueblo sin dirigentes tarda en re­accionar. Ahora, los Pueblos reaccionan por ideales y cuando no lo hacen por ideales, lo hacen después por desesperación. Eso es lo que está pasando. El perro y el gato son dos ejemplos magníficos de esto. Si son atacados reaccio­nan de distinto modo: el perro contraataca inmediatamente y hay que matarlo para sacárselo de encima: es un idealista, sin gran instinto de conservación. El gato procede de distinto modo: atacado dispara, si usted lo encierra en una habitación y comienza a pegarle, trata primero de meterse debajo de los mue­bles pero, si el látigo le alcanza aun allí, trata de subirse por las paredes y cuando se persuade que no lo puede hacer, se prepara a resistir, lo enfrente al agresor y, después, que le pegue si puede: es un materialista con dominante instinto de conservación. El Pueblo se parece más al gato que al perro.

Nuestro Pueblo justicialista animado de un ideal, nos viene demostran­do que esa fuerza que es el ideal, da permanencia al esfuerzo, pero no le da intensidad. Sólo el odio, que engendra otra fuerza, es el que arrima esa in­tensidad en la lucha. A nosotros, dominados por el ideal patriótico, nos faltó odio y por eso no peleamos. La tiranía con la cadena de sus crímenes y fe­chorías, nos ha dado odio por toneladas. La próxima lucha va a ser de distin­ta naturaleza. Lo más peligroso de los pueblos está en su reacción por deses­peración cuando el odio intensifica su lucha.

Esto también es preparación para acciones futuras. Yo siempre he cre­ído que el estado anímico de las masas tiene una importancia preponderante aun sobre las formas materiales de la organización y preparación para la lu­cha. Cuando apreciamos los factores determinantes de esa organización y preparación cometeríamos un tremendo error si, por tratarse de materialis­mo, no considerarámos el hambre, la miseria y el dolor, como aglutinantes y comburentes para la acción. Todo cuenta en la lucha. Por eso digo a me­nudo que, mientras nuestros enemigos se descomponen, nosotros nos com­ponemos.

Nosotros debemos ahora bregar sin descanso por alcanzar una organi­zación y preparación adecuada del Pueblo en el mismo camino que llevamos. El Justicialismo ha nacido al influjo de una misión que es su razón de ser: la defensa del Pueblo. Eso es lo que ningún peronista debe olvidar. Durante diez años, desde el Gobierno Constitucional, hemos cumplido fielmente esa misión y el Pueblo lo entiende así. El día que no la cumpliéramos, el peronis­mo no tendría razón de existir. Una malhadada aventura de marinos y milita­res, al servicio de la reacción y mercenarios de intereses foráneos, han sumi­do al Pueblo nuevamente en la miseria y el coloniaje. Para el Movimiento Peronista el deber de la hora no puede ser otro que devolver al Pueblo lo que se le ha quitado y a la Nación la dignidad de que ha sido despojada. Toda otra consideración pasa a segundo término. Los que piensan que el deber de este momento puede ser el de pacificar a la Nación y complicarse en solucio­nes a espaldas y en perjuicio del Pueblo, están traicionando esa misión.

Establecido con toda claridad el objetivo que perseguimos, lo que sur­ge de las Directivas e Instrucciones del Comando Superior Peronista que es­tablecen que vamos a la revolución justicialista con todas sus consecuencias, que se impone porque la dictadura nos ha cerrado el camino de toda posibi­lidad pacífica. Vale decir que luchamos por devolver al Pueblo todo lo que se le ha quitado, consolidarlo y extenderlo. No luchamos por soluciones pa­ra los dirigentes ni para entronizar un partido en el poder, como sucede con nuestros enemigos.

De eso se infiere que, para nosotros, el tiempo no es un factor que in­terese, sino secundariamente. Lo que interesa primordialmente es la misión. Lo haremos cuanto antes podamos, pero si no también lo haremos. En con­secuencia, la acción que debemos desarrollar en busca de una decisión no depende sólo de nuestra voluntad sino también de la del enemigo, como asi­mismo, fundamentalmente, de la situación propicia para lograrlo. Esta situa­ción propicia depende de numerosas circunstancias entre las cuales está nuestra organización, preparación, grado de intensidad de la resistencia, des­gaste de nuestros enemigos, descomposición de la dictadura, caos económi­co y social, anarquía política, putrefacción de las fuerzas que respaldan a la dictadura, cansancio del pueblo, etc., etc.

Es conveniente también considerar que la dictadura también tiene su plan para asegurar el continuismo mediante las combinaciones políticas y subterfugios de la misma naturaleza, como asimismo sus aliados para influir en nuestra masa peronista a través de los dirigentes que, olvidando su misión, entran en soluciones personales y que la masa puede ser influenciada en una dirección contraria a nuestros designios justicialistas por engaño, por cansan­cio o simplemente porque anhele una solución a sus tremendos males.

Sin embargo, nosotros no debemos ser influenciados en nuestras deci­siones fundamentales por meros hechos políticos circunstanciales, desde que sólo deben interesarnos aquellos que realmente tengan trascendencia y sean permanentes y dominantes. En ese sentido, pueden formarse partidos, puede llamarse a elecciones, elegirse constituyentes, reformarse la Constitución y aun constituirse nuevo gobierno, sin que nosotros tengamos por ello necesi­dad de cambiar nuestras decisiones iniciales, ni alterar nuestra acción, ni nuestros planes. Sea ahora, sea dentro de poco o sea dentro de mucho, noso­tros tenemos objetivos que alcanzar y, luchando tesonera y perseverante- mente hemos de lograrlos. Quiero decir que todo lo que se está produciendo en el país, forma parte de un panorama que es interesante conocer y contem­plar, pero que no debe serlo para que nos sometamos a la voluntad de nues­tros enemigos, sino para luchar neutralizando unas, destruyendo otras, y do­minando a las demás para imponer nuestra voluntad, mediante el aniquila­miento de la dictadura reaccionaria militar. De ello fluye que nuestro objetivo inmediato es el aniquilamiento del enemigo, base para imponer nuestra voluntad y realizar los objetivos.

Para decidir ese aniquilamiento hemos decidido ya la organización clandestina, la resistencia y un plan que se ajusta a las necesidades cambian­tes de la situación. El tiempo, las ayudas de nuestros enemigos y el ajuste de nuestra preparación, deben hacer el resto. En situaciones como la nuestra, nada ha de ser preconcebido, sino la misión que surge de los objetivos fija­dos. Todo lo demás depende exclusivamente de las circunstancias, no sólo porque la lucha es entre dos voluntades (la nuestra y la del enemigo) sino también porque es muy difícil prever los hechos cuando intervienen factores tan imponderables, como son, en este caso, las macanas que hacen los del provisariato o las circunstancias nuevas y cambiantes que se desencadenan por la acción del Pueblo o de las fuerzas organizadas o inorgánicas. Estable­cer preconcebidamente una línea táctica, fijando fechas y formas de ejecu­ción, es marchar a la ventura, porque bien puede darse la circunstancia de coincidir allí las peores condiciones y verse obligado a seguir en una situa­ción desfavorable.

Ello impone otro sistema: alcanzar una organización y preparación adecuada para todas las circunstancias y mantener buenos enlaces y comuni­caciones, para aprovechar el momento más oportuno que se presentará quizá cuando menos lo esperemos o, por lo menos, para estar en condiciones de hacer frente a cualquier situación en las mejores condiciones de apresto. Es natural que tendremos que enfrentar el apuro de los dirigentes que ya están listos con sus organizaciones y que sienten ansiedad por «largarse», pero es siempre menos importante eso, que tener que soportar después las conse­cuencias de un fracaso que puede ser definitivo.

Los acontecimientos políticos generales están siendo cada día más fa­vorables y lo serán aun más en el futuro especialmente si, como se va vien­do, el Pueblo comienza a desbordarse y obrar por su cuenta, demostración que está patente en los mitines que se han realizado últimamente. Todo el abigarrado maremagnum de hechos, provocados por las agrupaciones polí­ticas caotizadas por la resistencia, por las disenciones internas de los gori­las, por la defección de las fuerzas, por las ambiciones gorilas, por los inte­reses en juego, por las penurias del Pueblo, por la decadencia de los pro­ductores, industriales y comerciantes, por el derrotismo ya imperante. Mientras ellos se descomponen nosotros debemos componernos. El tiempo trabaja para nosotros ¿a qué entonces pretender reemplazar al tiempo?, hay que ayudarlo.

Nosotros no debemos considerar que la mala conducta de algunos diri­gentes peronistas, como los que han tratado de constituir nuevos partidos o buscar arreglos con nuestros enemigos, pueda influenciar la posición de la masa, porque sabemos bien que ni el engaño ni las promesas, ni las simula­ciones, harán que esos dirigentes que nunca representaron nada en el pero­nismo, puedan ahora representar algo en la traición. Una masa adoctrinada y «politizada» como la nuestra no es de las que ceden a las maniobras políticas tan conocidas. A ello se suma que ya no se trata sólo de devolver conquistas obreras, sino que hay un profundo odio que saciar y las masas masacradas y escarnecidas, los dirigentes torturados, fusilados y encarcelados, las organi­zaciones destruidas y robadas, los hogares atropellados, los muertos, etc., no se arreglan ya con devolver algunas conquistas materiales. El Pueblo quiere «sentir tronar el escarmiento» y nada se arreglará hasta que esto se haya pro­ducido.

El estado insurreccional de nuestra gente es excelente y espiritualmen- te está todo listo, sólo nos falta la organización y preparación indispensable para poner en potencia real a la preparación anímica que, es muy importan­te, pero no es todo. Pero ya estamos en marcha para lograrlo. Mucha de nuestra misma gente comete el error de creer que es necesario presentar una gran batalla a la tiranía que, disponiendo aún de una fuerza considerable, no puede ser batida en esas condiciones. Nosotros no debemos presentar esa batalla con que sueña la dictadura, porque allí ella podría ser más fuerte y nos llevaría al campo que le conviene. Debemos, en cambio, batirla median­te millones de pequeños combates en todas partes para que, a pesar de su fuerza, sea impotente para concurrir. Esa es la razón de ser de la resistencia y ése es el camino para aniquilar a la dictadura, sin que ésta no tenga ni si­quiera la posibilidad de defenderse.

Esta es la situación como yo la veo y las líneas generales de acción es­tablecidas para encararla y en base de lo cual se ha comenzado ya hace mu­cho tiempo a trabajar. Mis noticias son optimistas en cuanto a la marcha de la organización. No es suficiente que la dictadura caiga, es menester tener con qué recibirla en la caída.

He leído y releído la situación que me pinta y me confirma mis ante­riores informaciones, que me han permitido vivir la situación a cinco mil quilómetros de distancia material pero muy cerca con el pensamiento de lo que se está decidiendo allí. Todo para mí es natural porque conozco bien a los hombres que actúan y tengo una gran experiencia del oficio. Ya en 1955 en mi libro «La Fuerza es el Derecho de las Bestias» pude decir lo que los hechos han ido confirmando después. Lo que no conozco me lo imagino.

Comparto la necesidad de la autocrítica y la he compartido siempre, sino que usted no imagina siquiera lo difícil que es hacer lo que se piensa en el Gobierno. Usted ve que estos que todo lo veían mal lo han hecho peor. Que nuestros hombres cargados injustamente con las ignominias de la false­dad de estos bandidos han sido ángeles en comparación a los sátrapas que los reemplazaron. Que nosotros podemos haber cometido errores pero éstos los han transformado en horrores. El único que no se equivoca ni se ha equi­vocado es el Pueblo que, cada una de estas ocasiones, demuestra que tiene una nariz superior a la de todos y huele lejos. Lo importante por ahora es sa­ber que ese Pueblo está con nosotros, no es tan importante saber por qué.

Sobre las responsabilidades que aún usted quiere cargar sobre las es­paldas de Perón en el futuro, no estamos de acuerdo. El primer «peronista sin Perón» he sido y sigo siendo yo. Ya en 1946, en la primera reunión de dirigentes en el Gobierno, hice una conferencia en el Salón de Y.P.F. y re­cuerdo que les dije: hay que tomar la doctrina y las banderas, entregarlas al Pueblo y luego hay que tirar a Perón por la ventana. El único inconveniente que hasta ahora se ha presentado para hacer eso ha sido la falta de un hom­bre con suficiente predicamento para encargarse de llevarlo adelante. En es­ta encrucijada actual, creo que muchos hombres del peronismo han acumu­lado experiencia, como para intentar la metamorfosis y realizar el milagro. Si en este momento apareciera ese peronista, estoy listo para entregarle la bandera, que ya comienza a pesarme, para que la lleve al triunfo. Pero, des­graciadamente, todavía no lo veo. Pero, es menester pensar que nosotros no vencemos al tiempo y que éste nos vence a nosotros. Lo único que vence al tiempo es la doctrina y la organización y nosotros tenemos las dos cosas, aunque algunos no lo crean.

La superación del viejo justicialismo ha de venir sin duda, pero ya no será obra mía, sino de los que me sigan y del Pueblo. A mí no me interesa la gloria, ni el poder, ni siquiera la historia, porque sé cómo se la escribe y cómo se la elabora. Me basta con haberla hecho. No estoy ni amargado por lo que ha sucedido, ni eufórico por lo que está sucediendo, porque nunca trabajé para mí, sino para el Pueblo. Por eso ni me dolió la derrota, ni me halaga el fracaso de mis enemigos, sino en la medida que las ha de sufrir el Pueblo.

Creo ahora que el Pueblo debe hacer su parte en el esfuerzo y en el sa­crificio y que su liberación ha de ser obra de él. Por eso he propugnado las formas que antes le indico, como norma para su acción futura. Si yo, por ar­te de un sortilegio, pudiera hoy resolverle la situación, no lo haría, porque creo que sería el mas flaco servicio que pudiera prestarle. ¿De qué vale dar a los pueblos lo que ellos no son capaces de defender? De esta tiranía el Pue­blo debe salir fortalecido y capacitado como lo anhela el Justicialismo y, eso, sólo se producirá cuando el sacrificio lo haya ennoblecido y purificado. Está en camino de hacerlo, las cosas pintan ya como seguras y todo hace prever que estamos cerca de las primeras victorias, que escalonarán el sen­dero del éxito. Hay que dejarlo hacer: sólo así sabremos si lo merece. LosPueblos merecen la libertad y la justicia, cuando son capaces de conquistar­la, si no merecen la esclavitud.

Sobre lo que me dice que debo comenzar a hablar, creo que aún no ha llegado el momento, sino para hacer la lucha. Lo que hable estará dirigido a los que sostienen la defensa y realizan la resistencia. Para los demás no con­viene aún decir nada. Ya el Pueblo lo dice todo. A mí me conviene ahora ca­llar, porque el hombre sucumbe más por lo que dice que por lo que no dice. Ahora es hora de que hable la tiranía, que mucho lo necesita. Por mí, hablan más los hechos, con su elocuencia irrefutable, ¿para qué agregar el escarnio a una ignominia que todos ven claramente?, porque yo no podría hablar sino de eso. Prefiero callar por ahora. Ya llegará la hora de hablar y, si Dios, quiere, cuando lo haga será «con toda la voz que tengo».

Yo volveré como usted quiere: «renunciador, visionario, magnánimo y humilde» no por cálculo, sino por naturaleza y por costumbre, como asimis­mo, porque ése es mi estado de ánimo. El que ha vivido lo que yo y ha pasa­do por lo que yo he pasado, si no es un estúpido, no puede pensar ni sentir de otra manera.

El diferendo sobre la iglesia, para mí, no tiene la importancia que mu­chos le han atribuido, porque se trata de una falsedad más, inventada por la satrapía política, de la cual no han escapado muchos de mis hombres, ni ha estado ausente gran parte de nuestros ilustres prelados. Para mí sigue no ha­biendo habido conflicto con la Iglesia, sino con algunos sacerdotes que vio­lando sus más elementales deberes no sólo entraron en las intrigas políticas sino que azuzaron una lucha que estaban en la obligación de evitar. Yo no he tenido, ni tengo nada con la Iglesia, de modo que nada tengo que explicar en este sentido. Los hechos ocurridos, por lamentables que ellos sean, no pue­den ponerme a mí en la obligación de dar una explicación que corresponde hacer a los culpables de esos hechos. Yo no estuve en el bando de los malos sacerdotes que dieron lugar a la reacción popular, como tampoco estuve en el bando de los que reaccionaron, porque estoy seguro que no fueron pero­nistas. A su hora condené los hechos y, para mí el asunto ha terminado.

Quizá, una explicación que saliera de esto, que es lo natural, que es lo real, que es la verdad, me hiciera aparecer como participante de una cosa en la que nada tuve que ver. Yo, que construí un montón de iglesias, no iba a te­ner la idea de quemar cuatro de ellas.

Esto se ha aclarado mucho y se ha de aclarar aun más con el tiempo. ¿A qué pretender reemplazar al tiempo? Los hechos actuales están demos­trando quién es quién, dejemos un poco a los hechos, que luego tendremos mucho menos que hablar para persuadir.

He leído su carta con gran satisfacción y se la agradezco mucho. No todos los hombres escriben lo que piensan, ni lo que sienten. Nada de cuanto usted dice deja de ser la verdad y yo estoy ya acostumbrado a que la verdad no me moleste.

Muchos me han de haber juzgado por las calumnias y las mentiras de los que aún creen que se puede hacer una realidad con falsedades, sin perca­tarse que la realidad es siempre la verdad y que los hombres pueden decir una mentira pero no la pueden hacer. Ello me ha persuadido de que mis hombres, salvo excepciones, han sido también objeto de la vil calumnia de nuestros enemigos y mantengo mi fe en ellos hasta que se me demuestre lo contrario. No soy de los que creen que todos han sido malos porque lo dice la gente y menos aún la gente interesada. Yo no tengo derecho a dudar de ellos ahora y no me siento ecuánime para establecer un juicio que podría ser aventurado e indigno de mí. La autocrítica reside en esa ecuanimidad, por­que de lo contrario se convierte en calumnia o murmuración. Yo he aprendi­do en la vida a tener fe en los hombres hasta que me engañan y no puedo probar que mis hombres me hayan engañado. Si muchos de ellos han defec­cionado en la hora de la prueba, ni siquiera eso puede probar que antes ha­yan sido malos.

El tiempo suele ser a menudo nuestro mejor juez, porque la verdad y la justicia como todos los alumbramientos, necesitan su tiempo de gestación. Yo no le temo ni al tiempo ni a la verdad. Dios quiera que todos mis compa­ñeros se sientan así, porque los que les teman, recibirán su castigo en ese mismo temor. Pero yo no quiero cargar con el peso de mi temeridad de juz­garlos antes que el tiempo y la verdad lo hayan hecho, porque nada adelanta­ría con su desgracia. Yo siempre he entendido la lealtad como mutua, porque cuando es unilateral deja de ser lealtad para convertirse en servilismo.

Si yo no me atrevo a juzgar aún a mis hombres, cuando he vivido con ellos y los conozco como nadie puede conocerlos, cómo podría aceptar el juicio superficial y aventurado de los que los condenan sin conocerlos. Entre los mil peligros que tiene el Gobierno, uno hay que es el más terrible: la in­gratitud. Ello se produce por la facilidad con que somos juzgados los que trabajamos de buena fe, frente a la injusticia y la mala fe de los demás. Por eso no me atrevo a juzgar, aun con la extraordinaria experiencia que me dan los años, los éxitos y los fracasos.

Sé que muchos habrán procedido mal pero de su conciencia responden ellos, en tanto de la mía respondo yo. Con eso me basta por ahora. La selec­ción de los que me han de suceder ya no es de mi incumbencia. Ya la extra­ordinaria dialéctica de los hechos con su elocuencia indeformable se encar­gará de todo. El nuevo justicialismo podrá montarse sobre los fundamentos de nuestra labor, de nuestro sacrificio y de nuestra experiencia. Nosotros he­mos mostrado el camino para los que lo quieran recorrer, pero no es menes­ter que los llevemos en brazos.

A mí y a mis hombres se nos ha acusado de todo pero no han podido probar nada. Entonces se han ensañado con la calumnia sobre nuestra vida privada, lo que, en el mejor de los casos, probaría que somos malas perso­nas, pero excelentes funcionarios. Y, no creo que ellos sean los encargados de juzgar nuestra conducta privada, ni tampoco los más autorizados a hacer­lo. Por lo pronto, como funcionarios, han resultado mucho peor que noso­tros, según surge claramente de los hechos presenciados y como personas, tampoco han resultado más calificados, desde que han asesinado, robado y delinquido en cuanto un hombre pueda tener de más despreciable.

Ni la venganza, ni el perdón están en mis manos, sino en las del Pue­blo. Sólo él será el encargado de aplicarlos y estoy seguro que lo hará de distintas maneras. Por eso poco valdrá cuanto yo pudiera hacer a ese repec- to. Aun cuando anhelo regresar a la Patria, no me ilusiona hacerlo como ídolo, porque yo ya he superado esa etapa. Me interesa en cambio, poder hacer el bien al Pueblo, que lo veo en manos mercenarias y deleznables. La oligarquía está muerta y lo estará cada día mas. Nosotros ya terminamos con ella, aunque reaccione ahora y ponga en juego sus artimañas conocidas, podrán vegetar, pero poco. La comunidad argentina ya se ha librado de ese flagelo.

Nuestra intransigencia y la lucha que llevaremos adelante ahora y siempre, se debe deducir de la actitud de nuestros enemigos: cuando a un Pueblo se le cierran todos los caminos, no tiene otro remedio que abrir nue­vos a la fuerza. Eso haremos. Si, en los actuales momentos, la alcahuetería política consigue llenar de incertidumbre a la masa y desviar a muchos de su deber y de su fe, llegará el día en que no lo pueda hacer y ése será nuestro día. En el peor de los casos, si el Pueblo llegara a conformarse con la escla­vitud, la ignominia y la explotación, allá él, no somos nosotros los encarga­dos de hacerlo feliz a la fuerza. Como yo no quiero nada para mí, sino para él, mi deber termina cuando empieza su deber. Si el Pueblo lo quiere me ten­drá siempre a su lado, si no ya ha terminado mi misión. Yo no necesito, ni quiero nada del Pueblo. No sé si él necesitará y querrá algo de mí. «That is the question.»

Le ruego transmita mis afectuosos saludos a los compañeros.

Un gran abrazo

Juan Perón

8. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke:

Mí querido amigo:

Aprovecho el viaje del compañero Dr. López Colombres para ha­cerle llegar, con mi saludo, contestación a su carta del 29 de abril que el mismo trajera de Santiago.

Por correo le envié una larga carta en contestación a su anterior y espero que le haya llegado ya. Estoy de acuerdo con cuanto me dice en ésta que contesto. La información que contiene coincide en general con la que por otros conductos recibo yo. Ustedes allí con el compañero Ghizzardi pueden hacer mucho de lo que me dice en su carta y adelantar ya numerosas cuestiones que deben tratarse en la próxima reunión.

Creo como usted que hay que hacer trabajar alli al mayor número de personas, cada uno en lo que sea posible por sus condiciones y ca­pacidad. Este mes de mayo ha de ser el verdadero centro de gravedad en todo lo que se refiere a la resistencia en sus diversas formas, los rumores, las perturbaciones de todo orden, las transmisiones radiales, la infiltración, la provocación, etc., etc. porque así iremos preparando mejor el clima. La canalla dictatorial ha dado señales de agotamien­to y cuando el enemigo muestra estas señales es cuando nosotros de­bemos redoblar los esfuerzos en busca de su aniquilamiento. Ahora es cuando debemos hacer la guerra sin cuartel y sin descanso a la dic­tadura desde adentro y desde afuera, persuadiendo a todos los pero­nistas que es menester aue todos, en todas partes y en toda circuns­tancia combatamos por todos los medios a la dictadura que ha de caer vencida, no como ella espera en una gran batalla, sino por medio de millones de pequeños combates donde su fuerza sea impotente para concurrir y sus medios insuficientes para detener.
Hacer llegar a todos la consigna y hacer que todos la ejecuten en la medida de sus fuerzas y capacidades es el problema de la hora. Ya todos saben lo que deben hacer y lo quieren hacer. Hay que buscar la manera de que lo hagan de la mejor manera y con unidad de ac­ción en lo general y de coniunto. Si se intensifica ahora la resistencia inteligente y bien dispuesta, golpeando donde duele y cuando duele, haciendo todo donde no está la fuerza y nada donde ésta se encuen­tra, terminaremos por desarticular la defensa de la canalla, anarqui­zar sus organizaciones, asustar a sus hombres, desgastar sus fuerzas y descomponerlas, llevar el derrotismo a sus comandos, hacer aue se peleen entre ellos y desarticular toda idea de conjunto. Nosotros debemos estar en condiciones de manejar el desorden cuando ellos quieran manejar el orden y no presentar batalla cuando ellos espe­len que lo haremos, sino peoueños combates en todas partes a los que no podrán concurrir para defenderse. Por eso las acciones nuestras deben ir paulatinamente tomando un tono agresivo pero limitado, sin pasar a acciones mayores, porque nada hay mayor que el todo, sin que sea necesario hacerlo en una sola acción reunida.

Cuando este clima esté en plena acción, habrá llegado recién el momento de provocar la paralización que será el golpe de gracia y a continuación poner en ejecución la acción de guerrillas si es indis­pensable en las partes más favorables para que sea una septicemia con focos purulentos en diversas partes pero septicemia…

Sólo espero que ustedes puedan estar aquí porque el trabajo es abrumador para mi solo y la correspondencia con los comandos se me está atrasando. Espero que, como nos han anunciado, el asunto termine pronto.

Saludos muy afectuosos para todos los compañeros que se encuen­tran allí.

Un gran abrazo.

Juan Perón

11. Carta de John W. Cooke a Juan D. Perón, escrita desde Santiago de Chile.

Querido Jefe:

He recibido su carta de 21 de abril, que me proporcionó la doble alegría de traerme noticias suyas y confirmar que estoy interpretando sus directivas con fidelidad. López Colombres me acaba de entregar la del 8 del corriente. El portador de la presente le dará algunos informes verbales sobre asuntos delicados de los cuales me parece que debe estar perfectamente informado,

En estos días llegó un emisario de Buenos Aires, enviado por la Comisión Coordinadora. Los datos que trae son muy satisfactorios, lo mismo que otros que llegaron de los Comandos de Rosario. La gente está dispuesta y sólo espera su orden. Especialmente en Rosario, donde me instan a que le trasmita la opinión de que debemos largarnos de inmediato. Sin embargo, y sin redundar en razones que ya le he expuesto, todavía no estamos a punto, aunque avanzamos aceleradamente hacia el necesario punto de organización. Como no nos facilitarán la Radio del Estado para que Ud. trasmita en cadena la orden de paro, el éxito depende de que la podamos trasmitir rápidamente a través de nuestros organismos clandestinos, En el resumen que a continuación le hago de los diversos asuntos, le doy detalles sobre este punto.

Situación del país. Variaciones sobre el mismo tema: descomposición, mutua desconfianza entre los elencos, contradicciones. El discurso de Aramburu el 19 de Mayo era lo que hacía falta para terminar de demostrar que, además de todo lo que sabemos, es infalible en la imbecilidad. Como solución para el problema del costo de la vida y los salarios congelados salió ofreciendo… ¡el trabajo incentivado! Vino a descubrir el stajanovismo a esta altura de la vida. Como dijo un escritor refiriéndose a una figura histórica: «Es un hombre para quien la ignorancia no tiene secretos». Patrón Laplacette, trasmitiendo el 19 de Mayo «en nombre de la C.G.T.» con la frialdad que cabía esperar, exacerbó más aún a la gente.

Durante varios días se libró una batalla en el seno del gobierno. Se originó en el temor que algunos círculos sienten por el programa excesivamente revolucionario de Frondizi, cuyos objetivos son repetición de los del peronismo. Proponían, en consecuencia, impedir que F’rondizi obtuviera mayoría en la Constituyente y, eventualmente, en la elección general de autoridades. El medio: una amnistía política y el permiso para la actuación de un partido neoperonista. El propio Manrique, a pesar de su gorilismo, hizo algunos sondeos para conocer la actitud de los presuntos cómplices en caso de aprobarse el plan. Bramuglia dijo que sí; Mercante se mantuvo a la expectativa sin dar respuesta; Leloir, cansado de participar en todos los rompecabezas sin obtener la libertad que siempre le prometen como precio; se negó a dar una respuesta categórica, Este proyecto parece haberse abandonado, de acuerdo a las declaraciones de Aramburu de días pasados, donde afirma que se mantendrán las inhabilitaciones políticas.

Simultáneamente, aumentó la represión contra nosotros y casi todos los dirigentes de la línea intransigente fueron enviados al Sur.

En el Ejército, Leguizamón Martínez continúa apoyando los «comandos paralelos», que muchos resisten como violación flagrante a los principios castrenses. El «caso Capella» aumentó el escándalo y el descontento. El Capitán José Luis A. Capella pidió tribunal de honor para Aramburu por haber éste violado su palabra de honor al no cumplir con el compromiso empeñado en nombre del Ejército en cuanto a la fecha de las elecciones. Detenido, se nombró sumariante a un Coronel Pereyra, que dispuso la libertad de Capella. Capella continuó detenido y Pereyra fue puesto en disponibilidad. Los antecedentes pasaron al General Huergo, que según parece revocó la medida contra Pereyra.

En la Escuela de Mecánica del E jército, un subtcniente también pidió un tribunal de honor, por los mismos motivos, siendo arrestado por el SIDE.

Otro episodio que trascendió es el del General Brízuela, a quien el Inspector General del Ejército, Alvarez Spencer, envió a Córdoba a inspeccionar una unidad de tropas aero-transportadas; el jefe de

Ir, base, mayor Pomar, anunció que no permitiría la entrada de Brizuela, por lo que el Ministerio revocó la orden.

El equipo extremo del gobierno tiene serias dudas en cuanto a la utilidad de la convocatoria a Constituyentes, pero no ofrece otra alternativa que la continuación de ‘la dictadura, extremando medidas represivas, Pero no se les escapa que carecen de la fuerza suficiente para prolongar indefinidamente el actual estado de cosas. «Buenos Aires está dinamitado», declaró hace pocos días un integrante del Consejo Nacional del Uruguay; y éso es lo que todos saben en América, por encima de las afirmaciones de la maquinaria de propaganda imperialista.

Los partidos gubernistas continúan con el apoyo «crítico» que se reduce a reconocer que el elenco de bestias no acierta a resolver ningún problema pero que, no obstante, hay que sostenerlo ante el. peligro frondicista, nazi, peronista, comunista. Afirman que el gobierno es inexperto e inhábil, pero patriótico y democrático. Le transcribo algunos párrafos de las momias resurrectas que pasan por próceres de la Libertad:

Ghioldi: «El gobierno tuvo errores, pero no se puede desconocer su buena fe y la limpieza de sus intenciones».

Sabattini: «El plan Prebisch fue un error, pero no vamos a permitir que se responsabilice al gobierno actual de las arcas vacías, ccmo lo está haciendo Frondizi».

Sanmartino: «El gobierno ha cometido y comete errores que no vamos a disimular ni callar, pero está animado por móviles patrióticos que tampoco vamos a negar».

Balbín: «Los críticos implacables de la revolución cometen una injusticia».

Palacios: «critico a .quienes con pesimismo -a veces simulandofustigan violentamente a los hombres de gobierno, que se equivocan, sin duda, porque los estadistas no se improvisan, pero que demuestran en su acción reivindicatoria desinterés Y patriotismo».

Los bengoistas continúan haciendo actos en favor de la Constitución del 49, a la cual demuestran un inesperado amor, con miras a atrapar bobos para la elección de Constituyentes, en la cual se han comprometido a declarar que nuestra Constitución del 49 es la única vigente. No han escapado al divisionismo generalizado en toda las fuerzas políticas, y ahora Amadeo anda por un lado y Bonifacio Lastra, Goyeneche por otro. Eso, sin dejar de seguir prometiendo el golpe, para lo cual hacen promesas a los diversos grupos proclives a la componenda. Siguen en contacto con Bramuglia, con Leloir, con Saadi. Aseguran que los grupos de Iñíguez y Señorans están de acuerdo con los de Calderón, que usted ha dado su bendición al intento, que una vez triunfantes, reconocerán al «peronismo» (Leloir, San Millán aceptaron que en el Consejo Superior post-golpista tengan cabida Bramuglia, Saadi y representantes de Castro y de Mercante). Como se ve la misma revolución la han «vendido» ya demasiadas veces, pero s’iempre encuentran buena acogida, A Coronel y a Framini les ofrecieron la C.G.T., Y por el primero de ellos sstamos enterados de todas las conversaciones.

Los Populistas y la Unión Popular de Bramuglia (ver adjunto 1) están empeñados en una campaña contra el voto en blanco sosteniendo que de obtener mayoría -solos o uniendo sus constituyentes con los de Solano Lima, Frondizi y de los nacionalistas- la Constituyente se erigiría en poder supremo (Bengoa y Cía. proporcionarían las bayonetas de este extraño Thermidor) y llamaría a elecciones con intervención del Partido Peronista. Tan sencillo y brillante plan  se difunde con miras a lograr votos y especulando con la labor confusionista que desarrollan algunos de nuestros  jerarcas.

Los bengoístas realizaron un acto hace pocos días que fue entusiasta y terminó con corridas policiales, pero no llenaron ni la mitad del Luna Park. Del porcentaje de curiosos peronistas da cuenta el hecho de que al llegar al Obelisco la policía disolvió a los manifestantes «que vivaban al tirano depuesto».

Frondizi, usando «la marca Perón», enfrenta algunos problemas. En la provincia de Buenos Aires sus partidarios libran enconadas batallas, porque algunos quieren que se elijan, de inmediato, cándidatos a gobernador y vice, tal como se ha hecho con la candidatura presidencial : son los partidarios de Noblia, que consideran tener ase.gurada la mayoría. Otros, en cambio, sostienen como candidato a Alende, y ,son partidarios de esperar hasta último momento para elegir la formula bonaerense. Los de la línea filomarxista de Noblía­Liceaga acusan al sector Alende de «derechista». Estas divergencias no afectan, ‘Por lo que sé, al apoyo a Frondizi, con quien hasta ahora coinciden ambos grupos.

El acto realizado el 30 de abril en el Luna Park, por el Comité Obrero para la Defensa y Superación de las Conquistas Sociales con Frondizi como orador principal, tuvo una asistencia que llenó toda la platea y poco .más de la mitad de las tribunas, caudal bastante exiguo para un candidato que se ha autoproclamado mayoritario. Todos sus esfuerzos se dirigen desesperadamente a la caza de votos peronistas confiando en ser elegido «Como «mal menor». La Comisión de Abogados de la U.C.R. Intransigente produjo un dictamen declarando -con abundante jeiigonza jurídica y citas al caso– que la única Constitución vigente era la del 49, a la cual ahora juran defender hasta morir, después de/ haberla impugnado durante seis años. Son  tan descarados que afirman que esa actitud no puede ser calificada de «oportunista», ya que es refirmación de un dictamen que en igual sentido, produjeron en julio de 1956, antes de restablecerse la vigencia de la Constitución de 1853.

El frondicismo se dedica a halagar a todos los sectores que puedan aportarle sufragios o apoyo de cualquier tipo. La revista «Qué», su principal vocero, intenta, entre otras cosas, demostrar que están con el catolicismo. Ya no hablan más de laicismo, de la Ley 1420 ni de esas cosas. Por el contrario, salen al cruce de los que protestan por la creación de nuevas diócesis (ver adjunto 2). Miman al sector industrial, y especialmente a los grupos alemanes, al punto de apoyar la devolución del DINIE a los capitales privados. Acusan a los enemigos de esta tesis de estar al servici- del imperialismo británico y de combatir a la posible competencia germánica contra las inversiones inglesas. Esa línea quebradiza, que los lleva a ser estatistas en casi todo y antiestatistas cuando les conviene, es producto del mazacote ideológico de un partido que siempre ha carecido de sustentación doctrinaria sólida.

Los contactos con dirigentes «peronistas», aunque más recatados que los de otros grupos políticos, continúan y aumentan. Horne, que toda su vida fue un mamarracho (y que en setiembre pasado invitaba a unirse a Bramuglia ) viajó a Montevideo para tomar contacto con el equipo Mercante e interesarlo en el frondicismo. Sé que mantuvo varias entrevistas con Sampay y con Mercante, pero ignoro el resultado que obtuvo.

Luis Boffi, presidente del Comité de la Capital de la U.C.R. Intransigente mantuvo entrevistas con Leloir, aunque no tengo noticias de lo que conversaron. Desgraciadamente, se ha sumado a esta posición Jauretche, cosa que verdaderamente lamento porque me ha puesto en la necesidad de romper con un hombre por el que siempre he sentido respeto intelectual y personal. Junto con él, hay otros que, con menos franqueza, trabajan por la «fÓrmulaY.P.F.» (Yrigoyen, Perón, Frondizi).

El rejuntado de la U.C.R.del Pueblo también hace agua. Balbín está entregado a la obsecuencia más impúdica, aunque la disimule en la hueca fraseología radicaloide de la que es cultor. Zavala Ortiz, ya esfumadas sus aspiraciones presidenciales, habla de que es preferible morir con la Revolución Libertadora antes que pactar con el totalitarismo, etc. Sabattini hace proclamar su candidatura por sus incondicionales, con lo que cualquier día romperá definitivamente con el gobierno si éste persiste en la candidatura de Balbín.

Organización de nuestro movimiento. Comenzaré por las dificultades con que se tropieza. A la implacable persecución gorila se agrega siempre la labor disociadora de los emboscados y cobardes. Mientras miles de compañeros arriesgan su vida y su libertad, los que gimotean como maricones pidiendo su libertad, se dedican, paralelamente, a confundir a la masa. Este sabotaje causa más perjuicios de l0 esperado,porque mientras los intransigentes deben afrontar riesgos para difundir sus consignas, los tránsfugas encuentran facilidades y, adem1ás, la cooperación de bramuglistas, bengoístas, etc.

El triunfo de la insurrección popular sería el final de la vida política de quienes no se han comportado a la altura de los honores ue alcanzaron on el peronismo. Es lógico, entonces, que prefieran soluciones transaccionalcs, en las cuales la estructura pre-setembrino del movimiento sería el instrumento utilizado y los grupos combativos serían desplazados. Como de esa manera consiguen los dos objetivos perseguidos -eludir o atenuar los rigores de la persecución y, si el asunto sale bien, continuar medrando- tienen que engañar a la masa, haciéndole creer que cuentan con la confianza y representación del Jefe.

Mientras nosotros tejemos la trama que estrangulará a la Tirania, estas Penélopes despreciables la destruyen en todo lo que pueden.

Desde los primeros días de octubre de 1955, se vienen consumando inicuas maniobras. Entre Ca …. , Rodríguez M. y el ingeniero C.  “fabricaron» una carta suya, recordando las letras de documentos auténticos y fotocopiándolas. Luego, las directivas verdaderas fueron calificadas de apócrifas, cosa que han repetido en el caso de las «Instrucciones Generales para los Dirigentes». Recientemente, usted me envió copia de la carta con que contestó la de Leloir. El deber de éste al recibirla, eran uno solo: ponerse a cumplir las directivas que ella contenía. Sin embargo, se menciona el documento -(sin exhibirlo, por supuesto) afirmando que es una ratificación de confianza que contiene instrucciones para formar un Consejo del Partido integrado por dos políticos, dos gremialistas y dos mujeres.

El fallo de la Cámara de Apelaciones que confirma la prisión preventiva para los ex legisladores ya no menciona la ley de estado de guerra interna -únicas de las mencionada» que votó San Millán-, así que éste ha salido en libertad, pues, previsoramente, el Poder Ejecutivo lo había sacado de su disposición. Trabaja todo el día, con el beneplácito oficial, para constituir el neoperonismo, invocando su condición de Secretario del Consejo Superior. En cuanto a la lucha que las organizaciones clandestinas llevan contra ellos, la presenta como una lucha personal entre Leloir y yo, provocada por mi ambición, no como problema de conducta partidaria.

(De paso: contra el mencionado fallo, algunos ex legisladores prepararon un documento bastante enérgico refirmando la convicción de haber cumplido con su deber. Solamente la firmaron diecisiete; el resto se negó).

Producto de este tipo de equívocos fue el desastroso paro general que se intentó en diciembre, donde se invocó su nombre y se indujo a dirigentes capaces a embarcarse en una aventura que terminé con su encarcelamiento y posterior traslado al Sur.

Y eso sin contar los miles de escollos que diariamente crean dentro de las organizaciones clandestinas. Mencionaré un caso porque es demostrativo de esa criminal actitud. Mientras nuestros compañeros trabajan sin medios materiales, hay una «Rotaprint» que pertenecía al Partido, sin funcionar. Cuando estuve en Buenos Aires, en noviembre, ordené que se la entregasen a uno de los comandos. El tenedor del aparato se negó sosteniendo que no podía hacerlo sin orden escrita de Capelli ode Leloir. Este último me mandó decir que no me mandaba la orden porque si llegaba a caer en manos de la Policía tomarían represalias con él. Entonces, con el consiguiente sacrificio, uno de los muchachos viajó a Uruguay llevando una carta mía para Capelli, quien contestó que no estaba dispuesto a entregar la Rotaprint para que funcionase al servicio de tendencias que no eran las del Consejo Superior.

Frente a esta acción divisionista y al desconcierto y confusión que siembra, continúo defendiendo el nombramiento que usted me hizo para evitar que existan dudas con respecto a cuáles son las direqtivas emanadas directamente de usted. Insisto en esto porque uno de los puntos básicos para el éxito de la insurrección consiste en que, cuando llegue el momento todo el mundo sepa que usted ha dado la orden. Y, mientras tanto, evitamos que mediante provocaciones se incite a la gente a embarcarse en aventuras que nos retrasen para el golpe definitivo.

Hay un último argumento que tengo muy en cuenta. Aunque usted esté para entonces en una nación limítrofe, jamás consentiremos que entre en el país antes de tiempo. Necesitarán matar a un millón de nosotros para contenernos; les bastaría con matar a una persona, a usted,para derrotarnos. Considéreme desacatado desde ya contra cualquier orden suya que importe riesgos inútiles para su persona.

Para entonces, toda la gente sabrá que soy el portador de sus indicaciones y podré trasmitirlas sin que nadie dude la autenticidad de las mismas.

Por todas estas razones, y otras que ya le he expuesto, le sugiero la conveniencia de que usted haga conocer expresamente a los Comandos de Exilados y demás organizaciones mi designación.

Paso a la parte positiva del informe. La organización marcha a un ritmo acelerado. En la Comisión Nacional Coordinadora tienen representación todos los comandos importantes: los Coronel Perón, los 17 de Octubre, el de X, el de Xl , etc, La armonía que reina entre ellos es mayor de lo que esperábamos, teniendo en cuenta las dificultades del caso. La parte política está a cargo de P y PI; la gremial de R  (madera) y RI metalúrgicos); finanzas el doctor :. y ;  Prensa, y Q; Acción directa: M y; femenina r. Sra. de A y P. En algunos lugares como Matanza, Caseros, Lugano, Mataderos, etc. ya la organización está completa y perfeccionada. En todas partes se progresa rápidamente.

Un dato interesante: para la acción directa sobran voluntarios,  hay que luchar contra los que reclaman bombas. Desgraciadamente, ulgunas de esas bombas resultan de fabricación muy deficiente, y el resultado fue que algunas no estallaron y otras lo hicieron muy prematuramente, hiriendo gravemente a dos de nuestros muchachos. El gobierno sólo publica las noticias de los sabotajes que se prestan a ser explotados como demostración de los instintos criminales que nos mueven o aquéllos que causan heridos. Pero la gente sabe que hay muchísimos más de los que publican los diarios. (Ver adjunto 3). El día 30 de abril se colocaron setenta bombas, en diferentes lugares, de las que sólo estallaron veinte. Hemos conseguido un químico muy bueno, así que esperamos que esto no se repita. Actualmente están fábricando 30 bombas-reloj, que aproximadamente dentro de quince días serán utilizadas.

Estamos preparando un plan que, sin perjuicio de continuar «en el terrorismo actual, tendrá objetivos definitivos: paralizar el suministro de petróleo al gran Buenos Aires y paralización del Puerto. Es difícil, pero confío en que pueda cumplirse.

En el campo gremial existen algunas cosas que’ solucionar. La ubrumadora mayoría peronista entre la clase trabajajadora no se refleja en la dirección gremial por razones obvias, pero tampoco se ha logrado llegar a la creación del organismo que centralice la acción de nuestra gente. En la carta anterior le hablaba de la Comisión Intersindical, donde el 85 % de la gente ‘es peronista y el resto es comunista, frondicista y hasta existen algunos bengoístas. Pero los nuestros deben presionar sin figurar, así que esa Comisión no puede desempeñar las funciones de una Central peronista. La dirigen Raúl Vega (aceitero), Manuel Moreira (gastronómico) y Raúl Gómez Alcorta (sindicato de prensa), Arturo V ázquez (maderero), Vincelli (Industrias Químicas) y Alberto Lema (luz y fuerza). Se desempeña con mucha eficiencia, apoyada a todo trapo por la prensa frondicista y comunista. (Adjuntos 4 y 5). Allí tenemos a de la madera como enlace con la Comisión Nacional Coordinadora.

Al margen de la Intersindical, hay tres movimientos en marcha para unificar al gremialismo peronista. La C.G.T. Unica e Intransigente, a cuyo frente están (de Tucumán) y gente de Luz y Fuerza. está en contacto con ellos, también la Comisión Nacional Coordinadora. Hay otro grupo donde están (gastronómico) , (textil) y Y  un tercer equipo donde actúan (plásticos) y (jaboneros y perfumeros).

Como usted ve, son demasiados candidatos a formar una Central Unica. Por una razón u otra -ninguna de ellas importante- no han conseguido ponerse de acuerdo. Yo he preparado unas indicaciones para procurar que trabajen de común acuerdo, que figuran dentro del adjunto 7.

En esas indicaciones contesto también a las consultas que me formulan de los Comandos, así que los puntos 1, 2, 3, 4 Y 5 se refieren a esas aclaraciones y el resto a la Central Obrera. El punto 3 tiende a evitar que, como ha sucedido varias veces, personas que llegan con cartas y autorizaciones suyas pretendan darles más amplitud que las que realmente tienen, declarándose jefes únicos y absolutos del movimiento clandestino y trayendo una perturbación inmensa. El caso de un señor Paladino, que tenía una autorización suya, es uno de los más lamentables pues causó verdaderos desastres que luego costó tiempo y esfuerzos reparar,

Junto con’ esas indicaciones, les escribo a varios de los compañeros trabajadores, estimulándolos a subsanar las pequeñas rivalidades y discrepancias que siempre preséntanse y repitiéndoles conceptos expresados por usted en sus directivas y mensajes.

Algunos dirigentes, como Tolosa y Viel, han agarrado hacia posiciones deplorables, entrando en enjuagues a que fueron incitados por los políticos pactistas. Otros como Cabo, Coronel y Framini fueron engañados en diciembre, y han cometido diversos errores, pero desean seguir trabajando en la posición de intransigencia absoluta. Le acompaño una carta que hizo llegar Framini. Si le parece usted podría contestarIe con unas líneas que lo estimulen. Yo me encargaré de que llegue a sus manos.

Las mujeres también trabajan bien. Le acompaño un boletín y un panfleto que han distribuido profusamente (adjuntos 8 y 9).

La campaña del voto en blanco sigue intensificándose, aunque hay que insistir mucho más. La gente debe saber que no esterilizará su voto, como en el caso de los radicales, en que después de la abstención en, un acto eleccionario no les quedaba sino quedarse esperando dos años para volver a abstenerse. Ahora el voto en blanco es un acto positivo, implica tomar partido y fijar una posición. Votando en blanco es como verdaderamente se vota contra el gobierno, y no dando el sufragio a alguna de las variantes antiperonistas o seudo-peronistas. He agregado en las indicaciones del adjunto 7 el asunto del voto anulado, porque dicen que como el gobierno ha tomado a su cargo la confección de boletas electorales, procurará que estén confeccionadas en forma tal que se cierren como si fuesen un sobre y se depositen en la urna directamente, a fin de ‘dificultar el voto en blanco. En tal caso, hay que proceder de acuerdo col’ las «Instrucciones para todos los peronistas» y cruzar la boleta con la palabra «asesinos».

Comando Chile. Proseguimos con G1 la organización, que anda muy adelantada. Hemos solucionado muchos de los conflictos que dividían profundamente a los hombres. Para incorporar a todo el mundo, hemos distribuido la circular que figura en el adjunto 10.

Mientras tanto, se sigue trabajando. La radio comenzará a transmitir esta semana nuevamente. Sus últimas directivas fueron impresas y enviadas en gran cantidad a la Argentina. También enviamos los clisés para que los que trabajan allá tengan menos dificultades.

Circular 9. Había varios errores en el cifrado. Con respecto al envío de comunicaciones de aquí a Montevideo, como se indica, ello presenta dificultades serias. Los aviones tocan casi todos en Buenos Aires y casi toda la correspondencia llega violada. Estamos tratando de establecer una vía directa con gente de Línea Recta, pero aún no lo hemos conseguido.

Comando Paraguay. Esperamos a S. que llegará de un momento u otro para colaborar con K. Este opina que la Alianza ya ha perdido la razón de ser y debe incorporarse lisa y llanamente al Movimiento Peronista, pero hemos pensado que en esta etapa, tal como le decía en mi carta N° 1, conviene actuar con los elementos alianzistas sin que pierdan su condición de tales. Hay algunos hombres que también tratan de sembrar confusión entre los elementos de la Alianza, pero los elementos de valor han permanecido en la línea de la intransigencia peronista.

El adjunto N°1 es un volante repartido en Paraguay. Si no se trata de una provocación, es por lo menos una estupidez. Interferir con movimientos rosistas es hacer el juego a los enemigos.

Comando Mendoza. Hubo una redada policial y parece que han caído muchos de los que estaban en contacto con Barrena. Hace diez días se formaron dos nuevos comandos, para lo cual mandaron pedir directivas y yo les envié material, junto con las indicaciones cuya copia acompaño (adjunto 1.2).

Consulta. De acuerdo a la tarea de difusión doctrinaria a la que me refería en mis cartas y que usted menciona en la suya del 21 de abril, estamos preparando una publicación de todos sus últimos trabajos: el VI Capítulo, artículos económicos y políticos.

Le solicito autorización para redactar un prólogo y para subsanar algunos errores de hecho que figuran en dicho Capítulo (la muerte del diputado García y dos o tres pequeños detalles por el estilo).

Lo abraza

17. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas.

Mí querido amigo:

Contesto su carta del 11 de mayo pasado en la que me incluye el interesante informe sobre la situación argentina que trato de contestar en la forma más adecuada a lo que yo considero el panorama argen­tino de la actualidad.

Creo que nosotros debemos establecer en primer lugar, con toda claridad, el objetivo que perseguimos. En ese sentido, las Directivas e Instrucciones del C.S.P., han establecido que vamos a la revolución justicialista con todas sus consecuencias. Vale decir que nosotros lu­chamos por devolver al Pueblo todo lo que se le ha quitado, consoli­darlo y extenderlo. No luchamos por soluciones para los dirigentes, ni para entronizar un partido en el poder, como sucede con nuestros enemigos.
De eso se infiere que, para nosotros, el tiempo no es un factor que interese sino secundariamente. Lo que interesa primordialmente es la misión. Lo haremos cuanto antes podamos, pero sino también lo haremos. En consecuencia, la acción que debemos desarrollar en busca de una decisión no depende sólo de nuestra voluntad sino también de la del enemigo, como asimismo, fundamentalmente, de la situación propicia para lograrlo. Esta situación propicia depende de numerosas circunstancias, entre las cuales está nuestra organización, prepara­ción, grado de resistencia, desgaste de nuestros enemigos, descompo­sición de la dictadura, caos económico y político, anarquía social, pu­trefacción de la fuerza que respalda a la dictadura, cansancio del Pueblo, etc., etc.

Es indudable también considerar que la dictadura tiene su plan para asegurar su continuismo mediante las combinaciones políticas y subterfugios de la misma naturaleza, como asimismo sus aliados para influir en nuestra masa peronista a través de los dirigentes que, ol­vidando su misión, entran en soluciones personales, más que naciona­les populares y que, la masa puede ser influenciada en una dirección contraria a nuestros designios justicialistas por engaño, por cansan­cio o simplemente porque anhele una solución a sus tremendos males.

Sin embargo, nosotros no podemos ser influenciados’ en nuestras decisiones fundamentales por meros hechos políticos circunstanciales, desde que sólo deben interesarnos aquellos que realmente tengan tras­cendencia histórica, permanencia y que sean dominantes. En ese sen­tido pueden formarse partidos, pueden llamarse a elecciones, pueden elegirse constitucionales, puede reformarse la Constitución y aun elegirse nuevo Gobierno y ocupar el poder, sin que nosotros tengamos necesidad de cambiar nuestras decisiones iniciales, ni alterar nuestra acción ni nuestros planes. Sea ahora, sea dentro de poco o sea dentro de mucho, nosotros tenemos objetivos que alcanzar y, luchando teso rera y perseverantemente en ellos los hemos de alcanzar, a corto o a largo plazo. Quiero decir que todo lo que se está produciendo en el país, forma parte de un panorama que es interesante conocer y con­templar pero que no debe serlo para que nos sometamos a la voluntad de nuestros enemigos, sino para luchar neutralizando unas, destruyendo otras y dominando en las demás, para imponer nuestra volun­tad, después que hayamos conseguido aniquilar a la dictadura reac­cionaria.
De ello fluye que nuestro objetivo inmediato es anquilar a nuestros enemigos para imponerles luego nuestra voluntad y realizar los objetivos.

Para conseguir ese aniquilamiento hemos decidido ya la organización clandestina, la resistencia y un plan que se ajusta a las nece­sidades cambiantes de la situación. El tiempo, las ayudas de nuestros enemigos y el ajuste de nuestra preparación, deben hacer el resto.

En situaciones como la nuestra nada ha de ser preconcebido sino la misión que surge de los objetivos fijados. Todo lo demás depende exclusivamente de las circunstancias, no sólo porque la lucha es entre dos voluntades (la nuestra y la de los enemigos), sino también porque es muy difícil prever los hechos cuando intervienen factores impon­derables como son, en este caso, las grandes macanas que hacen los del provisariato o las circunstancias nuevas y cambiantes que se de­sencadenan por la acción del Pueblo o de los que intervienen en todas partes. Establecer preconcebidamente una línea de acción, fijando fechas y circunstancias es marchar a la aventura, porque bien puede darse la circunstancia de coincidir allí las peores condiciones y verse obligado a seguir adelante en una situación tan desfavorable.

Ello impone otro sistema: alcanzar una organización y prepa­ración adecuada para todas las circunstancias y mantener buenos enlaces y comunicaciones, en forma de poder aprovechar el momento oportuno que se presentará quizá cuando menos lo pensemos o, por lo menos, estaremos en condiciones de hacer frente a cualquier situa­ción que se presente, en las mejores condiciones de apresto para proceder.

Es natural que tendremos que enfrentar el apuro de los dirigen­tes que ya están listos con sus organizaciones y que sienten ansiedad por «largarse», pero es siempre menos importante que tener que soportar después las consecuencias de un fracaso que, en nuestro caso, puede ser definitivo.

Los acontecimientos políticos generales están siendo cada día más favorables y lo serán aún más en el futuro, especialmente si, co­mo se va viendo, el interés de la dictadura por las elecciones permita que el Pueblo comience a desbordarse y a actuar por su cuenta. La demostración está patente en lo que se ha podido observar en los últimos mítines realizados. El acto que realizó el Partido Azul y Blanco, con motivo de la fundación del nuevo partido, constituyó un verdadero ataque al Gobierno, cuyos manifestantes pedían a gritos la renuncia del Presidente. El pueblo ya le ha perdido el temor y sale a la calle sin ningún temor. Por su parte Frondizi, totalmente de frente ataca al Gobierno en forma ostensible y pública. A la terminación del acto realizado en el Luna Park, a fines de abril, se repitió el mismo epi­sodio del de Azul y Blanco. En uno y otro caso la Policía debió utili­zar gases para dispersar a los manifestantes. Lo importante de esto es que Frondizi, habla ya totalmente en Peronista y no sólo promete el restablecimiento de todas las conquistas dadas por el peronismo, sino que ha aplaudido públicamente a las mismas, declarando que el pe­ronismo tiene el honor de haberlas otorgado. Esto no me interesa pol­lo de Frondizi sino por el hecho de que se extiende cada día más la resistencia, dentro de la cual el frondicismo es sólo un hecho más pero, que da lugar a que los peronistas lo aprovechen.

Todo este abigarrado maremagnum de hechos, provocados por las agrupaciones políticas caotizadas, por la resistencia de las agru­paciones clandestinas, por las disenciones internas de los gorilas, por la defección de las fuerzas, por las ambiciones desatadas en los del «gobierno», por los intereses en juego, por las penurias del Pueblo, por la decadencia de los productores, industriales y comerciantes, por el derrotismo imperante, por la prepotencia dictatorial, etc. son todos coadyuvantes que actúan sincronizadamente en nuestro favor. Mientras ellos se descomponen, nosotros nos componemos. Quiere decir que el tiempo todavía trabaja para nosotros. ¿A qué entonces querer reemplazar al tiempo con una aventura? Hay que ayudar al tiempo…Nosotros no podemos considerar que la mala conducta de algu­nos dirigentes peronistas, como los que han tratado de constituir nuevos partidos o llegar a arreglos con nuestros enemigos, pueda in­fluenciar la posición de la masa, porque sabemos bien que ni el en­gaño, ni las promesas, ni las simulaciones, harán que esos dirigentes que nunca representaron nada, puedan ahora representar en la trai­ción. Podrán producirse algunas defecciones, podrán aparecer nuevos traidores y tránsfugas, pero la masa estará firme hasta el fin. Una masa adoctrinada y politizada como la nuestra no es de las que ceden a las maniobras políticas ya tan conocidas. A ello se suma que ya no se trata sólo de devolver conquistas obreras, sino que hay un profundo odio que saciar y las masas masacradas y escarnecidas, los dirigentes torturados y encarcelados, las organizaciones destruidas y robadas, los hogares atropellados, los muertos, etc. no se arreglan ya con devolver conquistas. El Pueblo quiere sentir «tronar el escar­miento» y nada se arreglará hasta que esto no se haya producido.

El estado insurreccional de nuestra gente es excelente y espiri- tualmente está todo listo. Nos falta la organización y preparación indispensable para poner en potencia esa preparación que es muy importante, pero que no es todo. Necesitamos armas, explosivos, co­municaciones, enlaces y una organización que represente la posibilidad dt llegar oportunamente con las órdenes. Mucho de esto está reali­zado pero falta mucho en otras partes y nosotros si queremos cumplir 1?. misión que nos hemos impuesto, es menester que se haga todo en todas partes. Para ello debemos alcanzar un grado de preparación adecuado a las necesidades. El día que paralicemos al país será nece­sario contar con los medios para hacer frente a la dictadura tan pronto ésta se decida por reprimir y esto no se hace con palabras. Está bien que podremos contar con algunas fuerzas militares y de policía pero, para nuestros planes tenemos que contar sólo con lo r.ue sea seguro y no aleatorio.

Es posible desde ahora que contemos con fondos para la compra no armas en todas las fronteras y hay que comenzar a ver las posi­bilidades de obtenerlas, transportarlas y distribuirlas. Los fondos los proveeremos en cada caso. Todo esto requiere tiempo y si ese tiempo está a nuestro favor ¿qué inconveniente puede haber de que lo utili­cemos? Creo que eso es lo que tenemos ahora que hacer.
Muchos de nuestra misma gente piensan que es necesario presen- sentar una gran batalla a la tiranía que, disponiendo de una fuerza considerable, no puede ser batida en esas condiciones. Nosotros no de­temos presentar esa batalla con que sueña la dictadura porque allí ella sería más fuerte y nos llevaría al campo que le conviene. Nosotros debemos, en cambio, batirla mediante millones de pequeños combates en todas partes para que, a pesar de su fuerza, sea impotente para concurrir. Esa es la razón de ser de la resistencia y ese es el camino para aniquilar a la dictadura sin que ésta pueda en manera alguna defenderse. Lanzarse a una acción decisiva de conjunto en un solo lugar es un caso más de golpismo y exponernos a perder en un solo acto todo lo que hemos ganado en un año y ocho meses de trabajo y ‘»sufrimiento.

Sobre su nombramiento he comunicado a todos los Comandos la consigna de reconocer ese nombramiento y lo reiteraré en forma que no quede la menor duda. Usted debe seguir difundiéndolo en la me- d’da de sus posibilidades. Es necesario llegar al interior de nuestro país con esa información a los fines de una mayor comprensión y acatamiento.

Muy interesante la información de la organización. Yo también tengo una amplia información al respecto. Sé que Córdoba y Rosa­rio están llenos de apuro y decisión. El Norte creo qué anda también muy bien, lo mismo que el sur. Indudablemente que faltan cuestiones fundamentales y también lo último que siempre se hace en las orga­nizaciones: los enlaces y comunicaciones, aquí muy importante porque la gente nuestra espera que la orden de actuar provenga de mí. Ya encontraremos la forma de que esto se pueda hacer de la mejor ma­nera y con la mayor rapidez y seguridad.

Nadie está autorizado por mí para desarrollar ninguna ac­ción en la dirección de conjunto, como no sea usted, que lo tiene por escrito y ampliamente. Tampoco es necesario porque la gente no les lleva el apunte y desconfían de todo y de todos.

Con referencia a las elecciones de Constituyentes, nosotros de­bemos de hacer allí un acto más de resistencia, tratando de que no se realicen o, en su defecto, haciendo cualquier cosa para que no sirvan de nada, como sería votar en blanco, no votar, meter bochinche, per­turbar, sabotear, boicotear, y mil formas más de hacer la resistencia. Hay que dar la misión e indicar lo que interesa que se haga, ya los grasas se encargarátn de hacerlo de la mejor manera. Nosotros, muchas veces por preverlo todo matamos un poco la iniciativa de nuestra gente que, a menudo, suele ser mejor que la nuestra… Si las boletas son confeccionadas de manera distinta será cuestión de inven­tar la manera de burlarlas. Hay que decir a la gente que su voto no debe valer, que no voten o busquen la manera de anularlo escribiendo «ASESINOS» o lo que se les ocurra o simplemente limpiándose antes algo y dedicándoselo todo a los gorilas.

Muy de acuerdo con las publicaciones de que me habla. Autori­zado a hacer lo que quiera con ellas: corregir, cambiar, etc. Muy inte­resante los demás detalles que me comunica y con los que estoy am­pliamente de acuerdo.

Referente al asunto de que me habla el emisario, estoy comple­tamente en claro. Yo soy como el loro del italiano: non parlo na me fico… El amigo le informará a usted también verbalmente lo que le transmití. Conozco mucho más de lo que usted imagina pero es menester andar con prudencia porque necesitamos algo que ellos tienen y que largarán sin lugar a dudas por las buenas o por las malas. Yo tengo aquí todo armado. Por eso conviene acordarse que éste es un juego de vivos y que en esa clase de juegos gana sólo el que consigue pasar por zonzo sin serlo.

El amigo Ghizzardi sabe que usted tiene el encargo mío, lo que le he ratificado por carta, pero conociéndolo bien, le aconsejo que lo trate con gran prudencia porque es un excelente compañero pero un poco cosquilloso. Dándole su lugar y tratándolo bien se puede sacar de él todo lo que se quiera, en cambio, si uno lo quiere atropellar, todo se descompagina a su alrededor. Es muy útil y usted lo puede dirigir en lo general respetándolo como jefe del Comando de Exilados de Chile y todo andará bien. Me parece excelente lo de acercar a la gente pero aún en esto hay que tener cuidado con Ghizzardi porque él está trabajando desde hace más de un año, mientras los otros char­lan y escriben cartitas y no hacen nada. Allí hay gente que ha tra­bajado y que, como Astorgano, Bertolini, Barrena, y otros cuyos nombres no recuerdo ahora, pueden ser buenos colaboradores y que Ghizzardi conoce. Es claro que es menester mantener una cierta prudencia por las indiscreciones, tan comunes en nuestra gente y que ponen en grave peligro a muchos que terminan por llamarse a silencio a consecuencia de los peligros a que se los expone.

No hay que olvidar que las organizaciones obreras peronistas son las que han mantenido mejor la línea intransigente si bien al­gunos dirigentes han defeccionado. Por eso es necesario tener muy en cuenta a esas organizaciones hoy encuadradas por nuevos dirigen­tes jóvenes, surgidos de abajo y deseosos de reivindicar las traiciones de los otros. Es conveniente pensar también que los obreros tienen siempre cierta desconfianza a los políticos, aunque sean peronistas, razón por la cual hay que darle la intervención que merecen y colo­carlos en el plano que sus actividades les señalan en la misma situa­ción de los demás. Una desconsideración de cualquier orden porque no hablan bien o dicen algo inconveniente suele ser motivo de aleja­miento de hombres que no saben hablar pero que en el momento de hacer son irreemplazables. En fin hay numerosas cosas que contem­plar y arreglar dentro de las frondosa organización que esperamos al­canzar rápidamente si, como imagino, nos dedicamos a conseguirlo efectivamente.

Aunque la tarea es extraordinariamente grande y el tiempo cor­to, todo puede alcanzarse si descentralizamos bien las cosas y conse­guimos hacer llegar oportunas directivas a todos los comandos en que se articula la organización. Este mes de mayo y los subsiguientes deben ser aprovechados para intensificar y extender la organización y 1h resistencia. Ha llegado el momento en que debe hacerse la guerra sin cuartel y sin descanso a la dictadura, haciendo que todos, en todo momento y lugar se empeñen en producir actos contrarios y que lesio­nen al «gobierno» en cualquier forma, sin que ningún peronista quede excluido de la obligación de combatir por sus medios y en la medida de sus posibilidades, aunque sea protestando y murmurando. Si todos nos dedicáramos a eso yo estoy seguro que la dictadura no aguantaría ni dos meses. El sabotaje, el boicot a las compras y al consumo, el derroche de agua, las destrucciones de líneas telefónicas y telegrá­ficas, las perturbaciones de todo orden, las huelgas, los paros, las protestas tumultuosas, los panfletos, los rumores de todo tipo, la baja producción y el desgano, la desobediencia civil, la violación de las leyes y decretos, el no -pagó de los impuestos, el sabotaje en la ad­ministración pública, solapada e incidiosa, etc. son recursos que, bien ejecutados pueden arrojar en pocos días a cualquier gobierno.

Yo creo que la eficacia de los pequeños medios es temible, si se la realiza en conjunto. Por ejemplo ahora vienen las elecciones, pues nada hay más aparente para violar las leyes y provocar un sabotaje general a esas elecciones en forma de que no se puedan realizar aun­que la dictadura se empeñe en ello, saboteando los padrones, rom­piendo todo lo que se refiera a esas elecciones, quemando lo que se pueda, etc. Estudiando esto se puede organizar un sabotaje inteligente y dar al traste con las elecciones de marras. Esto sólo a título de ejemplo y referente a esto, como puede serlo en cada una de las cosas que la tiranía ordene. Creo que la resistencia no ha sido bien llevada porque la gente se ve más atraída por las bombas y los incendios, que son efectivos, si no se olvidan las otras cosas quizá pequeñas, pero que ejecutadas en millones de partes resultan mayores y más efectivas que hacer volar un puente o incendiar una fábrica.

Sobre la paralización no creo que haya dificultades si la situa­ción es propicia y se prepara minuciosamente mediante una organi­zación adecuada. De lo contrario no será posible. Los que creen que es posible paralizar al país porque mucha gente es opositora al «go­bierno» se equivocan. Paralizar todos los gremios implica una tarea larga, difícil y que impone medidas muy inteligentes y apropiadas. Si la paralización no es total no tiene efectos decisivos porque el «gobierno» aguanta y luego mediante la presión puede ir metiendo la gente de prepotencia. Si no es decidida y enérgica, además vigilada por pelotones especiales para sancionar efectiva y duramente a los rompehuelgas, comenzarán paulatinamente a volver al trabajo los cobardes primero y los débiles después con el pretexto de los ante­riores y todo se desmoronará en pocos días y el fracaso será la derro­ta nuestra y el fortalecimiento del «gobierno». Por eso es un arma de dos filos que, para fracasar, es mejor no hacerlo. Por otra parte una paralización debe ser hecha en forma instantánea que sería lo mejor pero, si ello no es posible hay que asegurarse porque el paro progresivo es más difícil para integrar y mantener. Como vé esto no se puede largar a la «buena ventura» sino que es necesario asegurarlo y muy bien, por los peligros que entraña. No hay que olvidar que el 17 de octubre de 1945, cuando todos los gremios declararon la huelga gene­ral, la Unión Ferroviaria, que era la más fundamental, votó en contra de la paralización y no fue a la huelga. Un paro sin los transportes, la luz y fuerza, el agua, la comida, no es un paro aunque todos los demás no trabajen. En el caso nuestro es menester hacer parar a todos los patrones y en lo posible los bancos, el campo, etc.

Todo eso debe ser estudiado sin confiarlo a la improvisación y resuelto antes de que el paro se produzca, porque lo que se deje para después, hay que contar con que no se realiza.

Aparte de todos estos problemas hay que tener en cuenta la po­sibilidad de que algunas fuerzas se plieguen a nuestro movimiento y asegurar desde antes la participación de las fuerzas militares y poli­ciales que nos puedan ser afectas. Su participación ha de ser prefe­rentemente pasiva, es decir no luchar ni en favor ni en contra, que es la mayor participación que se puede conseguir. Sería un terrible error basar, como sucedió en el 9 de junio, las acciones en aleatorios éxitos de fuerzas militares que saldrían a luchar en el momento del alzamiento. Esas acciones militares no se han producido sino rara vez y casi todas las veces que esto ha sucedido no han tenido éxito sino a base de la defección de las fuerzas adversarias. Por eso nosotros debemos confiar sólo en las fuerzas populares; si en contra de lo pre­visto las fuerzas militares ayudan tanto mejor, serán el reaseguro necesario para la seguridad de las operaciones. Como no se trata, como digo antes de una batalla, sino de millones de pequeños com­bates librados en todas partes, como para que la fuerza no pueda atenderlos a todos, nuestras fuerzas militares y policiales deben con­formarse con neutralizar a las contrarias y la mejor manera de neu­tralizar es no haciendo nada y amenzando todo.

Yo tengo a este respecto ideas muy claras pero deseo presentarlas el día que nos reunamos para tener la seguridad de que no me equivoco al respecto, porque en las actuales circunstancias uno está lejos de los acontecimientos y bien puede ser que se equivoque. Por otra parte la información, con ser buena, no es completa y aunque mi inte­rés por todo me ha hecho vivir la situación permanentemente, bien pudiera ser que algunas cosas me indujeran a perder el sentido obje­tivo que es lo único positivo de toda información.

Si los compañeros traen a esa reunión buena información estaremos en condiciones de discutir a fondo y quedar en claro. Es demasiado urande la responsabilidad de largar el ataque, como para que no to­memos todos los recaudos para evitar las consecuencias que pued; tener.

Creo que cada día que pasa la situación es más favorable, sin des­conocer que también puede ser desfavorable una espera demasiado prolongada por los efectos que ésta pueda producir en el ánimo de nuestra gente que desenvuelve su acción en un medio de incertidumbre a la que nosotros no estamos sometidos. Pero esto puede evitarse si conseguimos de alguna manera llegar a ellos y tranquilizarlos con la verdad de los hechos y las previsiones que tenemos. Por eso la in­formación hacia el interior de nuestro país debe ser muy preferente, no sólo para destruir esa incertidumbre sino también para neutrali-, zar !a acción que la dictadura desarrolla para producirla y aumentarla en nuestra gente. Todo es cuestión de medidas que nosotros debemos tomar, para lo cual debe hacerse que todos trabajen en forma eficaz.

Ahora, los Comandos Limítrofes con algunos medios que podre­mos darle, creo que podrán ser más eficaces que antes que todo de­bieron hacerlo «a pulmón», en medio de sus propias necesidades. La gente dice que está lista pero a renglón seguido pide armas. Como no hemos hasta ahora dispuesto de medios para comprarlas hemos dife­rido este asunto a la espera de que ellos mismos se las procuraran pe­ro, naturalmente, esto ha sido en una medida insuficiente en casi to­das partes. Esperamos que ahora, con algunas medidas que hemos tomado podamos proveerles de algunas armas y explosivos indispen­sables. Todo hemos de ir resolviendo poco a poco.

Creo haber sido más extenso de lo que me propuse pero prefiero abundar que quedarme corto en lo que pienso.

Un gran abrazo.

P. 5

19. Carta de respuesta de Juan D. Perón al P. Hernán Benítez, escrita desde Caracas:

Querido Amigo:

Al recibo de su carta del 14 de abril comienzo por preguntarme si ha recibido usted mi contestación a su anterior, que le remitiera por el conducto indicado en ella, de la cual menciona nada en la que ahora contesto. Le agradezco la información que me remite que en el general coincide, en muchas partes, con la que poseo y con la situación que he vivido durante este año y ocho meses que llevo en el exilio.

Parece inferirse de su carta, que usted no tiene conexión con las organizaciones clandestinas que actualmente trabajan en toda la República, de las cuales recibo a menudo informaciones directas o indirectas, pues su apreciación objetiva y sincera, parece prescindir de este factor para ceñirse más al clásico concepto político. Desde que se produjo la “Revolución de los Gorilas”, he ido persuadiéndome cada día más que “nuestro curso» no obedece tanto a las formas locales y circunstanciales de la política clásica, sino que representa un «hecho nuevo» en la historia política nativa. Existen dos horizontes que es menester analizar: el primero, constituido por numerosos dirigentes que se esfuerzan en sobrevivir, superados por los acontecimientos. Ellos recurren naturalmente a enroscarse en las maniobras políticas, como la única forma de lograr su objeto. El segundo, formado por las organizaciones clandestinas insurreccionales, que resisten bien y con éxito, encuadradas por nuevos dirigentes que han surgido de la masa adoctrinada y politizada por la acción del Justicialismo que, en este campo, ha hecho más de lo que muchos creen. La primera tanda de dirigentes, muchos exilados, otros presos, algunos sueltos, han tratado de mantener lo que ellos creen que es su predicamento político, actuando aleatoriamente en los movimientos y sucesos ocurridos. La segunda, ha tratado de mantener la cohesión de las fuerzas peronistas, mediante la organización clandestina y la resistencia. Numerosas organizaciones inconexas entre sí constituyen hoy esa fuerza de la insurrección. Sin embargo ya en muchas partes comienza a actuarse con más unidad.

Aparte de estas fuerzas, que podríamos considerar políticas, actúan las organizaciones gremiales, que también han cambiado de dirigentes y que se agrupan disimuladamente en los gremios tendiendo a formar la CGT Unica o Intransigente.

Fuera de la acción, se mueven los que, constituyendo una inmensa masa, peronista en el fondo, no están embanderados en la lucha activa de la resistencia, ni pertenecen efectivamente a organizaciones insurreccionales. En cambio, esta masa, interviene en hacer presente todos los días en todas las circunstancias, en cada lugar de la República, su protesta por las calamidades que comienza a sufrir. Así colabora, muchas veces sin saberlo, en la resistencia. A esta masa pertenecen además de los peronistas no activos, los arrepentidos, que antes también protestaron por natural y por costumbre, pero que hoy ante las realidades que les brinda la tiranía se comienzan a poner frenéticos.

Hay todavía, dentro del bando enemigo de la dictadura, los que inicialmente estuvieron con ella, abierta o encubiertamente, que porque no consiguieron lo que anhelaban o fueron vencidos en las contiendas palaciegas, se alistan ahora en la legión de los resentidos y echando mano a nuevas formaciones Azules, Blancas, Populistas, Neoperonistas, etc., tratan de mantenerse para no morir olvidados y despreciados. Colocados de frente a la dictadura que los aguanta, se han apoderado de la oposición legal, al margen de la ilegal desarrollada por los peronistas.

En el bando gorila quedan sólo los marinos, militares, aeronautas, políticos y oligarcas empeñados en defender su vida, más que en insistir en las orientaciones y barbaridades que vienen cometiendo. Estos individuos que forman los elencos gubernativos y encabezan las fuerzas «leales» a la «Revolución Libertadora» saben que han fracasado pero forcejean por agotar los medios aun fueran reemplazados en el Gobierno por un Frondizi que cuenta también con el apoyo de algunos de ellos. La oligarquía cree que aun es posible «salvar la ropa» mediante un subterfugio político, haciendo una alianza con sus eternos socios: los radicales.

Fuera de este panorama, que podríamos considerar exclusivamente político, están los argentinos y extranjeros que por ideales o intereses se mantienen ligados a los acontecimientos pero que, por razones de idiosincrasia se mantienen en el limbo o en la estratósfera, llámense comerciantes, productores, industriales, intelectuales, independientes, etc., que cada día que pasa están más en oposición a la dictadura porque no pueden negar sus horrores, sin que ello signifique que se han pasado al peronismo, del que fueron enemigos. Entre éstos están también la mayoría de los curas que siguen pensando más en los problemas intrínsecos que en las necesidades convenientes de la Patria. Todo este sector que, afortunadamente, no es muy numeroso en la actualidad, porque la violenta crisis los ha impulsado a tomar partido, representa ese sector despreciable que Licurgo sancionó como el delito más infamante para el ciudadano: «que en una contienda en la que se juega la suerte de la Nación, no estuviera en ninguno de los bandos o estuviera en los dos».

Este panorama conforma sintéticamente la situación que yo veo desde acá, sin entrar en el fárrago de los acontecimientos secundarios que se escalonan en la lucha interna subsidiaria entre los gorilas ambiciosos por dominar o entre los peronistas que comienzan ya a vender la liebre, antes de cazarla.

Es indudable que, aun dentro de esta situación se mueven, tejen y destejen, los intereses, las pasiones y aun los ideales, pero es necesario prescindir de lo subjetivo, que cualquier imaginación puede inferir, para someternos a lo objetivo, que es lo único seguro y fehaciente. En estos casos la imaginación suele ser mala consejera.

Todo este proceso, está demostrando que, como dije hace un año, la dictadura por naturaleza misma de su procedencia, está irremisiblemente perdida y «después que uno está perdido, no lo salvan ni los santos», según dice Martín Fierro. Pero el proceso está indicando que mientras nuestros enemigos se descomponen, nosotros nos componemos. Lo que me afirma en las convicciones que sostuve cuando, también hace un año, afirmaba: «La fuerza del Peronismo radica en que, su línea intransigente, frente a unos y a otros, está en la propia naturaleza del desarrollo histórico, en tanto que las otras tendencias sólo viven y pueden actuar en el plano estrictamente políti­co. Sus éxitos sólo pueden ser éxitos políticos, sin la gravitación ni la trascendencia del quehacer histórico. Y, por ser éxitos meramente políticos, su signo en el tiempo y en el espacio, es la fugacidad. El quehacer político sólo puede adquirir vivencia cuando tiene como sustento la línea histórica. En épocas de normalidad, es fácil confundir la importancia del hecho político que adquiere así falsamente categoría permanente, pero existen períodos de la vida nacional, en los que está en juego su propio destino, en los que el quehacer histórico es el dominante. Estos períodos están siempre señalados por la presencia de los ‘hechos nuevos'».

El Pueblo Argentino no difiere de los demás pueblos: está formado por hombres y mujeres con las mismas virtudes y los mismos defectos y, en consecuencia, no se le puede pedir que esté formado de santos y héroes. Frente al ataque de la reacción y a la traición y defección de las fuerzas armadas, hizo lo único que podía hacer: no hacer nada. Los dirigentes, es indudable, no estuvimos a la altura de nuestra misión y un Pueblo sin dirigentes tarda en reaccionar. Ahora, los Pueblos reaccionan por ideales y cuando no lo hacen por ideales, lo hacen después por desesperación. Eso es lo que está pasando. El perro y el gato son dos ejemplos magníficos de esto. Si son atacados reaccionan de distinto modo: el perro contraataca inmediatamente y hay que matarlo para sacárselo de encima: es un idealista, sin gran instinto de conservación .

. El gato procede de distinto modo: atacado dispara, si usted lo encierra en una habitación y comienza a pegarle, trata primero de meterse debajo de los muebles pero, si el látigo le alcanza aun allí, trata de subirse por las paredes y cuando se persuade que no lo puede hacer, se prepara a resistir, lo enfrente al agresor y, después, que le pegue si puede: es un materialista con dominante instinto de conservación. El Pueblo se parece más al gato que al perro.

Nuestro Pueblo justicialista animado de un ideal, nos viene demostrando que esa ‘fuerza que es el ideal, da permanencia al esfuerzo, pero no le da intensidad. Sólo el odio, que engendra otra fuerza, es el que arrima esa intensidad en la lucha. A nosotros, dominados por el ideal patriótico, nos faltó odio y por eso no peleamos. La tiranía con la cadena de sus crímenes y fechorías, nos.ha dado odio por toneladas. La próxima lucha va a ser de distinta naturaleza. Lo más peligroso de los pueblos está en su reacción por desesperación cuando el odio intensifica su lucha.

Esto también es preparación para acciones futuras. Yo siempre he creído que el estado anímico de las masas tiene una importancia preponderante aun sobre las formas materiales de la organización y preparación para la lucha. Cuando apreciamos los factores determinantes de esa organización y preparación cometeríamos un tremendo error si, por tratarse de materialismo, no considerarámos el hambre, la miseria y el dolor, como aglutinantes y comburente s para la acción. Todo cuenta en la lucha. Por eso digo a menudo que, mientras nuestros enemigos se descomponen, nosotros nos com­ponemos.

Nosotros ahora debemos bregar sin descanso por alcanzar una organización y preparación adecuada del Pueblo en el mismo camino que llevamos. El Justicialismo ha nacido al influjo de una misión que es su razón de ser: la defensa del Pueblo. Eso es lo que ningún peronisa debe olvidar. Durante diez años, desde el Gobierno Constitucional, hemos cumplido fielmente esa misión y el Pueblo lo entiende así. El día que no la cumpliéramos, el peronismo no tendría razón de existir. Una malhadada aventura de marinos y militares, al servicio de la reacción y mercenarios de intereses foráneos, han sumido al Pueblo nuevamente en la miseria y el coloniaje. Para el Movimiento Peronista el deber de la hora no puede ser otro que devolver al Pueblo lo que se le ha quitado y a la Nación la dignidad de que ha sido despojada. Toda otra consideración pasa a segundo término. Los que piensan que el deber de este momento puede ser el de pacificar a la Nación y complicarse en soluciones a espaldas y en perjuicio del Pueblo, están traicionando esa misión.

Establecido con toda claridad el objetivo que perseguimos, lo que surge de las Directivas e Instrucciones del Comando Superior Peronistaque establecen que vamos a la revolución justicialista con todas sus consecuencias, que se impone porque la dictadura nos ha cerrado el camino de toda posibilidad pacífica. Vale decir que luchamos por devolver al Pueblo todo lo que se le ha quitado, consolidarlo y extenderlo. No luchamos por soluciones para los dirigentes ni para entronizar un partido en el poder, como sucede con nuestros enemigos.

De eso se infiere que, para nosotros, el tiempo no es un factor que interese, sino secundariamente. Lo que interesa primordialmente es la misión. Lo haremos cuanto antes podamos, pero si no también lo haremos. En consecuencia, la acción que debemos desarrollar en busca de una decisión no depende sólo de nuestra voluntad sino también de la del enemigo, como asimismo, fundamentalmente, de la situación propicia para lograrlo. Esta situación propicia depende de numeros·as circunstancias entre las cuales está nuestra organización, preparación, grado de intensidad de la resistencia, desgaste de nuestros enemigos, descomposición de la dictadura, caos económico y social, anarquía política, putrefacción de las fuerzas que respaldan a la dictadura, cansancio del pueblo, etc., etc.

Es conveniente también considerar que la dictadura también tiene su plan para asegurar el continuismo mediante las combinaciones políticas y subterfugios de la misma naturaleza, como asimismo sus aliados para influir en nuestra masa peronista a través de los dirigentes que, olvidando su misión, entran en soluciones personales y que la masa puede ser influenciada en una dirección contraria a nuestros designios justicialistas por engaño, por cansancio o simplemente porque anhele una solución a sus tremendos males.

Sin embargo, nosotros no debemos ser influenciados en nuestras decisiones fundamentales por meros hechos políticos circunstanciales, desde que sólo deben interesamos aquellos que realmente tengan trascendencia y sean permanentes y dominantes. En ese sentido, pueden formarse partidos, puede llamarse a elecciones, elegirse constituyentes, reformarse la Constitución y aun constituirse nuevo gobierno, sin que nosotros tengamos por ello necesidad de cambiar nuestras decisiones iniciales, ni alterar nuestra acción, ni nuestros planes. Sea ahora, sea dentro de poco o sea dentro de mucho, nosotros tenemos objetivos que alcanzar y, luchando tesonera y perseverantemente hemos de lograrlos. Quiero decir que todo lo que se está produciendo en el país, forma parte de un panorama que es interesante conocer y contemplar, pero que no debe serIo para que nos sometamos a la voluntad de nuestros enemigos, sino para Juchar neutralizando unas, destruyendo otras, y dominando a las demás para imponer nuestra voluntad, mediante el aniquilamiento de la dictadura reaccionaria militar. De ello fluye que nuestro objetivo inmediato es el aniquilamiento del enemigo, base para imponer nuestra voluntad y realizar los objetivos.

Para decidir ese aniquilamiento hemos decidido ya la organización clandestina, la resistencia y un plan que se ajusta a las necesidades cambiantes de la situación. El tiempo, las ayudas de nuestros enemigos y el ajuste de nuestra preparación, deben hacer el resto. En situaciones como la nuestra, nada ha de ser preconcebido, sino la misión que surge de los objetivos fijados. Todo lo demás depende exclusivamente de las circunstancias, no sólo porque la lucha es entre dos voluntades (la nuestra y la del enemigo) sino también porque es muy difícil prever los hechos cuando intervienen factores tan imponderables, como son, en este caso, las macanas que hacen los del provisariato o las circunstancias nuevas y cambiantes que se desencadenan por la acción del Pueblo o de las fuerzas organizadas o inorgánicas. Establecer preconcebidamente una línea táctica, fijando fechas y formas de ejecución, es marchar a la ventura, porque bien puede darse la circunstancia de coincidir allí las peores condiciones y verse obligado a seguir en una situación desfavorable.

Ello impone otro sistema: alcanzar una organización y preparación adecuada para todas las circunstancias y mantener buenos enlaces y comunicaciones, para aprovechar el momento más oportuno que se presentará quizá cuando menos lo esperemos o, por lo menos, para estar en condiciones de hacer frente a cualquier situación en las mejores condiciones de apresto. Es natural que tendremos que enfrentar el apuro de los dirigentes que ya están listos con sus organizaciones y que sienten ansiedad por «largarse», pero es siempre menos importante eso, que tener que soportar después las consecuencias de un fracaso que puede ser definitivo.

Los acontecimientos políticos generales están siendo cada día más favorables y lo serán aun más en el futuro especialmente si, como se va viendo, el Pueblo comienza a desbordarse y obrar por su cuenta, demostración que está patente en los mitines que se han realizado últimamente. Todo el abigarrado maremagnum de hechos, provocados por las agrupaciones políticas caotizadas por la resistencia, por las disenciones internas de los gorilas, por la defección de las fuerzas, por las ambiciones gorilas, por los intereses en juego, por las penurias del Pueblo, por la decadencia de los productores, industriales y comerciantes, por el derrotismo ya imperante. Mientras ellos se descomponen nosotros debemos componemos. El tiempotrabaja para nosotros ¿a qué entonces pretender reemplazar al tiempo? hay que ayudarlo.

Nosotros no debemos considerar que la mala conducta de algunos dirigentes peronistas, como los que han tratado de constituir nuevos partidos o buscar arreglos con nuestros enemigos, pueda influenciar la posición de la masa, porque sabemos bien que ni el engaño ni las promesas, ni las simulaciones, harán que esos dirigentes que nunca representaron nada en el peronismo, puedan ahora representar algo en la traición. Una masa adoctrinada y «politizada» como la nuestra no es de las que ceden a las maniobras políticas tan conocidas. A ello se suma que ya no se trata sólo de devolver conquistas obreras, sino que hay un profundo odio que saciar y las masas masacradas y escarnecidas, los dirigentes torturados, fusilados y encarcelados, las organizaciones destruidas y robadas, los hogares atropellados, los muertos, etc., no se arreglan ya con devolver algunas conquistas materiales. El Pueblo quiere «sentir tronar el escarmiento» y nada se arreglará hasta que esto se haya producido.

El estado insurreccional de nuestra gente es excelente y espiritualmente está todo listo, sólo nos falta la organización y preparación indispensable para poner en potencia real a la preparación anímica que, es muy importante, pero no es todo. Pero ya estamos en marcha para lograrlo. Mucha de nuestra misma gente comete el error de creer que es necesario presentar una gran batalla a la tiranía que, disponiendo aún de una fuerza considerable, no puede ser batida en esas condiciones. Nosotros no debemos presentar esa batalla con que sueña la dictadura, porque allí ella podría ser más fuerte y nos llevaría al campo que le conviene. Debemos, en cambio, batirla mediante millones de pequeños combates en todas partes para que, a pesar de su fuerza, sea impotente para concurrir. Esa es la razón de ser de la resistencia y ése es el camino para aniquilar a la dictadura, sin que ésta no tenga ni siquiera la posibilidad de defenderse.

Esta es la situación como yo la veo y las líneas generales de acción establecidas para encararla y en base de lo cual se ha comenzado ya hace mucho tiempo a trabajar. Mis noticias son optimistas en cuanto a la marcha de la organización. No es suficiente que la dictadura caiga, es menester tener con qué recibirla en la caída.

He leído y releído la situación que me pinta y me confirma mis anteriores informaciones, que me han permitido vivir la situación a cinco mil quilómetros de distancia material pero muy cerca con el pensamiento de lo que se está decidiendo allí. Todo para mí es natural porque conozco bien a los hombres que actúan y tengo una gran experiencia del oficio. Ya en 1955 en mi libro «La Fuerza es el Derecho de las Bestias» pude decir lo que los hechos han ido confirmando después. Lo que no conozco me lo imagino.

Comparto la necesidad de la autocrítica y la he compartido siempre, sino que usted no imagina siquiera lo difícil que es hacer lo que se piensa ene Gobierno. Usted ve que estos que todo lo veían mal lo han hecho peor.

Que nuestros hombres cargados injustamente con las ignominias de la falsedad de estos bandidos han sido ángeles en comparación a los sátrapas que los reemplazaron. Que nosotros podemos haber cometido errores pero éstos los han transformado en horrores. El único que no se equivoca ni se ha equivocado es el Pueblo que, cada una de estas ocasiones, demuestra que tiene una nariz superior a la de todos y huele lejos. Lo importante por ahora es saber que ese Pueblo está con nosotros, no es tan importante saber por qué.

Sobre las responsabilidades que aún usted quiere cargar sobre las espaldas de Perón en el futuro, no estamos de acuerdo. El primer «peronista sin Perón» he sido y sigo siendo yo. Ya en 1946, en la primera reunión de dirigentes en el Gobierno, hice una conferencia en el Salón de Y.P.F. y recuerdo que les dije: hay que tomar la doctrina y las banderas, entregarlas al Pueblo y luego hay que tirar a Perón por la ventana. El único inconveniente que hasta ahora se ha presentado para hacer eso ha sido la falta de un hombre con suficiente predicamento para encargarse de llevarlo adelante. En esta encrucijada actual, creo que muchos hombres del peronismo han acumulado experiencia, como para intentar la metamorfosis y realizar el milagro. Si en este momento apareciera ese peronista, estoy listo para entregarle la bandera, que ya comienza a pesarme, para que la lleve al triunfo. Pero, desgraciadamente, todavía no lo veo. Pero, es menester pensar que nosotros no vencemos al tiempo y que éste nos vence a nosotros. Lo único que vence al tiempo es la doctrina y la organización y nosotros tenemos las dos cosas, aunque algunos no lo crean.

La superación del viejo justicialismo ha de venir sin duda, pero ya no será obra mía, sino de los que me sigan y del Pueblo. A mí no me interesa la gloria, ni el poder, ni siquiera la historia, porque sé cómo se la escribe y cómo se la elabora. Me basta con haberla hecho. No estoy ni amargado por lo que ha sucedido, ni eufórico por lo que está sucediendo, porque nunca trabajé para mí, sino para el Pueblo. Por eso ni me dolió la derrota, ni me halaga el fracaso de mis enemigos, sino en la medida que las ha de sufrir el Pueblo.

Creo ahora que el Pueblo debe hacer su parte en el esfuerzo y en el sacrificio y que su liberación ha de ser obra de él. Por eso he propugnado las formas que antes le indico, como norma para su acción futura. Si yo, por arte de un sortilegio, pudiera hoy resolverle la situación, no lo haría, porque creo que sería el mas flaco servicio que pudiera prestarle. ¿De qué vale dar a los pueblos lo que ellos no son capaces de defender? De esta tiranía el Pueblo debe salir fortalecido y capacitado como lo anhela el Justicialismo y, eso, sólo se producirá cuando el sacrificio lo haya ennoblecido y purificado. Está en camino de hacerlo, las cosas pintan ya’ como seguras y todo hace prever que estamos cerca de las primeras victorias, que escalonarán el sendero del éxito. Hay que dejarlo hacer: sólo así sabremos si lo merece. Los Pueblos merecen la libertad y la justicia, cuando son capaces de conquistarla si no merecen la esclavitud.

Sobre lo que me dice que debo comenzar a hablar, creo que aún no ha llegado el momento, sino para hacer la lucha. Lo que hable estará dirigido a los que sostienen la defensa y realizan la resistencia. Para los demás no conviene aún decir nada. Ya el Pueblo lo dice todo. A mí me conviene ahora callar, porque el hombre sucumbe más por lo que dice que por lo que no dice. Ahora es hora de que hable la tiranía, que mucho lo necesita. Por mí, hablan más los hechos, con su elocuencia irrefutable, ¿para qué agregar el escarnio a una ignominia que todos ven claramente?, porque yo no podría hablar sino de eso. Prefiero callar por ahora. Ya llegará la hora de hablar y, si Dios, quiere, cuando lo haga será «con toda la voz que tengo».

Yo volveré como usted quiere: «renunciador, visionario, magnánimo y humilde» no por cálculo, sino por naturaleza y por costumbre, como asimismo, porque ése es mi estado de ánimo. El que ha vivido lo que yo y ha pasado por lo que yo he pasado, si no es un estúpido, no puede pensar ni sentir de otra manera.

El diferendo sobre la iglesia, para mí, no tiene la importancia que muchos le han atribuido, porque se trata de una falsedad más, inventada por la satrapía política, de la cual no han escapado muchos de mis hombres, ni ha estado ausente gran parte de nuestros ilustres prelados. Para mí sigue no habiendo habido conflicto con la Iglesia, sino con algunos sacerdotes que violando sus más elementales deberes no sólo entraron en las intrigas políticas sino que azuzaron una lucha que estaban en la obligación de evitar. Yo no he tenido, ni tengo nada con la Iglesia, de modo que nada tengo que explicar en este sentido. Los hechos ocurridos, por lamentables que ellos sean, no pueden ponerme a mí en la obligación de dar una explicación que corresponde hacer a los culpables de esos hechos. Yo no estuve en el bando de los malos sacerdotes que dieron lugar a la reacción popular, como tampoco estuve en el bando de los que reaccionaron, porque estoy seguro que no fueron peronistas. A su hora condené los hechos y, para mí el asunto ha terminado.

Quizá, una explicación que saliera de esto, que es lo natural, que es lo real, que es la verdad, me hiciera aparecer como participante de una cosa en la que nada tuve que ver. Yo, que construí un montón de iglesias, no iba a tener la idea de quemar cuatro de ellas. Esto se ha aclarado mucho y se ha de aclarar aun más con el tiempo. ¿A qué pretender reemplazar al tiempo? Los hechos actuales están demostrando quién es quién, dejemos un poco a los hechos, que luego tendremos mucho menos que hablar para persuadir.

He leído su carta con gran satisfacción y se la agradezco mucho. No todos los hombres escriben lo que piensan, ni lo que sienten. Nada de cuanto usted dice deja de ser la verdad y yo estoy ya acostumbrado a que la verdad no me moleste.

Muchos me han de haber juzgado por las calumnias y las mentiras de los que aún creen que se puede hacer una realidad con falsedades, sin percatarse que la realidad es siempre la verdad y que los hombres pueden decir una mentira pero no la pueden hacer. Ello me ha persuadido de que mis hombres, salvo excepciones, han sido también objeto de la vil calumnia de nuestros enemigos y mantengo mi fe en ellos hasta que se me demuestre lo contrario. No soy de los que creen que todos han sido malos porque lo dice la gente y menos aún la gente interesada. Yo no tengo derecho a dudar de ellos ahora y no me siento ecuánime para establecer un juicio que podría ser aventurado e indigno de mí. La autocrítica reside en esa ecuanimidad, porque de lo contrario se convierte en calumnia o murmuración. Yo he aprendido en la vida a tener fe en los hombres hasta que me engañan y no puedo probar que mis hombres me hayan engañado. Si muchos de ellos han defeccionado en la hora de la prueba, ni siquiera eso puede probar que antes hayan sido malos.

El tiempo suele ser a menudo nuestro mejor juez, porque la verdad y la justicia como todos los alumbramientos, necesitan su tiempo de gestación. Yo no le temo ni al tiempo ni a la verdad. Dios quiera que todos mis compañeros se sientan así, porque los que les teman, recibirán su castigo en ese mismo temor. Pero yo no quiero cargar con el peso de mi temeridad de juzgarlos antes que el tiempo y la verdad lo hayan hecho, porque nada adelantaría con su desgracia. Yo siempre he entendido la lealtad como mutua, porque cuando es unilateral deja de ser lealtad para convertirse en servilismo.

Si yo no me atrevo a juzgar aún a mis hombres, cuando he vivido con ellos y los conozco como nadie puede conocerlos, cómo podría aceptar el juicio superficial y aventurado de los que los condenan sin conocerlos. Entre los mil peligros que tiene el Gobierno, uno hay que es el más terrible: la ingratitud. Ello se produce por la facilidad con que somos juzgados los que trabajamos de buena fe, frente a la injusticia y la mala fe de los demás. Por eso no me atrevo a juzgar, aun con la extraordinaria experiencia que me dan los años, los éxitos y los fracasos.

Sé que muchos habrán procedido mal pero de su conciencia responden ellos, en tanto de la mía respondo yo. Con eso me basta por ahora. La selección de los que me han de suceder ya no es de mi incumbencia. Ya la extraordinaria dialéctica de los hechos con su elocuencia indeformable se encar­gará de todo. El nuevo justicialismo podrá montarse sobre los fundamentos de nuestra labor, de nuestro sacrificio y de nuestra experiencia. Nosotros hemos mostrado el camino para los que lo quieran recorrer, pero no es menester que los llevemos en brazos.

A mí y a mis hombres se nos ha acusado de todo pero no han podido probar nada. Entonces se han ensañado con la calumnia sobre nuestra vida privada, lo que, en el mejor de los casos, probaría que somos malas personas, pero excelentes funcionarios. Y, no creo que ellos sean los encargadosde juzgar nuestra conducta privada, ni tampoco los más autorizados a hacerlo. Por lo pronto, como funcionarios, han resultado mucho peor que nosotros, según surge claramente de los hechos presenciados y como personas, tampoco han resultado más calificados, desde que han asesinado, robado y delinquido en cuanto un hombre pueda tener de más despreciable.

Ni la venganza, ni el perdón están en mis manos, sino en las del Pueblo. Sólo él será el encargado de aplicarlos y estoy seguro que lo hará de distintas maneras. Por eso poco valdrá cuanto yo pudiera hacer a ese respecto. Aun cuando anhelo regresar a la Patria, no me ilusiona hacerla como ídolo, porque yo ya he superado esa etapa. Me interesa en cambio, poder hacer el bien al Pueblo, que lo veo en manos mercenarias y deleznables. La oligarquía está muerta y lo estará cada día mas. Nosotros ya terminamos con ella, aunque reaccione ahora y ponga en juego sus artimañas conocidas, podrán vegetar, pero poco. La comunidad argentina ya se ha librado de ese flagelo.

Nuestra intransigencia y la lucha que llevaremos adelante ahora y siempre, se debe deducir de la actitud de nuestros enemigos: cuando a un Pueblo se le cierran todos los caminos, no tiene otro remedio que abrir nuevos a la fuerza. Eso haremos. Si, en los actuales momentos, la alcahuetería política consigue llenar de incertidumbre a la masa y desviar a muchos de su deber y de su fe, llegará el día en que no lo pueda hacer y ése será nuestro día. En el peor de los casos, si el Pueblo llegara a conformarse con la esclavitud, la ignominia y la explotación, allá él, no somos nosotros los encargados de hacerlo feliz a la fuerza. Como yo no quiero nada para mí, sino para él, mi deber termina cuando empieza su deber. Si el Pueblo lo quiere me tendrá siempre a su lado, si no ya ha terminado mi misión. Yo no necesito, ni quiero nada del Pueblo. No sé si él necesitará y querrá algo de mí. «That is the question.»

Le ruego transmita mis afectuosos saludos a los compañeros.

Un gran abrazo

Juan Perón

22. Un grupo de 20 oficiales del Ejército manifestaron su disconformidad con el nombramiento del General Masó en el cargo de Ministro de Guerra; fueron detenidos y además fue relevado el Comandante en Jefe del Ejército General Luis Busseti; a su vez el General Aramburu negó la existencia de una crisis en el Gobierno.

22. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke

Mí querido amigo:

Con fecha 17 de mayo le había contestado con amplitud su carta anterior del 11 de mayo que trajo Catella que, haciendo un poco de tiempo, viajó a La Habana. Allí lo hicimos esperar cuando recibimos sus instrucciones. Hoy le hemos hecho cable para que regrese a Caracas y espero para entregarle esta nueva carta y que regrese a Santiago.

He visto por los diarios (El 16) que la carta que le dirigí a usted y que remití por intermedio de G.1, ha sido interceptada y publicada fragmentariamente en ese periódico. Como la carta suya iba junta en el mismo sobre que la de G.1, se ve que la han sustraído y han dejado seguir la de G.1. Es indudable que esa carta ha sido violada allí en Chile y allí es donde se la ha remitido a Buenos Aires  por la Embajada Argentina. Han borrado lo que no les convenía y han dejado lo que nos conviene a nosotros. No tiene importancia. Lo que sí, con esta experiencia, no debemos escribir más por correo, sino mediante emisarios a la mano.

Por eso le ruego que les diga a todos los amigos de allí que en el futuro no deben escribir sino por ese medio. Los que quieran escribir pueden hacerlo pero yo no contestaré sino por emisarios en las oportunidades que pueda hacerlo. De lo contrario nuestras cartas irán a parar siempre a manos de los gorilas que se ve que han sobornado a los del correo de Chile, y también a los de aquí. El mejor remedio es cortar por lo sano y no escribir nada por el correo.

Muy interesante lo de Leguizamón Martínez que, ahora, con la renuncia habrá quedado en la nada. Es bueno que la «Gran Bestia» siga pateando, así en poco tiempo más, se quedará solo. Todo este proceso del ministro de Ejército, Krausse, Bussetti, etc., son nuevos desgarramientos gorilas que, sin darse cuenta, se van destruyendo solos. Es el proceso de descomposición que siempre acompaña a esta clase de dictaduras militares. Las ambiciones ponen en marcha las intrigas, la prepotencia militar azuza a los de arriba y la indisciplina predispone a los de abajo. Cuando todo está en marcha todo se transforma en «voltear muñecos». Es un trabajo largo pero muy efectivo, en el que cosechamos sin sembrar. Lo que nosotros debemos hacer es ayudar a esa descomposición mientras nos organizamos y preparamos, sin apuro, para copar a su tiempo la situación que sola ha de caer en nuestras manos. Es para ese momento que necesitamos más la organización y la preparación. Estoy seguro que aún muchos sucesos del tipo actual han de producirse hasta que esta dictadura quede exánime y boqueando. Llegará un momento en que todo vestigio de autoridad haya desaparecido en la dictadura, entonces será el momento más propicio. Hay un momento en el Gobierno que cae, en que sólo se mantiene sostenido por un cabello y, con un ligero tironcito se precipita. Muy atinadas y oportunas las directivas remitidas sobre la actitud del peronismo, enviadas por usted sobre las elecciones de Constituyentes. Esas mismas palabras decía yo en mi carta del 17 que juntamente con ésta le entregará Catella. Nosotros tenemos una misión que surge de nuestros objetivos, claramente enumerados en las Directivas e Instrucciones del Comando Superior Peronista, todo incidente político o hecho secundario, no debe interesarnos sino para neutralizarlo en beneficio del cumplimiento de nuestra misión.

Sobre la información del SIDE que conocería la reunión nuestra en Caracas para ello de mayo y la postergación para fin de mes, será muy interesante porque así la vamos a postergar sine die y la convocaremos por cable acordado sólo con dos o tres días de anticipación. Nadie la conocerá porque yo no diré ni siquiera a mí mismo la fecha sino el día que sea. No hay apuro y podemos esperar. Creo que todavía la mayor parte de la gente no está en condiciones de concurrir en condiciones de informar bien.

Es lamentable lo que ha ocurrido en Mendoza con la detención de los compañeros pero, según me llega la noticia a Ruperez lo han liberado. La suerte que Barrena se la salvó. Es muy probable que lo

hayan andado buscando a él. Creo que, en este sentido, la gente nuestra es un poco indiscreta todavía.

Conozco perfectamente bien la situación en Bolivia, donde nuestra gente está bastante dividida por macanas. Existe allí el grupo AENPA que ha trabajado muy bien hasta ahora pero, creo yo, sin grandes precauciones Y muy volcados para el lado de Lechín. Siles le ha de huber puesto los puntos porque Francia trabaja mucho con el elemonto obrero y especialmente minero, lo que le revienta a Siles, que le teme a Lechín. Esto ya me lo habían hecho presente los muchachos que alejados de ellos habían constituído otro grupo igual al cual yo les había autorizado para que trabajaran en contacto directo con nosotros.

Mucho más activos son los de AENPA pero, en las actuales circunstancias les han armado entre bolivianos de Siles y los gorilas de la Embajada, una cama y han hecho lo suficiente como anularlos. No creo que lo consigan porque no son muchachos que puedan parar con eso, pero, conviene entonces que sigamos trabajando con los otros, a fin de alcanzar nuestros objetivos allí y que mantengamos también el contacto que podamos con el grupo AENP A. Todos son útiles, no interesa las diferencias que, como usted bien dice, no son de fondo. Sin embargo, es necesario esperar lo suficiente como para que se aclare allí la cuestión. ‘No creo que el gobierno boliviano vaya a extremar las cosas y espero que el sector Lechín siga trabajando en la misma dirección y que, al final, todo quede en la nada.

Hoy, 23 de mayo, me levanto y lo primero que veo son las destituciones y prisiones de gorilas: un nuevo acto de destrucción y anarquización de las fuerzas. Todo sigue en la dirección y diligenciamiento previsto, quiere decir que va bien. Cuando se destituye a los Comandantes en Jefe del Ejército y de la Aeronáutica no quiere decir que se elimina a un hombre, sino que se eliminan cientos y que se pone un nuevo jalón de la indisciplina, que es el flagelo que destruirá total y definitivamente al Ejército, a la Aeronáutica y finalmente a la Marina, que en realidad de verdad fueron las fuerzas que traicionaron al Pueblo y que deben pagar por su delito. El mejor castigo es el que ellos mismos se están aplicando: la destrucción.

Para nuestros planes nada más conveniente. Le decía en mi carta anterior, que va junta con ésta que, para cumplir nuestra misión e imponer nuestros objetivos, necesitábamos antes aniquilar a nuestro enemigo (que es la fuerza) e imponer luego nuestra voluntad. Esta sentencia de Clausewitz, que ha sido el filósofo de la guerra, se cumple siempre mediante las dos acciones naturales: el desgaste de la fuerza y las acciones propias para aniquilarlo, En nuestro caso el desgaste de la fuerza ha sido tan eficaz que, a un año y ocho meses ha entrado en una descomposición galopante. Sólo nos queda hacer a nosotros lo indispensable para aníquilarla y el asunto estará concluido. Antes de aniquilada, mediante su propia descomposición y lo que nosotros podamos hacer para destruirla, sería aventurado intentar una aventura que pudiera f’ortalecerlos y hacerlos reaccionar. No hay que olvidar que ahora ellos luchan no por imponer nada sino por salvar el pellejo y a veces el miedo suele ser un aglutinante que, aunque efímero, puede ser eficaz en un momento dado. Hay que dejarlos que se consuman en su propio temor y descomposición.

Me estoy dando cuenta que la dictadura hace más por su destrucción que 10 que podemos hacer nosotros mismos. La insistencia de Aramburu en realizar las elecciones de Constituyentes, en contra

de todas las opiniones,es una de las mejores colaboraciones que este animal ha hecho para nuestras cosas. Debemos anrovecharlas para hacer un gran lío Que se sumará a todos los que ellos mismos hacen y que nosotros ayudamos y aprovechamos. Creo que el clima se está poniendo propicio para aprovechar esta circunstancia como un ariete político contra la dictadura misma. Resulta, de 10 Que me informo, que el único que parece ser partidario de esto es precisamente Aramburu y conociendo lo atrabiliario que es este bárbaro, podemos colegir que se trata de una gTan barbaridad. Será un factor más para llevar agua a nuestro molino.

Sobre el asunto de los hermanos Beckman no tengo manera de comunicarme con ellos desde aquí pero si de allí es posible, le adjunto una carta para uno de ellos Que es amigo. Creo que hará lo que yo le diga si puede hacerlo. Traten de hacerle llegar la cartita adjunta.

El asunto de Diskin. me parece oue se lo puede usar con prudencia porque sus actividades y actitudes en Buenos Aires no fueron nada claras y si se lo emnlea muy a la vista puede crear un cierto grado de desconcierto en la gente del ambiente gremial que l0 ha repudiado ya. Yo le escribí que se pusiera en contacto con Borlenghi y sé que l0 ha hecho. Usted sabe que Diskin puede tener algún predicamento en los Empleados de Comercio pero no es querido en los demás gremios, como en general, no son queridos los Empleados de Comercio. Cuestión más de celos gremiales. Diskin es capaz pero se equivocó durante el primer año de revolución y eso, lo perdonamos nosotros. Pero no lo perdonan los grasas. Sin embargo puede ser muy útil en el trabaio de la intransigencia y así le damos también ocasión de que se reinvindique. Por otra parte. yo sé que sus acciones no son tan equivocadas como las juzgan algunos y sé también que siempre ha sido un hombre leal al Movimiento. Si tuvo alguna falla ha de haber sido por equivocación y no por mala fe. Al fin y al cabo, todos hemos cometido errores.

Muchas gracias por los informes económicos. Lástima que la correspondencia que debo contestar no me deja ni un minuto para poder escribir algunas cosas. Pero me son muy útiles porque, por ahí tengo tiempo y hago algo, que envío a todas partes y mediante más mi firma que el valor que puedan tener tener mis artículos, me los publican.

Bueno amigo: creo que una sola cosa es importante y ésta es seguirle metiendo en todo lo que sea posible para que la organización progrese. En esto no hay que olvidar que los gremios son los más importantes en estos momentos. Hay que buscar por todos los medios para que la resistencia se haga efectiva en la mejor forma posible. Sobre todo en los pequeños medios que son los más eficaces y los menos expuestos, a la par que son los más difíciles de contrarrestar por la dictadura.

Me parece muy bueno el informe del compañero Barrena pero creo que no debe exponerse nuevamente viajando a Mendoza porque lo van a agarrar en la primera de cambio y la va a pasar muy mal.  Todo lo que ha hecho es suficiente para conectarse, ahora debe recurrir a otros para mantener ese contacto, con gran prudencia y mucha discreción.

Catella debe llegar hoya mañana de La Habana y lo voy a mandar enseguida de vuelta porque están pasando muchos días y las cartas van perdiendo actualidad. Creo que estamos en claro de todo. Me

interesa saber si usted comparte las ideas que van en estas cartas como asimismo si G.1 está de acuerdo. Yo creo que él es un poco apurado, lo que es muy humano, también yo tengo apuro pero, la situación aconseja que nos aguantemos, si queremos sacar el verdadero provecho que podemos de los hechos que se están produciendo.

Saludos para todos los compañeros.

Un gran abrazo.

GERENTE

Le ruego que avise a los amigos que en el futuro firmaré “Gerente”.

23. Carta de Perón (Gerente) al Compañero G.2. (Garone).  Escribía:

Yo creo que recién comenzamos a cosechar en el mundo lo que hace diez años venimos sembrando. Los Pueblos están entrando en forma decidida y los hombres de Gobierno comienzan también en algunas partes a ser partidarios. Nosotros debemos decididamente  unirnos a todos los que creen que el Justicialismo es la doctrina del porvenir. No estamos para restar sino para sumar.

Lo insta a continuar la lucha contra “nuestro tradicionales enemigos de la ORIT y la CIOSL” y aproximarse mediante gestiones a los gobiernos de Pérez Giménez y  Trujillo.

25. Perón en el exilio sobrevivió a un intento de asesinato. Una bomba colocado por el Servicio de Inteligencia del Ejército estalló en su automóvil conducido por su chofer en Caracas.

27. Inicio de la serie de colaboraciones de La operación Masacre, de Rodolfo H. Walsh en el semanario Mayoría. La serie se extendió hasta el 29 de julio del mismo año.

28. Hernán Benítez publicó un relato del último diálogo entre el General Juan José Valle y su hija Susana en Palabra Argentina.

Junio de 1957

La CGT dio a conocer su “Manifiesto al Pueblo Argentino” luego de finalizar las sesiones de un plenario clandestino.  Decidieron reconstuir la central obrera, elegir sus autoridades provisorias en la Resistencia y fijar claramente la posición político-sindical del Movimiento Obrero Argentino detrás de Perón y las banderas peronistas.

3. El semanario Mayoría presentó como “primicía absoluta” la Proclama al pueblo de la Nación, del levantamiento de Juan José Valle.

5. Carta de John W. Cooke a Juan D. Perón.

Carta de Juan D. Perón a John W.Cooke, escrita desde Caracas:

Mí querido amigo:

Aprovecho el viaje del amigo González Torrado para hacerle llegar mis noticias y él podrá también traer las suyas.

Por las informaciones que recibo, la situación permanece estable, dentro de las características impresas en los últimos tiempos. Los políticos se mueven pero, el panorama lejos de aclararse se obscurece aún más. Las condiciones de vida (…) se acentúan peyorativamente y, el ambiente militar gorila, aunque aparentemente tranquilizado, está en efervescencia. Corren numerosos rumores de uno y otro lado. En lo tocante al Movimiento Obrero, las cosas no sólo no han mejorado para la canalla dictatorial sino que se mantiene un estado latente de protesta y malestar. La resistencia se mantiene pero sin intensificarse y las organizaciones nuestras progresan lentamente, obstaculizadas por la acción de la dictadura y los políticos que trabajan a la masa con fines electorales. 

He recibido la siguiente información, proveniente de un médico de Magdalena: «En  el mes de junio estallará un movimiento revolucionario para derrocar al Gobierno de Aramburu. El Comando estaría formado por Rial, Krausse y Bengoa. Los militares bengoístas llegaron a un entendimiento con los que están presos en Magdalena. Los bengoístas aceptaron la reivindicación del Partido Peronista, libertad de todos los presos, amplia amnistía, etc. Sólo pidieron y fue aceptado por los presos de Magdalena, que no volvieran más al país los principales dirigentes del Peronismo. Las elecciones se realizarían a los 90 días. El apoyo civil lo daría el grupo Frondizi que está dando mucho dinero a las familias de militares de dentro y fuera del país». Hasta aquí la información. Puede ser un rumor más pero, dentro de la situación actual no es descabellado pensar que pueda haber algo a este respecto. Es indudable que, si fuera cierto, éstos están especulando con la difícil situación actual y tratan de asegurar la elección de Frondizi, como una manera de cubrir sus espaldas sin recurrir a las violencias que intenta Aramburu o a un fraude descarado.

Quien sabe si ésta no es una oportunidad para nosotros. De producirse se presentaría un momento de caos absoluto en todo el país y tal vez hubiera lucha en algunas partes, en cuyo caso nuestra gente podría intentar la paralización total y tratar de copar la situación con todo lo organizado. Si ello no fuera posible, esta sería una etapa más de la descomposición dictatorial, a condición que nuestras organizaciones se mantuvieran firmes y adelantaran su preparación en todas partes. Yo no tengo la menor duda que, dada la situación presente, si fuera posible dar la orden a todos, se podría hacer cualquier cosa. Pero, desgraciadamente, no estamos preparados, ni en condiciones de utilizar enlaces y comunicaciones seguras, fehacientes y rápidas. Por eso, creo que hay que tratar por todos los medios de resolver este problema, cosa que yo no puedo hacer solo desde aquí.

En estos últimos tiempos, la dictadura ha intensificado la presión sobre los países limítrofes, a fin de perseguir a los exilados. El caso de Bolivia se ve afirmado con lo que está ocurriendo en Brasil donde también parece que 3e comienzan a tomar algunas medidas tendientes a cortar la libertad de los asilados. No tengo la menor duda que todo esto será, ineficaz, si los muchachos siguen adelante a pesar de las medidas y que dentro de poco tiempo todo este malestar habrá caído en el olvido, pero hay que pensar que es necesario estar vigilante y listo para actuar porque parece que los acontecimientos puede precipitarse en este mes de junio o en julio.

Yo soy demasiado observado, visible y cualquier desplazamiento mío, mete gran revuelo y mueve muchas acciones. Por eso mi desplazamiento no puede ser solución. En cambio, ustedes serían de extraordinario valor, porque nuestra gente sabe que están conmigo y que tienen una misión, especialmente usted que nadie duda que está autorizado por mí para actuar. El inconveniente está precisamente en que la gente no quiere aceptar las disposiciones si no son mías y desconfían de todo, aun de lo escrito, que puede ser falsificado.

Yo he ideado una credencial, que le mostrará González Torrado, que podría extenderse a todos los dirigentes autorizados y que pudiera servir a los fines indicados y reproducirse en forma conveniente. Por eso creo que la reunión nuestra debe hacerse cuanto antes. En esa reunión me gustaría que estuviese usted pero, no sé aún cuánto tardará la dilucidación del asunto extradición. Creo que tenemos tiempo pero, me temo que éste pase y la situación pueda precipitarse imprevistamente y las soluciones queden sueltas en caso fortuito que también puede presentarse.

Frente a todas estas posibilidades creo que sería indispensable hacer llegar a nuestra gente instrucciones al respecto, lo que se podría hacer desde allí por la premura del tiempo, lo mismo que desde el Brasil donde el Dr. Méndez San Martín y Spachessi están en condiciones de hacerlo. A ellos les he adelantado la orden de hacerlo pues la noticia que le transmito sobre lo de junio, es de esa proveniencia. Si nuestra gente está informada y aconsejada, no tendrá motivo de equivocación posible.

Todo lo anterior se ha de complementar con las publicaciones peronistas que comienzan a aparecer como hongos en todas partes. Si, como se anuncia, se levanta el Estado de Sitio, habrá llegado la oportunidad de accionar más libremente y también para esto es necesario coordinar lo necesario. De las numerosas publicaciones que me llegan (periódicos y revistas) saco en conclusión que la gente está bien en la onda en muchos casos, si bien se encuentran un poco mezcladas las cosas. Sucede como en el caso del cuento del torero que «las opiniones estaban divididas», unos «se cagaban en su madre y otros en su padre». A la dictadura le pasa lo mismo, las opiniones del pías están divididas también pero, todos están en su contra. El peligro es que también se termine por olvidar que tan gorilas o más son Rial, Krausse y Bengoa, que los actuales.

El odio a la actual dictadura se ve aumentado por las consecuencias que sus despropósitos gubernativos y las consecuencias en lo económico, ya que mucha gente siente y piensa con el bolsillo o el estómago. Hace pocos días llegó hasta Caracas un gran financista que regresaba de Buenos Aires a los Estados Unidos y me hizo llegar su deseo de hablar conmigo. Lo recibí y me dijo que la situación en la Argentina era hasta tal punto caótica, que regresaba, después de hablar con Aramburu, con el propósito de no invertir, por ahora, un solo centavo allí. Que en una conversación que Aramburu sostuvo con un grupo petrolero y de financistas, les había dicho: «de los peronistas no se preocupen’ porque los vamos a matar a todos a tiros». Estos hombres, que habían recibido en la calle la sensación unánime de un peronismo extraordinario, terminaron por coincidir en que este Aramburu era un loco.

Este mismo señor me dijo que esperaba que pronto regresara yo al país y que entonces quería viajar nuevamente a la Argentina para estudiar seriamente fuertes inversiones. No me interesan las inversiones pero sí el juicio de esta gente que ve imparcialmente las cosas. Estamos también trabajando fuerte todo lo que se refiere a los Estados Unidos porque, ni hay que negar, ni hay que afirmar pero, es innegable que la influencia de éstos es decisiva en el Continente, ya que todos no tragan a los «buenos vecinos» pero todos los mastican, pollo menos. Creo que si no conseguimos su apoyo, por lo menos conseguiremos que no apoyen a la dictadura. Hace pocos días el doctor Paz me visitó y en coordinación con otras personas importantes, está trabajando activamente en esto.

La acción de la dictadura se desvanece en todas partes al aparecer la verdad de las cosas porque, si bien hay gente que tiene partido tomado y no se influencia por la verdad, hay muchos otros que se deciden por esa verdad. Hace pocos días, el 25 de mayo, gente de la Embajada Argentina en Caracas, colocaron una bomba de tiempo en mi automóvil y me lo destruyeron completamente. Mi chofer Gilaberte se salvó milagrosamente. El Embajador se apuró a decir que me la había colocado yo mismo, lo que cayó aquí muy mal y le restó el poco respeto que, de su menguado prestigio, podía quedarle. Yo, naturalmente, aproveché la ocasión y pedí autorización al Gobierno para contestarle, lo que se me acordó con placer porque aquí nadie lo quiere y menos aún a la dictadura argentina. Ese permiso lo pedí porque, aunque no lo necesitaba, quería tener el «OKEY» del Gobierno, que prácticamente me asociaba. Mi comunicado fue leído y aprobado con anticipación, lo que me colocó en situación de preeminencia y franca ventaja para el caso que el Embajador contestara nuevamente pero, su situación era tan precaria que optó por meter violín en bolsa. Usted verá por la que le adjunto, que mi contestación era bastante fuerte, come para que me contestara, que ora lo que yo quería, porque todos los diarios habían dado gran publicidad a lo anterior. Me quedé con las ganas, aunque el primer partido fue todo un robo.

Hemos comprobado la existencia de gran número de gorilas y en la Embajada se ha formado una verdadera cueva de pistoleros, capitaneados por un capitán Giménez, que fue el torturador máximo de Córdoba, conocido con el alias de «Cantinflas» porque se parece al célebre cómico mejicano. Este individuo parece que ha venido con la orden de atentar contra mí, para lo cual se lo habría nombrado auxiliar del Agregado Militar a la Embajada. Con motivo del atentado, Seguridad Nacional ha hecho pasar por allí a todos los sospechosos argentinos que se encuentran en Caracas y la cosa se les ha puesto fea. Todos, incluso Giménez, están con vigilancia, lo que quiere decir «en capilla» y según me han dicho, el Gobierno le ha hecho saber al Embajador que él es responsable de la vida del General Perón. Sin embargo, yo me cuido bien. Desde el atentado han desaparecido los que merodeaban cerca de casa, lo que es una lástima porque estábamos esperando para detenerlos oportunamente. El Jefe de Seguridad, don Pedro Estrada, un excelente amigo, nos ha dado una credencial de la Repartición por la cual podemos detener a cualquiera y en ella se recomienda a todas las autoridades que nos presten la cooperación que requiramos. Usted ve que hemos salido ganando.

Con estos hechos ya le «hemos puesto una buena tapa» a estos imbéciles que pretendieron trabajar aquí de vivos, veremos en el futuro de evitar su peligrosidad, anularlos y destruirlos totalmente. Recién ahora tengo la sensación de que tratan de eliminarme de cualquier manera, por lo que veo aquí. No creo que lo logren porque nosotros tampoco somos mancos. Sólo un fanático que se la quiera jugar puede hacerlo y no creo que ellos tengan más que hombres pagos para realizar la cosa. Con hombres pagos no irán lejos. Sin embargo nos cuidaremos de todo, pero sin extremar las cosas innecesariamente. Por lo pronto hay suficientes antecedentes en la policía de aquí, como para que las cosas se sepan a tiempo y, si ésta no descuida la vigilancia, poco pueden hacer sin que lo sepamos a tiempo, que es lo principal.

Le he escrito una carta a Jorge Antonio en la que le aconsejo varias cosas. Entre ellas que debe decidirse a actuar de frente y jugar la partida con nosotros. No le diga usted nada, que yo le he hecho referencia, porque se trata de una cuestión absolutamente personal pero, deseo que usted sepa que lo he hecho. Jorge Antonio está en una situación un poco indecisa, como es lógico para él, después de todo lo ocurrido y es necesario un poco de estímulo para hacerlo reaccionar como corresponde. Él no sabe mucho de política, aunque aparentemente quiera demostrar lo contrario, sabe que en este momento sus empresas y sus negocios cuentan poco frente a la situación creada en la Argentina. Él tiene sólo una carta que jugar: la nuestra. Si se equivoca o no se decide a tiempo puede serle muy perjudicial. Nosotros debemos ayudarlo y decidirlo, es lo que me parece a mí.

No sé cómo son sus relaciones con él pero, creo que conviene que trate por todos los medios de evitar rozamientos y diferencias. Es un hombre bueno, aunque naturalmente está lleno de prejuicios, después de lo que le ha pasado. Sé que en su espíritu hay un sinnúmero de tribulaciones naturales en su caso, cuando observa que ha sido traicionado por su propia gente en algunos casos y, en otros, no le han informado bien, haciéndolo aparecer mal ante los únicos que pueden tener intereses e ideales comunes con él. Es un hombre leal y, en consecuencia, no puede aceptar una situación semejante. Metido dentro del maremagnum de cosas no debe ver muy claro el panorama o, por lo menos, no lo puede ver tan claro como lo » vemos nosotros que sólo tenemos el pensamiento en la solución de un solo problema: el político.

Todo ello es humano y usted puede comprender tan bien como yo que se trata de utilizar un hombre bueno y que para ello debemos proceder con grandeza en todo lo que sea solidaridad peronista. Yo sé que los honores son difíciles pero, si nos atenemos a pequeñas cosas, se vuelve todo difícil en la acción. Cada uno de nosotros tenemos nuestros defectos, tolerarles a los demás es hacer propicio a que nos toleren los nuestros. En este sentido yo puedo aconsejar, porque he vivido tolerando. A los sesenta y pico, es más fácil hacerlo que a los 35 ó 40, pero ello forma parte de la experiencia, que es un sector de la sabiduría, quizá el más importante, porque cuesta cara y llega tarde. Yo sé de su ponderación y tolerancia y por eso me atrevo a decirle cuanto antecede. Sólo deseo que le sea posible hacerlo.

Allí está también Espejo y Gomiz que, con otros muchachos quieren trabajar en la parte gremial: «hay que darles vapor» porque todo es necesario en los días que vivimos y ellos son muchachos metedores que, cargados con una fuerte dosis de odio, producto de su sufrimiento, puede ser de una utilidad inapreciable en los momentos actuales, Por otra parte, nadie puede objetarles que no se hayan portado bien en la emergencia. Por eso creo que hay que impulsarlos al máximo. Espero que se haya constituido y arreglado el Comando de Exilados de Chile y que todo se pueda ir llevando adelante con mayor impulso. Si un día ustedes pueden llegarse hasta aquí, tendremos allí algo bien organizado funcionando, lo que facilitará grandemente la conducción general, aunque, como en el momento presente, pueden fallar otras partes. Me han dicho que Kelly desea ir a la Argentina: creo que es una temeridad porque, si lo agarran, lo matan. En cambio, él desde afuera, puede dirigir a sus muchachos sin peligro y con más eficiencia de conjunto. Los hombres de la Alianza son decididos y valientes, organizados y disciplinados que, con poco pueden ponerse en pie de guerra y ser un elemento valioso en la insurrección. Han sufrido mucho, otros han muerto, pero los que quedan tienen tanto odio acumulado que, eso transformado en fuerza motriz, puede mover montañas. Él debe pensar en todo eso y tratar de buscar la solución que más convenga a nuestros planes de conjunto y no perderse en acciones aisladas o circunstanciales que pueden ser muy valientes pero no siempre de amplia utilidad para la decisión general.

Espero que termine pronto la parodia de la Justicia chilena y, terminado el sainete, puedan ustedes trasladarse sin pérdida de tiempo a este país donde las posibilidades de todo orden son mayores que en cualesquiera de los otros. Aquí podremos, entre todos, organizar mejor de lo que yo no puedo por razones de tiempo y actividad. La canalla dictatorial sabe que, el Gobierno de Venezuela, no le da ni la hora y que toda protesta será desestimada y archivada y, el ambiente, está propicio para que, si la dictadura insiste, la manden aquí al diablo. Este es, en consecuencia, un buen emplazamiento para un Cuartel General que, entre otras ventajas, cuenta con posibilidades de trabajar en otras cosas para hacerse de fondos necesarios para vivir y combatir.

Podríamos también movernos para organizar mejor los Comandos de Exilados, por si la cosa dura más de lo previsto, haciendo así posible una actividad más orgánica que la actual y con mejores comunicaciones y enlaces. Por otra parte, munidos de credenciales insospechables podríamos ir llegando al interior del país con hombres y directivas más precisas y constructivas. Yo solo, realmente, soy impotente para todo eso, porque el trabajo material me abruma y me tapa, no dejándome pensar libremente en lo fundamental, porque debo atender las minucias que los hombres pequeños crean todos los días para desviarnos hacia lo secundario.

Le ruego que converse con González Torrado que es hombre de buenas ideas y me informe bien, por ese conducto, de cómo van las cosas allí en Chile y las posibilidades que ve en el momento actual en la Argentina, como asimismo, como van las cosas de nuestra organización y preparación.

Saludos a los muchachos.

Un gran abrazo.

Perón

6. Se presentó ante el Ministerio del Interior una Comisión Internacional reclamando la inmediata libertad de 120 dirigentes gremiales detenidos sin proceso.

6. Carta de Juan D. Perón a Jorge Antonio, escrita desde Caracas.

Mí querido amigo:

He recibido copia legalizada del auto de prisión preventiva dictada contra Usted en Buenos Aires, en el que se asienta tex­tualmente lo siguiente: «Es igualmente ilustrativa la testimonial prestada por Jorge Newton a fojas etc….». En ese sentido me he permitido a Newton que me informara en qué consistía tal testimonial y memorándum. Como consecuencia de ello, Newton ha producido el informe que, en copia, me permito adjuntarle.

Según allí manifiesta el mismo, tal testimonial prestada por él, no sólo no considera nada que pudiera ser doloso a su respecto o al mío, sino que se trata de un hecho absolutamente honesto y patriótico de nuestra parte. Se reduce a explicar el contenido de un memorándum privado que, en el año 1953, me pasaron las personas encargadas de encontrar una solución al problema creado por los capitalistas internacionales en la comercialización de las cosechas argentinas.

Como Usted recordará, tanto Bunge y Born, como Dreyfus y otros, no sólo no comercializaban bien nuestras cosechas, sino que especulaban a la baja de nuestros precios ya que, sus intereses, estaban en el mercado internacional y no en el nacional de la Argentina. Por otra parte violaban la Ley de Cambios radicando gran parte del producido en el extranje­ro mediante maniobras que no eran posibles de evitar mien­tras el comercio de granos estuviera en sus manos. Esto origi­nó la idea de crear firmas argentinas que permitieran, desde el país, sostener los precios, evitar la descapitalización por la evasión de divisas y desviar del mercado internacional al mer­cado nacional la comercialización de nuestros granos.

Es indudable que esto, desde el punto de vista de los ac­tuales entregadores de la economía argentina y obsecuen­tes servidores de sus amos ingleses, constituye un delito. Por eso han destruido las cooperativas para regresar a los acopla­dores de Bunge y Born, han suprimido el I.A.P.I. para poder ceder a las firmas extranjeras la comercialización en perjuicio de los productores y han transferido a Bunge y Born las ga­nancias que, por intermedio de firmas argentinas, podían regresar al Pueblo en diversos beneficios directos e indirectos. Por eso, lo que se hiciera para evitar la explotación de los productores por el interés foráneo, como la expoliación de los trabajadores argentinos, ha resultado delito ante una justi­cia de vendepatrias, que se vanagloria de servir los intereses británicos, aunque para ello sea necesario traicionar a la Patria.

A Usted, que le consta todo ésto, le es posible como a nin­guno apreciar el crimen cometido por estos vándalos que, si se han encallecido por sus crímenes inauditos, se han des­honrado y han deshonrado a las Instituciones Armadas, com­plicándolas en una entrega vergonzosa al extranjero. Nunca podrán explicar al país los móviles que persiguieron al des­truir las defensas creadas por nosotros a su economía y, con ello, cargarán para siempre con el estigma de una traición por una miserable paga de Cipayo. Pero, algún día han de rendir cuenta ante el Pueblo, que no ha de perdonar sus crímenes ni sus traiciones.

Un gran abrazo.

Firmado: Juan Perón.

7. Dirigentes sindicales visitaron al Presidente Provisional Aramburu para peticionar por mejoras salariales. El pedido fue rechazado.

9. “Marcha del Silencio”, organizada por Alejandro Olmos desde la publicación Palabra Argentina, al cumplirse un aniversario del levantamiento de Valle. Notas alusivas al levantamiento de Valle en las revistas de tirada masiva Azul y Blanco, Mayoría y Qué.

Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas.

Mí querido amigo:

Contesto su carta del 5 de junio pasado y le agradezco sus in­formaciones, que paso a responder de inmediato:
Sobre el asunto de Bolivia comparto en absoluto sus puntos de vista. Allí se ha procedido por parte de AENPA con un cierto grado de imprudencia y sin considerar la situación que podía crearse y que se ha creado. Es indudable que la Embajada gorila allí ha en­gañado al Gobierno boliviano simulando asaltos y tiroteos inexisten­tes pero, en cambio, ha habido una abundante documentación capta­da mediante el soborno de los empleados del correo y la violación de la correspondencia privada. A esta circunstancia ileagal se ha debido todo pero, en estos tiempos, nadie hace caso de legalidades.

La consecuencia está a la vista y, a las circunstancias apuntadas ha coincidido el conflicto interno en el M.R.B. donde se enfrentan Siles y Lechín, en el cual han tomado partido nuestros compañe­ros de AENPA por el segundo y los del grupo disidente de Della Costa por el primero. Producidos los hechos la Embajada gorila ha aprovechado para emprenderla contra los dos. Estos errores de proce­dimiento han conducido a la situación actual y aunque los compañe­ros aseguran que nada se interrumpirá es necesario reconocer que todo se deberá hacer con grandes dificultades, por lo menos a} principio.

Por esta razón creo que hay que ayudarles de cualquier manera para que los restantes puedan seguir trabajando y pedirles, que se dejen de combatir entre ellos y se pongan a trabajar cada uno por su lado, si es que no pueden entenderse, pero coordinadamente por lo menos. Como a mí me es muy difícil manejarlos desde aquí por razo­nes de distancia y dificultades de comunicaciones, creo que es mucho mejor que usted lo dirija desde allí y cuando se venga para acá us­ted, quede allí G.l. encargado de esa misión. Yo les escribiré al res­pecto tanto al grupo AENPA, como a Della Costa y al grupo de Cochabamba.

Sobre los fondos, ya he hablado con Y., de manera que usted disponga allí sobre la forma y proporción en que han de repartirse entre ellos. Creo como usted que hay que darle a los dos. Es verdad que yo escribí a AENPA diciéndoles que ese era el único Comando reconocido pero, eso era cuando ellos habían expulsado al grupo de Della Costa y no había otra organización que la de ellos. En las ac­tuales circunstancias, en que el grupo de Della Costa puede ser real­mente útil (hasta a AENPA mismo) no es cuestión de que por ren­cillas entre ellos, el Movimiento pueda perder las posibilidades de trabajar mejor y sacar algunas ventajas. Estas peleas entre los exilados parece ser la comida cotidiana en todas partes y me dan todos los días un nuevo dolor de cabeza, por lo que he decidido no ha­cer caso a esas cosas y si diez grupos trabajan entenderme con los diez. Lo que yo necesito es gente que trabaje y no ande en macanas entre ellos.

En Bolivia, mucho de lo que ha pasado se debe sin duda a estas desinteligencias entre peronistas, que nos van siendo tan perjudicia­les en todas partes. Espero que allí en Chile, le haya sido posible a usted arreglar algo de las divisiones existentes aunque no creo mucho en que esas puedan ser definitivas. Los hombres son difíciles hasta cuando debían de facilitar en todo para agregar ventajas al conjunto.

Asunto Mendoza: Muy lamentable y en el cual ha de haber te­nido la culpa también graves imprudencias cometidas en los viajes de emisarios y contactos, muchas veces innecesarios o imprudentes. La gente comienza poco a poco a acostumbrarse y suprime el sigilo, lo que termina por perderlo. A ello hay que unir las propias dificultades en un medio tan vigilado y caótico. Todo se ha de superar meditir+° la organización, que pese a muchos pesimistas, creo que progresa más de lo que muchos creen.

Soy respetuoso de las opiniones ajenas pero, me queda el dere­cho de analizar sus fundamentos. Espero que por allí ya hayan llega­do, de alguna manera, estas opiniones. Ellos son hombres que no tie­nen fe en el Pueblo y, en consecuencia, creen que la intransigencia no conduce a ninguna parte. Ellos están más cerca de las solucio­nes políticas inmediatas y no les interesan mucho nuestros objetivos y misión. En otras palabras, les interesa más la solución para los dirigentes que para el Pueblo. La dictadura, sabedora de ello, les hace llegar a todos por distintos conductos abiertos o encubiertos, ofrecimientos de arreglo (uno de los cuales es Frondizi, que trabaja de opositor, cuando en realidad es uno de la dictadura). Según m» dicen, Bustos Fierro, habría recibido carta de Frondizi, según ha manifestado pero, como es tan embustero, no sé si será cierto.

Sobre este sistema de soborno político, no es nuevo, porque tanto en Paraguay, como en Panamá me han tentado varias veces. Aquí en Venezuela ya se ha aclarado el panorama y no lo intentan. Por eso ahora soy «el monstruo» y nada más. Recuerdo que estando en Villarrica, en octubre de 1955. llegó un emisario, que lo descubrí de entrada, quien me aseguró que él podía hacer que se me respetaran los bienes y que cesara toda la campaña en mi contra que se iniciaba entonces, a cambio que me trasladara a España y me alejara de toda actividad política argentina. Extrañamente, recibí en esos mismos días, la invitación de la Embajada para residir en España. Siempre pensé que hubiera sido una indignidad aceptar semejante ofrecimiento y les contesté que yo no tenía problemas personales, ni con bienes ni sin bienes, ni con propaganda ni sin ella, que mientras me quedara algo de energía lucharía en todos los terrenos contra la dictadura, porque yo no luchaba en defensa de mis intereses personales, ni en los de mi posición como dirigente, ni por mi buen nombre atacado por la calumnia y la diatriba, sino por los intereses del Pueblos Argentino. Que mientras esos intereses estuvieran en peligro y el Pueblo tirani­zado por la canalla dictatorial, yo sería un enemigo implacable de la dictadura, aunque- no tuviera con que comer.

Ahora parece que se han convencido. Frondizi me mandó tantear dos veces en forma indirecta desde el Brasil, la última por medio del Mayor Vicente que no me dejará mentir, ofreciendo que vendrían a Caracas, Frondizi y Rodríguez Araya. Yo les contesté que si el Pueblo decidía su apoyo a Frondizi, yo votaría por él, de manera que al que debían consultar era al Pueblo y no a mí.

Usted imagina que si yo quisiera una solución para mí no ten­dría necesidad ni siquiera de proponerla. ¿Que daría hoy la dictadu­ra por una palabra mía al Pueblo y qué daría el Dr. Frondizi por esa palabra? Pero, cualquier cosa que yo hiciera en ese sentido sería a base de una traición al Pueblo, porque estoy absolutamente per­suadido que todo lo que se baraja en estos momentos es el fraude, la destrucción de nuestras conquistas, comenzando por la destrucción de la Constitución de 1949, la entrega del país a la oligarquía y al extranjero, la explotación de los trabajadores y el colonialismo más inaudito. Todo lo cual sólo puede conjurarse mediante la intransi­gencia más absoluta de nuestra parte y de parte del Pueblo, aunque para conseguirlo debamos llegar a nuestro último sacrificio.

¿Qué solución podemos esperar de nuestros enemigos que no sea indigna para nosotros y perjudicial para el Pueblo? Acaso no vemos lo que está ocurriendo en el País.

Finalmente, como usted allí se encuentra en mejores condiciones quizá convenga, como le digo antes, que vaya «tomando poco a poco la manija» de los Comandos de Exilados, por lo menos de los más importantes, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia (que ya se les entrego, de acuerdo a lo que le digo en la carta). Es menester pro­ceder de a poco porque usted sabe como son los muchachos. Al prin­cipio seguiremos los dos: usted les hace llegar y yo también para preparar la etapa de transición, luego, cuando se hayan acostumbra­do a la nueva mano, le dejo todo a usted. Por lo pronto, todos saben y conocen la orden mía, con referencia a su autoridad para ordenar en mi nombre, por eso podemos comenzar ahora. Todo saldrá bienYo ya no doy con mi tiempo porque son muchos los organismos y todos quieren cartas mías que algunas veces no convienen por los líos que se arman y el mal uso que hacen de ellas, por eso soy parco ahora en escribir a todos.

Un gran abrazo.

Perón.

11. El Sindicato Argentino de Periodistas envió un memorial al presidente provisional Pedro E. Aramburu reclamando por la detención de periodistas detenidos de distintos medios y lugares del país: José Gobello, Miguel B. Tejada, Pablo Ramella, Leandro Reynés, Tomás Mena, Pedro Sánchez, Pedro Notar, Juan M. Vigo, Rubén Fortuny, Antonio Merniero, Ramón Prieto y José Antonio Guemes.

El periódico Semana Obrera, vinculado al radicalismo intransigente, publicó en la sección “Así canta el Pueblo” el poema “Un naipe de Quarenta”, probablemente compuesto por Arturo Jauretche:

Yo quiero un complot redondo;

peronachos, comunistas,

nipo-nazi-falanistas,

y que contenga en el fondo

un buen lote frondizista.

Lo quiero con instrucciones,

discos, bombas y panfletos

y con radiotransmisiones,

para que sea un completo

servicio de informaciones.

QUIERO un hermoso atentado

y una violenta proclama,

si es posible un niño asado,

dos hospitales en llamas,

y todo documentado.

¡De aprovecharlo se trata,

Y mientras se les pega

recto se va juntando más plata!

¿Hay botulismo en La Plata?

¿ha estallado alqui el magnesio?

Y si se inunda Dolores

ahogándose muchas vacas

aprovechamos señores

para cantar unas flores

mientras miran a Caracas.

AJUSTENSE a lo prescipto

que entre Caracas y Arturo

está el servicio seguro.

¡No habrán de faltarnos criptos,

si nos vemos en apuros.

¡Y no reparen en gastos

Porque hay que abultar la cuenta

Así al “servicio” presenta

su plan de espadas y bastos

uno que firma Quarenta.

Y distribuye los palos

con el cuento de Caracas,

y dándole a la matraca,

este es bueno y este es malo,

¡los oros se los empaca!

Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, desde Caracas:

Querido Cooke:

En la carta anterior, escrita el 9 creyendo que Vidal regresaría enseguida, le anuncio la remisión de los panfletitos escritos por mí y que van adjuntos a ésta. Le he hecho el doble de los que me pedía porque supongo que todo será poco para esto. Como nosotros estamos un poco lejos de los mismos Comandos de Exilados fronterizos, que han de utilizarlos para imprimirlos biográficamente, le pido que sea us­ted quien se los haga llegar de la manera más segura y si es nece­sario por los conductos simultáneos para asegurar su recepción por ellos.

Vicente le manda en su carta las direcciones de los Jefes de los distintos Comandos de Exilados más importantes.
Los panfletos referentes al voto que le remito, es conveniente que los haga llegar cuanto antes a:

Brasil: Doctor D. Modesto Spachessi.

Bolivia: D. Fernando García Della Costa – Claudio Adiego Fran­cia. – Dr. David Casas.

Paraguay: Prof. Agustín Puentes.

Uruguay: Dr. D. Eduardo Colom.

En los demás casos usted verá si conviene que desde otros pun­tos se haga llegar a la Patria los panfletos, por eso le mando veinte manuscritos del mismo, que usted podrá disponerlos como crea más conveniente. Ghizzardi me mandó pedir lo mismo, de manera que le ruego que le de alguno.

Creo que mediante un ajustado y profuso trabajo puede cubrirse pronto la República. Estoy seguro que ya existe el clima al respecto, de manera que con sólo llegar, todo se hará de la mejor manera. La mayoría de los demás partidos se pondrán la tapa con su aptitud en las elecciones de Convencionales si se deciden por apoyar el fraude en estas elecciones trampa y creo que si nuestra gente sabe aprovechar la ocasión y trabaja bien, la dictadura hará el papelón del siglo, des­pués de lo cual no le quedará sino entregarse y tratar de desaparecer lo antes posible. Si tomara una actitud diferente, mejor para nos­otros, su caída será más estruendosa y conveniente.

Conviene hacer llegar a la masa que no deben concurrir a los comicios para que la abstención sea más efectiva. A los empleados públicos que les controlarán y los deiarán cesantes no es conveniente exponerlos porque los perdemos también para nosotros, pero a ellos les queda el recurso de votar e’n blanco o anular su voto de cual­quier manera. En la orden he repetido lo de las instrucciones por razo­nes de disciplina.

Espero que si las elecciones se realizan todo salea en la forma prevista. Por aquí anda el Dr. Bustos Fierro que, según me informan, es de los que ceden a la desgracia y anda con ganas de buscar la forma de evitarse la continuación de sus penurias mediante un acomo­do frondiciano. Yo no he querido mantener con él muchas conversa­ciones y desde que está en Venezuela sólo lo he visto una vez, cuando vino, por1ue es medio complicado y ahora necesitamos gente simple que trabaje mucho y hable poco. Sabía por Borlenghi que en Cuba nunca hizo nada ni se interesó en nada, como no fuera «la Universi­dad». Es un poco ampuloso y embustero, además cordobés, de manera que he preferido no estrechar la esgrima.

Situación en nuestro País: Acabo de leer que el 8 de junio han salido en Buenos Aires y otras partes, las primeras manifestaciones peronistas, tumultuosas, aue han desobedecido la prohibición de hacerlo. Esto está indicando que la organización va adelante y que el miedo se va perdiendo, como asimismo que el Gobierno comienza a ceder y las represiones violentas no son ya posibles. En esto estoy se­guro que no se trata del Gobierno de asesinos, sino más bien de la gente que no desea seguir siendo instrumento del crimen ciudadano.

Estamos completamente en claro sobre: primero, oue la orcraníza- ieón es la base de nuestras acciones presentes; segundo, que las comu­nicaciones hay que desarrollarlas al máximo, especialmente entre us­tedes y los comandos auetrabaian en el interior y tercero aue hay que -proceder de acuerdo con las circunstancias y no preconcebidamente.

Sobre la oportunidad para provocar el estallido creo realmente que aún no estamos suficientemente organizados ni prenarados, co­mo asimismo auelá situación de nuestros enemigos no ha llegado al , nunto óptimo para accionar con menos riesgo. Vemos, por los hechos nue se están sucediendo ahora mismo, que las cosas están madurando. El gobierno (de alguna manera hay que llamarlo) tiene ante sí gravísimos problemas pero, la mayor parte de las cosas no han hecho crisis todavía, lo que sucederá sucesivamente en el futuro inmediato. La situación económica empeora, pero aún se puede vivir. La situación política se quilombifica cada día más pero aun no está lo suficien­temente evolucionada porque las necesidades recién comienzan a ha­cerse sentir. Las divisiones entre los gorilas están en plena fase de al­cahuéteos y conspiraciones pero no han hecho aún crisis, lo que pue­de esperarse para pronto, manifestada en amenazas y conatos de gol­pes de estado, porque estoy seguro que nadie va a pelear por estas cosas: serán golpes de palacio y nada más, pero, que acelerarán de todas maneras la descomposición actual. Quizá en uno de esos se en­tremezclen las cosas y se pierda el comando y, entonces, allí habría llegado el momento para desencadenar el golpe. Es claro que, para que eso sea posible, necesitamos buena organización y preparación, lo que todavía, en mi concepto, no tenemos.

De la política estoy en claro y le agradezco sus interesantes da­tos. Usted ve que, de acuerdo con el panorama planteado alrededor de la Constituyente, los mismos partidos de la «Libertadora» son absten­cionistas en gran parte, lo que quiere decir que, entre ellos ya ha fracasado. ¿Qué ocurrirá si nosotros hacemos que los peronistas no voten o voten en blanco? El fracaso entonces será estruendoso. Le adjunto los ejemplares que me pide de manuscritos para emplear en la campaña por el abstencionismo peronista, de acuerdo con sus indicaciones: en claro que usted, desde Chile, hará llegar a todas par­tes y profusamente, esta orden.

Problemas gremiales: Sobre el asunto de la C.G.T. Ue .1. y la In- tersindical, el problema es complejo y para decidir sería necesario estar muy en claro sobre la verdadera situación, lo que no puede apre­ciarse desde aquí, con los elementos de juicio disponibles. Por eso no me atrevo a opinar, para no decir una macana. Creo que ustedes allí, si se ponen bien claro, deben decidir esta cuestión o, de lo contrario, deben encargar a alguien de buen criterio en Buenos Aires, para que trabaje este asunto.

En el orden sindical todo el problema estriba en los aspectos di; la organización formal, porque, en el fondo, la mayoría absoluta es peronista, como lo es en los demás aspectos populares. De modo que hay que buscar soluciones que no perjudiquen al peronismo y que ayuden a nuestro movimiento en marcha, cediendo en las formas pa­ra asegurar el fondo de nuestra acción. Todo debe estar subordinado a los objetivos establecidos en las Directivas e Instrucciones y en el cumplimiento de la misión que nos hemos impuesto de acuerdo con ellos. En cada caso los dirigentes, cualquiera sea su categoría, si se quedan sin orden deben proceder por iniciativa, tratando de interpretar en cada caso, qué es lo que más conviene a nuestro Movimiento, pen­sando que tenemos objetivos y misión determinados. Esperar siempre la orden o escudarse en la protección de una consulta no es una con­ducta adecuada para nuestros dirigentes gremiales en la situación en’ que nos encontramos.

Lo que es indispensable, es infiltrar todo el sistema sindical, cual­quiera sea su nombre, con células peronistas que mantengan la con­signa nuestra en todo momento. Yo sé lo que vale cuando los delegados de ‘fábrica son presionados por estas células porque, los comunistas, muchas veces, nos han tenido locos a nosotros con cuatro gatos.

Usted resuelve allí sobre el terreno, es lo mejor. Las circunstan­cias en que operamos no son para perder tiempo en consultas. Nues­tra identificación es de tal naturaleza que parece que pensáramos por la misma cabeza. Sus cartas podría firmarlas yo y probablemente su contenido no podría ser diferente. En este sentido la unidad da doctrina hace milagros.

Comando Obrero de Chile: Comparto su idea sobre el trabajo de estos muchachos que lo aprecio a cada instante.

Alianza: La misma cosa. Kelly es un hombre de acción que será extraordinariamente útil en todo lo que sea lucha activa, decidida y audaz: lo que nosotros necesitamos pero, hay que cuidarlo porque es demasiado impulsivo y audaz y «el horno no está para bollos».

Comando de Chile: Estoy encantado de como lleva usted las co­sas allí. G.l es una excelente persona y gran trabajador, serio y eficaz. Como usted deberá venir finalmente a Caracas para dirigir toda la parte política del Movimiento, conviene que aproveche su es­tadía allí para preparar a G.l que quedará allí y por intermedio del cual puede hacer todo mejor, desde que las comunicaciones con Río, La Paz y Uruguay son más fáciles desde allí, como asimismo las con­diciones para actuar en todo sentido. Junto con eso usted estará en mejores condiciones para dirigir todo si desde ya asegura las mejores conexiones desde allí.

Yo creo que pronto terminará el saínete de la Justicia chilena y ustedes podrán tener libertad de acción. Es lo que espero porque la tarea para mi soló es extremadamente dura. Yo no puedo confiar en nadie mis cosas de aquí y personalmente me resulta pesado porque, sólo en la correspondencia me paso diez o doce horas en la máquina. Con su intervención la cosa será más simple para mí porque así puedo yo ocuparme de muchas cosas que hoy, están poco menos que aban­donadas, a pesar de ser muy importantes, como serían las cuestiones de vinculación con los gobiernos amigos, el de Estados Unidos, el del Gobierno Venezolano y los numerosos amigos que tenemos en todas partes y que por falta de tiempo, los tengo poco menos que abando­nados. Lo mismo que la parte económica que hay que atender muy preferentemente porque todos necesitan dinero.

Fondos: A propósito de lo que me dice sobre este asunto le gira­ré diez mil dólares inmediatamente. Sobre esto le hablará el amigo que lleva esta carta.

Carta interceptada: Lo de la carta interceptada es cierto por lo que me dice, probablemente dirigida a Colom en Montevideo. No tiene importancia. Está firmada por Pecinco. Ahora firmo Gerente. Como las cartas importantes van a la mano, las que corren por correo son sin importancia. En todos los correos deben haber tipos que negocian con las cartas nuestras.

Carta de Martincho: Este muchacho no sólo se ha portado mal sino que me ha hecho quedar mal a mí ante la gente que me es muy necesaria para mis cosas aquí. Yo no lo conocía a el y se conectó conmigo, cuando aún yo estaba en Panamá. Indudablemente que es un buen peronista adoctrinado y leal, pero sus condiciones y antece­dentes personales le perjudican mucho. Mientras el estuvo en Cara­cas y yo en Panamá todo andaba bien pero, cuando yo llegué a Ca­racas, cometí el error de tenerlo muy cerca mío, más ñor considera­ción a él que por otra razón: en ese momento, él se había peleado con el General Tanco y los demás oficiales que llegaron a Venezuela des­pués del levantamiento del 9 de junio de 1956 y para no dar la sen­sación que ellos ganaban, lo defendí a capa y espada contra las arre­metidas que todos los días le llevaban. Un día me llamó el Jefe de Seguridad Nacional, señor D. Pedro Estrada, árbitro aquí de todo lo policial y me informó que Martínez era un hombre de malos ante­cedentes, catalogado como tratante de blancas, que había llegado a Venezuela con dos mujeres y que se lo consideraba un individuo in­deseable. Yo le pedí que me permitiera averiguar antes de juzear porque nod*a tratarse de cuestiones inventadas ñor nuestros enemi­gos. El hombre se rió y se limitó a decirme: «Comprendo, general». Como en otras partes, los exilados aquí estaban divididos y yo opté por aislarme lo necesario como para no caer en ninguna de las fracciones. Todo siguió así hasta que un día Martincho tuvo una pelea en un local de dudosa moralidad y fue a dar con sus huesos a Segu­ridad Nacional, acusado de lesiones graves, pues con un arma cor­tante infirió dos heridas en el cuello y las manos a su oponente (otro argentino). Inmediatamente, a pesar que él me pidió que «le dejara jugar solo este partido», yo hablé con un abogado amigo y luego a Don Pedro Estrada, para evitar que lo pasaran a la cárcel y se arreglara todo allí. El damnificado insistía en seguirle juicio y tuve que hacer juegos malabares para evitarlo. Al final se encontró como so­lución, por consejo de Seguridad Nacional, que se le pondría en liber­tad condicional (lo único que podían hacer) y que él se arreglara para salir del país, única forma de evitar el proceso que lo podría lle­var por tres años a la cárcel. El juzgó que yo no habría hecho todo lo posible y que su salida obedeció a las influencias del Grupo Mili­tar que andaba peleando con él, cosa que es totalmente inexacta.

Es indudable que me perjudicó grandemente ante las personas que aquí me aprecian que, indudablemente no habrán interpretado que la defensa que yo hiciera de él era una cosa correcta, dados sus ante­cedentes. Por numerosas indiscreciones cometidas por Martínez he sabido después que trata de escribir un libro contra mí, pero, no tiene ninguna importancia que lo haga, desde que si dice verdades no podrá decir nada que no sea una debilidad mía al defenderlo fuera de lo prudente y si dice mentiras no tendrá valor alguno. El, menos que ningún otro, puede decir de mí algo que pueda ser incorrecto o desr leal porque, a juicio de todos aquí, yo he tenido con él condescen­dencias que son inexplicables, desde que considerado como un hombre indeseable por las autoridades, lo he protegido como veo ahora que no merecía.

Le agradezco los juicios que ha asentado usted en su carta a Martínez. Es difícil encontrar hombres ecuánimes cuando se trata de ponerse a sí mismos en la balanza y juzgar los hechos como son en realidad y más difícil aún encontrar a quien tiene la grandeza sufi­ciente para sobreponerse al interés o la pasión personal en beneficio de la misión superior que cada hombre lleva implícita. Eso es sólo de hombres superiores y estos no abundan en la vida pero, el triunfo está siempre en potencia en los que saben renunciar, con grandeza y no en los que sólo son capaces de ambicionar o exigir posiciones. La justicia, en el discernimiento de méritos y posiciones es una cosa difícil de alcanzar en la política y, muchas veces, se cometen verda­deras injusticias, que son superadas por los justos y prudentes, pero no por la imprudente ambición despechada y negativa. Esto, que no es un mérito en un hombre de 60 años, es una virtud casi inaccesible en un hombre joven.

Finalmente, según veo yo la situación actual, dentro de la defi­ciente información que poseo sobre el panorama de cada parte, aunque tengo el de conjunto, todo se va produciendo como hemos previsto. Ni siquiera han faltado los Bramuglia y los Saadi que están apare­ciendo y que seguirán proliferando en esta hora caotizada de las ac­tividades políticas, en la que cualquier Cacaseno se siente dirigente y candidato a salvador de la Patria. Soñar no cuesta nada. Todos encandilados con la solución política no se dan cuenta que esa debe ser de fondo y no una componenda más, a base de fraude o de aco­modos. Cualquier solución que se aparte de la decisión popular será un triúnfo a lo Pirro. De esos triunfos está empedrado el camino que conduce a los grandes fracasos.

Nosotros no luchamos por llegar al Gobierno ni por soluciones para dirigentes, sino por una causa del Pueblo que es nuestra razón de existir. ¿Qué puede importarnos lo que suceda entre tanto?, como sea para aprovechar todas las circunstancias en favor de la solución que propugnamos y, en todo lo que está sucediendo, yo no veo sino cosas que nos favorecen. Por eso creo que se acumulan factores favorables a nuestra acción a medida que el tiempo pasa, a pesar de la acción de los políticos que, en parte, trabajan también para nosotros, porque no pueden trabajar sólo para ellos. Mientras esta situación persista, nosotros no tenemos porqué apurarnos.

La acción perturbadora en nuestras organizaciones debe ser neu­tralizada por nuestro trabajo y aún debemos ir más adelante, debe­mos aprovechar a éstas para perturbar a nuestros enemigos. Todo reside en la posibilidad de hacer llegar las directivas oportunas y fehacientes que permitan obrar con cierta unidad de acción. Yo sé que, si pudiera disponer de una radio y hablar al Pueblo, en un día arreglaba la situación. Pero, mediante otros arbitrios que permitan saturar las masas con nuestras órdenes. Sé que esto no es fácil pero sé también que no es imposible si nos proponemos hacerlo. El tiempo que es un factor importante para ello no aprieta tanto como para renun­ciar a intentarlo. Desde allí es más posible, por eso usted tiene toda la autoridad necesaria para hacer llegar directivas en mi nombre si es preciso y debe hacerlo en la forma más expeditiva y amplia.

Le ruego que salude a los compañeros y amigos de esa.

Un gran abrazo.

Juan Perón.

12. Huelga de la Federación Gráfica Argentina.

13. En su estudio de la calle San Martín 536 fue asesinado el abogado Marcos Satanowsky.

14. Paro general de una hora con alto acatamiento en las fábricas.

15. Decreto estableciendo el Estatuto del Personal Civil de la Nación.

17. Los bancarios dieron comienzo a una huelga general en su gremio por la disminución de sus salarios por parte de la patronal empresaria al liquidar sus servicios asistenciales.

20. Inauguración del Monumento a la Bandera en un acto encabezado por el Genral Pedro E. Aramburu.

Carta de John W. Cooke a Raúl Lagomarsino:

la táctica que empleamos no implica salirse de la Intransigencia ni constituye una nueva postura en contradicción con la anterior. Así como desde el primer momento desechamos el oportunismo también lo rechazamos ahora. ..En tal sentido con el General estamos perfectamente en claro. Esto debe terminar en la insurrección general, con la toma del poder por Perón y la clase trabajadora, previo colgamiento del gorilaje y destrucción de la potencialidad económica de la oligarquía, cuyas fuentes de poder deben transferirse al pueblo.

21. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, desde Caracas:

Mí querido amigo:

Aprovecho el viaje del compañero Colom para hacerle llegar a la mano esta carta, unas instrucciones

y una declaración autenticada y dirigida a la Corte Suprema, por si ello puede ser de alguna utilidad allí. Le ruego que la haga conocer a todos los compañeros y luego la utilicen, si conviene, de la manera que ustedes Juzguen más conveniente.

Las instrucciones ( Circular adjunta): La campaña que la canalla dictatorial ha desencadenado en los países limítrofes y en Venezuela contra los exilados argentinos, con el fin de anular la acción que realizamos, se ha intensificado especialmente en Uruguay, donde cuenta con la ayuda del Gobierno Colegiado; en Brasil, donde también ha encontrado eco pero limitado en el Gobierno, a pesar de haber comprado la prensa y en Bolivia, cuyos acontecimientos usted conoce bien. En estos días comienzan a hacer lo mismo en Venezuela pero, tengo la seguridad que aquí no les harán caso. Ha llegado el mayor Schaw con sus documentos fraguados y sus mentiras para exponer probablemente, como lo hizo en Uruguay y Brasil, ante el Ministro de Relaciones Exteriores, lo que nosotros hacemos desde aquí. Los documentos que poseen son cartas privadas y directivas, como asimismo comunicaciones sin firmas, a lo que se agrega una cantidad de grabaciones, etc., que bien pueden ser fraguadas. .

Todos estos hechos me han convencido que las embajadas de la canalla dictatorial han sobornado a los empleados de correo y se apoderan de la correspondencia, lo que indica una forma de violación inadmisible de documentos privados. Pero, para nosotros lo importante es cambiar todo el sistema, abandonando toda la correspondencia por correo, para hacerla llegar a la mano. Como ello resultaría sumamente costoso y engorroso hacerla desde Caracas a cada uno de los Comandos de Exilados, desde que la distancia suma cinco mil kilómetros a todo desplazamiento, he resuelto que usted funcione allí como “Jefe de la División Operaciones del Comando Superior Peronista” adelantada, con la misión de conducir todo lo que se refiere a la insurrección, la organización, dotación y preparación para las acciones que necesitamos realizar para el cumplimiento de nuestra misión la realización de nuestros objetivos. Queda así a su conducción todo lo que se refiere a los Comandos de Exilados (especialmente Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia) con los que se entenderá directamente a los fines de continuar con la preparación general de nuestra acción. Es precisamente a través de estos Comandos de Exiliados que puede usted accionar en cada una de las zonas en que se ha dividido el país para las operaciones previstas y, en aquellos casos que sea necesario y conveniente, intervenir también sobre zonas del interior argentino que, por cualquier circunstancia, sea así indicado.

Se trata de que usted desde Chile pueda conectarse con Uruguay (lo que podrá ya acordar con Colom que lo visita), con Bolivia (lo que sé que ya ha hecho con los compañeros Francia, bella Costa y Casas), con Paraguay con el compañero Puentes y con Brasil que remito a la mano instrucciones al compañero Spachessi con Méndez que me visita en este momento. Así desviadas todas las comunicaciones y el movimiento, nos servirá, en primer término, para despistar a la canalla dictatorial y segundo, nos permitirá estar más cerca para la conducción directa de las operaciones en la Argentina. Es imposible conducir las operaciones a cinco mil kilómetros y yo, por el momento, no tengo p~ibilidades de llegarme a la frontera sin levantar un gran bochinche. Usted deberá resolver allí lo urgente y necesario, sin consulta previa, porque la necesidad de las operaciones no puede esperar consultas que las demoren. Me comunicará semanalmente o cuando sea necesario, las medidas tomadas y las informaciones indispensables para que nosotros podamos seguir desde el Comando Superior Peronista, las operaciones.

En el Comando Superior Peronista debe funcionar una División Operaciones que es la que se encarga de todo lo referente a la preparación y conducción propiamente dicha. En este caso, por necesidades de la situación, ha sido desplazada a Chile pero, sigue formando parte del Comando Superior y en su nombre es que acciona, resuelve y ordena. Esta será la mejor forma de hacerla para evitar rozamientos y macanas propias de alguna gente. Cuando usted esté en libertad allí; veremos de estudiar de nuevo el caso y, si conviene, se trasladará usted a Caracas o permanecerá en Santiago, en las mismas condiciones o realizará los viajes necesarios a la mejor conducción de las cosas en todos los frentes. Nada podemos preconcebir a este respecto porque no sabemos lo que pasará hasta entonces. De lo que me he persuadido es que, para conducir eficazmente las cosas es necesario estar en la frontera. Como yo no puedo estar, necesito prolongarme y, para ello, lo mejor es proceder en la forma en que estamos armando, con la División Operaciones adelantada.

Por otra parte, todo ha sido posible hasta ahora hacer por correspondencia, ya que se trataba simplemente de la organización pero, de ahora en adelante será necesario ya comenzar la dotación (armas, explosivos, etc.), como asimismo intervenir en la coordinación de conjunto, en los enlaces y comunicaciones y en la conducción misma de conjunto, lo que no puede estar librado ni al retardo ni a la inseguridad del sistema de comunicaciones postales o telegráficas.

Asimismo, las diversas funciones que le corresponden al Comando Superior y que deben ser realizadas casi personalmente por mí, como ser las gestiones de orden internacional (cada día más importantes y promisorias), las de orden económico para aparcar los fondos necesarios, cada día más necesarios, porque debemos comprar las armas y hacer llegar todos los elementos a través de las fronteras, mantener las relaciones en el país que estamos donde podemos conseguir mucha ayuda pero hay que vincularse y trabajar y finalmente, la necesidad de tener yo siempre cierta tranquilidad para poder pensar bien las cosas.

Si usted, desde allí conduce todo lo referente a la resistencia, organización.y preparación de las fuerzas y prepara desde ya las acciones que permitan estar en condiciones de accionar cuando la ocasión se presente, yo podré hacerle llegar las armas y explosivos necesarios, como asimismo los medios económicos indispensables para ayudar a los Comandos de Exilados y al interior del país con los fondos necesarios. Por otra parte, me será posible entablar las mejores negociaciones para ir creando la mejor situación internacional a nuestro futuro movimiento y hasta conseguir quizá la ayuda inmediata.

Usted comprende que hasta ahora, toda esta importante gestión ha estado un poco desatendida porque teniendo que estar en la máquina, hasta diez horas al día, para responder a los Comandos y a la gente del interior del país, no me ha sido materialmente posible hacerla en la forma que más conviene. En cambio liberado de esa enorme tarea, que usted atendería mejor y con menos esfuerzo, desde allí, yo podré hacer mucho en el otro sentido.

Yo puedo asegurarle que, si dispongo del tiempo y de la tranquilidad necesaria, en poco tiempo tendremos el dinero suficiente para dotar abundantemente a las necesidades que se presenten. Hasta entonces es necesario ser un poco discreto en el uso de esas posibilidades. Hace ya casi un año y medio estoy en gestiones para eso y en estos días he de resolverlo de una u otra manera, porque ante el incumplimiento de muchos he planteado y estoy en realización de algunos negocios que nos permitirán no esperar más.

Las instrucciones son completas y claras pero será necesario que usted con ellas hable con Colom allí y se ponga de acuerdo, lo mismo que con Ghizzardi y los de Bolivia. Otro tanto haremos con Puentes en Paraguay y en Brasil, yo le he explicado a Méndez San Martín, para que él a su vez lo haga con Spachessi y no haya dificultades ni mal entendidos. La conducción política tiene sus exigencias.

Para las comunicaciones entre nosotros procederemos por emisarios que viajarán cuando sea necesario, de modo de mantener una comunicación segura y permanente entre nosotros. Esta vez lo utilizaremos a Colo m que a la vez que lleva la circular le pueda explicar claramente todo porque yo lo he hecho con él. Espero que ya esté en su poder la cantidad girada para las necesidades de allí. Ojo, que eso debe durar un poco, por lo menos hasta que podamos disponer de más, porque ahora

estamos muy cortos.

Saludos a todos los compañeros y amigos de allí. Un gran abrazo.

PERÓN

22. Carta de Juan D. perón a John  W. Cooke, desde Caracas

Mí querido amigo:

La carta adjunta ha sido leída con Colom, pero esta no. Es un sistema mío: doy a leer la carta así puedo cerrarla, pero antes le agrego lo confidencial, sin peligro.

He conversado largamente con él, que me ha dicho que es su amigo, de modo que todo puede ser acordado allí por ustedes sin dificultades. Sin embargo, como el Diablo sabe por viejo, me permito agregarle algunos consejos al respecto. No se me

ha escapado que la circulación de las hojas con mi autorización, en algunas partes, ha levantado un gran revuelo en sentido contrario, como en otras lo ha levantado en sentido favorable, lo que era de esperar, por lo menos para los que conocemos a los hombres buenos y a los malos. Pero, como usted tiene que manejar a unos y otros, es necesario que se prepare para hacerla con la mayor sabiduría y prudencia, de modo que haga de ellos lo que usted quiera sin que siquiera ellos mismos se den cuenta.

El hombre necesita ser mandado, pero nadie le reconocerá semejante cosa y menos aún que usted sea el hombre indicado para hacerla. Se pueden congeniar las dos cosas. Mandándolo sin que él se de cuenta que se lo hace. De todas maneras lo que usted necesita de él es la obediencia, no el reconocimiento. Por eso las directivas mías a los Comandos de Exilados tratan de presentar el problema en forma que no tenga usted ningún inconveniente, trabajando en mi nombre, como División Operaciones adelantada y ordenando lo que sea necesario sin que nadie pueda objetar nada. Eso y su buen tino, permitirán aun favorecer la zona de transición entre mi dirección y la suya.

Lo primero que tiene que hacer es decir a algunos «boludos» de amigos, que siempre en estos casos se dedican a ser más papistas que el Papa y que son los que se empeñan en peleas inútiles y aun perjudiciales, contra los que murmuran contra su jefatura. Lo que usted necesita es que le obedezcan, no que lo amen y, mediante el sistema, yo le aseguro esa obediencia. Ya se irán acostumbrando a «su mano» y no habrá dificultades. Pero, si se hace lucha al respecto, todo se entorpecerá.

Por lo que le digo en las directivas de la Circular, se habrá dado cuenta que le encargo todo lo que sea conducción política de nuestra acción. Yo, desde aquí, aunque quisiera, no podría hacerla. Para conducir operaciones se necesita estar en el teatro de operaciones o muy próximo a él, cosa que, desgraciadamente, yo no puedo hacer en las actuales circunstancias. Pero usted podrá invocar, de la mejor manera, como para que se «lo perdonen’), mi nombre y mi orden. Entendido que, para conducir se necesita «saber cargar con la responsabilidad y tener la libertad de acción suficiente como para poder defender esa responsabilidad». Yo le cargo con la primera, pero también le doy la segunda. Quedo yo, atrás de reserva, para aguantar lo que haya que aguantar.

De cualquier manera nos mantendremos en contacto para cualquier consulta en que mi experiencia pueda servirle al respecto pero, bien entendido, que usted está autorizado para proceder de acuerdo con las necesidades. Todos saben y los que no deberán ir sabiendo, que la dirección está en sus manos, aunque por razones de táctica es conveniente que se siga pensando que soy yo, por su intermedio, que conduzco las cosas, además del conjunto. Ello nos permitirá hacer todo de la mejor

manera.El campo político será el más difícil y al que, en consecuencia, hay que tratar con más cuidado.

No creo que en los Comandos de Exilados tenga usted dificultades. En Chile, puede arreglar todo con G. 1, desde ahora. Con Uruguay  puede  hacerla con Col0m que lo visitará. Con Brasil lo haré yo por intermedio de Méndez San Martín que está aquí y que parte dentro de unos días para Río. Con Bolivia sé que está en contacto con los dirigentes  y, con Paraguay, trataremos de arreglar también, de la mejor manera, las cosas. Todo ello hace pensar que allí no habrá dificultades. En el interior del país hay que tener cuidado porque los dirigentes actuales están un poco escamados. Hay que tener cuidado de no dar la sensación de preferencias porque entonces habrá dificultades. No debe olvidar que usted, en esta tarea, es una especie de Padre Eterno, que ha de dar la bendición a todos por igual y que, si se embandera en la lucha parcial de los pequeños bandos termina por perder a uno de ellos

Y eso no debe ser. Hay que arreglarlos a todos porque todos sirven para algo, todo es cuestión de encontrarlo.

Leloir, desde Buenos Aires anda en una acción de estas. He visto algunas publicaciones de los diaritos opositores a la Dictadura, en los que aparece Leloir con adhesiones a la marcha del silencio y otros lamentando su situación. Los legalistas lo están tomando como cabeza. No hay que combatirlo y menos violentamente. Usted ha leído mi carta a Leloir. Ese es el tipo de acción frente a esto. No va a engañar a nadie de la masa y los dirigentes que lo siguen no representan nada en ella, de modo que no hay peligro. Trate de no llegar a romper lanzas con él, nada ganaría con eso. En cambio, mucho se hace cuando uno es el tolerante, por lo menos en las palabras.

El turco Saadi, Bramuglia y otros, están fritos políticamente y un día vendrán arrepentidos. Por eso no conviene que usted les diga nada. Mande a alguno que se lo diga por usted. He visto a muchos sinvergüenzas que ahora se apresuran a bañarse en el Jordán. En política no conviene nunca decir cosas irreparables en lo que se refiere a las formas de ejecución, lo irreparable debe ser siempre lo que se dice y se hace para los objetivos y la misión. En eso si hay que ser intransigente y para poder­

lo realizar hay que ser transigente con lo demás, por lo menos en apariencia.

Lo que nosotros tenemos que hacer es mucho todavía para poder estar en condiciones orgánicas de accionar racionalmente. No podemos prever aun cuanto ha de durar esa preparación pero no hay que desesperar porque todo plazo llega y toda deuda se paga cuando existe la perseverancia necesaria para llegar. Necesitamos trabajo, trabajo y más trabajo. Desde allí se puede mover todo mejor y cuando usted esté libre mejor aún porque se podrá mover a cualquier parte. Medios yo los vaya conseguir entre tanto y podremos aseguramos posibilidades con las que aún ni soñamos.

Le recomiendo que enseguida comience a accionar con los comandos de asilados que aunque no son muchos, hacen la pelea en todas partes y bien organizados pueden ser instrumentos valiosos en el porvenir cercano. Al mismo tiempo tratar de tomar directamente cartas para aseguramos enlaces y comunicaciones seguras y rápidas. Podremos también ayudar con medios económicos al interior yeso será de gran importancia.

Como desde este momento usted será el centro y el blanco de todas las miradas debe mantener una conducta política y seguir una conducta privada. En ambas cosas ha de ser intachable, por lo menos en lo que se ve. Su austeridad es su garantía y su ecuanimidad es la base para que le obedezcan bien. Cuando uno comienza a perfilarse como jefe ha de ajustar todo con el sacrificio. No hacer lo que le gusta sino lo que debe. De lo contrario, es mejor no intentar la empresa. En cada uno de los hombres que maneja tendrá un censor implacable que, si bien no le dirá nada, cada paso en falso pesará no solo en ellos sino en todos. La murmuración de los demás es peor que la lucha contra el más implacable de los enemigos porque contra ella no hay remedio. No hay que dar el cinco por cientó de pretexto porque ello es el fundamento para que la maledicencia pueda crear el otro noventa y cinco por ciento.

Disculpe que yo le diga estas cosas. Puedo ser su padre y me anima el deseo sincero de que usted triunfe. Esta es la largada y lo que en ella suceda gravitará en toda la carrera. Después que usted se haya impuesto podrá hacer algunas macanas y se las perdonarán, porque todos los hombres hacemos macanas, pero antes no. Se le presentan los duros tiempos del inicio, usted debe estar resignado a someterse a ese destino y ayudarlo con el sacrificio porque el camino del éxito pasa siempre por él o de lo contrario no se llega. El sacrificio cuando se hace por propia voluntad es más duro y más difícil que cuando lo imponen las circunstancias, aunque los beneficios son mayores.

Es indudable que, sin querer me he extendido demasiado, pero mi preocupación por esta fase de nuestras cosas es también fundamental para mí y para el Movimiento. No olvide que el secreto es, en este caso, casi el cincuenta por ciento de la victoria.

Un gran abrazo,

Muy importante el secreto de esto. Si los gorilas lo saben nos van a neutralizar con un ataque al gobierno chileno como lo han hecho en otras partes. Para mantener el secreto puede ser una solución enterar parcialmente, comunicándole a uno solo lo que le interese.

JUAN PERÓN

En 1796, cuando Napoleón recibe de Scherrer el Ejército Francés, que se encontraba cubierto de harapos y hambriento, encerrado en la «cornice» del Golfo de Génova, entre el mar y Los Alpes, con los Piamonteses de Colli, los Sardos y los Austríacos de Bolieu que le cerraban los pasos, decidió a atacar a través de las montañas, mediante una maniobra por líneas interiores.

La empresa era durísima y era necesario echar mano a todso los recursos para levantar la moral de esa tropa sometida a todas las privaciones por un largo tiempo. En la proclama de Napoleón se decía: nosotros estamos hambrientos y privados de todo pero, del otro lado de esas montañas están las campiñas piamontesas abundantes en recursos de todo género y de hermosas muchachas y vida placentera.

Quizá haya llegado para nosotros el momento de hacer llegar a la gente por diversos medios algunas indicaciones que, en estos momentos y en las circunstancias que se están viviendo en la Argentina, pueden ser de efecto muy interesante.

En primer término, de acuerdo con el precedente sentado por la dictadura, se entregará al Pueblo todos los bienes de los oligarcas y gorilas que han participado, creando igualmente una entidad de restitución patrimonial que se encargará de someter a todos a una confiscación total.

Dentro de ello los que tomen una casa de oligarcas y detengan o ejecuten a los dueños, se quedarán con ella.

Los que tomen una estancia en las mismas condiciones se quedarán con todo, lo mismo que los que ocupen los establecimientos de los gorilas y enemigos del Pueblo.

Los Suboficiales que maten a sus jefes y oficiales y se hagan cargo de sus unidades tomarán el mando de ellas y serán los jefes del futuro. Esto mismo regirá para los simples soldados que realicen una acción similar.

En fin, buscar otras cuestiones del mismo tipo. Esto no conviene que sea expresado públicamente en nombre de nuestro Movimiento pero, se puede hacer llegar por otros medios igualmente eficaces.

28. El Ministro del Interior anunció el levantamiento del estado de sitio y la libertad de 150 detenidos sin proceso.

Perón, mediante el  Comando sindical Peronista, transmitió una orden para las elecciones de convencionales constituyentes:

Junio 1957

El Gobierno de facto que usurpa el poder en la Argentina se apresta a cambiar la Constitución, mediante una farsa electoral. Anuncia que convocará a elecciones. Peo omite decir que en esos comicios quedará excluida por decisión tiránica de su voluntad la fuerza política en que militan las tres cuartas partes del Pueblo Argentino. Pretende así consumar el fraude más vergonzoso de toda la historia política del país.

El Movimiento Peronista, que agrupa al 70% de la ciudadanía argentina permanece declarado «fuera de la ley» por el régimen,’ como único y desesperado expediente para amordazar la libre voluntad de la Nación.

Sobre esa base deleznable, que muestra vívidamente la entraña «democrática» de la tiranía y sus paniaguados, se pretende efectuar la parodia eleccionaria, instaurar la Asamblea Constituyente y cambiar la Constitución Nacional. Ya no se trata de los atropellos salvajemente perpetrados contra la libertad, la vida, los derechos y el honor de cientos de miles de argentinos. No se trata ya de una medida persecutoria más, en la larga lista de crímenes de lesa humanidad cometidos por la tiranía. Atentados que han ido desde el genocidio hasta el robo a mano armada, la prisión cobarde y vejaminosa de mujeres que no conoció jamás la historia del país, las torturas, los juzgamientos por comisiones especiales, la confiscación de los bienes, el ostracismo, el asalto al derecho internacional, la difamación, los fusilamientos de prisioneros, la derogación social y económica de los trabajadores, la abolición de sus conquistas, el desmantelamiento de la industria nacional, la recolonización del país, etc. Medidas que han colocado a nuestro país, ante la conciencia unánime de los pueblos de América, en el nivel de una cafreria. Se trata ahora de consumar un inicuo atentado contra la Carta Magna; para borrar de su texto los «Derechos del Trabajador» y las cláusulas que nacionalizaron los servicios públicos, el sub suelo y el petróleo, para retornar a la explotación de los obreros y servir a la potencia colonialista cuyos intereses atieride obsecuentemente la tiranía.

Para lograr este oscuro designio recurre al método típico de las oligarquías fraudulentas: la farsa electoral. Mucho mas vergonzosa y absurda que las tradicionales, desde que las antiguas oligarquías, SI bien recurrieron a la trampa de burlar la voluntad popular, nunca llegaron a la ignominia de poner «fuera de la ley» a los partidos rivales, ni pretendieron el escarnio de sustituir por tal vía la Constitución de laNación.

El Movimiento Peronista, hogar cívico de varios millones de argentinos, ahora más glorioso en la persecución, el exilio y el martirio, que ayer en el gobierno, denuncia esta maniobra incalificable. Declara solemnemente que el Pueblo no reconocerá validez alguna a la pretendida reforma constitucional. El papel que salga de esa asamblea fraudulenta, no será jamás la Constitución de los Argentinos. La única Constitución es y será la de 1949, reformada conforme a las exigencias de la propia Carta Magna y jurada libremente por el Pueblo. Al hacer esta solemne impugnación; el Movimiento Peronista declara que, ya sea en la contienda franca de la vida civil o en la lucha clandestina a que lo obliga la tiranía, librará indeclinablemente las batallas que fueran necesarias para obtener la restauración constitucional; y continuará bregando por la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación, que ha jurado su decisión irrevocable de ser Socialmente Justa, Económicamente Libre y Políticamente Soberana.

Juan Domingo Perón

Caracas, junio de 1957.

COMPAÑERO: La orden de Perón es votar en blanco. Se vota en blanco pegando el sobre en el cuarto oscuro, sin nada adentro o con un papel absolutamente limpio, sin una palabra ni una raya. Si Ud. se saca el gusto escribiéndoles a los tiranos: «Asesinos», «Canallas», «Hijos de P … » o cualquier otra de las cosas que se merecen, usted anula su voto. Y necesitamos votos en blanco, que sumen, no votos anulados, que desaparecen. Vote a Perón «votando en blanco. Vote a Evita votando en blanco. Vote a Valle y compañeros héroes asesinados votando en blanco. Castigue a los tiranos entreguistas Aramburu y Rojas, votando en blanco. Es ésta la única consigna, no se deje engañar. Tenga disciplina partidaria, colabore al inmenso triunfo del pueblo. Está en sus manos aniquilar con su voto en blanco a la tiranía oligárquica entreguista.

Comando Sindical Peronista

Buenos Aires, junio de 1957.

Atilio García Mellid, a través del sello Theoria de Jorge Oruz, difundió su libro Proceso al liberalismo argentino. La obra del revisionista de origen forjista fue la obra más vendida del año.

29. En Rosario, en la fábrica de Jabón Radical (Guereño) los obreros acudieron al paro para exigir la reincorporación de sus delegados dejados cesantes por la patronal.

Julio de 1957

Como instancia de producción de materiales para las publicaciones de la resistencia peronista apareció el CEIPAP (Centro de escritores, intelectuales, periodistas, artistas del Pueblo) con sede en la casa de José María Castiñeira de Dios. Contaba con la colaboración de Fermín Chávez y Valentín Thiebaut, entre otros. Su actividad fue reconocida por John W. Cooke en cartas a Perón. El delegado de Perón intercambio correspondencia con el grupo, enviando mensaje a Uzabel (seudónimo de J.M.Castiñeira de Dios).

Hasta la fecha, contando desde septiembre de 1955, según fuentes oficiales, el número de artefactos explosivos colocados por la resistencia ascendió a 7000.

1. Recuperación de la primera CGT Regional en Córdoba.

6. Frente a la exigencia del Gobierno argentino ante las autoridades de Venezuela de expulsar al General Perón de ese país y la negativa a que ello ocurra, se interrumpieron las relaciones entre los países y el Embajador argentino General Carlos Toranzo Montero fue declarado «persona no grata».

6. Perón publicó en el periódico Tiempo en Cuba, bajo el título de “Declaración del Movimiento Peronista”, en base a textos anteriores, el siguiente manifiesto, haciendo pública la indicación de voto en blanco:

El Gobierno de facto que usurpa el poder en la Argentina se apresta a cambiar la Constitución, mediante una farsa electoral. Anuncia que convocará a elecciones. Peo omite decir que en esos comicios quedará excluida por decisión tiránica de su voluntad la fuerza política en que militan las tres cuartas partes del Pueblo Argentino. Pretende así consumar el fraude más vergonzoso de toda la historia política del país.

Por boca de los dirigentes, como los señores Balbín y Zavala Ortiz, algunos partidos minoritarios han anunciado que secundarán incondicionalmente la maniobra. Dirigentes de otros partidos, también minoritarios, como el del señor Solano Lima, han declarado en cambio que reclamarán se decrete la abstención de sus agrupaciones, por la insanable nulidad de una reforma de la Constitución efectuada bajo las restricciones antidemocráticas que la dictadura militar pretende imponer a la soberanía popular. Portavoces de otras agrupaciones políticas, igualmente minoritarias, aunque de mayor volumen que las anteriores, como los señores Frondizi y Rodríguez Araya, han sostenido la ilicitud de la ingerencia de los gobiernos de facto en la existencia y desenvolvimiento de los partidos políticos y su absoluta carencia de facultades para derogar la Constitución o introducir, válidamente, reformas. Han afirmado en forma expresa que es de la esencia del sistema democrático de gobierno que toda reforma se opere bajo la égida de gobiernos de jure y con los procedimientos, normas y prescripciones señaladas por la propia Carta Magna.

Si las agrupaciones minoritarias referidas, a pesar de tan enfáticas manifestaciones, se prestaran, cómplicemente, al crimen de fraude político y alta traición que se proyecta, sus propias palabas las juzgarán ante el Pueblo, ante la historia y ante la posteridad. Será la conducta que asuman, y no las fáciles declamaciones que prefieran, lo que testimoniará por ellas ante el presente y el porvenir. Los días venideros continuarán mostrando a la conciencia de los pueblos libres y trabajadores de la Patria, de América y del mundo, cuál es la sinceridad de las convicciones democráticas de esos partidos que dicen profesarlas.

Entre tanto, el Movimiento Peronista, que agrupa cuando menos al 70% de la ciudadanía, como lo demostró en comicios ejemplares, reconocidos por simpatizantes, neutrales y adversariso, permanece declarado «fuera de la ley» por el régimen, como único y desesperado expediente para amordazar la libre voluntad de la Nación.

Sobre esa base deleznable, que muestra vívidamente la entraña «democrática» de la tiranía y sus paniaguados, se pretende efectuar la parodia eleccionaria, instaurar la Asamblea Constituyente y cambiar la Constitución Nacional.

Ya no se trata de los atropellos salvajemente perpetrados contra la libertad, la vida, los derechos y el honor de cientos de miles de argentinos. No se trata ya de una medida persecutoria más, en la larga lista de crímenes de lesa humanidad cometidos por la tiranía. Atentados que han ido desde el genocidio hasta el robo a mano armada, la prisión cobarde y vejaminosa de mujeres que no conoció jamás la historia del país, las torturas, los juzgamientos por comisiones especiales, la confiscación de los bienes, el ostracismo, el asalto al derecho internacional, la difamación, los fusilamientos de prisioneros, la derogación social y económica de los trabajadores, la abolición de sus conquistas, el desmanteiamiento de la industria nacional, la recolonización del país, etc. Medidas que han colocado a nuestro país, ante la conciencia unánime de los pueblos de América, en el nivel de una cafreria.

Se trata ahora de consumar un inicuo atentado contra la Carta Magna; para borrar de su texto los «Derechos del Trabajador» y las cláusulas que nacionalizaron los servicios públicos, el sub suelo y el petróleo, para retornar a la explotación de los obreros y servir a la potencia colonialista cuyos intereses atieride obsecuentemente la tiranía.

Para lograr este oscuro designio recurre al método típico de las oligarquías fraudulentas: la farsa electoral. Mucho mas vergonzosa y absurda que las tradicionales, desde que las antiguas oligarquías, SI bien recurrieron a la trampa de burlar la voluntad popular, nunca llegaron a la ignominia de poner «fuera de la ley» a los partidos rivales, ni pretendieron el escarnio de sustituir por tal vía la Constitución de laNación.

El Movimiento Peronista, hogar cívico de varios millones de argentinos, ahora más glorioso en la persecución, el exilio y el martirio, que ayer en el gobierno, denuncia esta maniobra incalificable.

Declara solemnemente que el Pueblo no reconocerá validez alguna a la pretendida reforma constitucional. El papel que salga de esa asamblea fraudulenta, no será jamás la Constitución de los Argentinos. La única Constitución es y será la de 1949, reformada conforme a las exigencias de la propia Carta Magna y jurada libremente por el Pueblo.

Al hacer esta solemne impugnación; el Movimiento Peronista declara que, ya sea en la contienda franca de la vida civil o en la lucha clandestina a que lo obliga la tiranía, librará indeclinablemente las batallas que fueran necesarias para obtener la restauración constitucional; y continuará bregando por la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación, que ha jurado su decisión irrevocable de ser Socialmente Justa, Económicamente Libre y Políticamente Soberana.

8. De los talleres gráficos El Sol salió el libro de Jorge Abelardo Ramos titulado Revolución y Contrarrevolución en la Argentina. El sello editorial es Amerindia y la distribuidora es ALPE, con sede en Hipólito Yrigoyen 1396, orientada por Arturo Peña Lillo.

11. Estreno de la obra cinematográfica La casa del ángel, basada en un guión de Beatriz Guido y dirigida por Leopoldo Torre Nilson.

12. En el ámbito gremial se configuró la Comisión Intersindical, compuesta por sindicatos y delegaciones regionales  opositores al gobierno, decretando una medida de fuerza para la fecha con alto acatamiento. Demandaban la derogación del decreto de prórroga de los convenios, la normalización de la CGT, el cese de la legislación represiva y la efectiva libertad de los presos sindicales, como así también el levantamiento de las inhabilitaciones. Aunque fue declarada ilegal tuvo un acatamiento cercano a los 2.500.000 de trabajadores.

Circular de John William Cooke a los medios de prensa:

He leído las afirmaciones de algunos semanarios en el sentido de que ciertos documentos que circulan, con directivas de puño y letra para abstenerse o votar en blanco en las próximas elecciones son apócrifos y constituyen parte de una maniobra que tiende a neutralizar los votos de la gran mayoría del electorado, facilitando así el triunfo de las minúsculas fuerzas incondicionalmente adictas al gobierno «de facto»

Esta campaña se basa en datos inexactos, porque las directivas son auténticas. Lo único falso es la tesis de que los derechos populares se defenderán votando por alguno de los partidos que prometen defender la Constitución de 1949. Con iguales pretextos los socialistas medraron en los fraudes posteriores al año 30, siendo duramente criticados entonces por el radicalismo abstenido.

Dentro de un planteo superficial puede hacer camino la opinión de que sufragando por algún partido «neo-opositor» se pone una valla a los planes oligárquicos. Pero nosotros abordamos la problemática argentina en términos de profundidad y trascendencia, y por lo tanto desdeñamos todo recurso parcial como el que resultaría de juegos politiqueros, actitudes circunstancial es, y tácticas de menor cuantía. Dentro del fraude integral, de la persecución inclemente, del desastre generalizado en todos los órdenes de la vida argentina, la próxima Convención Constituyente es un simple episodio, viciado por la infamia que signa los actos del Grupo de Ocupación que usurpa el poder, y condenado a una idéntica precariedad. Mediante la abstención, el voto en blanco y el voto anulado, expresaremos nuestro repudio, dejando constancia de que permaneceremos incomunicados por la corrupción, el oportunismo, la mediocridad, las timideces transaccionales.

[ … ] A los que sostienen que el apoyo a candidatos «neo-opositores» pudiera apresurar la terminación del gobierno «de facto», les decimos que nuestra perspectiva no se agota con la caída del actual elenco de autoridades. No es para eso que cayeron nuestros muertos, que padecen nuestros hombres y mujeres, que afronta el pueblo la persecución, sino para sustituir el oprobio de hoy con el programa nacional-libertador que reencauce al país por su gran destino americano. Para ese alto objetivo necesitamos mantener nuestra unidad, no deshilacharnos en pactos electorales, reducir a sus verdaderas dimensiones de insignificancia el plan delincuente de realizar elecciones en condiciones como las presentes.

El Gobierno de Ocupación espera consagrar constitucionalmente el retorno al coloniaje. Lo grave, para nosotros, no es esta pretendida «legalización», sino el hecho real y concreto de la pérdida de Soberanía, la Libertad y la Independencia; y hacer el juego a los intereses foráneos consiste, precisamente, en aceptar que la voluntad de los déspotas pueda invalidar la Constitución de 1949. Nuestro esfuerzo se encamina a impedir la prolongación del vasallaje y a reimplantar una economía de orientación nacional y contenido social. Admitir que la asamblea resultante del 28 de julio dará status jurídico al despojo perpetrado con el producto del trabajo argentino significa renegar de una lucha que está inspirada en la rebeldía permanente y total contra esa experiencia de infamia. [ … ]

En el bochorno del acto electoral venidero, repudiaremos al Grupo de Ocupación, dando fe de lealtad insobornable y de intransigencia absoluta. Lo haremos por medio de la abstención, el voto en blanco y el voto anulado. Ésos son actos positivos de refirmación argentina. La forma que tomará nuestra dramática acusación, nuestro claro desafío. La expresión de una esperanza creciente en que sobre el transitorio desamparo de la patria irredenta ondearán a breve plazo nuestras enseñas gloriosas y proscriptas.

14. Apareció la publicación periódica Columnas del Nacionalismo Marxista, orientada por Eduardo Astesano, contando con notas de Fermín Chávez, John W. Cooke, Antonio Nella Castro, Elías Castelnuovo, Juan M, Vigo, entre otros.  Se extendió por tres entregas.

14. El New York Times, reprodujo manifestaciones de Juan D.  Perón, sin citar el origen de las mismas: “Estoy listo para retomar el poder si el pueblo argentino me llama. Prefiriría, sin embargo, que los elementos más jóvenes gobiernen a la Argentina y dirijan su destino, pues yo he desempeñado ya esa misión durante diez años. Pero si el gobierno es derrotado y se me pide volver, no tengo otro camino que ir, para servir a mi pueblo”.

15. Paro nacional de canillitas por 24 horas.

En los talleres de Impresiones El Sol se terminó la impresión del libro de Esteban Rey titulado ¿Es Frondizi un nuevo Perón? El sello editorial por el cual se conoció fue Lucha Obrera, que retomaba el nombre de la publicación periódica que dirigía el mismo Rey y había sido clausurada por el gobierno militar en enero de 1956.

17. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas.

Mí querido amigo:

Contesto su carta del 11 de julio pasado y le agradezco sus informaciones tan detalladas y amplias. Comparto con usted cuanto me dice sobre el asunto de la abstención, mediante la no concurrencia a los comicios, al voto «en blanco» y a la anulación del sufragio. El nuevo manuscrito, tenía por objeto reforzar el anterior cargando «las tintas» sobre la abstención lisa y llana pero, según veo, las cosas no se han interpretado así, debido a las distintas opiniones allí reinantes. Eso prueba una vez más la necesidad de conducir de cerca y pulsar permanentemente la opinión. Ya he subsanado el asunto y espero que usted haya recibido mi cable que remití por otro conducto que el de G. 1, porque me devolvieron un cable que remití a la dirección que tenía de él, con la indicación que se había mudado, por lo menos, el destinatario indicado.

Le remito adjunto el reportaje para El Debate de Montevideo, en el que he tratado de hacer lo que usted me dice, dando el centro de gravedad al asunto del voto en blanco, anulado o la abstención. Lo mismo le remito, grabado en cinta magnetofónica, otro para «Entretelones», que naturalmente lo he hecho más sintético por tratarse de una transmisión radial. .

Me parece una gran idea lo de la marcha del 26 de julio porque según me parece a mí, por lo ya ocurrido antes, que nuestra gente ha ganado la calle y eso tiene real importancia sobre los acontecimientos que se avecinan y de los que, las elecciones de Constituyentes, serán el «plato fuerte». No sé, si me equivoco pero esas elecciones deben traer cola y nuestra gente debe aprovecharlas para perturbar todo lo que sea posible. La marcha del 26 puede ser prolegómeno muy apropiado para empezar los líos que deben acompañar a esas elecciones espurias que todos condenan de palabra y que necesitan que también sean obstaculizadas por hechos positivos de perturbación.

La concurrencia a elecciones por parte de los partidos de la minoría nos da la oportunidad de mostrar un poderío extraordinario, a condición de que nuestra gente cumpla las órdenes impartidas. Esto debe servimos también a nosotros para comprobar el grado de obediencia y organización para llegar a la masa que tenemos en la actualidad y nos permitirá tener una primera prueba de nuestro grado de apresto o de la necesidad de modificar sistemas de enlaces y comunicaciones. Será también una comprobación del grado de organización alcanzado. Creo que las elecciones de Constituyentes deben representar para nosotros un acto muy importante para saber si no hemos perdido nuestro tiempo en la organización y resistencia pasadas. Es menester estar bien en claro de esto, porque será un termómetro para el futuro y para las elecciones que prevemos.

Los políticos hacen esfuerzos inauditos para ponerse en situación de batallar con probabilidades de éxito, aunque nosotros sabemos que muchos de ellos están ilusionados pero no convencidos. Poco valen sus declaraciones y su postura actual, porque sabemos que son desplantes políticos habituales. Solo los hechos serán definitivos para apreciar la verdadera situación que nosotros intuimos pero que debemos comprobar fehacientemente para no entrar también nosotros, como los

políticos, en cálculos alegres. Los hechos nos dirán también cuál deberá ser nuestra conducta futura y si hemos estado hasta ahora equivocados.

Todo quedará develado después aunque el fraude pueda decir otra cosa. Ellos pueden hacer todo el fraude que quieran pero la verdad debe llegar a pesar de eso. No hay fraude que se pueda ocultar y pienso como usted que, un fraude ahora, resulta un crimen difícil de realizar impunemente. Cuando mucho puede constituir una victoria prostituida que es, en último análisis, una derrota disimulada. La dictadura sola se ha echado el lazo al cuello, solo falta que nosotros atinemos a apretarlo oportunamente y estemos en condiciones de hacer el esfuerzo en conjunto.

Creo, como usted, que la descomposición avanza. Creo más: que estas elecciones pueden ser la gota que falta. Solo la «Gran Bestia» pudo inventar una cosa tan aparente para provocar un lío más en el interminable sendero de sus desaciertos de todo orden. Creo que si sabemos aprovechar las circunstancias que se presentarán podremos también sacar muchas ventajas, a condición de que mantengamos imperturbable nuestra intransigencia. Si el plano inclinado del desequilibrio continúa, llegará un momento en que todo se volverá gestiones de arreglo, en ese momento es cuando nosotros podremos imponer nuestra ley. Todavía se está en el período de la fuerza y muchos creen en ella pero eso terminará también y, cuando suene la hora de la opinión si nosotros sabemos mantenemos unidos y cohesionados, la palabra será la nuestra, aunque les pese a los gorilas y a la dictadura.

De una Constituyente como la que saldrá de este «Parto de los Montes», no puede esperarse nada constructivo, por lo tanto nosotros debemos sabotearla por todos los medios, antes, durante y después de los comicios. Si se llegara a reunir, habrá llegado el momento de provocar una agitación sin precedentes en defensa de la Constitución del 49, con la secuela de los «Derechos del Trabajador», la «Independencia Económica» y los demás asuntos que tomarán los más diversos sectores populares en forma de meter en «la bolsa» a todos. Pienso que la oportunidad será extraordinariamente favorable y que nosotros le podremos sacar un provecho inmenso. Hay que ir ya preparando el ambiente favorable en todas partes, de manera que, cuando las circunstancias lleguen se pueda convertir todo en un clamor popular irresistible. Ese será el principio del fin, porque la «Gran Bestia» se encaprichará y echará mano a la violencia que puede ser su perdición. De cualquier manera, si eso no ocurriera, por lo menos tendremos la ocasión de perturbar que es nuestro actual oficio.

Me parece muy acertado lo de mandar emisarios a todas las provincias y tratar de conectarse directamente con las organizaciones. Lo mismo la observación que usted hace a los trabajos del Comando Coordinador de Buenos Aires, yo también pienso que de eso no hay sino cuestiones parciales. Lo que usted necesita es tomar el conjunto, establecer buenos enlaces y tener buenas comunicaciones rápidas y seguras. Además una real comprensión y conocimiento de la situación orgánica y la mejor forma de poder dirigir el conjunto. No olvide usted que ahora tiene todo en sus manos y desde allí podrá accionar en la mejor forma y con la conducción más directa.

Sobre la cuestión gremial aún no está el panorama realmente aclarado. Usted sabe que los dirigentes gremiales son complicados y muchos de ellos juegan siempre a las escondidas. La Intersindical es un Comando Peronista aún aleatorio y que no será seguro hasta tanto no se lo fagocite con dirigentes realmente peronistas. Hay que tener, por eso, siempre un gran cuidado. No olvide que cuando las papas queman muchos suelen tomar decisiones inverosímiles. Recuerde que el 17 de octubre de 1945, los ferroviarios se opusieron a la huelga y la Unión Ferroviaria votó, en la

directa, contra esa huelga. Después estaban arrepentidos y lloraban: lágrimas de cocodrilo. Hubo que perdonarlos. Sin embargo estoy seguro que no han aprendido.

El trabajo de Kelly, excelente: él sabe bien cómo se hacen los líos y cómo se saca provecho de ellos. Hay que dejarlo hacer, es un elemento de inapreciable valor para estos casos y estoy seguro que será una ayuda extraordinaria en los momentos que, según mi opinión, se aproximan.

No sé quién habrá quedado en Montevideo en reemplazo de Colom. Lo que sí puedo decir es que se trata de un tonto. Le adjunto como anexo, una comunicación que llegó para Colom, después que él había salido de esta para Chile. En ella, el «pajarón» que quedó allí, le transcribe en carta por correo, todo lo que la directiva N° 10 prescribe. Llegó la carta atrasada y con evidentes señales de haber sido violada en el correo uruguayo. De ello se infiere que los gorilas ya conocen nuestra decisión y además saben que usted empleará tinta simpática (limón) y la clave que le había enviado, etc. Deberá, en consecuencia, cambiar todo.

Sobre la organización de la División Operaciones creo que es menester, como usted lo ha entendido, realizar una verdadera organización efectiva y ágil que le permita realizar el trabajo sin inconvenientes y con la mayor eficiencia. Para ello hay que hacer algo objetivo, simple, estable y lo más perfectible que se pueda, dentro de los medios que se dispone. Lo importante es tener en cuenta que todo se dirigirá desde allí y que usted tiene la responsabilidad pero también la autoridad que le permita defender, de la mejor manera, esa responsabilidad. Debemos llegar a la conclusión de que, a cinco mil kilómetros, si bien ha sido posible dirigir una organización en medio de dificultades, no será posible dirigir las operaciones y conducirlas con oportunidad y acierto. La conducción impone la necesidad de la cercanía que permita el contacto más estrecho posible y posibilite «vivir la situación» al minuto. La verdadera delegación que he hecho yo en usted y que por razones comprensibles no hemos oficializado aún, ha sido la única solución a este grave problema de mi alejamiento del teatro de operaciones. Había pensado ir a Chile pero, después de conversar con el Embajador Casanova Vicuña, he quedado convencido que el amigo Ibáñez no quiere «lola». Me ha dicho el Embajador que me firma enseguida la visa pero que me aconseja que no vaya a Chile,bla, bla, bla, lo que me dice claramente que si voy, tendré luego que salir corrido por una oposición a la que allí se es más obediente que al Gobierno. Siendo así, no queda otro remedio.

Todo esto anterior me hace pensar también en la conveniencia de que usted vaya pensando en la necesidad de su permanencia en Chile en forma permanente porque, si se viniera aquí, volveríamos a estar en las mismas. Me gustaría conocer su punto de vista al respecto. Me tiene pensando este problema. Creo que no se puede hacer nada como no sea en la frontera misma. Estamos llegando a los momentos más decisivos de nuestra acción, en los que será necesario seguir los hechos al instante y estar pronto para tomar decisiones fundamentales. Ello solo se puede hacer, por ahora, desde Chile, porque Brasil está lejos, Uruguay es imposible, Paraguay excéntrico y Bolivia peor porque están los bolivianos que uno no sabe nunca lo que su Gobierno va a hacer. Creo que no hay más remedio.

Estuvo Castro en esta. Regresa a Buenos Aires y luego le visitará a usted para tomar contacto y recibir sus órdenes; lleva una carta mía. Desde ahora estará conectado con usted como lo estuvo con nosotros hasta ahora. Es buen muchacho.

No he recibido contestación del Dr. De la Cruz Guerrero. Tomamos medidas para evitar lo de Efraín García, quien asegura que nada ha transmitido a VSKSCUJIIili. De cualquier manera si se ha metido en ello, ya no lo hará.

El asunto de la remisión de armas al interior, como asimismo de explosivos necesarios a las acciones que se realizan, me parece magnífico en la forma que usted lo está haciendo. Nosotros también habíamos pensado en ello y tenemos las líneas tendidas para entrarlas por el Atlántico, en cuyas gestiones estamos. Por otro conducto pensamos también en establecer la posibilidad de abastecer por el Pacífico hacia ustedes pero, como esto anda lerdo, si usted consigue por los conductos que me dice proceda de la manera que lo está haciendo. Nosotros ayudaremos en todo lo que podamos.

Vidal me ha mostrado una nueva carta que usted ha recibido del bandido de Martínes. No debe preocuparlo lo que escriba o no este individuo y menos preocuparse en disuadirlo porque no lo evitará. Martínez ha sido pagado para ello según informan confidentes de la Embajada y me confirman de Seguridad Nacional. El hombre ha aparecido con dinero y ha hecho verdadero derroche en estos últimos tiempos, siendo que no trabaja de nada y que no tenía un centavo hace poco. Los hombres son así, para que ocuparse de este caso más.

Sobre el asunto fondos le ruego que que me avise con tiempo porque no me es tan fácil conseguirlos. Todas son promesas pero pocas las realidades. Muchas veces me arrepiento de no haber robados unos cuantos millones y guardado para una emergencia como esta. Total todo se habría reducido a sacarle el negocio a otro que ha robado en mi lugar. El comportamiento de los enriquecidos durante nuestra gestión, muchos con obligaciones perentorias y compromisos reales, o nos han estafado o se hacen los burros o tratan de dar un poquito y llorar después. La cuestión es que  no me cambiaría por ellos. Visión habla de mis millones, en cambio yo no tengo en qué caerme muerto; mis millones son los peronistas que aún creen en mí, a pesar de tantas calumnias y tantas miserias que se han echado a rodar nuestros enemigos. Si yo tuviera el diez por ciento de lo que me atribuyen podría comprar a todos los que me combaten con los dineros del Pueblo que escarnecen y esclavizan. No sería raro que un día aparezcamos también empleando muchos millones en la reconquista, cuando en la realidad lo hemos hecho todo a pulmón.

Sin embargo hay que seguir aguantando que al final triunfaremos nosotros, si es que en el mundo no tiene ventajas la infamia y la mentira. En ese día habrá bastantes horas para descubrir a los falsarios y develar la verdad. Por ahora es menester buscar por todos los medíoslo que necesitamos para las necesidades más perentorias y en eso estamos. Necesitamos armas y hay que sacar plata de donde sea para lograrlo. Creo que por lo menos lo indispensable podrá alcanzarse.

Saludos para todos los muchachos.

Un gran abrazo.

JUAN PERON.

19. El General Arturo Osorio Arana fue designado nuevamente Comandante en Jefe del Ejército.

22. El semanario Mayoría transcribió el texto de “Declaración del Movimiento Peronista, publicado en La Habana, subrayando en tapa que se incluían “Declaraciones de Perón sobre las elecciones”. Junto con ello señalaban que “en expresiva y directa correspondencia” de John W. Cooke habían tenido la confirmación “que la orden de Perón era votar en blanco o cruzar la boleta con una leyenda de repudio de la dictadura”.

28. Elecciones para constituyentes en el que se impuso el voto en blanco, propiciado por el peronismo.

Resultados:

En blanco 2.115.861 votos.

UCRP       2.106.524 votos

UCRI        1.847.603 votos.

A pesar de este resultado, por la aplicación del sistema D’Hont, de representación proporcional, la UCRP obtuvo 75 bancas en la convención y la UCRI 77.

El dirigente radical Mauricio Yadarola fue designado embajador en los EE.UU. Poco después, declaró: “La Argentina está nuevamente en la senda democrática”.

29. Muerte del escritor Ricardo Rojas, quien presidía la Convención Radical.

Agosto de 1957

2. El dirigente del Movimiento Cívico Revolucionario, Sánchez Zinny expresó que “quedó demostrado que son minoría los adictos al régimen depuesto…Hace tres años Perón tenía dos tercios de votos del país; hoy no llega a un cuarto”.

4. El Vicepresidente, Isaac F. Rojas, afirmó al diario El Mercurio de Santiago de Chile que, dado el resultado electoral, “el peronismo es una minoría” y que “la democracia argentina ha logrado debilitarlo considerablemente”.

5. La Unión Cívica Radical del Pueblo, reunida en Córdoba, deliberó para la elección del binomio presidencial.

Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas:

Mí querido amigo:

Contesto su carta del 10 de agosto pasado y me alegro al compartir absolutamente sus puntos de vista y apreciaciones sobre las pasadas elecciones argentinas. Es indudable que cierta influencia han tenido nuestros mismos dirigentes que, como Leloir, no han mantenido una línea invariable de conducta en la intransigencia propugnada por nosotros, pero, es también indudable que, las condiciones en que se ha desarrollado todo el proceso electoral, desde la borratina en los registros hasta el fraude descarado, pasando por las violencias denunciadas en las mesas y los engaños de todo género que se han ensayado, los resultados peronistas deben satisfacemos en alto grado porque ponen en evidencia una disciplina absoluta y una organización que debe hacemos pensar que es muy superior aún a lo que nosotros mismos imaginábamos.

Hay que tener en cuenta que, mediante los propios registros peronistas substraídos en la sede central del partido, han podido borrar del registro electoral a los hombres y mujeres que figuraban en el mismo y que suman alrededor de un millón. Que, además de esto, no se han dado los datos de los votos anulados y se desconocen los que simplemente no han concurrido a los comicios y que, en conjunto, pueden apreciarse como muy importantes, aunque los datos proporcionados por la dictadura no permiten formar juicio. A ello hay que agregar los engañados y desviados por error y por la propaganda adversaria y falta de firmeza de algunos dirigentes peronistas. Lo que sumado a los votos en blanco y los que se han visto impedidos de votar por diversas causas deben pasar de los cuatro millones fácilmente.

Un indicio claro de la derrota de la dictadura está en la reticencia con que han proporcionado los datos y la disparidad de guarismos que han trascendido al exterior, lo que significa que hay ocultación maliciosa de los verdaderos resultados, con fines propagandísticos. Si a ello se suma las diversas formas de fraude que se han puesto en ejecución, nosotros podemos colegir que los resultados han sido ampliamente favorables a nosotros y que el electorado peronista está hoy tan firme como en sus mejores tiempos. Esta es una comprobación muy satisfactoria para nosotros que demuestra nuestra cohesión, disciplina y organización, además de la firmeza en la posición intransigente que sostenemos.

No se me escapa que el registro electoral ha sido diezmado desde que, a pesar del aumento vegetativo, ha votado casi el mismo número de electores que en las anteriores elecciones de nuestro tiempo. Ello pone en evidencia el fraude desde «el vamos». Descarto que, además de esas formas visibles, se ha recurrido a todas las demás formas fraudulentas que tanto le conocemos nosotros a los Conservadores que, sin duda han metido aquí su mano. Por todo ello podemos decir que ellos saben mejor que nosotros que esta victoria ha sido a lo Pirro. Estoy seguro que si ellos consiguen engañar a otros, en cambio, saben la verdad que no les ha de halagar mucho.

Una cosa es, para nosotros, decisiva e ilustrativa: Frondizi, que para muchos era el fantasma, ha sucumbido a su propia indecisión, como lo sostuve siempre. El quiso «repicar y estar en la procesión» y la consecuencia de correr tras dos liebres le ha llevado a no alcanzar a ninguna y, en consecuencia, ha quedado derrotado y mal con unos y con otros. Para nosotros la comprobación es saludable porque ahora sabemos que el electorado peronista, si le llega la orden, cumple con lo ordenado.

Otra cosa es también importante conocer: que la dictadura está dispuesta a hacer cualquier clase de fraude con tal de asegurar el continuismo, lo que nos induce a pensar que nosotros no hemos estado equivocados al mantener nuestra cerrada intransigencia en las circunstancias.

He visto las declaraciones atribuidas a Frondizi, en las que promete la amnistía general amplia y permitir mi regreso al país. En resumen soluciones para los dirigentes, sin acordarse que quien tiene graves problemas de vida es el Pueblo. Precisamente, esta es la circunstancia que nos diferencia, para ellos la solución está en los dirigentes, para nosotros, en que se le devuelva al Pueblo cuanto se le ha quitado. Si yo buscara mi solución hace tiempo que la hubiera alcanzado. Estando aún en Paraguay recibí ofrecimientos para que dejara la política a cambio de la solución de todos mis problemas. Yo he contestado invariablemente que, personalmente, no tenía problemas y que seguiría luchando donde estuviera por la solución de los problemas planteados al Pueblo Argentino por la canalla dictatorial.

Nuestra decisión de intransigencia, según se ha probado en las elecciones pasadas, es la única conducta que nos sigue siendo impuesta por las circunstancias que el país vive y los procedimientos puestos en juego por la dictadura que, forzando todo y mediante el fraude más escandaloso, ganará todas las elecciones que se presenten, a pesar que Frondizi siga pensando que le dejarán ganar. Aquí se trata del retorno a 1943, como ha ocurrido en todos los demás aspectos. Concurrir a los comicios que la dictadura proyecta es respaldar la ignominia de nuevas elecciones fraudulentas. Frente a este problema no queda más procedimiento que el de resistir y resistir hasta que la tiranía caiga despedazada por sus propias infamias. Solo así podrá el Pueblo imponer sus designios. Nosotros, los dirigentes, estamos en la obligación de mantener inquebrantablemente la línea trazada en las directivas, con las variantes indispensables y circunstanciales que la situación aconseje.

Pienso que Frondizi mismo ha de estar arrepentido de no haber mantenido su decisión inicial de votar en blanco, que hubiera sido la única manera de defender la verdad y repudiar los fraudes de la dictadura pero, él tiene el pecado original de ser de la «libertadora» además el grave inconveniente de contar con el apoyo de algunos militares y mannos que han demostrado que ya no valen nada para las decisiones políticas en juego. Frondizi, ha sido el culpable de que el repudio haya sido general y que el balance de la elección no haya sido el que la opinión pública del país anhelaba. Todo esto ha ido contra su prestigio y ello puede ser la causa definitiva de su fracaso. Quizá ahora haya aprendido pero, me temo que siga persistiendo en sus anteriores errores o se sume a los que se sienten herederos de la infamia dictatorial. De cualquier manera ellos heredarán también el desprestigio y el repudio popular y, cualquier Gobierno que surgiera de esto estaría irremisiblemente condenado.

Lo que más pierde a los hombres es el apuro de que se poseen cuando prevén la posibilidad de alcanzar el poder, sin darse cuenta que, para fracasar en el Gobierno es mejor ser derrotado antes de lograrlo. Frondizi ha sido víctima de ese error, como lo serán los demás si, como imagino, creen que la dictadura les asegurará un triunfo definitivo. Todos pareciera que creen que después de llegar ellos al poder se acaba la República Argentina. Frondizi tuvo una oportunidad brillante, si en vez de proceder de mala fe lo hubiera hecho con altura y dignidad, en vez de coquetear indistintamente con todos. Si yo hubiera sido Frondizi, me hubiera trasladado a Caracas o hubiera mandado un emisario seguro y de responsabilidad, allí el hubiera propuesto a Perón que repudiáramos juntos a la dictadura mediante el voto en blanco que encabezaría Frondizi públicamente en Buenos Aires, desde que se descarta que Perón no permitiría a los peronistas votar por Frondizi. En cambio, los votos en blanco habrían permitido a Frondizi evitar el papelón y las desventajas políticas de la derrota, a la par que capitalizar para él los votos peronistas, desde que él encabezaba el voto en blanco. ¿Cuál debería ser ahora la situación de Frondizi, si hubiera procedido así?, y, cómo ha quedado ante la opinión pública y para la futura elección?

Hace seis meses, cuando se empezó a hablar de estas elecciones y Frondizi se decidió a concurrir, después de despotricar contra la reforma por el Gobierno de facto, yo predije que sería derrotado, no porque creyera que no tiene más votos que los que pueden reunir los partidos de la dictadura, sino porque entendí que si los tiburones que le acompañan llamaban a elecciones era porque estaban decididos a hacer cualquier cosa para ganarlas. Eso seguirá rigiendo para el porvenir y Frondizi tiene aún la posibilidad de tener un gesto que lo reivindique pero; me temo que su ambición de llegar, malogre esta posibilidad. Su situación actual es muy precaria porque ha traicionado al Pueblo de la misma manera que se ha desprestigiado como dirigente. Si se persuade que la dictadura le hará nuevamente fraude y no tarda en buscar un acuerdo honesto con nosotros para repudiar el proceso electoral en conjunto está aún en tiempo de hacer una buena jugada. Yo creía que era más ducho pero ha demostrado no serio al jugar una carta que podía descartarse que la perdería. El sobrevaloró sus fuerzas y su predicamento sin medir las consecuencias de un fracaso, ahora es tarde para todo.

Esta elección ha sido para nosotros de gran valor porque mediante sus resultados podemos valorar el acierto de nuestra actitud y las posibilidades que tenemos si, mediante un proceder enérgico y racional, mantenemos nuestra línea táctica invariable tras los objetivos trazados, con la firme voluntad de alcanzarlos en el tiempo. En política vale tanto la inteligencia y el acierto como la perseverancia. Es a través de esta última que se alcanzan los objetivos lejanos que suelen ser los definitivos y decisivos. Por eso no debemos apuramos y menos desesperar por apurar los hechos que tienen un ntmo suyo al cual hay que subordinar la acción nuestra. Hay que insistir e la resistencia y en la organización, como asimismo trabajar incansablemente por mantener la cohesión y la disciplina de nuestra gente, estableciendo buenas comunicaciones y enlaces.

Creo que el trabajo que debemos hacer ahora es mucho más difícil pero también más útil de cuanto hemos antes hecho. No creo que por ahora debamos modificar nuestra línea táctica, aunque será necesario revisarla cuidadosamente a fin de obtener las ventajas que surgen de los hechos (campaña electoral y elecciones del 28. Hay que conseguir desde allí los datos reales y fehacientes que nos permitan sacar conclusiones precisas y reales que, a su vez, permitan accionar rápidamente para neutralizar errores y encaminar nuevas acciones destinadas a acumular ventajas. Todo ello impone un trabajo minucioso y profundo que permitirá establecer un plan de acción. Con este plan pasar sin más a la ejecución de las medidas necesarias. Para ello debe contar con el personal y medios. El personal debe buscarlo usted y los medios se los procuraré yo en la medida de mis posibilidades que serán cada vez mejores, debido a los trabajos y acciones que estoy ahora (libre de las anteriores ocupaciones) realizando.

Me parece que será sumamente importante seleccionar minuciosamente el personal de los que intervengan en estas acciones, porque he venido observando indiscreciones y falta de seriedad en mucha de la gente que dice que trabaja. En esto yo ya tengo una gran experiencia. La mitad de las acciones fallan por la indiscreción y falta de tino de los hombres encargados de realizarlas. Muchos de ellos no son malos pero son indiscretos o por lo menos no tienen las condiciones de prudencia indispensables para misiones confidenciales. Otros muestran desde el comienzo su interés en aparecer más que en ser. Algunos actúan metidos en trenzas y círculos perjudiciales que en el mejor de los casos, crean dificultades innecesarias o dificultan todo lo simple. No dejo de imaginar el trabajo que tendrá usted para reunirse de gente capacitada y de confianza, de la que debe desconfiar hasta su total comprobación. Si es necesario, debe hacer concurrir allí a gente bien conocida y capaz para organizar la División Operaciones en forma que sea para usted una garantía en el trabajo.

Por su carta veo a usted precisamente en estas mismas ideas y descarto el acierto con usted ha de encaminar las futuras acciones a fin de dar la pauta de las acciones y encaminar la nueva dinámica emergente de las actuales circunstancias. En ello tendrá gran importancia el aprovechar los múltiples efectos de los defectos y las virtudes que advierte en nuestro Movimiento. He seguido con gran interés todo lo que me relata sobre el período previo a la elección y veo que mucho de lo que entonces se ha realizado se debe a las buenas medidas que usted tomó oportunamente desde allí.

Me alegra mucho cuanto usted me dice de nuestra organización, porque confirma lo que yo pensaba de ella, en contra del escepticismo de muchos. Por eso le digo antes, que ahora se podrá perfeccionar todo, de manera que para fines de año estemos en condiciones de resolver lo que convenga y hacer llegar a la organización la decisión en forma conveniente. No dejaré nunca de insistir que lo que más hay que cuidar es la organización y perfeccionarla constantemente. Esa es nuestra «piedra angular», con una buena organización haremos todo, sin ella no haremos nada. No es suficiente que la gente quiera hacer una cosa, es preciso que pueda hacerla en la mejor forma.

El «resultado de las elecciones», tal como usted lo comenta, demuestra que la dictadura ha escamoteado los resultados para no hacer aparecer su derrota. Pero, ellos conocen la verdad y no se engañan. Nosotros también lo sabemos. Comparto en absoluto las conclusiones a que usted llega en los comentarios de las elecciones, por lo que me evito repetir aquí cosas similares. Una cosa resulta evidente aquí; el fracaso absoluto de la «línea blanda», lo que será de saludables consecuencias para  el futuro. También para los neoperonistas que han podido comprobar su fracaso. Todo será cuestión de tomar las medidas más convenientes para neutralizar cualquier otro intento de desviación y destruir los anteriores que tan negativos resultados han dado.

Sobre el momento postelectoral también comparto totalmente sus conclusione e inquietudes. Para eso debemos trabajar de la mejor manera posible porque indudablemente hay hechos y circunstancias que deben hacemos meditar sobre futuras posibilidades nuestras y de nuestros enemigos. En mi sentir podremos mantener bien la línea táctica de la intransigencia, dentro de la misión impuesta y los objetivos trazados en la acción de conjunto pero, es indudable, que será necesario proceder a estudiar la situación y establecer un plan de acción que nos permita neutralizar lo negativo, afirmar lo conveniente y disponerse a capear lo imponderable que pueda producirse a pesar de toda previsión. A esto es a lo que me refiero antes.

Sobre el «plan de propaganda de la tiranía» por medio de “Pueyrredón propaganda» no creo que pueda influir en lo interno. El problema argentino se ha de decidir en la República Argentina. Sin embargo, será conveniente ir tomando medidas en los comandos de exilados a fin de neutralizar esa propaganda. En Venezuela, todo lo que haga la dictadura contra el Gobierno de Pérez Jiménez será más contraproducente para ellos, porque no hará sino aumentar la discordia existenten’ y ahondar el problema. Este es un Gobierno serio y capaz. En las relaciones exteriores basta ver el papelón que la dictadura hizo para convencerse de que aquí hacen las cosas bien. En los demás países existe también la opinión formada con respecto a la tiranía y nadie se deja engañar por las patrañas de su propaganda. Hay que convencerse que ya los diarios no forman opinión, más bien son motivo de polémica que nos conviene a nosotros, En los Estados Unidos tenemos ya gente trabajando. Sobre el asunto de la extradición espero que en poco tiempo más que de todo resuelto y esta será una nueva derrota de la dictadura entre las muchas que está sufriendo en todos los campos. La internación de los peronistas de Chile espero que no ha de interrumpir nuestros trabajos. De cualquier manera será conveniente que usted se reúna de poca gente segura y eficiente para trabajar en serio, en tanto otros hacen ruido para desviar la atención de la vigilancia hacia otra parte. Creo que toda posibilidad de éxito estriba en que usted pueda trabajar con el mayor sigilo, y la más acentuada prudencia en las formas, porque tan pronto la dictadura vea que se trabaja como antes o mejor, pondrá el grito en el cielo y apelará a todo por evitarlo. De allí a que lo consiga media un abismo pero, es indudable que nos dificultará grandemente si, como estoy viendo, el Gobierno chileno tiene miedo. Si conseguimos que este gobierno tome una actitud como la de Venezuela, sería un gran éxito para nosotros y tal vez al «viejito» le quede algo de lo que tenía. De cualquier manera nada puede ser obstáculo para que nos impida seguir trabajando cada día con mayor decisión y esfuerzo.

Referente a la orientación que creo debemos seguir en la idea estratégica trazada no puede variar por ahora: «DIRECTIVAS GENERALES PARA TODOS LOS PERONISTAS»:

«Misión: Es conveniente aprovechar esta situación de fuerza para salir de ella mediante la fuerza misma, o en su defecto, por la acción política, para instaurar el estado justicialista integral. Ello impone:

a) Luchar con la tiranía mediante la resistencia civil para desgastarla, entre tanto se organizan nuestras fuerzas en la clandestinidad, para luego proceder a la paralización del país y a la toma del poder en cualquier forma, incluso provocando el caos.

b) Previendo todos los casos, por si lo anterior no pudiera realizarse, mantener las organizaciones de nuestra masa cada día con más cohesión y perfección orgánica para que, mediante su persistente acción política, se pueda llegar al Gobierno y desde allí accionar hacia nuestros objetivos».

Esto que fue escrito hace ya casi dos años nos ha llevado a la actual situación que juzgo bastante conveniente para los fines fijados, por eso no creo que convenga sino mantenerla, teniendo en cuenta que si bien hay que asegurar la continuidad operativa en su misión inalterable, en cambio hay que adaptar las formas tácticas a las necesidades de la conducción. Dentro de nuestra misión inalterable hay que obrar tácticamente en forma de neutralizar obstáculos, vencer dificultades y aprovechar situaciones favorables, que posibiliten la mejor realización de la misión. No vaya a creer que, por ser el autor del plan seguido, estoy aferrado a él de manera absoluta, sino que creo que aún sigue siendo lo más eficaz que podemos hacer, como las circunstancias anteriores han demostrado que era también lo más conveniente. Por otra parte, con el objetivo invariable, la directiva es lo suficientemente amplia como para poder evolucionar dentro de eIla con absoluta libertad.

Aún tenemos siete meses por delante antes que una circunstancia decisiva se presente. En ese interrogante pueden producirse muchas cosas y de estas, las más favorables para nosotros, porque la dictadura ya tiene poco que hacer para componerse, en tanto nosotros tenemos infinitos recursos para descomponerla cada día más. En ese espacio de tiempo veremos de provocar las mejores condiciones para paralizar al país y realizar las demás acciones previstas en las «INSTRUCCIONES

GENERALES PARA LOS DIRIGENTES» en busca de una decisión, sin dejarnos desviar de nuestra verdadera misión por las eventualidades de la lucha o los objetivos secundarios que puedan presentarse en el curso de la misma. La misión y los objetivos deben guiamos como la «estrella polar». Durante la marcha podremos detenemos y aún cambiar momentáneamente de rumbo para salvar obstáculos pero, pasados estos, debemos volver con pertinacia invencible al rumbo anterior marcado por esa misión y sus objetivos. Solo así puede hacerse una conducción coherente, manteniendo perseverantemente la intención que nos mueve hacia una decisión final, sin la cual de poco valen los pequeños éxitos tácticos que podamos obtener en el recorrido de un camino tan largo y difícil, en el cual esos éxitos tácticos son solo el medio, en tanto la misión y los objetivos constituyen el fin.

No soy de los hombres que se aferran rutinariamente a preconcebidas concepciones o acciones, desde que entiendo que la acción prefiere el eclecticismo al sistema, pero no dejo de comprender tampoco que sin un plan en el cual insistir con voluntad, resolución y fe, poco puede hacerse en la lucha de voluntades opuestas.

Esta es mi opinión, porque no creo que las elecciones pasadas tengan influencia suficiente como para que nosotros debamos revisar anteriores resoluciones y porque las circunstancias siguen siendo las mismas, apoyadas por los hechos producidos, de modo que tienden a confirmar y no a alterar. 

El estado anímico de la masa, pese a las desviaciones comprobadas, sigue siendo el mismo de siempre. La situación genera(del país no mejora para la dictadura que ha fracasado en lo económico, lo social y lo político. Nuestra organización ha demostrado estar en buenas condiciones tanto en lo político como en lo gremial y ha mostrado también la posibilidad de que todo se pueda mejorar aún más. La resistencia, si no se ha hecho con la intensidad y la extensión requeridas, por lo menos ha funcionado en forma de crear verdadera inquietud a la dictadura y permite prever que todo puede hacerse mejor ahora mediante una organización más perfeccionada. Hasta ahora hemos carecido de medios de todo orden pero todo hace prever que esta circunstancia tiende a modificarse favorablemente. Evitando más menciones, podemos decir que las actuales circunstancias lejos de haber empeorado la situación, la han mejorado sensiblemente para nosotros. De ello se infiere la necesidad de seguir adelante en la línea indicada. Trataremos de paralizar el país en estos siete meses y prepararemos las demás acciones previstas para realizar simultáneamente con esta paralización. Si las circunstancias no nos fueran propicias para realizar lo que prevemos, nada se habrá perdido con intentarlo, desde que aún realizadas las elecciones generales y colocado en el gobierno un hombre del continuismo, no nos quedará más remedio que seguir con la resistencia y la lucha hasta terminar con él. En esto, como antes digo, podrán variar las formas de ejecución, pero el objetivo no cambia.

En fin, estas son mis ideas, tal cual me surgen de las informaciones que poseo y la situación que intuyo. No estoy seguro porque las informaciones son incompletas pero, el haber vivido constantemente la situación que se ha desarrollado en la patria, me permite mantener una línea de continuidad siempre conveniente.

Siendo así, nuestro secreto reside sin duda, en mantener la cohesión de las fuerzas mediante la organización que puede perfeccionarse con el tiempo. Es indudable que surgirán inconvenientes, aún imprevisibles, desde que opera una voluntad  contrapuesta pero es también indudable que nosotros estamos en condiciones de neutralizar por lo menos los más importantes si procedemos acertadamente y perseveramos en los fines perseguidos. La División Operaciones instalada en Chile tiene mayores posibilidades de cuanto hemos tenido hasta ahora y obrando por delegación del Comando Superior, tiene toda la autoridad para proceder. Por eso, usted verá allí que es lo que más conviene y procederá en consecuencia. Siempre estamos en la posibilidad de cambiar ideas respecto a cualquier cosa.

Ha llegado a Caracas un Teniente Coronel Rosales, de quien tengo muy malos antecedentes. Me dicen que trae una carta suya. No lo he recibido aún porque no me gusta el hombre y he preferido hacerlo tantear con otros para después saber a qué atenerme. Se lo haré sabre.

Como aún no ha llegado el emisario prometido, lo estoy esperando con ansiedad, por lo que me dice en su carta.

Le adjunto los documentos que me indica. Referente a los Suboficiales yo les he hecho llegar un saludo a todso por intermedio de uno de ellos que está en la cárcel. Creo que será suficiente aunque tienen mucha razón de estar disgustados, porque habiendo sido ellos nuestros principales defensores se los ha olvidado.

Saludos a todos los compañeros. Un gran abrazo.

PERÓN

8. Mensaje de Juan D. Perón “A los compañeros peronistas”:

Al conocer los resultados de las elecciones pasadas, deseo hacer llegar a los compañeros mi gratitud y mi abrazo. Como estaba previsto, nuestras organizaciones han respondido y la canalla dictatorial sabe mejor que nosotros de su derrota y del repudio popular.

Los que intentaron engañar a los peronistas, han recibido también su merecido. Sabíamos que la dictadura recurriría, como lo ha hecho, al fraude en todas sus formas para asegurar el continuismo. Votar por cualquiera de los partidos, era respaldar el fraude y darle apariencias de legalidad al entronizamiento de una minoría fraudulenta. Nos queda por ver ahora si, los que prometieron, abandonan la Asamblea Constituyente como lo hicieron en 1949, cuando se sancionó la Constitución Justicialista. Allí sabremos si sus declamaciones preelectorales eran sinceras o si se trtaba de una traición más al Pueblo.

El repudio que, a pesar del fraude, ha sido general y patente, indica que el papel que saldrá de esa Asamblea bastardá y fraudulenta no podrá ser jamás la Constitución de los argentinos.

Para los peronistas que votaron por la traición y los dirigentes que no supieron o no quisieron repudiar el fraude, embanderándose en partidos enemigos del Pueblo, nuestra más dura condenación. Ellos no tienen atenuantes, porque el hombre que no defiende los ideales del Pueblo, por resolver sus problemas personales, no merece formar parte en las filas del Movimiento Peronista.

Nuestra intransigencia será aún más firme en el futuro. Es necesario seguir implacablemente las directivas o instrucciones del Comando Superior Peronista. Intensificar y extender las organizaciones clandestinas y fortalecer las sindicales. Nuestra misión es clara y los objetivos serán alcanzados. Sólo así el Pueblo podrá liberarse y la Patria salir del coloniaje.

Compañeros: que cada uno sepa cumplir con su deber y mantener la absoluta intransigencia. Luchar por todos los medios, en todo momento y lugar, para aniquilar a la canalla dictatorial y al continuismo.

Firmado: Juan Perón.

15. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas:

Mí querido amigo:

Por razones que él le explicará, el Capitán Palacio portador de la presente, viauja a Chile con intenciones de quedarse allí. En ese caso podrá serle muy útil porque es un hombre que habiendo pertenecido al Servicio de Informaciones de Aeronáutica con el Comodoro Lapuente, tiene amplios conocimientos en los elementos correspondientes.

Le ruego que, por intermedio de nuestros amigos allí traten de arreglarle la estadía en Chile y buscarle una forma de instalarse allí. Es hombre capaz, de modo quue la vida se la va a ganar fácilmente y creo que podrá trabajar por la causa en muy buenas condiciones y con gran eficacia.

En esta seguimos con nuestras preocupaciones que, por separado, le hago llegar. Con la ruptura de relaciones ha desaparecido aquí el elemento gorila y ahora estamos mucho más tranquilos que antes.

Del resultado de las elecciones recibimos cada día noticias más confirmativas del éxito y nos convencemos cada día más que la dictadura ha tratado por todos los medios de escamotear los resultados de manera de no aparecer derrotada tan contundentemente.

También me llega, por diversas informaciones, la sensación de que en los días que precedieron a las elecciones, hubo en todas partes una gran confusión y nuestra gente no sabía claramente lo que debía hacer. Así, sin duda, habremos perdido muchos votos de los engañados, equivocados o simplemente que ignoraban lo que debían hacer. Esta es una buena experiencia para el futuro, que nos aconseja poner todo nuestro empeño en establecer buenas comunicaciones y enlaces con las organizaciones en todo el país y preparar un sistema de difusión adecuado para las necesidades futuras. Creo que, por ahora, lo más importante es precisamente, establecer la posibilidad de esas comunicaciones.

Creo, asimismo, que debemos hacer una minuciosa investigación de la real situación existente, con el objeto de poderla apreciar, resolver y establecer un plan de acción adecuado si, como me parece, debemos seguir con nuestros planes y objetivos iniciales. De lo contrario, estudiar nuevas formas de ejecución que pudieran convenir a los nuevos sucesos y conveniencias. Por eso espero la llegada del emisario prometido, aunque no hay apuro todavía. Creo que tenemos algunos meses de tiempo para hacerla. En mi sentir nuestra “chance” está en su más óptimo punto y seguirá así por un tiempo relativamente largo, que deberemos aprovechar de la mejor manera. Todo ahora estriba en las posibilidades que nos podamos asegurar y la manera de mejor utilizarlas en la acción sobre la masa y las fuerzas que nos sean afectadas.

Espero que dentro de poco ustedes estarán libres y las cosas podrán tomar el mejor rumbo posible actuando desde allí porque estoy persuadido que desde mil leguas de distancia, como me encuentro yo, es imposible toda acción efectiva y oportuna.

Saludos a los muchachos. Un gran abrazo.

PERÓN

18. Aramburu confirmó el calendario electoral anunciado.

20. El periódico Palabra Argentina, dirigido por Alejandro Olmos, en la sección “Lo que canta el pueblo” reprodujo los siguientes versos:

Somos los muchachos del blanquismo,

Todos unidos triunfaremos

Y como siempre tendremos

Un grito de corazón

¡Viva el León! ¡Viva el León! ¡Viva el León!

El humorista Juan Carlos Colombres (Landrú) fundó la revista Tía Vicenta.

21. Choque en el Río de la Plata del buque argentino Ciudad de Buenos Aires y el carguero estadounidense Mormack Surf, falleciendo más de un centenar de personas.

22. Paro de portuarios.

25. Convocatoria para el Congreso Extraordinario de la CGT.

26. La Confederación General del Trabajo (Auténtica) difundió una Proclama para posicionarse frente a la convocatoria al Congreso normalizador realizado por el Interventor Patrón Laplacette.

Compañeros:

Nuevamente la clase trabajadora argentina está ante la disyuntiva de elegir entre Romualdi o Perón.

El congreso convocado por la Intervención naval que soporta la CGT, está viciado de nulidad absoluta por cuanto sus afiliadas mayoritarias como Unión Ferroviaria, Confederación de Comercio, ATE, UPC, FONIVA, Municipales, Gráficos, etc., etc., acreditarán delegados que fueran designados a dedo por autoridades surgidas por elecciones fraudulentas.

Entre ellos la CGT Auténtica vese precisada a dirigirse a los delegados congresales que realmente representan a gremios donde pese al fraude, puede expresarse la mayoría para advertir les concretamente que su posición es la siguiente:

1°._ Impugnación a las delegaciones fraudulentas.

2°._ Solicitar la inmediata libertad de todos los Compañeros presos.

3°._ No permitir bajo ningún concepto que mercenario marino Patrón Laplacette presida las deliberaciones, ni esté presente en las mismas.

4°.- Las autoridades a regir la futura CGT deberán ser constituidas en base a Compañeros de auténtica representación.

5°.- No admitir reforma Estatutaria alguna que no sea previamente considerada por los respectivos gremios adheridos.

6°.-  Si esto fuera imposible realizarlo democráticamente, los Compañeros deben retirarse inmediatamente para No convertirse en Traidores del movimiento obrero argentino.

7°._ Repudiar la forma de distribución de las invitaciones para presenciar el Congreso dispuesta por el Señor Patrón que impide la presencia de los Auténticos obreros en la barra, permitiendo únicamente el acceso a la misma a los «niños bien» de los comandos civiles armados.

Compañeros, ésta es la posición de los auténticos trabajadores Peronistas. A cumplirla.

Viva el General Juan Perón

CONFEDERACIÓN GENERAL DEL TRABAJO (AUTÉNTICA)

Buenos Aires, 26 de agosto de 1957.

Esta fecha fue tomada como día de la fundación de las 62 organizaciones gremiales peronistas.

27. Chocaron en el Río de la Plata el Barco «Ciudad de Buenos Aires» y el Carguero «Mormacsurf’ con un saldo de 90 muertos.

28. Congreso Nacional Extraordinario de la CGT con 102 sindicatos intervinientes y bajo el control de los “comandos civiles” de la Revolución Libertadora. El oficialismo buscó perpetuarse con la “normalización”. El bloque peronista, merced a las inhabilitaciones, debió improvisar representantes de segunda y tercera línea.

John W. Cooke envió a Juan D. Perón el “Informe y Plan de Acción”.

30. Inicio de las sesiones de la Convención de Santa Fe, presidida por Nicolás Repetto hasta la designación de las autoridades definitivas. Ignacio Palacios Hidalgo preside las deliberaciones y la UCRI mantiene su posición de impugnación de la legitimidad de la convención por boca de Oscar Alende. Progresivamente los representanes de la UCRI abandonaron el recinto, dejando al límite el quórum de la convención. En esas condiciones irregulares se declaró la nulidad de las reformas de 1949; incorpora el artículo 14 de los “derechos sociales” y termina por disolverse el 14 de noviembre.

31.Aramburu declaró que “el gobierno no tiene, hace, ni apoya candidaturas” y afirmó que  “el plan político será inexorablemente cumplido”.

En este mes, Frondizi comenzó su acción proselitista, con miras a las próximas elecciones, acusando de la existencia de un “contubernio continuista” en clara referencia a su antiguo compañero de fórmula, Ricardo Balbin. En su entorno se movían Rogelio Frigerio, Isidro Odena, Marcos Merchensky, Oscar Camilión, Roberto Noble, entre otros muchos.

Septiembre de 1957

1.Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas:

Mí querido amigo:

Contesto su carta, con el informe, que termino de estudiar detenidamente, con las ampliaciones de viva voz que me han servido para amplificar el panorama y me han permitido comprender mejor.

Comienzo por decide que se trata de un estudio tan meduloso, como minucioso y profundo, que no me queda duda alguna sobre los diversos aspectos que trata. Para uno que, como yo, vive la situación, es fácil formar un cuadro exacto mediante sus acertadas apreciaciones y sus ecuánimes juicios. Le felicito, no solo por ello, sino también por la excelente información que posee y la admirable ubicación que, a mi juicio, tiene usted en el problema fundamental que estamos viviendo.

Comparto en absoluto sus ideas y sus soluciones contenidas en el «Informe y Plan de Acción» y creo que se trata de una ajustada resolución y de las más acertadas formas de ejecución que se pueden alcanzar en la actual situación. Mi satisfacción no tiene límites al presenciar la forma admirable con que usted ha encarado este aspecto de la conducción. Decía Napoleón, que el éxito no es, como muchos creen, obra de la fortuna, sino el producto de la previsión y el trabajo. Un éxito se concibe, se prepara mediante un plan ajustado a la realidad, se realiza mediante una lucha acertada en sus decisiones y se explota por medio de una inteligente perseverancia. Todo esto surge claramente de la explicación contenida en su «Informe y Plan de Acción» que no solo apruebo en todas sus partes sino que encomio como demostración fehaciente de sus extraordinarias condiciones de conductor. Queda ahora la tarea de realizado.

Cuando Napoleón estaba en París, en 1795, con el grado de capitán y fuera de servicio por no haber aceptado la decisión del gobierno de pasar al arma de infantería, se produjeron los primeros graves inconvenientes en el ejército de Italia, que la Convención había enviado al mando del general Scherrer, con el objeto de conquistar para la revolución la Italia y mantener a raya a los austriacos, sardos y piamonteses que mantenían el dominio hasta los Alpes. Napoleón tenía 25 años y el viejo Scherrer sesenta y cinco. Scherrer tenía el plan de encerrarse en «La Cornice», de Génova, y allí defenderse, mientras pudiera, de la enorme superioridad numérica de sus tres enemigos separados (austriacos, sardos y piamonteses). Napoleón presentó a la Convención un plan de ataque a través de los Alpes, de manera que metiéndose en medio de sus enemigos, le permitiera batirlos por separado, mediante una maniobra por líneas interiores. Cuando la Convención envió el plan a Scherrer, este contestó que «el autor de ese plan viniera a ejecutado» y así fue: Napoleón nombrado comandante del ejército a los 25 años tuvo la primera ocasión de demostrar los puntos que sabía calzar. Usted está en las mismas condiciones y estoy seguro que los resultados han de ser similares. Cuando Napoleón regresó a Francia, después de las ampañas de 1796 y 1797, ya era dueño de la población de París y poco tardó en que su extraordinario predicamento lo convirtiera en «dueño de Francia».

Usted debe recordar en cada momento, que toda la conducción está en sus manos y que todas las decisiones le pertenecen. Tiene usted la responsabilidad pero también tiene los medios de mejor defenderla. Debe obrar de acuerdo con sus resoluciones y proceder de la manera que usted crea más conveniente y necesaria. A mi me tiene para escudar lo que deba y para jugarse cuando sea necesario como instancia final.

La posición más cómoda es siempre la que puede postergar las decisiones hasta el momento oportuno con la protección de una consulta que le sirva de escudo. Usted puede usar esto sin medida, a su comodidad, para resolver después y oportunamente. En política lo más importante suele ser, en ocasiones, la oportunidad. No hay que olvidar que lo más conveniente es hacer, como dice la vaca, las cosas, ni un minuto antes ni uno después, porque según decía también Almafuerte, «todo enfermo grave tiene cura, cinco segundos antes de la muerte».

La «lección del 28» ha sido provechosa para nosotros y para nuestros enemigos.

Es indudable que ella ha confirmado nuestras previsiones y establecido de una manera indudable que, decida la dictadura a hacer el fraude, todo cuanto pueda preverse y planearse está destruido por esa circunstancia; nada podemos afirmar sobre un supuesto que no se realiza: la legalidad. El amigo Frondizi es quien ha pagado más caro la ingenuidad de creer en la buena fe de sus adversarios y en las palabras de honor de los militares que jamás se han cumplido y jamás se cumplirán sino en la medida que les convenga.

Los cálculos que se puedan hacer sobre los resultados de las elecciones pasadas, son solamente conclusiones subjetivas desde que la dictadura, con una desaprensión inaudita, ha resuelto hacer el fraude en la publicación de los resultados, circunstancia en que ha actuado con una impudicia insuperable. Frente a este cuadro de desvergüenza y de cinismo, é qué podemos nosotros hacer? como no sea desentendemos del problema legal, que no existe, y recurrir a las mismas formas ilegales que se nos ofrece.

Yo tengo la persuasión más absoluta que, decidida la dictadura a dejar un gobierno continuista, tratará de elegirlo por el fraude pero, si a pesar de su intento fracasara en esa empresa, haría un golpe «gorila» y no entregarían el gobierno. Frente a esto, éde qué valdría aceptar la idea de elecciones y aun ganar esas elecciones? si estamos persuadidos que por el fraude o por la fuerza será siempre burlada la voluntad popular.

Es indudable que cada una de esas «victorias dictatoriales» son un nuevo paso hacia el abismo en el que, irremisiblemente, han de caer. Por eso nosotros debemos aprovecharlas de la mejor manera, sin dejamos desviar de nuestros objetivos fundamentales, claramente establecidos, por los que la masa popular está luchando. Las revoluciones sociales tienen una técnica propia. La historia demuestra que esa técnica es imprescindible y que en todas ellas se ha cumplido en una medida variable. La revolución social no ha sido producto de un golpe de estado. El fracaso de la revolución rusa de 1906 es un ejemplo de ello. Aunque el Estado se había debilitado por la pérdida de la guerra ruso-japonesa, la masa no estaba preparada para llevar adelante la decisión interna y las fuerzas zaristas pudieron ahogar en sangre el intento del golpe de mano. Todo ello sucedió porque la revolución social no había creado el «estado de latencia insurreccional» indispensable para aprovechar el éxito del golpe de estado. De ello parece inferirse que lo fundamental de este tipo de revoluciones no es el golpe de estado en sí, sino la preparación adecuada del estado insurreccional. .

El Estado, en todas las gradaciones de su fuerza y popularidad, tiene momentos de estabilidad y de desequilibrio. Los primeros fortalecen las formas y el gobierno resiste bien los intentos de derribarlo; los segundos crean las crisis que todo gobierno tiene cuando se debilita, por cualquier causa, la fuerza del Estado, la popularidad del gobierno y el predicamento de los hombres. En síntesis, al organismo institucional, le sucede lo que al biológico: tiene momentos de salud pletórica y situaciones de debilidad momentánea o permanente según sea el mal que lo aqueja. Cuando un

agente infeccioso actúa en forma latente, cualquier debilidad momentánea puede ser la causa de una enfermedad irremediable. El peligro entonces no está en la crisis, ni tampoco en el agente infeccioso aislado, sino en la conjunción de ambos elementos. La naturaleza en su ininterrumpida acción biológica ha.seguido el camino más racional y lógico: nos ha metido el germen y espera pacientemente el momento oportuno para hacerla actuar. Lo mismo ocurre con la revolución social: hay que crear el germen que no es otra cosa que el «estado insurreccional permanente» y esperar que el Estado se debilite en su fuerza, en este caso, para poner en potencia y presencia el elemento de acción definitiva.

Observe lo que ocurrió en la segunda revolución rusa de octubre de 1917. Desde 1906 hasta 1917 se preparó el estado de insurrección social y cuando la primera guerra mundial debilitó el poder del Estado no fue necesario sino un golpe de Estado, realizado con mil hombres, es decir con audacia y sin fuerza, para hacer triunfar la revolución social más importante de todos los tiempos. Ello se debió, no al trabajo que realizó Kerenski y que aprovechó Trotsky, sino a la acción desarrollada por millones de predicadores que durante diez años actuaron en la preparación del estado insurreccional de la Rusia zarista.

Nosotros debemos seguir esa misma técnica. Tenemos el estado insurreccional. Solo nos falta extenderlo e intensificarlo, como asimismo organizarlo para poderlo aprovechar, como usted muy bien hace notar. En esa situación esperar el momento que ha de presentarse, y no dentro de mucho, en que la dictadura se debilite en forma que permita intentar su aniquilamiento. Mucha gente resiste y sobrevive al cólera, en cambio otros sucumben ante una simple gripe, todo es cuestión de la fortaleza y no creo que la dictadura, en este sentido, tenga muchas posibilidades.

Si las circunstancias no se presentaran como prevemos y un gobierno continuista sucediera a la dictadura, hay que tener en cuenta que si bien heredaría su poder también heredaría sus lacras y sus debilidades, si nosotros seguimos firmes y decididos, todo sería una cuestión de tiempo. En la lucha se vence por inteligencia pero también por perseverancia. Parto de la base de un gobierno continuista porque descarto toda posibilidad de que la dictadura acepte otra solución que no sea la que ya, preconcebidamente, ha establecido. Por otra parte conozco a la gente, sé que el mismo Aramburu será el que haga hacer el golpe gorila, si la situación no se resuelve como él quiere. Yo no caigo en la ingenuidad de Frondizi de pensar que puede «suceder lo imposible». En cambio, creo que lo mejor que puede pasarnos es, precisamente, lo que se está viendo venir, si conseguimos mantener la cohesión y el manejo de la masa.

Es indudable que si las circunstancias fueran otras que estas que antes apunto y se pudiera tener un mínimo de confianza en Frondizi, cosa que descarto, el ofrecimiento transmitido por los emisarios que le han visitado, no sería descabellado del todo. Pero, para nosotros, no hay garantías ni en lo uno ni en lo otro. Embarcarse en semejante empresa de buena o de mala fe, no puede sino acarrearnos nuevos problemas que deberemos sumar a los muchos que tenemos y no arrimar soluciones que no existen en la simulación de una legalidad y ecuanimidad que no podemos esperar de los enemigos que tenemos al frente.

Los pactos políticos entre fracciones adversas son siempre de mala fe, aunque sean convenientes. En el caso Frondizi concurre además la circunstancia de que los votos los tenemos nosotros y él cuenta sólo con «la cornisa», de la cual la dictadura puede empujarlo en cualquier momento y hacerla caer en el vacío. Cambiar votos por «cornisas» no creo que sea un buen negocio, desde que en el hipotético caso que nos dejaran ganar, suprimiendo el fraude, y luego nos entregarán el gobierno, lo que es mucho suponer, quedaríamos en la peor situación y habríamos legalizado la situación de la revolución «gorila» que es lo que persiguen los de la dictadura. No creo que ello pueda suceder pero, aun suponiendo lo imposible, la solución no es buena para nosotros como para correr el albur de exponemos a ser abandonados por una masa que, en su mayoría, tiene una posición distinta.

Sin embargo, pensando en las conveniencias, no conviene contestar prematuramente que no, sino jugar con el tiempo en forma de hacer creer en la posibilidad de arreglo, supeditado a mi decisión ulterior, que usted esperará el tiempo que le sea convemente. En esto será habilidoso aprovechar la circunstancia que se presenta. Establecer las cond!ciones que nos permita asegurar que no tratarán de anarquizar a los dirigentes de la línea blanda y suprimirán todo confusionismo en nuestra gente hasta que usted pueda articular mejor sus organizaciones y sacar a luz los elementos publicitarios de que me habla en su informe, luego siempre habrá tiempo para resolver lo más conveniente. Hay que pensar que aun en el caso de poder llegar a un acuerdo sería ingenuo hacerla desde ya y no esperar el último momento para intentarlo y aunque yo descarto semejante posibilidad podemos, en cambio, utilizar esa circunstancia para ganar tiempo y adelantar gestiones destinadas a neutralizar lo que ellos puedan hacer en el sentido de «ratereamoss votos mediante las maniobras conocidas. No creo que lo logremos a pesar de todo, pero, nada perdemos con intentarlo.

Si Frondizi, no fuera tan torpe como está demostrando serlo, se colocaría desde ya abiertamente contra la dictadura y esa sería la única forma de decidir su situación. Pero, si como está procediendo hasta ahora, pretende ganar los votos de la oposición a la dictadura y mantener con esta las mejores relaciones, es n1uy probable que fracase en las dos direcciones, porque nunca jugará una carta de la magnitud necesaria para ganarse los favores de la masa. Por otra parte, la dictadura no le ampliará «la cornisa», sino que la restringirá en la medida que él no responda a sus insinuaciones, desde que lo tiene solo para legalizar el fraude y dar legitimidad aparente a sus procedimientos a todas luces ilegales e ilegítimos. Si Frondizi se deja engañar por la dictadura será una víctima más de la ingenuidad pero, lo que sería inadmisible es que nosotros nos dejáramos engañar por un engañado.

No creo, sin embargo, que Frondizi sea sincero en su ofrecimiento, sino más bien que esté tratando con la dictadura la forma de llegar a un acuerdo que no ha podido cristalizar antes y que ahora se ha alejado con las últimas maniobras gorilas y la defenestración (como usted dice) de los sucesivos ministros de la Aeronáutica que, aun antes, no representaban garantía alguna, según se ha puesto de manifiesto en los hechos de su destitución y reemplazo. Podemos afirmar que Frondizi, después de las elecciones ha quedado, pese a los votos robados, en las mismas condiciones de Bramuglia o cualquiera de esos «aspjrantes putativos» y su conducta es, por lo tanto, la misma. De la misma manera con que nosotros podemos ver a nuestro tránsfugas debemos acoger a este peronista frustrado, al final hay poca diferencia entre los arrepentidos y los equivocados que se persuaden de ello, lo que aconsejaría tenderles la mano pero con las precauciones necesarias para no caer en emboscadas irreparables.

El único inconveniente puede ser el que Frondizi aproveche las gestiones para hacer creer a los peronistas que estamos de acuerdo y suavizar así las diferencias existentes con el designio ulterior de seguir sacándonos votos pero, todo eso puede conjurarse mediante una conducta habilidosa y oportunas previsiones para evitarlo. La política al final es un «juego de vivos» y, como en todo juego de vivos, gana el que puede pasar más tiempo por tonto.

Hemos con:rersado ampliamente sobre esto con Alicia y ella le podrá dar la más completa información al respecto, como asimismo la hemos recibido por su intermedio en forma de no tener la menor duda al respecto. Como las resoluciones definitivas y las formas de ejecución están en sus manos quiero dejarle la más amplia iniciativa al respecto, seguro que lo que usted resuelva, será también para mí la mejor solución. Las ventajas de la unidad de doctrina nos permitirán en lo sucesivo confiar serenamente en las decisiones que se tomen que, usted ve, que compartimos en forma absoluta en todos los casos.

Muy de acuerdo con lo que me dice referente a los de la línea blanda que corren a plegarse. Es suficiente con haberlos conocido, de nada serviría tomar medidas de revanchismo en ellos. En cambio hay que adelantarse a los que se ocupan de las combinaciones ingeniosas del «partido Blanco», frente nacional, etc., porque eso son los remisos. Lo mejor lo ha mencionado usted: darles trabajo enseguida.

Me parece excelente la idea de organizar una División Operaciones. Con referencia a la carencia de algún personal indispensable, creo que puede solucionarse trayendo la gente que convenga de otra parte. Usted sabe lo que tenemos en otros Comandos Exiliados y puede hacer viajar a los que sea necesario. Sobre las posibilidades de su internación hay que evitarla de toda manera. Con Alicia le envío dos cartas: una para Muñoz Monje y la otra para Ibáñez en las que les pido que no lo vayan a internar a usted y quizá, en el caso que lo hicieran, podría ser a un lugar donde pudiera trabajar igualo mejor que en Santiago. Veremos que resultado da esto. De cualquier manera me parece sensato prever la posibilidad y preparar las cosas para el peor de los casos.

Creo como usted que, cuando se haya articulado orgánicamente el trabajo se facilitará en alto grado. Comparto en absoluto la idea de dedicar lo fundamental de su acción a la organización, los enlaces y la conducción un tanto centralizada de los comandos y organizaciones, tanto en la ilegalidad como en la semílegalidad. Toda circunstancia ha de ser aprovechada, como usted piensa, para asegurar el Movimiento no solo contra la acción directa de nuestros enemigos sino también contra la insidiosa de nuestros dirigentes. Lo primero que hay que hacer es llegar a todos con una palabra mía sobre la necesidad de seguir fielmente lo ordenado por ustedes allí. Ahora yo, con su plan, voy a traducirlo en directivas que haremos llegar con cualquier motivo, pero, en las cuales, se deje bien aclarado la necesidad de alcanzar la mayor unidad de acción obedeciendo ciegamente sus órdenes. Trataré de mencionar en esas directivas al Comando Superior Peronista y hacerle saber que el Comando Superior Peronista es usted y su División Operaciones. Todo se lo mandaré a usted a Chile y de allí saldrá en la forma que usted disponga. Trataré de sintetizar las necesidades que usted enumera y las conveniencias que usted me menciona a fin de servir también de la mejor manera a las modalidades de su propia conducción, a la vez que mandaré por mi cuenta las comunicaciones que sean necesarias para asegurar que nadie tenga dudas sobre la necesidad de seguir al pie de la letra sus órdenes y disposiciones. Si usted cree necesario que haga alguna otra cosa espeto que me lo haga saber enseguida para hacerla. Debe pensar que el que dirige es usted y que yo puedo serie útil de diversas maneras para lo que estoy a sus órdenes. En cada una de sus acciones yo puedo colaborar si usted tiene la previsión de hacérmelo saber a tiempo y decirme en cada caso lo que tengo que hacer de acuerdo con sus ideas que ahora es quien fija la ley en la acción. Solo así podremos asegurar la unidad de acción indispensable y alcanzar una conducción adecuada a las necesidades impuestas por nuestra situación actual.

Yo, en la actualidad estoy trabajando en asuntos comerciales a fin de aparcar los medios necesarios que serán puestos a disposición a medida que vayamos obteniendo los beneficios que esperamos. Por ahora, el amigo Jorge Antonio nos ha auxiliado con algo, pero tratamos de hacer nosotros todo lo posible por nuestra cuenta, porque las necesidades serán cada día más importantes. En Brasil hemos ya organizado lo necesario para comenzar a entrar con armas hacia las zonas litorales y aunque aún todo está en proyecto tenemos muchas y muy buenas posibilidades de hacerlo en la forma más conveniente. Todo está en marcha allí y el doctor Méndez ha trabajado con gran eficacia en todo sentido. Creo que su acción allí será de extraordinaria conveniencia y que los problemas se solucionarán muy pronto ya sea con lo previsto o con nuevas perspectivas que estamos desarrollando por otro lado también en el Brasil. Con referencia a armas y otros elementos que deberán entrar por Chile y Bolivia usted dirá lo que tenemos que hacer porque, si bien por el Atlántico podemos hacer nosotros el abastecimiento, conviene que todo lo que se refiera al Pacífico lo haga usted a fin de asegurar la mejor coordinación de todo.

Le envío un pequeño refuerzo y creo que pronto podré hacerle nuevos envíos. En el futuro la distribución de los medios económicos será también tarea’ suya, desde que es el que mejor conoce las necesidades reales. Yo he enviado hasta ahora fondos para atender muchas necesidades pero estas son tales que si atendiéramos a todas no nos alcanzaría el dinero para las cosas indispensables. Yo hago esfuerzos de toda naturaleza para poder ayudar en la mejor forma. Todos los comandos han recibido algo, poco, pero algo. Al interior sólo he hecho llegar alguna ayuda en total unos cinco mil dólares y creo que para el futuro deberemos hacer cualquier esfuerzo para reforzar esa ayuda de la mayor importancia para los sucesos que se avecinan, pero yo deseo que sea usted quien se encargue de todo esto. Nosotros seremos sus proveedores y usted repartirá de acuerdojcon las necesidades, por que la gente obedece mejor al que da la plata.

Hace un tiempo perdimos una partida de armas que me ofrecieron porque no teníamos la plata necesaria para pagarlas, pero espero poder, en el futuro, conseguir una similar. Sin embargo, usted debe prescindir de esto y hacer por su cuenta las gestiones necesarias al efecto. Lo que se consiga allí tendrá siempre menores dificultades para entrar. En Brasil hemos contratado para que las armas sean entregadas en territorio argentino y ellos corren con todo lo referente al contrabando. Naturalmente cobran más caro pero allí tenemos más posibilidades de obtener dinero que aquí, en la cantidad necesaria.

Asunto González Ruiz; completamente de acuerdo. Yo pienso lo mismo que usted al respecto. Sobre el caso Cesarky estoy en claro.

Mensajes posteleetorales: Usted habrá conocido bien las declaraciones que he hecho para la AP y que se han publicado en muchas partes. Creo que fueron de acuerdo con lo previsto y destinadas a aclarar un poco el panorama que los de la dictadura quieren hacer aparecer como una victoria de ellos para la exportación, ya que en lo interno no engrupen a nadie. Usted debe decirme si conviene que haga yo alguna otra declaración, además de lo que me aconseja contra el revanchismo y la sed de sangre que los enemigos me atribuyen para el caso de mi regreso. No creo tampoco que nadie crea esta patraña porque los que me conocen saben que yo no soy hombre de semejantes acciones, al contrario, los peronistas están creyendo que a mi regreso puedo hacér como siempre: perdonar hasta a los canallas y eso lo temen de verdad. Pero, afortunadamente, en el futuro ya no seré yo quien deba sancionar O perdonar. De lo que si estoy seguro es que los asesinos no escaparán a la sanción que el propio pueblo les aplicará con sobrada justicia. A mí que puede importarme lo que cada uno ha hecho: yo respondo de mi conciencia, ellos responderán de la suya, si es que la tienen.

Muchas gracias por los datos sobre «posibles atentados» que serán bien utilizados aquí. Alicia le informará bien de cómo los venezolanos me cuidan, por lo que le ha pasado a ella. Creo que ha sido un poco imprudente mandarla a la pobre muchacha sin, por lo menos, hacemos un cable anunciando su llegada para esperarla. Se encontró en el aeropuerto sola. Menos mal que es lo suficientemente despierta como para desenvolverse por sí.

Sobre los «militares de Magdalena» no ha habido nada de lo que me dice. Solo he recibido hace un tiempo carta de uno de ellos en la que me decía que allí todos estaban firmes y que me saludaban con el mayor afecto y peronismo.

El Teniente Coronel Rosales llegó a esta y habló conmigo. Yo lo mantengo conectado por intermedio del grupo militar. No traía nada serio. Creo que anda en otras cosas. No creo que sea hombre de confianza para ser utilizado aquí en ninguna forma. De cualquier manera estará en manos del equipo militar de aquí que es muy bueno y trabaja conmigo.

Prato. No es la primera cosa que respecto a mi conflicto con la iglesia me llega en estos últimos tiempos. También aquí me han tanteado por cuenta del Obispo de Caracas. Yo sigo sosteniendo la verdad: yo no tengo conflicto con la iglesia ni nunca lo he tenido. Sobre la pérdida del aprecio popular es todo culpa de ellos y son ellos los que deben volver sobre sus pasos, lo que me parece un poco difícil después de lo que han hecho. Sin embargo creo que nosotros no debemos echar más leña en la hoguera. Sin duda los curas están viendo lo que se viene y quieren colocarse en una situación que les salve de toda posible represalia por parte del Pueblo. A ellos nunca les ha interesado el amor de los humildes pero sí les interesa sobre toda otra consideración su tranquilidad y seguridad personal. Es un buen indicio porque, para esto, los curas han demostrado siempre una nariz especial.

Operación Belfast. Me parece muy bueno todo lo que me dice a este respecto. Hay que tener cuidado con Kelly que es un gran muchacho pero necesita que, de cuando en cuando, le tiren un poco de la cola. Es un hombre demasiado útil para exponerlo inútilmente pero, estoy seguro que si él dirige, todo saldrá bien porque posee lo necesario para toda empresa arriesgada. Habrá que apreciar oportunamente si la conveniencia es directamente proporcional al éxito que pueda obtenerse. Le ruego que le transmita mi gran abrazo.

Hágale llegar a Figuerola mis saludos y mi agradecimiento.

Castro: estuvo aquí hace un tiempo y llevó muchas cosas para la gente de Buenos Aires, incluso un poco de dinero. Yo no le quise dar una credencial y le dije que se la pidiera a usted allí, porque quería precisamente evitar los influyentes que desean actuar al margen de lo que usted debe dirigir. En cambio, le dije que debía tomar contacto con usted a la mayor brevedad y que en el futuro debía entenderse en la misma forma para todas las cosas de! Movimiento. Es un buen elemento, decidido

y capaz, que actuará mucho mejor si se conecta con usted y con el resto de la organización.

Me parece que será muy conveniente la declaración que usted hará sobre los bienes de ALEA y de la FUNDACIÓN.

Alicia lleva todas las cartas que, con tan buen juicio, juzga conveniente hacer llegar a los distintos «puntos» como asimismo he conversado a ella los asuntos que, en detalle le podrá informar.

Saludos a todos los compañeros

Un gran abrazo.

JUANPERÓN

4. Concluyeron las sesiones del Congreso extraordinario de la CGT, frustrándose el objetivo gubernamental. En la votación se impuso la Intersindical con 291 votos sobre 188, derrotando la intervención militar. El Congreso se rompió y dio lugar a la creación de las “62 organizaciones gremiales peronistas”. En la oportunidad fue cantada a capella la Marcha “Los Muchachos Peronistas”.

Perón le escribió una carta al P. Hernán Benítez, desde Caracas:

Mí querido amigo:

Al terminar la etapa que podríamos llamar del “fraude constituyente” deseo hacerle llegar mi saludo y mi palabra, como auno de los que trabajaron ron para alcanzar los resultados que, pese al fraude, demostraron un estado de opinión lapidario para la canalla dictatorial.

Sé bien que no conoceremos nunca los resultados reales de esa farsa, pero sé mejor aún que ellos la conocen en toda su elocuente realidad yeso me basta. Sería inútil hacer cálculos subjetivos ya que conocemos una ver­dad: el Pueblo sigue firme pese al fraude, a las masacres y los fusilamientos. Las torturas y el terror no han sido capaces de doblegar al Pueblo y la mística ha resistido, en las peores condiciones, una prueba de fuego. Eso me satisface.

Las elecciones, en cambio, nos han dado una pauta definitiva para el futuro: en cualquier elección se hará fraude. La dictadura no puede ni quiere ofrecer al país sino una legalidad fraudulenta. Se ha decidido dejar un Gobierno continuista mediante cualquier procedimiento. Lo hará por el fraude o la violencia, como lo ha hecho todo. Si llama a elecciones hará fraude y, si aun mediante este arbitrio, no consiguiera imponer su voluntad, dará un golpe de estado «gorila» y tratará de perpetuarse. Ese golpe ya está decidido para ése o cualquier otro caso necesario. Sería ingenuo de nuestra parte no comprenderlo así.

Frente a esas condiciones creadas, nuestra conducta no puede ser otra que enfrentar la realidad. Sólo Frondizi puede creer lo contrario, porque él juega a dos cartas: mientras trata de robarnos votos a nuestro Movimiento, mendiga a la dictadura la posibilidad de que lo dejen actuar, esperando que le dejen ganar, sin percatarse que su suerte está ya decidida. Su frenético deseo de ser Presidente lo ha perdido. Está vetado por la dictadura y nuestra gente sabe que es también un enemigo. Estoy convencido que Frondizzi no será nunca aceptado por la dictadura, porque para ella es peronista, y nuestra gente no lo puede aceptar porque ha sido de la «libertadura».

Nuestra acción es simple: debemos seguir en el camino emprendido. Las elecciones son para nosotros un hecho más de la dictadura, que no puede cambiar nuestros planes, ni modificar nuestras anteriores decisiones. Se impone, en cambio, intensificar y extender la organización, perfeccionar los enlaces y mantener una conducción más centralizada; todo ello encaminado a mantener la cohesión de la masa para hacerle llegar las directivas dirigidas a mantener la unidad de acción indispensable. A ese efecto, como la distancia hace imposible mi acción directa, el compañero Doctor John W. Cooke, tomará la conducción desde Chile y se encargará de reemplazarme. El mantiene permanente contacto conmigo y sus decisiones son las mías. Así lo hemos hecho saber a todos los organismos partidarios y agrupaciones sindicales.

Le ruego, en consecuencia, que haga saber a todos nuestros amigos y compañeros esta decisión, a los fines de una conducción más ajustada a la realidad y necesidades actuales. El Doctor Cooke comunicará en el futuro las decisiones y directivas del Comando Superior Peronista y él debe ser obedecido. Nadie más puede invocar esa autoridad y menos aún mi nombre para el manejo y conducción de nuestras fuerzas.

Veo en las aventuradas iniciativas el terrible peligro de una confusión futura. Los que sueñan con formar nuevos partidos están fuera de la realidad y apoyan solapadamente a la dictadura en su designio de dar apariencias de legalidad a un acto ilegítimo y fraudulento que prepara para lograr un escape político que no tiene por otro camino. Hacerle este juego a la canalla dictatorial es toda una traición al Pueblo y así lo denunciaré en su hora. Nunca más que ahora es necesario “cerrar filas” en el Peronismo. El confusionismo es dictatorial y de los que desean pescar en río revuelto: hay que oponerle un frente unido y una masa cohesionada, lo que ya está logrado, sólo falta apoyarlo y propugnarlo por todos los medios.

Un gran abrazo.

Juan Perón.

6. El gobierno reiteró la limitación al derecho de huelga.

Comunicado de los “congresales de la CGT que no se retiraron” a los trajabadores

Ante versiones antojadizas, propaladas con evidente propósito de confundir, las organizaciones que no se retiraron del Congreso Extraordinario de la CGT, cumplen el deber de desvirtuarlas.

Para rebatir dichas inexactitudes publicadas con sospechosa complicidad periodística y en defensa de la verdad y de los intereses de nuestra clase, reproducimos las razones determinantes que produjeron el impasse del mencionado Congreso:

El abandono del recinto de las delegaciones encabezadas por Corral, de la Unión Ferroviaria; Marcovechio, de Empleados de Comercio; López Osornio, de Personal Civil de la Nación; Núñez, de

FONNA; Marotta, de Gráficos, etc., etc., tuvo su origen en el fracaso del despacho en mayoría de la Comisión de Poderes.

Este despacho pretendía justificar la anormal convocatoria del Congreso y legalizar sin discusión credenciales que podían estar viciadas de nulidad ante impugnaciones existentes.

El día 4 de setiembre al ser derrotado dicho despacho por 298 votos contra 291, quedó abierta la posibilidad de una investigación. Cabe aclarar que todas las organizaciones que luego se retiraron, habían votado el despacho en mayoría mencionado.

Aprobada una moción previa por unanimidad, que fuera retenida indebidamente por cinco días en la mesa de la presidencia de «facto», dio como resultado la creación de la Comisión Veri-cadora.

Por unanimidad se resolvió de inmediato pasar a cuarto intermedio hasta el día 5 a las 14 horas, quedando todos los delegados de acuerdo, que al reanudar las sesiones, se daría mandato de inmediato de dicha Comisión. Nada hacía prever que en esas pocas horas de la que iba a producirse una extraordinaria transformación en el criteri0 de quienes por unanimidad votaron y se comprometieron a delimitar facultades y mandato a la Comisión Verificadora.

Abierta la sesión del día 5, se observó un inusitado levantamiento de manos. Todas las delegaciones que luego se retiraron, se anotaron simultáneamente para usar de la palabra. Lejos estaba el pensamiento del resto de los congresales, que a los pocos minutos se rompería  el Congreso, ante un actitud que evidentemente fue planificada de antemano e inspirada en la oscura intención de una maniobra.

Triste maniobra para los intereses de la clase trabajadora que espera, necesita y reclama de este Congreso soluciones inmediatas, siquiera mínimas, a los angustiosos problemas que la afligen.

Nada hizo la presidencia de facto para evitar esa rotura del Congreso. Ni siquiera invitó a la reflexión ante un hecho de tamaña magnitud.

¿Por qué no invitó a la reflexión Patrón Laplacette?

¿Por qué si 60 de 98 delegaciones que involucran 360 delegados (amplia mayoría), quieren deliberar, no citó a sesión para el día siguiente, violando las normas legales de su propia convocatoria?

¿Qué ocultos intereses lo inducen a obrar así?

9. El dirigente gremial metalúrgico Roque Azzolina, recuperó la libertad tras un fallo que lo absolvió de culpa y cargo, tras dos años de prisión.

El semanario Mayoría, orientado por Tulio Jacovella, publicó en tapa la foto de Isaac Francisco Rojas entregando un mástil con la bandera nacional al Secretario de la CGT José Espejo, citando el antecedente del semanario de Bahia Blanca Surestada que lo había hecho público en noviembre de 1955.

Nueva Consigna reemplazó al periódico Consigna, clausurado por violación del Decreto 4161. Dirigía la publicación Osvaldo Méndez.

10. El periódico Palabra Argentina, dirigido por Alejandro Olmos, reprodujo los siguientes versos en su sección “Lo que canta el pueblo”:

Nunca te olvidaremos…Nunca…

Infinito héroe de una gran causa;

Avanzaremos sin prisa, pero sin pausa

Para ahogar la traición; para dejarla trunca.

Nunca te olvidaremos…Nunca…

13. Fueron detenidos los Generales Franklin Lucero y Miguel Gamboa.

16. El Coronel Mercante, desde Montevideo, envió un Mensaje al pueblo argentino, al cumplirse dos años del golpe militar. Decía:

Nuestro movimiento sigue siendo el albergue natural del hombre argentino que mantiene confianza inconmovible en el destino de la Nación; albergue natural de ese criollo obstinado en el propósito de realizar una Patria justa para todos sus ciudadanos, y libre y soberana frente a las demás naciones.

Pero nuestro movimiento, que en 1945 fue espontáneo, vocinglero, alegre y generoso –como todas las manifestaciones del pueblo- ha recibido en el presente su bautismo de sangre, tiene sus mártires y proscriptos, ha sido humillado y escarnecido.

Me dirijo, pues, como viejo amigo, a esos millones de compatriotas subyugados y vejados pero que mantienen la firme decisión de continuar la lucha hasta lograr la victoria definitiva de nuestro ideal de emancipación nacional y popular. Y a ellos les digo en primer término, que debemos revigorizar los credos esenciales que por el esfuerzo del pueblo iban cobrando realidad en la vida argentina; realizaciones éstas que ahora se hallan en trance desaparecer.

A continuación convocaba a la unidad del movimiento y apertura ante tendencias ideológicas que habían dado flexibilidad a la “Revolución Nacional”, convocando a la construcción de un frente y a la realización de un balance autocrítico de la experiencia pasada.  Reafirmando las tres banderas insistía con la necesidad de unidad para enfrentar a la oligarquía que hizo de la Patria “una colonia de un imperio expoliador”.

Peña Lillo publicó la segunda edición de la Historia de la Argentina de Ernesto Palacio. El autor, aunque había sufrido un severo accidente en noviembre de 1955, actualizó la obra incluyendo unas breves notas sobre el significado del peronismo en línea con la reevaluación que hacían los autores nacionalistas de esa experiencia.

17. El periódico Palabra Argentina, dirigido por Alejandro Olmos, reprodujo los siguientes versos en su sección “Lo que canta el pueblo”:

Tu güelta vivo esperando

y a pesar de la tardanza

acaricio la esperanza

de que me sigas amando.

18. El gremio telefónico realizó protestas contra el traslado inconsulto de los trabajadores, por reclamo de aumento salarial y contra cesantías y detenciones de sus afiliados, trabajadores, delegados y colaboradores. El gobierno intentaba trasladar la jornada de trabajo de 35 horas semanales corridas a 45 discontinuas. La dictadura militar suspendió la personería gremial de FOETRA. Se desenvolvieron sabotajes. La huelga se mantuvo por espacio de 72 días.

Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas:

Mí querido amigo:

El compañero Agustín T. Puentes ha pasado unos días conmigo en Caracas y hemos conversado largamente referente a todos los asuntos que nos interesan. Usted sabe que este compañero es uno de los hombres que desde hace dos años trabaja conmigo desde el Paraguay y, probablemente el peronista que tiene mayores y más importantes conexiones en todo el Litoral de la República, como asimismo en Tucumán, etc. Conoce muy bien la situación en el Nordeste Argentino, es un campañero serio y de toda mi confianza. El ha tenido credenciales como jefe del Comando Exilados en Paraguay y ha manejado allí las cosas, manteniendo la prudencia indispensable, que le ha permitido sobreponerse bien a todas las trabas que la dictadura le ha querido crear en su exilio. Puede usted confiar ampliamente en él.

Puentes tomará contacto con usted allí a los fines de coordinar de la mejor manera las acciones que debemos llevar adelante en el futuro y creo que le será de gran utilidad este encuentro. He aprovechado su viaje a esa para entregarle el adjunto manifiesto, dirigido al Pueblo Argentino, en el que he tratado de resumir lo más importante y fijar una conducta para la acción común. Como no deseo interferir en su acción, le ruego que me haga llegar su opinión al respecto, corregir lo que crea oportuno, agregar lo que le parezca indispensable, etc., de manera que podamos enseguida hacerla llegar, por su intermedio a todas partes. Si le parece oportuno y bien, yo haría tomar aquí unas películas en las que aparecería yo leyendo este manifiesto y le mandaría las copias que fueran necesarias, como una forma de asegurar la autenticidad del documento que, simultáneamente podría difundirse por otro medios escritos y grabados magnetofónicarnente, Usted dirá.

No he querido ser más extenso porque es necesario pensar en la comodidad de transmitirlo por todos los medios. Sin embargo podría agregarse lo que usted creyera oportuno a los fines de su mayor eficacia.

Puentes lleva también un giro que ha sido lo más que hemos podido juntar aquí. Espero el resultado de nuevas cosas para poder disponer de mayores posibilidades.

Tenemos en marcha gestiones que nos aseguran que no siempre hemos de ser pobres. A ellas me confío y espero.

Por las noticias que recibimos la situación de la dictadura no parece que ande muy bien y los compañeros parecen dispuestos a hacerle pasar algunos malos ratos. Creo que comenzará una época más propicia y que será posible en el porvenir ajustar un poco más la cosa.

Me llama la atención lo que tarde en decidirse el famoso proceso de ustedes y temo que haya algún acuerdo para detener las cosas. Yo no tengo nada de confianza en los amigos de allí que son tan poco decididos.

Puentes le podrá informar lo que hemos conversado por eso evito repetirlo aquí.

Un gran abrazo.

JUAN PERON.

19. Raúl Damonte Taborda, director de Resistencia Popular, detenido por infligir el Decreto 4161.

20. Los Empleados de Comercio hicieron abandono de sus tareas en repudio al “capitalismo libre empresista” alentado desde el gobierno.

23. Fueron decretadas medidas de fuerza por las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas, tras una reunión en la Federación de Luz y Fuerza de la Capital Federal, en la que elevaron un petitorio al gobierno.

27. Desarrollo de la huelga convocada por las 62 organizaciones gremiales peronistas. Se produjo un alto acatamiento de las bases.

El periódico Nueva Consigna reprodujo el poema anónimo titulado “Cárcel”:

Aquí están mis amigos, mis hermanos

y el muero gris de torres almenadas;

aquí están los que el odio ha sepultado

y el miedo cuida con miradas largas…

Aquí están…Son horribles cancerberos

ladran sobre los muros y las tapias;

probaron carne humana y se cearon

en la carne del pueblo desgarrada…

Dos años van….Dos años que se miden

con el reguero de su inmunda baba.

Pero ellos gozan, canes del infierno

viven y mueren en su propia infamia.

Los que no mueren nunca aunque muriendo

estén entre las rejas y murallas

son esos, mis amigos, mis hermanos

que viven con la vida de la patria.

Todo el país es la prisión del pueblo;

y el muro gris de torres almenadas

solo es símbolo triste de la cárcel

labrada contra el pueblo por la infamia.


Octubre de 1957

Envío de una carta de Perón desde Caracas dirigida a “los compañeros peronistas”.

Octubre de 1957

Compañeros Peronistas:

«Unidos Venceremos». Nuestro Movimiento no puede ser destruido por la fuerza o el fraude, si mantiene la resistencia insurreccional y extiende e intensifica su organización. En la lucha de voluntades triunfa el que es capaz de mantener una ‘voluntad firme y decidida hasta el fin.

La Tiranía, fracasada y sin ideales, se desintegra debatiéndose en la descomposición y la anarquía. Las únicas fuerzas unidas por una causa y un ideal son las del Pueblo. Estos dos procesos avanzarán sin detenerse. Es menester esperar el momento oportuno para accionar. Entre tanto, la resistencia por todos los medios, en todo momento y lugar, debe ser la norma.

La Dictadura hará el fraude o tentará perpetuarse mediante la simulación de un golpe de Estado. Frente a eso, sólo nos queda el camino de la insurrección para enfrentarla. La salida violenta es, pues, la única salida. Toda acción política es contraproducente y confusionista. Nada se conseguirá, si antes no se aniquila a la canalla dictatorial y dispersan sus fuerzas.

La conducta de absoluta intransigencia es la única compatible con la misión que nos hemos impüesto y los objetivos de nuestra causa, Los que, con cualquier argumento, pretendan apartamos de ella, son traidores solapadamente al servicio de la Tiranía. No menos traidores son los dirigentes que, en estos momentos, buscan dividir nuestras fuerzas mediante la formación de partidos neoperonistas o los que trabajan por atamos al carro de nuestros enemigos políticos que, insidiosamente, simulan una oposición a la dictadura.

Nuestra conducta es clara: resistencia, organización y preparación para la acción decisiva. Contribuir, mediante esa resistencia, al desgaste y putrefacción de la canalla dictatorial. Cada día que pase, la solución se acercará, si sabemos accionar en forma de ir cercando al enemigo para aniquilarlo cuando la ocasión se presente. Hay que minar sus fuerzas y preparar a nuestros hombres para someterlas y reemplazarlas.

La acción gremial debe continuar su eficaz acción de perturbación y preparar la paralización total. La acción insurreccional debe cooperar con las fuerzas gremiales, organizar la revuelta y estar listas con decisión y heroísmo, todo llegará a su hora. El patriotismo del Pueblo trabaja incansablemente para lograrlo, El año 1957 debe ser la tumba de los tiranos.

La misiva fue distribuida por  Comandos Revolucionarios Peronistas

2.Estalló un petardo en la puerta de la residencia del doctor Ricardo San Millán, último secretario del Partido Peronista.

4. Paro de los empleados de Seguros, los bancarios, los obreros de la carne y el Frigorífico Swift. El Gobierno decretó el estado de sitio y detuvo a 280 dirigentes.

El gobierno militar declaró el Estado de sitio para poder combatir los sabotajes que siguieron produciéndose de manera continua. En ese marco, los sindicatos denunciaron la detención de 270 delegados gremiales.

5. Huelga en el frigorífico Swift de Berisso. Por la detención de dirigentes pararon obreros de la carne, bancarios y empleados de seguros.

10. Aramburu recibió a una delegación de veinte gremialisas preocupados por el incremento del costo de vida, que estimaron en el orden del 30 % en el último año.

15. Estalló un petardo en la casa del General Iñiguez.

Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas:

Mí querido amigo:

Aprovecho el viaje del amigo Dr. Ventura y Mayoral que me ha visitado por asuntos profesionales para hacerle llegar, con esta carta, mis afectuosos saludos. Hace ya un tiempo que no tengo noticias suyas directas pero, por los diarios que recibo de Buenos Aires, estoy viendo que usted ya ha comenzado a tomar medidas sobre los asuntos partidarios. He leído en varios de ellos la recomendación que publican sobre la necesidad de dedicar toda la actividad a extender e intensificar la organización, como asimismo a mantener la unidad y unión del Movimiento Peronista. En el mismo sentido, yo por mi cuenta, hago llegar también a todos los peronistas las mismas consignas a fin de mantener la cohesión partidaria tan indispensable en esta etapa que estamos viviendo. La visita de Puentes y otras personas que han estado aquí, me han servido para mucho en el sentido de la conducción que usted está realizando desde allí.

Como me han hecho llegar noticias sobre pequeñas resistencias que se manifestarían respecto a la conducción desde Chile, con la protesta de que todos están prontos a obedecer mis órdenes y seguir mis orientaciones, he insistido en la necesidad de que si es así, obedezcan ciegamente sus órdenes, ya que usted es el Jefe de la División Operaciones adelantada en Chile, pero que obra bajo mis órdenes e inspiraciones. Que todo se ha dispuesto así porque yo no me puedo llegar hasta la frontera y desde mil leguas de distancia no puedo conducir personalmente con oportunidad y rapidez, como es de desear en estos decisivos momentos de los acontecimientos. Creo que todo va a andar bien porque la gente comienza a comprender la cosa y a obedecer. En ese sentido debe usted obrar con toda seguridad.

A los que resulten remisos ya los iremos poniendo en la línea. La cuestión estriba precisamente en no dispersar a la gente, sino en hacerlos absolver posiciones y colocarse en la línea intransigente, con la aclaración bien clara y precisa que los que no están en la intransigencia absoluta y cumplen las directivas e instrucciones del Comando Superior Peronista, no son peronistas aunque lo digan, sino traidores solapados del Movimiento. Hay mucha gente que ahora quiere bañarse en aguas delJordán volviendo al Movimiento y manifiestan su posición en la intransigencia, creo que sería un error rechazarlos sin más. Creo que es necesario no echarlos sino obligarlos a trabajar en la intransigencia y dentro de las directivas que impone la misión. Cuando todos estén en claro sobre lo que impone nuestra conducción nadie podrá engañar a nadie y no le habremos dado pretexto a ninguno para que se sienta desplazado por nosotros.

He aprovechado también el viaje del Dr. Ventura y Mayoral para hacer llegar una carta a todos los peronistas en el sentido de la necesidad de mantener unido al Movimiento, activar la organización y extenderla en la mayor medida posible, como asimismo mantener las líneas trazadas por las directivas e instrucciones del Comando Superior Peronista que tienen hoy la misma actualidad que cuando fueron impartidas hace un año y medio, debido a que la situación no ha cambiado para nosotros, para nuestros objetivos y para nuestra misión. Insistir en el cumplimiento de ellas es de fundamental importancia en los momentos actuales para una mejor cohesión del Movimiento porque la organización y el aglutinamiento se hacen siempre mejor cuando existe una misión que cumplir que cuando se lo busca en indeterminada razón.

Es muy importante por lo que veo realizar una verdadera unión con los gremios obreros, de manera que los dirigentes de las organizaciones políticas se persuadan que en los momentos actuales y dentro de nuestros planes, nada hay más importanle que la acción de los sindicatos, desde que ellos son los que tienen la palabra y la tendrán aún con mayor importancia en los momentos más decisivos de nuestra acción final. Los políticos que creen que ellos pueden, como hace quince años decidir las cuestiones del Movimiento con cabildeos y combinaciones teóricas, basadas en consideraciones subjetivas que no se realizan, están muy equivocados. Es necesario llevar a la mente y persuasión de esa gente la necesidad de ponerse en la realidud y dejarse de andar macaneando con cuestiones intrascendentes e inoperantes de la pequeña política criolla, para trabajar seriamente en las cuestiones fundamentales como son el mantenimiento de la intransigencia impuesta por la masa y el  cumplimiento de la guerra sin cuartel y sin descanso a la dictadura en todos los losterenos, a toda hora y en todas las circunstancias.

Veo que la dictadura en estos momentos se encuentra abocada a una difícil situación frente a los conflictos obreros evidentemente provocados por nuestra gente aunque con el pretexto del alto costo de la vida, el decreto de reglamentación del derecho de huelga, el estado de sitio, etc., es necesario que todos los que actúan en la parte política y las organizaciones clandestinas de todo orden se pongan a trabajar en apoyo de los trabajadores sin contemplaciones, buscando la absoluta unidad de toda la lucha en todos los terrenos. Esta es la manera efectiva de alcanzar la unidad que buscamos y de ir dejando las cuestiones secundarias para entrar en las fundamentales.

Es indudable que la canalla dictatorial se encuentra absorta ante el recrudecimiento de la agitación y no se anima a seguir aplicando la violencia con el rigor de antes porque se ha dado cuenta que ya a esta altura es imposible resolver los problemas con la fuerza y menos aún con la violencia. Comienza a ser más peligroso para nosotros si lo entiende así porque entonces comenzará a actuar con la reflexión y no con la pasión. Sin embargo, como los problemas no tienen solución, es muy probable que fracase ahora con la persuasión como antes fracasó con la presión. Nosotros podemos hacer que se intensifique la lucha en todos los casos como una forma de impedir cualquier solución que pudiera interferir el camino que seguimos.

No creo que se llegue a las elecciones si el fraude se pone difícil de realizar por los gorilas. En ese caso, si no pueden realizar el fraude, simularán un golpe de estado en connivencia con Aramburu y Rojas, para tomar la decisión de quedarse mediante una dictadura sin límite. En ningún caso podrá triunfar el «juego limpio», o habrá fraude o habrá golpe de estado. En esas condiciones nosotros debemos decidir ya la conducta a seguir que no puede ser otra, en mi concepto, que seguir la resistencia, recrudeciendo las acciones, extendiendo e intensificando la organización, con los objetivos indicados por las directivas e instrucciones y con la misión fijada en las mismas. Por eso creo que esas directivas e instrucciones vuelven a tener ahora gran importancia y, por otra parte, unifican las acciones en forma muy conveniente. Tengo la impresión que la gente las conoce pero que no las han penetrado suficientemente.

Estoy compilando un trabajo sobre la situación argentina después de dos años de dictadura, en el que utilizo las publicaciones de los mismos gorilas que hoy están en contra de los otros gorilas, para deshacer todas las mentiras que antes dijeron en lo económico, en lo político y en lo social. Es una cooperación más para sacar la careta a estos falsarios, utilizando sus propias palabras, de manera que en el exterior se los comience a juzgar como 10 que realmente son: calumniadores y falsarios indecentes. Creo que será de utilidad porque lo vamos a difundir de manera conveniente. Le mandaré a Chile en cuanto lo haya terminado e impreso.

Sobre la situación de Chile, sigo todo el «merengue» que se ha armado allí con motivo de la fuga de Kelly y las consecuencias que el hecho ha tenido en la tranqui!idad de ustedes. Me parece que los partidos políticos y diarios de la oposición estan aprovechando fuera de medida el acontecimiento para hacer escándalo que, al final será desfavorable para ellos mismos. Creo también que de parte de nuestra gente ha habido un poco de falta de prudencia y un exceso de indiscreción. Yo no entiendo que los exilados se presten para una gran publicidad porque ello, en caso alguno, les puede ser favorable para el trabajo que deben realizar y menos aún para su predicamento personal, desde que todos los diarios, de una manera u otra, resultan al final realizando una acción inconveniente para lo nuestro.

Decía Martín Fierro: «el que gana su comida, bueno es que en silencio coma. Ansina vos ni por broma quieras llamar la atención, nunca escapa el cimarrón si dispara por la loma». Creo que, en nuestra situación, debemos hacer mucho caso a esta sabia recomendación de Hernández porque en tierra extraña no es precisamente donde nos conviene ponemos en situación de ser atacados ni defendidos, sino pasar lo más desapercibidos posible, como para hacemos perdonar las molestias que causamos. Yo, en Caracas, donde cuento con millares de amigos decididos y leales, con la simpatía popular y la benevolencia de las autoridades me he cuidado muy mucho de no aparecer luchando. He tratado que todos crean que no hago nada y que los ataques del Gobierno Argentino son todos injustos y gratuitos. Nunca me he prestado para reportajes ni publicaciones que me persiguen desde que llegué, ni he permitido que se publiquen cosas sobre mí. Ello me ha proporcionado la posibilidad de hacer hoy lo que se me ocurra sin peligro alguno.

Nuestra gente en Chile se ha prestado para todo y ha procedido con inaudita indiscreción e imprudencia, por el maldito deseo de aparecer, más que de ser y ello refluye hoy contra todos ustedes que necesitan tranquilidad y olvido de la gente chilena. Este caso de la evasión ha servido para que nuestros enemigos allí le saquen un gran provecho en perjuicio del General Ibáñez que, pese a todo, es nuestro amigo: Creo que usted debe imponer allí la más absoluta prudencia en el porvenir impidiendo toda clase de indiscreciones a los que trabajan realmente. No importa que los que «hacen que trabajan» sean indiscretos e imprudentes porque ellos se encargaran de desviar la atención pública sobre ellos y así usted podrá trabajar tranquilo con los que realmente sirven. El hombre que se hace conocer demasiado está quemado para nuestro trabajo actual, tanto en Chile como en nuestro propio país.

Por eso, cada indiscreción y cada imprudencia solo perjudica al que las comete. Usted debe actuar absolutamente solo en las decisiones y tener sus hombres para la ejecución que sean de absoluta confianza y reserva. Las cuestiones de la conducción deben ser tratadas en absoluta reserva y con las personas que interesan, nunca en conjunto y menos por interpósitas personas. Recuerde que San Martín decía en Mendoza: «si mi almohada supiera lo que pienso, quemaría a mi almohada». Solo así se puede uno librar de las infidencias que no siempre son intencionadas, aunque siempre son culposas.

Le ruego que me perdone estas disquisiciones al margen pero yo no tengo reservas mentales para usted, como creo que usted no tiene reservas mentales para mí. Hay que tratar por todos los medios evitar todo lo que pueda poner a Ibanez en situaciones difíciles, especialmente en los diarios, evitando que nuestra gente, por cuestiones personales, se salga de la conducta retenida que debe seguir como exilado. A nada conducen estas cuestiones personales de aparecer en los diarios, como no sea ponerse de blanco para que los demás tiren. Creo que sería prudente establecer allí entre todos, que el que se preste para salir en los diarios, debe separarse de los demás a fin de no acarrear sobre ellos los males consiguientes. Para trabajar allí se necesita tranquilidad y la publicidad es el camino de la intranquilidad, precisamente.

Del estudio que yo he realizado de las cuestiones pasadas llego a la conclusión, que otros me han confirmado, de que es necesario trabajar intensamente Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Misiones, Corrientes, como asimismo las provincias del sur, Río Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz. Le paso el dato a los fines de tomar medidas en esa dirección, donde existe un gran peronismo pero que están un poco abandonadas por nosotros. En las actividades que se dispongan en el futuro Creo que sería conveniente tomar especialmente en cuenta estas regiones para intensificar por todos los medios nuestros trabajos, extendiendo e intensificando allí nuestra organización y resistencia.

Espero que ya le hayan dejado de embromar allí y que en poco tiempo más tengamos la satisfacción de tenerlo libre y tranquilo. No se me escapa que en todo esto se está siguiendo un plan preconcebido para privarle a usted toda actividad en nuestras cosas pero, usted debe contar que siempre será así. Yo lo he experimentado en Panamá y aun en Venezuela, hasta que el General PérezJiménez; tomó el toro por las guampas y los mandó al diablo, como merecían. Como dudo que en Chile suceda lo mismo porque el General Ibáñez no es el General Pérez Jiménez, usted tendrá que aguantar muchas cosas todavía, por lo que me atrevo a decirle cuanto le escribo, a fin de que mi experiencia le sirva. Yo resolví todo manteniéndome fuera de la palestra pública y huyendo de toda publicidad, como de la peste, porque en los días que vivimos la peor parte es, precisamente, la publicidad.

Ventura y Mayoral le contará a usted las demás cosas que ha conversado conmigo y lo pondrá en antecedentes de cómo estamos nosotros aquí y, para no darle más lata, confío en eso.

Le ruego que salude en mi nombre a Alicia y demás compañeros.

Un gran abrazo.

JUANPERÓN

16. Los talleres gráficos de la Editorial Araujo distribuyeron el libro de Juan José Hernández Arregui titulado Imperialismo y cultura (La política enla inteligencia argentina). El sello editorial fue Amerindia, que orientaba por Jorge Abelardo Ramos y la distribución estaba a cargo de ALPE, empresa dirigida por Arturo Peña Lillo.

22. Desarrolló de una huelga de 48 decretada por las 62 Organizaciones, logrando un alto nivel de adhesión en el comercio, la industria y transportes. Los comandos civiles buscaron romper la huelga, ofreciéndose como conductores de colectivos o picando boletos.

23. Reforma  de la carta orgánica del Banco Central y se desnacionalizaron los depósitos bancarios.

24. El Grupo Bemberg recuperó dos estancias que habían sido expropiadas por el Gobierno Peronista.

25. Se remataron joyas y objetos de arte atribuidos a las pertenencias de Perón y Eva Perón.

26. Estalló un tubo cargado con gelinita sin contener proyectiles, en el local de la Comisión de Homenaje al General Lonardi.

Noviembre de 1957

4. En uso de un salvoconducto concedido por el gobierno militar se asiló en Uruguay el Director del semanario Mayoría, Tulio Jacovella.

En el periódico Línea Dura, dirigido por María Granata, en la sección “Goriladas”  reprodujeron los siguientes versos tomados del “Cancionero infantil”:

¡Que llueva, que llueva…!

La placette está en la cueva.

Los obreritos cantan

El pueblo se levanta.

Ya cae el chaparrón.

¡..Ron…Ron…Ron!

5. Fin de la huelga telefónica.       

8. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas.

Mí querido amigo:

He estado preocupado desde que recibí su telegrama en que usted me felicitaba y anunciaba el viaje de Prieto a esta: primero por no saber cuándo venía para esperarle y luego porque han pasado diez días y no he tenido noticias de su viaje.

Aprovecho que el amigo Jorge Nazar Sellén viaje a esa para escribirle. Espero que sus trastornos hayan terminado allí con la justicia que, al final, ha resultado lo que las demás justicias, influenciadas por todo menos por la ecuanimidad que debieran. Sé que los han tenido apurados y, según me llegan noticias de los comandos la cosa se ha parado un poco. En conocimiento de ello yo he hecho llegar algunas cortas instrucciones y cartas directas para la gente que está trabajando en la patria, a fin que estén tranquilos y sigan en la tarea de la organización y preparación que estamos.

Los hechos producidos y que se están produciendo cargan las tintas del desastre de la dictadura y preparan acontecimientos imprevisibles a los que será necesario estar atentos. El fracaso de la Constituyente es la confirmación de nuestro repudio a esa asamblea bastarda y fraudulenta pero, puede ser también la causa de nuevos intentos de continuismo de los gorilas. Creo que en cualquiera de los casos, las .onsecuencias serán favorables para nosotros, si sabemos aprovechar lo que ocurra para volver las cosas a nuestro favor. La dictadura no tiene escape y está encerrada en un círculo de hierro pero es menester que busquemos la forma de aniquilarla sin que pueda salir de ese círculo.

Hace tiempo le hicimos dar la visa para Jorge Antonio y aún no sabemos si vendrá o no. Me percato que las cosas no han de andar muy bien en Chile como consecuencia de la fuga de Kelly. Sin embargo todo ha de irse solucionando cuando la hojarasca levantada con tal motivo, se disipe.

Yo no tengo nuevas noticias que transmitirle, como no sea que cada día nos encontramos mejor en Venezuela, ayudados por la bondad de esta gente amiga y acogedora. Han estado unos muchachos de Buenos Aires y por ellos nos hemos enterado que lo nuestro allí marcha cada día mejor. Las huelgas y las demostraciones que se han producido últimamente confirman esas noticias y nos levantan el ánimo. Espero que usted ha de tener noticias más nuevas y completas que las que circunstancialmente recibimos nosotros aquí y le ruego que, en cuanto le sea posible, nos las haga llegar.

Esperamos noticias de Buenos Aires para hacer viajar un emisario nuestro con el fin de ajustar diversas cuestiones y que lo verá a usted oportunamente. Con anticipación le haré saber la fecha en un cable que dirá: giro tal día y que remitiremos por intermedio de Palacio.

Estamos sin dirección de ninguno de ustedes y sería conveniente que en la primera oportunidad nos hicieran llegar algunas direcciones a las cuales pudiéramos dirigirnos por cable y carta, como asimismo teléfonos a los cuales se les puede hablar.

Saludos a la Señora. Un gran abrazo.

JUAN PERÓN.

13. Un “caño” de la resistencia peronista inutilizó el petroducto La Plata-Buenos Aires a la altura del puente del Ferrocarril Roca, en Villa Dominico, provincia de Buenos Aires.

14. Carta de John W.Cooke a Juan D. Perón  de carácter CONFIDENCIAL.

15. Aramburu firmó la Convocatoria a elecciones para el 23 de Febrero de 1958.

Se fueron perfilando dos opciones, surgidas de la UCR y en un contexto en el que la cuestión fundamental residía en la proscripción del partido mayoritario: el peronismo.  Se presentaron las candidaturas de Ricardo Balbín y Arturo Frondizi, antiguos compañeros de fórmula en 1951. El primero  recibió el apoyo del régimen militar, representando el “continuismo” de las medidas proscriptivas impuestas tras el golpe militar. Frondizi buscó mostrarse autónomo en relación al gobierno provisional, intentando conquistar el voto peronista.

Carta de Juan D. Perón a Ángel Borlenghi:

En estos momentos doy término al último capítulo de mi libro «los Vendepatrias» dedicado a todos los compañeros caídos y perseguidos por la canalla que azota a nuestro país. He deseado hacerlo para usted personalmente por intermedio de esta carta, ya que ha sido uno de nuestros hombres más injustamente calumniados, sin duda, por haber sido también el más útil, más leal y más sincero servidor del pueblo a lo largo de toda su vida.

Si bien la lucha por el pueblo acarrea estos inconvenientes tiene, en cambio, inmensas satisfacciones. Nosotros tras los sacrificios y penurias del esfuerzo comenzamos ahora a recibir las satisfacciones del reconocimiento popular. Es, precisamente, en estos momentos que yo dirijo la gratitud de mi espíritu a los hombres que, como usted, lo dieron todo por el movimiento sin otro interés que el de ser leales servidores del pueblo y de la patria.

Nadie, como yo, han sido testigo de toda su grandeza espiritual en la desinteresada tarea de servir: lo he visto desde los prolegóneros de la epopeya justicialista en el sacrificio de interminables horas de trabajo por reivindicación de los trabajadores, lo he seguido luego en el ministerio con su ecuanimidad imperturbable, su juicio sereno y su elevada apreciación de los hombres y de los hechos y lo he observado en los momentos de decisión siempre pronto al sacrificio personal por el bien de la comunidad y la causa que servimos.

Los que no tienen una causa para servir, no merecen la vida y el hombre aún cobarde, no escapa a su destino. Usted tiene la satisfacción de haber sido el hombre de una causa y haber hecho útil su vida. En nuestro reconocimiento está el único premio valedero que puede llegar y llenar su espíritu superior; por eso deseo que sepa, por mi propia palabra, todo mi agradecimiento por lo que Usted ha hecho por la grandeza de nuestro Movimiento y conozca también que la dedicar mi libro, Usted estaba preferentemente en mi pensamiento y en mi corazón.

En ese recuerdo agradezco también al consejero leal, todos sus sabios y prudentes consejos que el tiempo ha venido demostrándome en todo su verdadero valor. Cuántas veces he recordado esto en las horas duras y penosas del exilio y la lucha presente.

Reconozco que su extraordinaria experiencia llegó siempre más lejos que nuestra propia previsión y los hombres pequeños que lo combatieron, mostraron en las horas de prueba, toda su pequeñez y su miseria. Y, ¡a cuantos de ellos me ha sido dado enrostrárselo!. Por eso, usted debe sentirse feliz en su pobreza, como me siento yo mismo, porque poseemos una riqueza que no todos alcanzan a comprender y a gozar.

En las duras horas que vive el pueblo Argentino en la actualidad está patente nuestra verdad, esa verdad que usted ha sostenido durante toda su vida de dirigente y que, en estas horas aciagas, refleja también toda su grandeza y su sinceridad. Las lecciones más duras suelen ser las que mejor enseñan ¿Cuántos pensarán en estas horas en Borlenghi? esa es una satisfacción que no se alcanza sino con el sacrificio.

Yo no puedo dedicar mi libro a ustedes, mis amigos y compañeros, sin hacer un distingo especial hacia el hombre que, desde la primera hora, jugó su vida y su destino junto a mí, en las horas de incertidumbre con decisión insuperable y en las de triunfo con una modestia y prudencia que evidenciaron su verdadera y auténtica grandeza.

 Esa es la causa de esta carta, que anhelo le llegue como mensaje sincero del amigo y compañero de todas las horas, que le guarda con su admiración un indestructible cariño y una inextinguible gratitud.

21. Reapareció la publicación periódica Norte, orientada por Alberto Manuel Campos, contando con la colaboración de Atilio García Mellid, Fermín Chávez, José Gobello, Américo Barrios, entre otros. Cuando este sufría clausuras lo reemplazaba Voz Peronista, bajo la dirección de Albertondo.

22. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas.

Mí querido amigo:

La llegada del amigo Prieto me trae sus noticias y me saca de dudas sobre los acontecimientos de Chile que, sin embargo, imaginaba tal cual usted me los refiere. Es indudable que, como siempre le dije, la Justicia de Chile no difiere de todas las demás justicias, por el contrario, tiene algunas tendencias que la empeoran.

Contesto sus dos cartas del 14 pasado y le agradezco sus informaciones. Me alegro que todo marche bien y que le haya sido posible organizar bien las cosas porque, en la etapa que estamos viviendo todo depende de esa organización que asegure la cohesión y la unidad de acción.

Me parece excelente idea la de disponer una organización simple y objetiva, con el menor número posible de hombres de confianza pues, la experiencia que hemos recogido en estos dos años de lucha demuestra que mucha gente no está a la altura de las necesidades de prudencia y discreción necesarias a las funciones que deben desempeñar en nuestros organismos. La maldita tendencia a figurar anula a muchos hombres que podían ser útiles pero, en los actuales momentos vale más un discreto que un capaz imprudente.

Creo que, en Chile, usted debe obrar con extremada prudencia porque, indudablemente, es el mejor emplazamiento para seguir trabajando pero es de esperar que, como se han presentado las cosas, se hará todo lo posible para interferirlo y molestarlo. Por eso, debe prever todas las circunstancias y preparar las providencias necesarias para asegurarse la posibilidad de seguir actuando a pesar de los inconvenientes que le pongan. He conversado con Prieto y me parece que ya usted ha pensado en lo mismo, lo que me parece una buena previsión. Ni los políticos chilenos, ni los gorilas, descansarán en la tarea de impedir que usted trabaje allí con libertad y tranquilidad.

Desde su detención yo he tratado de hacer llegar algunas cosas para mantener la atención y la inquietud en la patria, imaginando que la incomunicación y prisión le impedirían por un tiempo mantener los contactos pero, veo por lo que me dice Prieto que ello no ha sido así porque los organismos han seguido trabajando lo mismo. Yo sólo he tratado de insistir en la conducta fijada haciendo llegar mi palabra, dentro de sus propias ideas, como una colaboración a su trabajo. En todos los casos, a los que han llegado aquí, se les ha dicho que deben actuar bajo su dirección, como asimismo a los que escriben, cuando se les contesta, que son muy pocos casos, se les induce a que tomen contacto con ustedes allí.

En estos momentos, precisamente, ha llegado hace algunos días, Alejandro Olmos, el director de Palabra Argentina que trae un plan tendiente a organizar una acción política que consistiría en presentarse en febrero con el «Partido Blanco» a fin de tratar de sacar legisladores que pudieran presentar batalla, en ese campo, a los enemigos. Si el fraude impidiera su acción, según dice él, se tendría una razón más para intensificar la insurrección. En otras palabras piensa que se pueden perseguir los dos objetivos: seguir en la insurrección y presentar también batalla en las elecciones. Es decir que es partidario de perseguir dos liebres que, como sabemos, es la mejor manera de no cazar ninguna. Este muchacho me parece que no es lo que dice y sus intenciones tampoco son las que enuncia. Debe haber alguna otra cosa detrás de sus propuestas y él debe actuar en acuerdo con otras gentes que no se pueden mostrar. No deseo prejuzgar pero, yo le siento mal olor a este asunto. Las informaciones de Prieto han confirmado la idea que yo ya me había formado al respecto.

Por lo pronto, su venida a Caracas obedece al deseo de romper el cerco, crear una acción por su cuenta o por la de otros, girar mi nombre y enfrentarse a los que no puedan o no quieran «cabrestiarle», Me dice que ha sacado la documentación necesaria para poder actuar como «Partido Blanco» lo que tiene reservado para el caso que yo lo autorice y ha constituido a tales fines algunos «Ateneos» que están listos para entrar en acción en caso necesario. Lo que más me ha hecho confiar en nuestras cosas y desconfiar de las suyas ha sido su afirmación de que no existe nada organizado y que es necesario evitar que la gente se descorazone por las sucesivas postergaciones. En todo caso, no veo nada serio en este asunto. Yo le he contestado que su plan no es asunto mío sino del doctor Cooke, que yo soy sólo el que dirige el Comando Superior Peronista pero que, las cuestiones referentes a las operaciones pertenecen a la «División Operaciones» que funciona adelantada en Chile, por razones de tiempo y espacio. Que su visita ha sido equivocada y que debe dirigirse al Jefe de la División Operaciones en Chile. Yo, naturalmente, no he querido desahuciarlo del todo, me he limitado a decirle que no soy partidario de correr dos liebres al mismo tiempo y que basar un plan en la premisa de que no habrá fraude no deja de ser una manera de engañarse a sí mismo. Pero, le he agregado, que yo no estoy en condiciones de decirle que sí, ni decirle que no. Que eso solo lo puede hacer el doctor Cooke a quien yo le he dado la responsabilidad pero también deseo darle la autoridad que le permita defenderla. Por lo cual él debe ir a hablar con usted lo que ha prometido hacer, tan pronto llegue a esta Jorge Antonio, con quien desea hablar antes.

Por lo pronto, le adelanto el asunto: a mí no me gusta nada y Prieto podrá anticiparle lo que hemos conversado al respecto. Yo le daré una carta a Olmos para usted en la que le diré lo mismo que le anticipo en esta.

Yo sigo siempre la norma de atender a todos porque, no olvide, que ahora soy algo así como el Papa: encargado de la bendición apostólica «in urbe et orbis». Dentro de ese concepto, no puedo negar nada dentro de mi infalibilidad, que como todas las infalibilidades, está basada precisamente en no decir ni hacer nada, única forma de poder asegurar esa infalibilidad.

Usted es el encargado de decidir y a usted lo remito. No sé si realmente concurrirá allí y si se entrevistará con usted pero es bueno que vayamos conociendo el asunto y previendo por dónde puede salir. En fin usted verá.

Lo mismo he procedido con algunos otros intentos de establecer un puente Buenos Aires-Caracas que, en caso alguno, ni en teoría ni en los hechos, se ha permitido. Yo hace tres meses que no escribo una sola carta a nadie de los Comandos de Exilados, ni a la gente de Buenos Aires, a fin de que nadie pueda exhibirla con fines semejantes. A Ventura Mayoral le di una carta y una cinta, porque pensaba que ello podría arrimar voluntades, siempre dentro de mi función de «Padre Eterno» que bendice a todos pero, a condición de que profesen. Me parece muy bien que usted haya retenido la grabación por las razones que me dice y en las que yo no había reparado. El caso Paladino es el otro: este muchacho se dedica, según sus afirmaciones, solamente al sabotaje y a la resistencia, de lo que tenemos pruebas fehacientes, razón por la cual, y solamente a esos fines, le di una credencial, recomendándole que solo podía usarla si era necesario al cumplimiento de su misión. Le he ordenado al mayor Vicente que le haga llegar una comunicación en la que le advierta que si él sigue en sus interferencias, lo vamos a desautorizar públicamente. Ninguno más interesado que yo, en evitar desde ahora, todo intento de erigirse en dirigentes divisionistas. Es que los hombres, hasta los más insospechables, están· propensos a salirse de sus funciones para «aparecer». Esto no debe preocuparlo porque nosotros lomaremos las medidas. Paladino es un buen muchacho que actuó mucho ya, pero indudablemente, se le han subido los humos a la cabeza.

Fuera de estos dos casos, en que recibieron la orden de ponerse a sus órdenes, no ha habido otro, porque yo, para evitar todo, ni siquiera contesto las cartas. Es indudable que, como usted mismo dice, habrá gente que se resistirá a subordinarse él otro que no sea yo, por numerosas razones personales y de ambición de todo tipo, por lo cual, para evitar todo pretexto, he hecho llegar que usted es el Jefe de la División Operaciones adelantada a Chile y que actúa desde allí en nombre del Comando Superior Peronista, en completa coordinación conmigo y bajo mi autoridad y, que lo que ordena lo hace en nombre del Comando Superior Peronista. Así nadie tendrá nada que decir. Quizá convenga, hasta que la gente se acostumbre, hacer todo en nombre del Comando Superior Peronista, como «División Operaciones», de esa forma, todos tendrán que subordinarse y nadie podrá aducir pretextos para poner inconvenientes. Si, como dicen algunos que solo quieren orden de Perón, nada es más fácil que hacer las órdenes en mi nombre, para lo cual está usted autorizado por documento conocido. Creo que es una cuestión de forma.

Lo importante es que se unifique de una vez por todas la dirección y que esta pueda ser eficaz por las resoluciones que se tomen y la oportunidad en que se tomen. Para ello es indispensable que todos se persuadan que mientras no nos pongamos todos de acuerdo para llevar las cosas adelante, nada conseguiremos, como no sea embarullarnos cada día más. Si cada uno de nosotros ponemos un poco de nues~ra parte, todo saldrá adelante de la mejor manera. Algunas veces, por razones pueriles, es menester perder un poco de tiempo en macanas, si esas macanas valen la pena de tenerlas en cuenta a fin de evitar pretextos y procedimientos torcidos e inconfesables, como los que vemos todos los días. En esta «era de la hipocresía» no hay que dar motivos ni pretextos a los hipócritas porque si no ellos se salen con la suya. En toda clase de dirección o conducción, lo fácil es dirigir o conducir la parte inerte  lo difícil es conducir la parte vital. El hombre ha sido, es y será, un

bicho difícil. Toda orgarnzacion es buena hasta que llega el hombre, él se encarga de hacer malo lo mejor, porque le mete sus intereses y sus pasiones. Y, lo peor de todo, es que las grandes macanas, inspiradas en sus pasiones o intereses, las hace en nombre de su deber, de sus mejores intenciones, de la moral y del bien de los demás, cuestiones que nada tienen que ver con lo que hace. Por eso, lo mejor es no darle pretextos que los que proceden mal, al final, sucumben víctimas de su propio mal procedimiento.

Creo que todo esto se superará con el tiempo que es el único decantador político conocido hasta ahora. Si para esto existiera algún solvente la política se convertiría en una cosa muy fácil en su aspecto más complejo que es la conducción de hombres pero, tal vez, sea mejor así porque la maduración es el proceso natural. Yo nunca he querido evitar en nuestro Movimiento estas excrecencias políticas porque ellas llenan también. una función depurativa que si bien producen algunos males pasajeros, en cambio, tienen sus efectos beneficiosos a la larga. Yo estoy persuadido que, como usted mismo dice, sus tolerancias y amplitud de criterio superará los pequeños inconvenientes que ahora se presentan sobre todo si, como podemos, procedemos en forma de ir limando asperezas mediante recursos de forma que, muchas veces, son las que más satisfacen a los superficiales, que son los más.

Tengo en la imprenta mi segundo libro que he intitulado «VENDEPATRIAS» y en que hago el proceso completo a la dictadura. Comprende cinco capítulos: 1. El desastre económico. lI. La anarquía social. lII. El desbarajuste político. IV. Vendepatrias y cipayos. V. La dictadura y el pueblo. En esos capítulos prueba que, el desastre político, como el económico y social, no han sido heredados sino provocados por la dictadura, que el objetivo ha sido la entrega del país y que los militares han sido un triste y pobre instrumento de la oligarquía. Al terminar los tres primeros capítulos que se fundan en los propios datos de la dictadura y en la literatura de los gorilas moderados, publicada en la Revista Qué, hago un estudio sobre las formas de vender el país y la influencia que la lucha internacional actual, gravita en todos nuestros problemas nacionales, para terminar en el quinto capítulo, con la lucha del Pueblo y el Antipueblo, que caracteriza a la actual situación argentina. Creo que será interesante para hacer llegar en la mayor medida a nuestro país. Nosotros les haremos llegar lo más que podamos pero creo que será muy interesante si se puede hacer imprimir en los países limítrofes y pasarlos a la Argentina en alguna forma para que llegue a todos. Me parece que, en los momentos actuales, será de gran importancia.

Yo he conversado largamente con el amigo Prieto y creo que él estará en condiciones de informarle con mayor detalle de cada una de las cosas que aquí le digo por eso me reduzco más que nada a enunciarle las cosas.

Asunto Bolivia. Nada se ha producido al respecto aun pero quedó en claro sobre su información. Procederé con criterio boliviano en caso de que se me plantee el asunto.

Asunto Brasil. Lo conocía por correspondencia de De Morra que yo mismo le remití a usted en su oportunidad. Es un asunto muy interesante. Yo soy amigo de Yango y he tratado en todos los casos de darle una mano. Él tiene cartas mías que puede usar en cualquier momento, aparte de que en algunas publicaciones brasileñas s ya han salido afirmaciones mías terminantes desmintiendo las patrañas de La Serda y de otros. Creo que este asunto ha ido bien. Yo he mandado fotografías para el Coronel Rudge y saludos para los otros señores que están en la línea  mencionada por De Morra. Es sumamente interesante la cosa y sería de gran interés para el futuro tomar contacto y compromisos mutuos para seguir una conducta común. Nosotros podemos hacer, sin limitaciones, estos compromisos de esta naturaleza porque, coincidentes con nuestra doctrina, son ataduras positivas que extienden el campo de acción, de cooperación y ayuda. Hay que persuadirlos de buena fe de las ventajas que representarían para ellos y para nosotros una acción semejante, que solo puede acarreamos una mayor fuerza y estabilidad dentro de nuestros países en el continente. Por otra parte, no son ellos solos, sino que hay muchos que ya se preparan para seguir una conducta semejante y, lo más importante es que la mayoría de los hombres dispuestos a seguir esta línea, son los que realmente pueden representar la opinión real de los pueblos. Me parece muy interesante su viaje a Río para la ocasión que menciona. Si es preciso yo le daré una autorización para actaur en mi nombre, en el caso que usted lo considere necesario.

Asunto «Frente Gremial». Me parece que todo marcha muy bien llevado y, a pesar que Olmos sostiene todo lo contrario, creo que la existencia de la CGTA y la lntersindical, es la piedra angular de todo lo que ha hecho y lo que se puede hacer. Unidos los viejos dirigentes y los nuevos, juntarán la experiencia de la vejez con la energía y el entusiasmo de la juventud. Por lo menos, los resultados están haciendo ver que la cosa marcha, de manera que los pájaros de mal agüero no pueden hacer desaparecer lo ya hecho. Me parece excelente la idea de dirigir de allí todo y mantener una organización para hacerla sin que, en ningún caso, llegue a trascender porque tratarán de destruirla, no solo nuestros enemigos sino también mucho de  los que nosotros consideramos como amigos.

Los grandes éxitos obtenidos en las huelgas, en las entrevistas con Aramburu y con los curas, el estado de dinámica social y política de las organización, sus conexiones con el Movimiento Político del Peronismo, el estado insurreccional de la masa, presentan un cuadro muy favorable. Sin embargo, no podemos hablar aun de que se está preparado para realizar la tarea que impondría una huelga revolucionaria del tipo que nosotros concebimos, aunque se está en camino de lograrlo en poco tiempo. Para ello es necesario ajustar más las organizaciones en forma de asegurar un dominio absoluto que no deje lugar a dudas y que por sí sea capaz de hacer, sin tener que recurrir a los acuerdos subrepticios con otras fuerzas que son enemigas. Este recurso puede servir en una asamblea pero no en una revolución. Sin embargo yo soy también muy optimista al respecto, si las cosas siguen como van. Por eso, comparto con usted la idea de la necesidad de tratar de manejar todo desde allí.

El informe que me adjunta del compañero Cavalli lo encuentro muy atinado y creo que en la situación actual no convendrá caer en ninguno de los extremos pero es necesario hacer algo que permita mantener la cohesión y fortalecer el estado insurreccional por todos los medios. No solo la huelga es el medio para ello. La actividad sindical y la agitación por todos los medios suele ser el camino para ajustar la organización y preparar la acción, si es posible vivir en conflicto latente sin provocar la crisis sino cuando sea necesario. La gimnasia gremial ha sido realizada y su éxito ha sido apreciable, con eso hemos comprobado que hay aptitud. Ahora queda por preparar la verdadera acción que puede tener por base a esa gimnasia pero es menester comprender que lo que vendrá será ya la realidad y no la gimnasia. Se puede perder una huelga de gimnasia pero no se puede perder una huelga revolucionaria. Por eso encuentro sumamente atinadas las consideraciones del Informe Cavalli. Aquí, como en todos los casos, es necesario mantener una «conducción centralizada» y una «ejecución descentralizada», en otras palabras fijar las misiones y los objetivos por el Comando Superior y dejar la elección de los medios en manos de los «comandos de ejecución».

Creo asimismo que los puntos conclusiones a que llega este memorándum es lo mejor que se puede hacer:

1°) Mantener absoluta unidad entre los grupos de conducción gremial y alcanzar la mejor coordinación y entendimiento.

2°) Gran cautela y prudencia en la acción, en forma de no comprometer al movimiento por cuestiones secundarias, pero manteniendo una dinámica de agitación permanente que mantenga a la masa permanentemente aprestada, enterada y agitada. Fortalecer entre tanto la cohesión y la organización mediante todos los expedientes necesarios. Realizar en la medida necesaria la resistencia en todos los campos.

3°) Esperar las decisiones del Comando Superior Peronista a fin de coordinar la acción.

En otras palabras, preparar la insurrección general. Si es posible, para antes de las elecciones de febrero. Si ello no fuera posible, prever lo necesario para mantener las condiciones insurreccionales para hacerla después. Lo importante es no correr inútilmente un albur.

Asunto de la Iglesia. Me parece muy bien. Creo que el apaciguamiento de los curas es una cosa que se está produciendo sola por las consecuencias que los amenazan. Los curas están manejados desde los Estados Unidos (que son los que forman) y allí, según mis informes, están muy asustados -con razón- de lo que pasa en la Argentina, especialmente en el aspecto comunista. Ellos saben que, para ellos, es cuestión de vida o muerte y eso los pone frenéticos. La amenaza inteligente de los obreros, de votar por los comunistas, me imagino cómo los habrá puesto a los «padrecitos», de cualquier manera, los curas entrarán por la amenaza de la situación, más que por razones de virtud o principios. Precisamente su sordidez y su egoísmo, es lo que los ha llevado a la actual situación y no saldrán de ella, sino renunciando a esos defectos. Como no los creo suficientemente virtuosos como para hacerla espontáneamente, no quedará otro recurso que dejar obrar a las circunstancias que serán cada día menos favorables para ellos. Sin embargo, como para nosotros es una cuestión totalmente secundaria, nada perdemos si procedemos como ellos, fingiendo siempre, para sacar ventajas. Por eso, usted habrá observado mi conducta con referencia a la iglesia, yo, como contestó aquí el Ministro de Relaciones Interiores de Venezuela al Obispo de Caracas; «soy católico, apostólico y romano» aunque no creo en ninguna de esas vainas…», Una cosa es la religión, la doctrina y Dios y otra muy distinta la institución que mediante sus intereses, pasiones y errores, ha desacreditado el culto; mediante sus hombres simuladores de la virtud ha destruido una realidad apostólica que nunca ha existido y una doctrina que, por sus valores extraordinarios, ha subsistido a los siglos sin ceder a la acción destructora del tiempo, ni al empeño puesto por los curas para destruida.

Me parece muy bien lo de Puentes. Ha sido siempre un hombre muy discreto aunque, como usted dice, los resultados de la región a él confiada no es para hacerse ilusiones respecto a su eficacia. Sin embargo, de lo que yo conozco allí, como peronista y como persona es lo mejor que existe. Me alegra que al enviado por usted le haya parecido lo mismo, desde que lo ha confirmado en el cargo. Creó que lo que se necesita allí es un organismo que trabaje bien y que se lleve de acuerdo. Colom me informa que Puentes ha estado tomando contactos con Lorenzo y que él considera que es peligroso. Sin duda le habrá hecho llegar ya a usted la misma información. Yo no le he contestado ninguna carta a Colom porque él debe entenderse con usted y no conmigo. Espero que a fuerza de no recibir contestación lo haga.

De Bolivia me parece muy bien. Tampoco mantengo ningún contacto con elI0s.

De Uruguay no tengo sino algunas noticias que me remite Miel Asquía y que se reducen a los diarios y un resumen de cómo ve él la situación.

Asunto Frondizi. Las declaraciones mías estaban dirigidas a aclarar que yo no tenía nada que ver con las versiones que se hicieron circular de acuerdos míos con este señor, publicadas por la A.P. a nombre de un periodista Neuman. Creo que era necesario precisamente para evitar que la campaña confusionista se extendiera pero, usted puede seguir el juego que le convenga, como lo ha hecho. Siempre estamos a tiempo para cualquier cosa al respecto.

Me parece que todos estos políticos están haciendo un jueguito entre ellos, para asustar a la dictadura y obligarla a hacer lo que ellos quieren. Solano Lima también anunció con bombos y platillos que pasaría por Caracas y según algunas informaciones se habría entrevistado conmigo, lo que es totalmente falso y creo que en ningún momento lo ha pensado, sin embargo, ha dejado que corriera la versión. Creo que este también está en un juego de intimidación de sus adversarios.

Es indudable que la situación política está cada día menos clara y la dictadura está cada día en situación más difícil. Los gorilas que son pocos electoralmente se ven amenazados por los del juego limpio, quienes tampoco saben lo que pasará entre las fracciones, que esperan superar la elección. Muchos de los que apoyan a estas fracciones se están jugando políticamente el porvenir y no quieren perderlo.

Por eso navegan todos en dos aguas sin decidirse por salir a la superficie hasta que el temporal no haya amainado.

Nuestra posición los tiene sobre ascuas porque intuyen que, a pesar de las versiones, nada se concreta. Por eso los gorilas y los del juego limpio, trabajan juntos por dividimos y destruir la cohesión de nuestras fuerzas que es el mayor peligro para todos ellos. No se dan cuenta que si ellos no consiguen romper esa cohesión, como todo lo hace pensar, estarán derrotados a la larga y toman este asunto como una cuestión política circunstancial. Eso es precisamente lo que nos conviene a nosotros.

Por eso creo como usted que hay que dejar correr este estado de cosas pero para que lo crean ellos porque, para nosotros resulta muy peligroso que se haga confusión en la masa para que los trabajos de los peronistas divisionistas puedan hacer su agosto. De cualquier manera, aun hoy, nada está claro.

Asunto Paladino. Sin perjuicio de lo que le comunicara el Mayor Vicente queda usted plenamente autorizado para tomar las medidas que crea prudentes y necesarias al respecto. Creo que si usted le dice que se deje de molestar él lo comprenderá. Si simultáneamente recibe un llamado de atención nuestra será el final de sus interferencias.

Asunto Actividad Militar. Como usled sabe, dentro de poco tiempo viajará el amigo para ese asunto. Usted sabe también que yo nunca he tenido fe a las actividades militares de este tipo. Me dicen que se cuenta con mucho pero tengo mis dudas sobre Ias posibilidades de acción de esa gente. Lo más importante sería conseguir la inactividad militar, Que se quedaran en los cuarteles que es lo más fácil pero, aun en ese caso, se tendrían tropas de marina en la calle y sería difícil que los militares que han demostrado ser poco decididos, se atrevieran a combatirlos activamente. Creo que el Pueblo puede pelear pero no creo que los militares peleen. Sin embargo no debemos descartarlos y Vicente lleva bien al día ese asunto y quizá se pueda hacer algo. Estoy de acuerdo que sin contar con fuerzas el asunto es muy difícil pero también creo que es muy difícil contar con fuerzas que peleen. Esta es la verdadera incógnita de nuestra situación. Los generales que se preparan para actuar, están en la misma situación que nosotros, ellos harán algo si el pueblo se lanza a la calle, si no hay tal puebla?a, ellos se q~edan en su casa. Lo peligroso es que nos metan en algo y luego se decidan a no salir, Yo conozco mucho a esta gente. Son elementos de la aliviada se deciden cuando hay éxito sino se echan atrás. Y, si hay éxito, para qué los necesítamos a ellos. A pesar de todo, trataremos de sumarios que, a lo mejor, nos dan una sorpresa agradable o desagradable.

Asunto elección de febrero. Yo mantengo la misma opinión de siempre. Intervenir en ella indirectamente apoyando a cualquiera que sea, es dar un escape político que la dictadura no tiene y dar apariencias de legalidad a una elección que todos sabemos que es fraudulenta. La experiencia de estos dos años nos demuestran que la intransigencia absoluta es la única posición compatible con nuestra causa y con nuestro Movimiento y, la única, que mantiene el pie el estado insurrecional. Es además una posición principista y por eso el Pueblo la apoya en procura de la defensa de sus elementales derechos conculcados y de sus objetivos por cuales lucha con la convicción que no ha de alcanzarlos por ningún otro camino. Nosotros, como dirigentes debemos apoyar esta posición, si como es moral, luchamos por las soluciones populares y no por acomodos para los dirigentes. Yo sé que las combinaciones políticas pueden traer soluciones a corto plazo para la mayoría de los dirigentes pero sé también que eso representa el abandono definitivo de los intereses y aspiraciones populares.

Algunos temen que el Pueblo se acobarde y se canse. En ese caso la culpa no es nuestra pero, es nuestra obligación, hacer todo lo que está nuestro alcance para evitarlo y encaminar al pueblo hacia lo que es su real conveniencia. No espero que la actitud del pueblo sea la que sindican muchos agoreros porque sus problemas no se podrán resolver y la situación caótica no tendrá solución mientras estemos en estado insurreccional. Apaciguar, como muchos piensan, no es solucionar, sino postergar.

Las elecciones de febrero las ganará el que la dictadura quiera porque se hará el fraude en la medida que las circunstancia requieran y volveremos como hasta ahora a poder decir que nos han hecho fraude, como si eso fuera una novedad, después del fraude escandaloso que representa el hecho de declarar fuera de la ley al partido mayoritario.

Si reconocemos que harán ese fraude ¿a qué concurrir a unas elecciones que, de antemano sabemos que van a ser fraudulentas? Para luego intensificar el estado insurreccional como algunos sostienen. No es un disparate esperar a lo que sabemos que ha de ocurrir para hacer una cosa que podemos hacer desde ahora.

Por los elementos de juicio que yo poseo y las informaciones objetivas que he recibido no estoy en condiciones de pensar lo contrario sin violentar mis propias convicciones. He recibido también muchas informaciones subjetivas, que para mí, vienen demasiado “refritas” para considerarlas como valor. Sé que pueden fundamentar muchas cosas pero también sé que los fundamentos se pueden utilizar en muchas direcciones y con muchos objetos confesables inconfesables, por eso he aprendido a fiarme solo de lo que representa algo objetivo y que me sea dado apreciar personalmente, porque yo sé bien claramente la itnención que me guía.

Asunto armas. Completamente de acuerdo. Hablamos con Prieto.

Asunto Juan Diego Dávila. Yo no le dado ninguna carta a Dávila y no llevaba ninguna correspondencia nuestra, de manera que no hay ningún peligro al respecto.

Asunto Nepotismo: Me parece bien lo de sus hermanos Carlos y Jorge.

Asunto G.1. No me llama la atención. Siempre lo consideré un tipo raro. De cualquier manera me parece muy bien que usted tome las medidas que me indica porque Chile no puede quedar en el aire en previsión de cualquier emergencia. Yo estoy en absoluto de acuerdo con todas las medidas necesarias para reorganizar el comando de exiliados de Chile, utilizando la gente que usted designe allí y para relevarlo a G. 1.

Asunto Finanzas. Usted sabe que esta es una pata de la que cojeamos y lo poco que tenemos estamos administrando de la mejor manera. Estoy esperando la llegada del amigo que debe venir de allí para aclarar el asunto y saber a ciencia cierta si disponemos o no de lo que necesitamos. Simultáneamente estamos tratando de hacer algunos negocios que pudieran aparcamos algo de lo mucho que hemos de necesitar. Espero poder saber a qué atenemos dentro de poco. Como imaginará todos han fallado hasta ahora. Falta consultar al último. Pero, en previsión, estamos procediendo como si no pudiéramos contar con nadie. Lo que usted debe saber también es que los negocios no se hacen de la noche a la mañana y que después los beneficios no se cobran tampoco enseguida de producirlos. Como hasta ahora, yo le haré llegar lo que vaya pudiendo, que no es sin duda lo que yo quisiera ni lo que usted necesita.

En previsión de lo peor, conviene que proceda cama usted dice: que en el interior el Movimiento se financie como pueda por recursos propios y nosotros trataremos de conseguir lo demás. Si es posible, porque las cosas van bien, le reforzaremos luego a ellos. Le envío las credenciales para Figuerola y su hermano.

En su carta (N° 2), se refiere a las resistencias sobre su conducción desde Chile, que deseo comentar brevemente. Es natural que haya muchos que se oponen, no porque ello convenga al Movimiento, sino por intereses personales, por ambiciones o simplemente por envidia. Es necesario no hacer caso de estas cosas sino en la medida que convenga a la mejor conducción desde que de lo que se trata es que la gente obedezca, no importa cómo. Si usted y yo seguimos imperturbables en los planes trazados y acordados, no tendrán más remedio que entrar en razones. Yo no contesto cartas a nadie, de manera que deberán escribirle a usted. A los que llegan a Caracas, como no los puedo mandar a otra parte, se los envío a usted (como en el caso de Olmos). A todos, sin excepción, se les pone de manifiesto la Directiva Secreta N° 10 Y nadie puede desconocer que el Comando Superior Peronista puede hacer de su organización lo que le plazca. Por eso, y hasta que imperceptiblemente, la gente entre en razones, es bueno utilizar el arbitrio de actuar como jefe de la División Operaciones del Comando Superior Peronista, adelantado en Santiago de Chile, lo que dejará sin argumentos a los que solapadamente sostienen que yo me excedo en mis funciones si delego el mando en otra persona que no sea la designada por el pueblo, aunque estoy seguro que tengo más derecho a hacerla y que será más efectivo que si todos ellos lo hicieran.

No debe interesamos el hecho de que estas cosas se produzcan sino la fuerza de superarlas de la mejor manera en estos momentos en que necesitamos más que nunca la cohesión de nuestras fuerzas para las luchas que se avecinan. Creo que su proceder ha sido acertado y que se superará cualquier cosa a este respecto, de modo que no me preocupa este detalle. Sí me preocupa, en cambio, las resoluciones que debemos tomar que serán casi decisivas para las acciones futuras. Los acontecimientos tienen períodos de acción que se desarrollan de acuerdo con las decisiones que se han tomado con anterioridad. Es necesario que resolvamos hoy para asegurar operativamente el período que ha de decidirse en las elecciones de febrero, pensando que de esa resolución depende mucho nuestra misión y los objetivos que perseguimos.

La situación no es clara como sería de desear porque operamos frente a un enemigo irregular, cuyas decisiones pueden variar hasta el infinito. Sabemos en cambio que su objetivo es el continuismo y que sus acciones han de empeñarse en el sentido de asegurado a cualquier precio, ya sea mediante el fraude o el golpe de estado si fuera necesario. Nosotros, en cambio, tenemos nuestra misión clara que es la implantación del Estado justicialista y su consolidación definitiva.

Tanto en el caso de ellos como en el nuestro las soluciones están en la violencia. Ni ellos por una acción político-electoral pueden alcanzar su objetivo, lo que les obliga al fraude o a la violencia, ni nosotros podemos pensar que en las circunstancias  actuales lo podríamos hacer por dicha vía, desde que estamos fuera de la ley para intentado y en posición contraria a aceptar que nuestras fuerzas sirvan para entronizar a nuestros propios enemigos, los únicos que pueden concurrir a un acto electoral.

En estas condiciones, no nos podemos engañar: «no hay solución política».

Ellos cuentan con el gobierno y la fuerza que, precisamente, no son la herramienta necesaria para resolver una controversia de opiniones. Nosotros contamos con el pueblo que es la herramienta apropiada, pero no la podemos usar porque se opone la fuerza y el gobierno. Por eso ellos no tienen salida y nosotros no tenemos solución. Es indudable que, hipotéticamente considerado, si ellos se unieran a nosotros no habría problema porque tendrían escape y nosotros solución pero, como esoes imposible, ellos intentan desdoblar sus fuerzas para engañamos y meternos dentro de uno de sus bandos, para allí sacamos la opinión popular de que carecen y nosotros disponemos. Sería como si nosotros consiguiéramos disponer de una parte de sus fuerzas y parte del gobierno, es natural que no tendríamos problema tampoco.

El  gran inconveniente está en que ellos pueden ofrecer una solución aparente a través de las elecciones y nosotros no tenemos otra disyuntiva que la ínsurrcción. Si nosotros somos lo suficientemente ingenuos y entramos en su solución esamos perdidos porque, de una situación muy favorable pasamos a una muy desfavorable para el futuro.

Ellos también tienen sus problemas y graves, porque no todos están en la posición del continuismo forzado por el fraude o el golpe de estado. Además, saben que ni el fraude ni la fuerza pueden ser una solución sino transitoria en procura de ganar tiempo para soluciones en vista de ir apaciguando progresivamente hasa ganarnos por cansancio o acostumbramiento, o como ha pasado en el Perú: tomar la manija y luego destruyendo poco a poco el poder popular por descomposición y represión de las posiciones intransigentes. Para ello necesitan una situación legal. Dársela es posibilitarles el trabajo y darles el tiempo necesario para hacer lo que perentoriamente no pueden hacer.

Nosotros tenemos un plan en ejecución en el que el tiempo no es decisivo, sino los objetivos que perseguimos y la misión que nos hemos impuesto. Necesitamos también tiempo para ejecutarlo mediante la organización y la preparación. Es decir que a los dos nos falta tiempo y que las ventajas saldrán en la forma en que mejor aprovechemos el tiempo cada uno de los bandos. Por lo pronto, hasta que ellos no lleguen a una solución definitiva, nosotros estamos en condiciones de intentar la nuestra y para eso contamos con todas las circunstancias favorables de la opinión pública, Ellos pueden intentar diversas acciones que no han de hacernos necesariamente variar de plan hasta que

la situación no se haya modificado.

Lo que ellos intentan con las elecciones de febrero es precisamente modificar la situación a su favor obligando a una solución que todos resistimos. ¿Acaso el colaborar en esa solución puede sernos favorabIe? Se me dirá que no podemos impedir que esa elección se realice, estoy de acuerdo, pero, si no podemos impedirla, por lo menos repudiémosla pero no le demos apariencia de legalidad a un acto ilegal y fraudulento. ¿Con qué derecho vamos a discutir mañana el fraude que nosotros mismos hemos ayudado a consumar con nuestra presencia?

Algunos pretextan que el pueblo quiere votar, otros trabajan por la Unión Popular o Nacional, otros por presentarnos con el Partido Blanco y otros acoplarnos a Frondizi o a cualesquiera de los otros enemigos. Todos estos intentos no son sino variantes de una misma cosa: el concurrencismo, es decir, dar pie a la dictadura para que haga el fraude y luego diga que todo el pueblo ha intervenido en la decisión y que las elecciones han sido correctas y legales y, entonces, nosotros tengamos que comenzar a trabajar para demostrar que han sido fraudulentas y empeñamos en un terreno que nos hará olvidar nuestros objetivos y llevará al pueblo la sensación de un problema distinto al que nos interesa.

Aquí no hay otra solución que ponerse firmes y no dar escape legal a la dictadura cerrándole el único camino que le queda que es el de la simulación, no dejándolos que lo puedan simular. Para ello existe una sola línea: la resistencia a fondo, la insurrección y la intransigencia más absoluta y definitiva.

El pueblo no tiene ante si sino dos caminos: la violencia y el engaño. Yo prefiero seguir en la más absoluta violencia que aconsejar el engaño. Si el pueblo no es capaz de seguir por el tiempo que sea necesario en la posición de violencia que lo conduce a su victul’! , siempre habrá tiempo para que se deje engañar pero, por lo victoria, siempre habrá tiempo para que se deje engañar, pero, por lo menos, que no seamos nosotros los que se lo aconsejemos anticipadamente. La violencia no presupone que nadie se haga matar por los tanques ni las ametralladoras porque diluida en el tiempo no lleva a esos extremos, se trata en cambio de seguir en la resistencia pasiva, la intransigencia y la lucha políticas en todos los terrenos en espera de condiciones convenientes para actual decisivamente. Para llegar a situaciones favorables es necesario saber esperar. Para esperar nosotros no podemos hacerlo en otra forma que luchando de la manera mencionada. La evolución de las cosas, si sabemos rnantenernos firmes y cohesionados, ha de estar a nuestro favor. Pero, de cualquier manera, en todo caso, no ha de ser prestándonos a las maniobras que evidentemente están realizando nuestros enemigos.

Yo creo que, solo la defección popular, podría obligamos a abandonar esta decisión pero mientras esa defección no se produzca, sería innoble que nosotros pensáramos en otra postura después de haberla sostenido durante dos años con éxito absoluto. No creo que el pueblo haya defeccionado ni que defeccione en el futuro. Más aún, creo que muchos de los dirigentes han aguantado pprque la masa los ha obligado a hacerlo. Cómo entonces podemos estar pensando que el pueblo está cansado y que puede defeccionar cuando todo indica que no es así? Lo que hay que hacer es trabajar para que eso no se produzca y tonificar la lucha en vez de apaciguada, levantar el espíritu del pueblo en vez de deprimirlo y mantener la intransigencia a toda costa en vez de debilitarla.

Estos son mis pensamientos y esta es mi convicción, que se la transmito tal cual la pienso y la siento. N o se si acaso me equivoque, pero, aun en ese caso, prefiero equivocarme para este lado que para el otro. No dispongo de los elementos de juicio completos que necesitaría para hacer una apreciación de detalle pero de algo me sirven estos dos años en que he vivido la situación hora por hora. Otros con más elementos de juicio pueden llegar a apreciaciones más completas pero, hasta ahora, los argumentos que he escuchado y los elementos objetivos que han llegado hasta mi, no son suficientes para hacerme cambiar de opinión. Esta es la realidad. Si alguno con más conocimientos que yo de la situación y en poder de elementos de juicio que yo desconozca, me diera una solución mejor, yo estoy listo para adoptarla.

Cualquier otra cosa le ruego que converse con Prieto quien ha cambiado ideas conmigo al respecto. 

Le ruego que presente mis respetos a la señora. Van las fotografías. Gracias por la participación y el recuerdo de mi cumpleaños que, después de los sesenta conviene olvidarlo piadosamente. Tan pronto esté el libro listo se lo haré llegar. Preparo el documento de que me habla y las directivas para febrero. Espero que me confirme de alguna manera si está de acuerdo con lo que antes le digo y si usted comparte estas ideas le mandaré el documento y las directivas. Entre tanto su organización avanza, si el peronismo ha de estar ausente de las urnas, siempre habría tiempo de hacérselo saber por medio de esa organización y otros medios adecuados.

Muchas gracias por todo. Espero que cuando ésta llegue a su poder esté ya en libertad y pueda meterse con fuerza a las cosas.

Un gran abrazo.

JUAN PERÓN.

25. A través del decreto – Ley 15.460 el gobierno de Aramburu habilitó la televisión privada en la Argentina.

30. La CGT de Córdoba convocó a un Plenario Nacional de Delegaciones Regionales de la CGT y de las 62 Organizaciones. La sede fue en La Falda, en un ámbito del Sindicato de la Industria de la Alimentación. Del cónclave salió un Manifiesto del movimiento obrero:

ASPECTO ECONÓMICO. Control estatal del comercio exterior; liquidación de los monopolios de importación y exportación; planificación del proceso económico  en base a las necesidades del país y control de los productores del proceso comercial, defendiendo la renta nacional; ampliación y diversificación de los mercados extranjeros; denuncia de todos los pactos lesivos de nuestra independencia económica concluidos por el gobierno provisional; integración económica con los pueblos de Latinoamérica; política de alto consumo interno, incremento de la industria pesada y desarrollo de la liviana; nacionalización de las fuentes naturales de energía y su explotación racional en beneficio del país; nacionalización de los servicios públicos; control centralizado del crédito; programa agrario, con mecanización nacional, expropiación del latifundio y extensión del cooperativismo agrario.

EN LO SOCIAL. Control obrero de la producción, mediante la participación efectiva de los trabajadores en el proceso económico, a través de las organizaciones sindicales; salario mínimo vital mínimo y móvil; previsión social integral; agilización de trámites y eliminación de los organismos burocráticos; reformas de la legislación laboral; estabilidad absoluta de los trabajos y fuero sindical.

EN LO POLITICO. Reconocimiento del movimiento sindical como fuerza fundamental, a través de su participación hegemónica en la confección y dirección del plan político nacional; destrucción de los sectores oligárquicos y fortalecimiento del Estado Nacional-Popular; entendimiento integral y con las naciones hermanas de Latino-América; libertad de elegir y ser elegido, sin inhabilitaciones; solidaridad con las luchas de liberación nacional de los pueblos oprimidos y política internacional independiente”.

Por Decreto Presidencial recuperaron su libertad 62 ex legisladores que representaron al peronismo. Entre ellos se encontraban: Alejandro Leloir, José Gobello, Alejandro Giavarini, Carlos Gro, Angel E. Peralta, Juan A. Ferrari y Teodomiro Agüero.

Salió de los talleres de Juan Castagnola e hijo el libro de Rodolfo Walsh, a través de la Editorial Sigla, perteneciente a Marcelo Sánchez Sorondo.  Para explicar su salida a través de los periódicos Revolución Nacional y Mayoría y la publicación del libro por Ediciones Sigla decía el autor:

“Estos nombres podrían indicar, en mí, una excluyente preferencia por la aguerrida prensa nacionalista. No hay tal cosa. Escribí este libro para que fuese publicado, para que actuara, no para que se incorporase al vasto número de las ensoñaciones de los ideólogos. Investigué y relaté estos hechos tremendos para darlos a conocer en la forma más amplia, para que inspiren espanto, para que no puedan jamás volver a repetirse. Quienquiera me ayude a difundirlos y divulgarlos, es para mí un aliado a quien no interrogo por su idea política. De este modo respondo a timoratos y pobres de espíritu que me preguntan pro qué yo – que me considero un hombre de izquierda- colaboro periodistícamente con hombres y publicaciones de derecha. Contesto: porque ellos se atreven y en este momento no reconozco ni acepto jerarquía más alta que la del coraje civil”.

Apareció en el escenario de la prensa peronista el semanario Línea Dura, orientado por la escritora María Granata.

El grupo de Nahuel Moreno, publicaba Palabra Obrera, bajo la dirección de Angel Bengochea.

Diciembre de 1957

5. El Capitán de Navío José Abalo reemplazó a Patrón Laplacette como interventor de la CGT.

10. Acto de las 62 Organizaciones Obreras Peronistas en reclamo del cese de las intervenciones en los sindicatos y derogación de los decretos represivos en el Luna Park fue disuelto con sablazos, golpes y gases por la Policía Federal. Fueron detenidos 28 de los organizadores, entre quienes se encontraba José Ignacio Rucci de la UOM que había propuesto la puesta en marcha de una huelga general.

15. La Unión Cívica Radical del Pueblo designó sus candidatos para las próximas elecciones: Ricardo Balbín-Santiago del Castillo.

Salió de los talleres gráficos de Tipografía Vargas de Caracas el libro de Perón titulado Los vendepatria. Las pruebas de una traición.

27. Asumió en la Universidad de Buenos Aires el primer Rector electo desde que se instaló la Revolución Libertadora, siendo este el Dr. Risieri Frondizi.

Creación del Comando Táctico Peronista.

Resolución del Comando Superior Número 1:

Por  los fundamentos del Memorándum Nº 1 C. De la División Operaciones, el COMANDO SUPERIOR PERONISTA

R E S U E L V E: 

1º)  Créase el Comando Táctico Peronista. Actuará en la República Argentina bajo la orden del Comando Superior Peronista. (Comando Estratégico),  con las  siguientes funciones: a) Organizar el Movimiento Peronista en todo el territorio nacional; b) Difundir las directivas del Comando Superior Peronista y asegurar  su cumplimiento; c) Coordinar la actividad de todo el Movimiento Peronista en el país y mantener contacto permanente con los organismos gremiales y políticos que lo integran.

2º)   Para el cumplimiento de sus funciones, el Comando Táctico Peronista contará con amplia autonomía táctica. Cuando las circunstancias lo requieran y razones de urgencia impidan la consulta respectiva, podrá tomar resoluciones ad referendum del Comando Superior Peronista y dentro de las Directivas Generales fijadas por éste.

3º)   El Comando Táctico Peronista organizará  Subcomandos en todas las zonas del territorio argentino y fijará la reglamentación a que deban ajustarse.

4º)   Los integrantes del Comando Táctico Peronista no representarán a los organismos o zonas geográficas de que provengan sino que asumirán, en conjunto, la representación del Comando Superior peronista, que los designará y a cuyas directivas deberán ajustar su conducta y actuación. 

5º)   El Comando Táctico Peronista dictará su propio reglamento y podrá crear las secretarías, organismos y entidades que considere convenientes para el cumplimiento de su cometido.

6º)   El Comando Superior Peronista designará a doce miembros del Comando Táctico Peronista para constituir el Comité ejecutivo, cuyas funciones serán:

a) Ejecutar las resoluciones del Comando Superior Peronista y del Comando Táctico Peronista;

b) Mantener enlace permanente con el Comando Superior Peronista, al cual elevará mensualmente un informe de lo actuado;

c) Preparar el reglamento del Comando Táctico Peronista y someterlo a la consideración del cuerpo;

d) Asumir la representación del Comando Táctico Peronista;

e) Convocar al Comando Táctico Peronista una vez al mes como mínimo;

f) Resolver aquellas cuestiones que, por razones de urgencia,  no puedan ser consideradas por el Comando Táctico Peronista;

g) Proponer al Comando Superior Peronista los nombres para integrar el Comando Táctico Peronista en caso de verse impedidos de actuar los titulares y suplentes actuales, como también los de los compañeros que integrarán los Comités Ejecutivos de Reemplazo.

7º)   El Comando Superior Peronista extenderá las credenciales respectivas, caducando las expedidas con anterioridad a la fecha.

8º)   Autorízase al jefe de la División Operaciones del Comando Superior Peronista, Dr. John Cooke, para impartir con su firma las directivas correspondientes.

Caracas, 28 de diciembre de 1957

                                                                                                                                             JUAN  PERÓN.

Resolución Número 2 del Comando Superior designando a los miembros del Comando Táctico.

Vista la Resolución C. S. 1, el COMANDO SUPERIOR PERONISTA

           R E S U E LV E:

 1º)   Desígnase para integrar el Comando Táctico Peronista a los compañeros: Oscar R. Albrieu, Andrés Framini, Eleuterio Cardozo, Alberto L. Rocamora, Manuel Carullias, Armando Cabo, Pedro Bidegain, Carlos Caiado, Pierini, Cornes, René Orsi, Pedro Conde Maddaleno,  José Alonso, Tito perez Otero, Gurizatti, Salvador Trippe, Américo Torralba, LorensoSoler,CaballeroAlvarez, Emilio Sevillano, Andrés F. López Camelo, Fernández, José Raúl Cazaza,  José Gobello, Oscar Simini, Juan Carlos Lolohaberry, Raúl Sejas, Pedro San martín, Vicente LeonidasSaadi, Arnoldo Guzmán,         González, Cavalli, Guillermo Stramiello, Jesús Edelmiro  Porto, Milewsky, Nicolás T. Heredia, José Durruty, Fernando Torres,Vázquez, Manuel Escudero, José Figuerola, Juan carlos Cornejo Linares, Jorge Alvarez, Schiavone,  Jorge Cooke, Lamalfa, José María Castiñeiras de Dios, Torre, Enrique Osella Muñoz, José Agarraberes,  Rodolfo Mendias, Victorio Taborda, Aliverto César, Félix Odorisio, Ricardo Smith, Amado Olmos, Ottalanghano, Elsa Chamorro, Andino, Delmira Giudice, Carlos Gró, Angélica Farisano, José Antonio Güemes, María Granata, Juan Puigbó,  Susana, Farías, Alejandro N. Leloir,  Audelina, Jorge Farías Gomez,  Fernícola, Donato, José Chanis, Estrada, Ramón Assis.

2º)  Desígnase para integrar el Comando Táctico Peronista como suplentes a los compañeros: Juan Carlos Lorenzo, Constancio Zorila, Pedernera, Arce, Aliaga Noyano, José Rucci, Pelusso, Juan Manuel Montes, Pereyra, Raúl F. Lucchini, Rodríguez,      John, Pedro Lannes,      Volpe,      Sivadón, Manuel Quinteiro,     Vandor,  Constantino Barros,     Piacenza, José Arias,  Carreras, Dante Viel,  Acero,  Marino, Isaac Moya, José de Rosa,    Huwilller, petit, Rosales,  Castellanos, José Royo, Guaresti, Bruno Cristiano, Forte, Sebastián Borro, Hugo Carlos Ramírez, Antonio Fernández, Funes, Mario Kennedy,     Kennedy,      Unamuno, Alejandro Nanin,   Pianetti, Fermín Chávez, José Rions, Carlos Romagnoli, Victorio Nicolossi, Eduardo Manso y Salom Roberto.

3)   Desígnase para integrar el Comité Ejecutivo del Comando Táctico Peronista a los compañeros: Oscar R. Albrieu, Eleuterio Cardozo, Andrés Framini, Alberto L. Rocamora, Manuel Carullias, Emilio Sevillano, José Figuerola, Pedro Conde Maddaleno, José Alonso, Pedro Bidegain, Cavalli y Alm.Cornes.

4º)   Expídanse las credenciales correspondientes.

           Caracas, diciembre 28 de 1957

                                                                                                                             JUAN PERÓN

31. Carta de Juan D. Perón a Raúl Scalabrini Ortiz

Las circunstancias han impedido que mantuviéramos comunicación directa. Sin embargo, he seguido lleno de satisfacción sus valiosas cartas sobre temas de la triste actualidad de nuestra patria. Tan ponderable labor es consecuente con la heroica con¬ducta de lucha antiimperialista observada por Usted durante toda su vida.

Su prestigio, volcado valientemente en trabajos serios, ininterrumpidos y oportunos, le ponderan hoy —una vez más— ante la argentinidad.

Los que, como Usted, no saben pedir pero son conscientes de sus responsabilidades no podían dejar de contribuir con su capacidad autorizada y orientadora frente a las nuevas fuerzas de ocupación.
Usted conoce el pesado trabajo de la prédica anticolonialista. Durante muchos años —lo recuerdo bien— se encontró casi solo en el combate. La conspiración del silencio, cuando no la persecución abierta, era problema permanente que le enfrentó con la miseria —sobrellevada dignamente— mientras quebraba las energías de numerosas inteligencias argentinas. No podía exigirse un país de apóstoles «elegidos» y se presenciaba con descorazonamiento que, ante la chatura ambiente, la crueldad de la realidad ahogaba los esfuerzos por las banderas nacionales.

En fin, entre nosotros no podemos contarnos historias tan recientes. Pero hay cosas innegables de las cuales no se puede prescindir en cualquier planteo presente o de futuro. A Usted le cabe el honor del precursor, el formador de una promoción que alimentó a la revolución nacional. Por otra parte, el mérito de la popularización y realización de los principios de indepen¬dencia económica y soberanía política es obra exclusiva del justicialismo, que las vinculó estrechamente con el problema social.

Hoy, mi amigo, comprobamos con alegría que su popularidad es inmensa, porque su lenguaje y conceptos están en el pueblo y Usted puede dialogar cómodamente con él. Su actitud ha sido invariable en muchos años, pero ¡qué hermoso es sentirse interpretado! Está lejos el tiempo aquél en que clamaba, prácticamente en el desierto, ante la incomprensión de la masa y la indiferencia oligárquica. En un lapso maravillosamente corto se ha operado el cambio politizador y Usted ya podrá continuar ininterrumpidamente ese diálogo, porque los Pueblos nunca abandonan a sus verdaderos amigos.

Pero la actitud del enemigo de siempre ya no es pasiva y se defiende ahora con toda la intensidad de sus fuerzas y métodos modernos. Frente a las nuevas circunstancias, se nos presentan nuevas responsabilidades.
Por estas razones, pienso que nadie como Usted sería más eficaz para propiciar y encabezar un movimiento que tienda a aunar las inquietudes de liberación de los intelectuales que no desertan del hombre y la tierra argentinos. Semejante tarea perfeccionaría la lucha, un tanto descordinada en ese campo, contra la oligarquía. Yo deseo —y así se lo pido— que Usted me¬dite esta posibilidad y me comunique sus puntos de vista sobre el particular. Desde ya, puede dar por descontado mi apoyo y lo mismo pediría a todos los compañeros del movimiento pero¬nista que yo concibo como un frente nacional libertador y sin miopías sectarias.

Recientemente le he tenido muy presente al preparar mi nuevo libro «Los vendepatrias», que acaba de aparecer y del cual le envío un ejemplar por separado. Verá que lo cito profusamente en apoyo de mis tesis sobre el plan imperialista que se cumple inexorablemente, con la complicidad del grupo apátri- da que detenta el poder.

A la espera de sus noticias, le abrazo con el mayor afecto

Durante el año 1957 se desarrolló de manera incipiente la organización de la Juventud Peronista, a la que se fueron sumando Envar El Kadre, Gustavo Rearte, Héctor Spina, entre otros. Estaban orientados a confrontar en la lucha callejera con los Comandos Civiles Revolucionarios. Un punto de encuentro lo constituyó la mítica esquina de Corrientes y Esmeralda.

También en este año fue fundado el  Grupo Tacuara de la Juventud Nacionalista, por un grupo de militantes que provenían de la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios (UNES).